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¿Cuántos bienes nos trajo la mision?
Dedicada, señor, a vuestro nombre
La fama lo publica sin pasion

I el polo hará inmortal este renombre;
De Ambrosianos tenemos el blason,
Que es un apoteósis para el hombre,
I el vivir como dioses, de ambrosia,
En Tucapel es pan de cada dia.

Todo nos viene al colmo del deseo: No nos falta blason ni bien alguno, En vos, señor, tenemos un Proteo, Allá en nuestros patirus un Vertuno: No hai aspecto ni oficio, no hai empleo, En que no se trasforme cada uno, A fin defconquistar a la Pomona, Que es Tucapel ingrato a la corona.

Pero ya e Tucapel nueva Castilla,
I si usia le honra será Corte,
Presidiendo el estreno de capilla
I siendo del cacique el bello norte:
Con este paraninfo luce i brilla
En su sacro himeneo la consorte,
Pues la Pomona a su Vertuno fiel
Es con Iglesia nueva Tucapel.

Si tan grande favor no es asequible Nombre dia, señor, para la fiesta, Un Domingo en la tierra mui plausible I en el que da su oráculo respuesta: Vuestro amor a Millant es indecible Desde que, nuevo Marte, fué a la testa De la tropa al destino de Valdivia, Amansando los monstruos de otra Libia.

No se puede neger la maestria

A súplica tan justa i conducente
A sostener derecho i regalia,

Que antigua posesion dió justamente,

I pacífica aún fuera en el dia,

Si en el mundo no fuese tan corriente, Que las pias palabras mio i tuyo

No den a Dios i al César lo que es suyo.

DÉCADA SESTA.

A nombre del señor maestre de campo asiste a la funcion su secretario, el señor don Domingo Tirapegui, capitan de dragones, con el comisario de naciones; señálase dia para la fiesta i repartimiento de agasajos.-Corren los mensajes por la costa.

Vuelve el dorado sol a su carrera
(Esto el nombre Millantu significa)
Ya tenemos Domingo i Primavera,
Todo en la luna i sol se vivifica:
Tierra i cielo se truecan esta era,
I su bella armonía pronostica

Que octubre, Coelemu Fin detur aratro,
O terra feret stellas, dia cuatro.

De asuntos i negocios un tropel,
Militares, políticos, de estado
Que por corona tiene un coronel,
I brumarán de Roma el majistrado:
Del gran sol-dan privado a Tucapel;
Mas, siempre luce i brilla por sol-dado,
Pues en Millantu llevan un tesoro,
I les da su maestre un sol de oro.

En honor del humano serafin
Francisco, de la Iglesia bello Atlante,
Su dia se destina al gran festin
Que Tucapel celebra, fino amante:
El dueño de la costa i del cahuin
A toda costa sale por garante,
I los que viven siempre de ambrosia
Tendrán ancha castilla en este dia.

Para que llegue al colmo la grandeza
De funcion tan plausible i jeneral
De nuestro soberano la largueza
Hace rejio cahuin, fiesta real;
Todos grandes serán de boca i mesa
I mucho mas jentil el mas leal:
De los piés a cabeza, arriba abajo
Les dará jentileza el agasajo.

Con tan faustos anuncios, nuevas tales,
Regresa a Tucapel su triunviro,
A correr los guerquenes provinciales:
Desde Arauco a Tolten toman su jiro;
Estos son tan veloces que en pañales
Los de Alejandro quedan, los de Ciro;
Corren, vuelan el dia de la fecha
Por todo el Butalmapu como flecha.

16 Asi llamaban los indios a Domingo Tirapegui.

No te fatigues, nó, Tucapelina,
En seguirle los vuelos a estas aves:
Cuidado que me huele a chamusquina
Ver que su lijereza tanto alabes:
Une, pues, la prudencia serpentina
I el candor de paloma, si es que sabes:
Vayan enhorabuena por los vientos,
Noramala si tienen movimientos.

Si corren los mensajes mucho o poco No lo tomes, Ladino, por tu cuenta, Mira que anda al reves el mundo loco I dirá que la tierra es mas violenta; Que ella marche i no el sol es gran descoco, I esto al copernicano le contenta; Solo falta quien diga por Jesus Que se cansó la tierra, i adios luz.

