Manual de literatura hispano-mexicana

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1902 - 238 páginas
 

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Página 180 - Este que ves, engaño colorido, que, del arte ostentando los primores, con falsos silogismos de colores es cauteloso engaño del sentido; éste en quien la lisonja ha pretendido excusar de los años los horrores y venciendo del tiempo los rigores triunfar de la vejez y del olvido: es un vano artificio del cuidado; es una flor al viento delicada; es un resguardo inútil para el hado; es una necia diligencia errada; es un afán caduco; y, bien mirado, es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
Página 61 - Entre las opacas sombras y opacidades espesas que el soto formaba de olmos, y la noche de tinieblas, se ocultaba una cuadrada, limpia y olorosa mesa, a lo italiano curiosa, a lo español opulenta.
Página 111 - ¿O cuál es más de culpar, aunque cualquiera mal haga, la que peca por la paga o el que paga por pecar?
Página 168 - Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis: si con ansia sin igual solicitáis su desdén, ¿por qué queréis que obren bien si las incitáis al mal?
Página 61 - Llegó en su coche mi dueño, dando envidia a las estrellas, a los aires suavidad, y alegría a la ribera. -Apenas el pie que adoro hizo esmeraldas la yerba, hizo cristal la corriente, las arenas hizo perlas, cuando en copia disparados cohetes, bombas y ruedas, toda la región del fuego bajó en un punto a la tierra.
Página 17 - Piramidal, funesta, de la tierra nacida sombra, al Cielo encaminaba de vanos obeliscos punta altiva, escalar pretendiendo las estrellas; si bien sus luces bellas — exentas siempre, siempre rutilantes — la tenebrosa guerra que con negros vapores le intimaba la pavorosa sombra fugitiva burlaban tan distantes, que su atezado ceño al superior convexo aun no llegaba del orbe de la Diosa que tres veces hermosa con tres hermosos rostros ser ostenta...
Página 46 - Entre hierros, con oprobio gocen otros de la paz; yo no, que busco en la guerra la muerte o la libertad. Vuela, bruto generoso, que ha llegado el momento venturoso de mostrar tu noble brío, y hollar del tirano impío el pendón abominado: en su alcázar relumbrante arrogante pisarás, y en su pecho con bravura tu herradura estamparás. Entre hierros, con oprobio gocen otros de la paz; yo no, que busco en la guerra la muerte o la libertad.
Página 203 - Morelos siente enardecido el noble pecho en belicoso aliento; la victoria en su enseña toma asiento y su ejemplo de mil se ve seguido. La sangre difundida de los héroes su número recrece, como tal vez herida de la segur, la encina reverdece, y más vigor recibe y con más pompa y más verdor revive.
Página 202 - ... mil se ve seguido. La sangre difundida de los héroes su número recrece, como, tal vez herida de la segur, la encina reverdece, y más vigor recibe, y con más pompa y más verdor revive. Mas ¿quién de la alabanza el premio digno con títulos supremos arrebata, y el laurel más glorioso a su sien ata, guerrero invicto, vencedor- benigno? El que en Iguala dijo: ¡Libre la patria sea!
Página 111 - Dan vuestras amantes penas a sus libertades alas y después de hacerlas malas las queréis hallar muy buenas. ¿Cuál mayor culpa ha tenido en una pasión errada: la que cae de rogada o el que ruega de caído?

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