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razon con que intenta el P. Moret ofender la fama y la con- A. C. ciencia del Emperador D. Alonso el VII. tan temerariamente. 1159.

CAPITULO VII.

DISTURBIOS GRANDES QUE OCASIONÓ
á Castilla la menoridad del Rey.

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Asta que heredó nuestro Príncipe, no se habian experimentado en su Reyno los grandes y perniciosos in5 convenientes y perjuicios que se padecen en todos, siempre que por la menoridad de los suyos pende su gobierno de quien no puede mantener la autoridad suprema, de que necesita quien ha de ser obedecido sin repugnancia; mayormente quando la ambicion y la envidia, vicios tan frecuentes Io y proprios de nuestra debil naturaleza, la conmueven y excitan á que sufra con impaciencia la superioridad de los que se juzgan iguales.

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Nombró el Rey D. Sancho, como diximos, con expreso dictamen del Emperador su padre, á D. Gutierre Fernandez 15 de Castro por ayo del Príncipe D. Alonso su hijo, luego que nació, para que cuidase de su crianza y educacion, de la manera que lo habia executado antes con el mismo D. Sancho, por ser uno de los mayores, mas experimentados, y poderosos y grandes Señores de Castilla, y enlazado en sangre y 20 parentela con las primeras y mas veneradas familias de estos Reynos; y en consecuencia del mismo dictamen le escogió al tiempo de morir, para que quedase por tutor de la persona del mismo futuro Rey D. Alonso su hijo, y gobernador de todos sus grandes Estados.

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Esta prerogativa de tanto aprecio para D. Gutierre conmovió de nuevo la emulacion de la casa de Lara contra la suya, avivando aquel odio con que se le habia opuesto el Conde D. Pedro Gonzalez de Lara por verle preferido á él en la gracia del Emperador, habiendo heredado aquel vicia30 do afecto con la soberbia altivez inseparable de su gran linage los tres hijos del mismo Conde D. Pedro, que tambien obtuvieron la gran dignidad de Condes: conviene á saber, D

D.

A. C. D. Manrique, D. Alvar Perez y D. Nuño Perez. 1159. En esta consecuencia se propusieron los tres hermanos declaradamente embarazar se executase la voluntad del Rey D. Sancho, resueltos á que no habia de lograr D. Gutierre la tutela del Rey su hijo, ni el gobierno de estos Reynos; 5 pero atento él mas al servicio de su pupilo, y á la quietud y sosiego de sus Estados, que á su conveniencia propria, cedió voluntariamente la tutela y crianza del niño Rey en D. Garcia Garces de Haza, Alferez mayor de Castilla, que aunque medio hermano del mismo D. Gutierre, como hijos en- 10 trambos de la Condesa Doña Eva Perez de Trava, era confidente de los Laras, y estaba muy emparentado con ellos, habiendose valido de este medio para facilitar se reduxese D. Gutierre á dexarle aquel empleo que tanto molestaba su envidiosa emulacion, consiguiendo por este medio la altiva am- 15 bicion de mandar, no habiendo servido la cesion que hizo D. Gutierre en su hermano D. Garcia mas que de puente, para que por su medio llegase al Conde D. Manrique, Señor de la casa de Lara, la deseada tutela del Rey, y el gobierno del Reyno.

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Apoderados yá los Laras de la persona del Rey, aunque reconoció D. Gutierre Fernandez la maliciosa astucia, con que le habian burlado, murió tan inmediatamente que no pudo remediar los daños que se iban experimentando en su gobierno; y aunque no dexó hijos, quedaban quatro sobrinos su- 25 yos, hijos de D. Rodrigo Fernandez el Calvo, su hermano, y de Doña Estefania Perez de Trava, su muger, no menos poderosos y emparentados que los Laras; porque D. Fernan Ruiz de Castro, en quien recayó su casa, se hallaba casado con Doña Estefania de Castilla, hija del Emperador D. Alonso el VII. y fué Mayordomo mayor de D. Fernando Rey de Leon su hijo: D. Gutierre Ruiz de Castro, Señor de Lémus y Sárria, Alcayde de Toledo y Alcántara, es progenitor de esta gran casa : D. Pedro Ruiz de Castro fué Señor de Villasila y Villamelendo; y D. Alvaro tuvo tambien Estado 35 competente á la dignidad de Rico-hombre de sangre, que gozaron todos quatro hermanos, de quien fueron tambien hermanas Doña Aldonza muger de D. Lope, Señor de Vizcaya,

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y Doña Urraca, de D. Alvaro Ruiz de Guzman, Señor de A. C. esta gran casa, que impacientes de verse gobernados de sus 1159. emulos maquinaron como abatir su altivez, trayendo en su oposicion á Castilla al Rey D. Fernando de Leon, tio del nuestro, que executó en ella las violencias y tiranias que veremos en el capítulo siguiente, cerrando éste con los mismos términos, con que declara el Arzobispo D. Rodrigo la causa de su pasage á ella. Escribe pues: Pero viendo Gutierre Fernandez que estos hermanos se alzaban con el Rey peque10 ño, pidió se le volviesen á entregar segun lo pactado; pero ellos dexaronle burlado como imprudente: con que originandose entre entrambas casas de Castro y de Lara una larga desunion, procedieron muchos peligros y muertes: tanto que dió ocasion á los Leoneses esta discordia para prevalecer de ma 15 nera que se apoderasen de alguna parte de Castilla y de Estremadura.