Mientras corren o vuelan los mensajes
El Tucapel se vuelve matachin
Saltan, brincan los indios mas salvajes,
Haciendo cabriolas su rocin;
Los caciques disponen hospedajes,
Galpones i ramadas a este fin:
Aún mi mancarrona i lerda Caliope
Anda no mas al trote i al galope.

Los patirus como atalantes pios
En un instante corren sus dos millas
I como piedras van por esos rios,
I así tras de la Iglesia sus capillas;
Por su adorno, aseo i atavíos
Andan el dia i noche de puntillas:
Ninguno me dirá de que yo miento,
Porque vi con mis ojos lo que cuento.

Ya suenan las cornetas hacia el polo,
Ya se oye el tropel de los caballos,
Ya se acercan Millantu i Colocolo
Con todos sus caciques i vasallos;
Yo tengo mucho miedo pero solo
A la tropa de Zoilos perigallos:
Cada cual con su tema, yo a la guasa
Digo a todos: mas sabe el loco en casa.

DÉCADA SÉPTIMA.

Llega don Domingo Tirapegui, i júntase todo el Butalmapu.

No alistó iguales tropas Tucapel
El jentil, el rebelde i belicoso,
Como acampadas vió, i al mando dél
El cristiano, leal i relijioso:
En verdes pabellones su cuartel
Disponen con emblema misterioso,
Pues esperan en su Millant amado
En influjos gozar de un sol dorado.

Este ya nos lo anuncia en el oriente
El alba con volantes monjibelos,
Que suplieran la noche precedente
La ausencia del Titan que es de los cielos,
Formando en la atmósfera i continente
Crepúsculos de un dia paralelos,
Acróstico a la letra de ambrosia,

Pues se estendió hasta ocho un solo dia.

Sale el Domingo el sol, llega Millantu
Cual astro de primera magnitud
Trayendo entre sus brazos a Rencuantu,
Copia de su valor i su virtud:
Para su escolta trae a un Paillantu,
Con su apo guilmen el Neculbud:
Los caciques de Arauco, i conas cuento,
El comisario, i Lengua, mas de ciento.

Con esta comitiva hace su entrada
Por medio de ordenados escuadrones
Que a recibirle salen de la indiada,
Con vivas i saludos a montones:
Los Patirus celebran su llegada
Echando todo trapo i esquilones,
Rompiendo del placer todos los diques,
En fuegos, luminarias i repiques.

El Tucapel en acto tan lucido
Ocupa la vanguardia con primor
Formando de tritones al tñido
Un cuerpo de Guelmenes de valor:
Al Cathileubu todos han seguido,
Que es el Apo i real gobernador,
En premio de su mérito en la tierra,
Siendo vasallo fiel en paz i en guerra.

El Caicupil que manda Mariñan
Con el Colipichun, el Antiguenu,
El famoso Ilicura de Antiman,

El gran Guenulabquen, el Neculguenu
Que a Llinguegua i a Pausur leyes dan:
El guilmen de Molguilli Llancaguenu
El Paicavi, Ranquileo, la Anteguina,
El Thagaboso, el Guapi i su marina.

Todos estos cantones poderosos
Con el libre Pelico i el Contun
Ofrecen sus Ulmenes obsequiosos
Como la caremaguida al Pichun:
A Millantu cortejan oficiosos
Siguiendo a Tucapel de mancomun:
Los vasallos i conas no los cuento
Diciendo, pues, millon, dijo que cuento.

Los demas provinciales Aillaregues
Que respetan la voz de Tucapen
Destinan sus caciques i consegues
Como Ranquelgue a su Llanpilabquen,
El Lleullen, Tanaquepe i otros regues
Parciales, Huaiquipan, Guineaquilmen:
El bravo Marilevi, el gran Quidico
Con los dos Millalenbus grande i chico.

El triunviro se sigue tiruano
De Tucapel antiguo confidente,
Emulo de la gloria del romano
Por otro Ciceron en lo elocuente:
El Curimilla, digo, el Quintiliano
Con el Millanaque', i el cojo Guente:
Estos tres fueron solo diputados.

Por ser los tres caciques mas letrados.

Si te parece aún grandeza poca

A bermejo te doi Colicoyan

Que es duque o geme, i tapa Imperial boca:
Al varon Guala, al Manque, al Guenchupan,
El invicto i leal como una roca
De Felipes al Vucha Inalican,
Que blasona de ser Sotomayor
I este gozo será mayor dolor.

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