La euforia perpetua: sobre el deber de ser feliz

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Tusquets, 2001 - 233 páginas
El libro de Bruckner es un ensayo sobre la felicidad en la época moderna, como un síntoma del escamoteo del sufrimiento, de la pena, de la pérdida, en definitiva. En nuestros días lo moral es ser feliz, y la tristeza, la melancolía, el dolor son vistos como síntomas que hay que ocultar. La secularización de nuestras sociedades democráticas nos ha llevado, en este aspecto y según Bruckner, a una alergia creciente ante el sufrimiento. Esta inmanencia de la humanidad en sí misma nos sitúa ante la imposibilidad de recurrir a Dios para consolarnos, y, por lo tanto, apunto yo, el sufrimiento se nos manifiesta como algo inútil. También habría que señalar otra dirección que Bruckner no explora: la de la sensación del absurdo (Kafka, Beckett y ciertas tendencias nihilistas). Este ocultamiento del dolor y sus aledaños tiene su reflejo invertido en la ansiedad consumista, sea de cosas o de años, en un denodado afán, no ya de intensidad, sino de duración, de aguante. La exaltación de la salud a toda costa supone vivir la enfermedad como algo con lo que no podemos dialogar ni convivir y, en definitiva, la experimentamos como metáfora de la muerte, no como un suceso y un proceso que nos constituyen ... hay que darle la razón al ensayista francés cuando afirma que, tanto la felicidad como el sufrimiento, no pueden ser ni el fin último ni el fundamento de la acción, y deben subordinarse a la libertad.

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