No se puede señalar tiempo fixo á esta mudanza de gobierno, aunque le pareció á D. Luis de Salazar y Castro se conservaba todavia en la tutela D. Gutierre Fernandez por 20 Octubre del año M. C. LIX. porque, como añade: 2 En un privilegio de esta fecha, en que el nuevo Rey confirmó á la Iglesia de Burgos los palacios que en aquella ciudad le habia dado la Infanta Doña Sancha su tia, y le trahe entero el 3 P. Sota, confirma el Conde sin título de tutory aunque 25 tampoco le tienen D. Garcia Garces de Aza, y D. Gutierre Fernandez de Castro, que tambien son confirmadores en este ultimo, no es menester la expresion para conocer la tutoria, pues dexandosela el Rey D. Sancho, no se duda que la tomó luego que succedió su fallecimiento.

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En esta consecuencia se mantuvo D. Gutierre mas de un año en la tutela del Rey, pues habiendo roto el de Aragon con el nuestro, y puesto sitio sobre la ciudad de Calahorra, salió en su oposito como tutor suyo, segun advierte el Conde D. Pedro de Portugal, por cuya autoridad lo refiere Zu

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y digna de que se lea con mas fre-
cuencia) t. I. lib. III. cap. 1. pag. 121.
3 Príncipes de Asturias, pag.
583. 669.

A. C. rita con los términos siguientes: Hubo entre los Reyes de 1159. Castilla y Aragon, siendo casi menores de edad, grande guerra por las fronteras de Tarazona y Alfaro : y en este tiempo fué el Rey de Aragon á poner cerco sobre la ciudad de Calahorra con todo su poder, y teniendola cercada, D. Gutierre 5 Fernandez de Castro, segun escribe el Conde D. Pedro de Portugal, salió con el poder del Rey de Castilla, cuyo tutor él era, y venció al Rey de Aragon, y fué forzado á levantar el cerco. En aquella batalla refiere este autor que se ganaron las vanderas de Aragon, y se pusieron en el Monesterio de 10 S. Christoval de Ioeas: y que aún estaban en su tiempo sobre la sepultura de D. Gutierre Fernandez.

CAPITULO VIII.

PASA À CASTILLA D. FERNANDO REY DE
Leon, y se apodera de gran parte de ella.

S tan consecuente á nuestra viciada y debil naturaleza

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el desreglado afecto de la ambicion, que crece con mayor exceso quanto mas beneficiados nos hallamos los hombres 15 de la larga y piadosa magnificencia de nuestro Criador, regulandose de ordinario segun el estado de aquellos á quien domína y asi es mayor en los Príncipes, quanto son mayores y mas opulentos y grandes sus estados: sin que se liberte de su injusta tirania el mas estrecho vínculo de sangre, 20 que suele servir de seguro á los de menor esfera, segun nos enseña la comun experiencia de todas las naciones, y servirá de exemplo el que nos ofrecen las memorias que emprehendemos recoger de nuestro Príncipe.

Porque habiendose apoderado, como diximos, los Seño- 25 res de la casa de Lara de su persona para gobernar por su arbitrio el Reyno, no contentandose con haber despojado de este honor á la de Castro, á quien le avia consignado el Rey su padre; intentó oprimirla, pretendiendo cediesen los quatro hermanos, sobrinos de D. Gutierre Fernandez, á quien 30

I Lib. II. de los Anales cap. 28. pag. 76. col. 2.

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se le habia usurpado con engañoso artificio, todas las tenen- A. C. cias y honores que gozaban de la Corona, sin embargo de 1159. haber dexado ordenado el Rey D. Sancho conservasen todos los que generalmente mantuviesen qualquiera tierra del 5 Rey (que con ese nombre se explicaba entonces aquel género de gobiernos) hasta que cumpliese D. Alonso su hijo los quince años, en que se terminaba su menoridad. Y no contentos con esta vexacion desenterraron el cadaver de D. Gutierre Fernandez de Castro su tio, declarandole por infiel mi10 nistro de su Príncipe, por haber conservado las tenencias y honores, con que se hallaba al tiempo que murió el Rey D. Sancho.

Irritados con este nuevo torcedor los Castros, reconociendose inferiores en poder y fuerzas á las de los Laras, aumen15 tadas tanto con la tutela del Rey y gobierno de sus grandes Estados; ocurrieron á D. Fernando Rey de Leon para valerse de sus armas, y oponerse con ellas á tan declarados emulos suyos, venciendo el enojo y la irritacion al derecho natural, con que se hallaban obligados al servicio y obsequio de 20 su legítimo Príncipe.

No rehusó D. Fernando, aunque tan interesado como hermano menor de su padre en el honor y conveniencia de su sobrino, anteponiendo la que le ofrecia esta empresa para dilatar sus estados á tan natural y justa obligacion, entrando 25 inmediatamente con exército formado, apoderandose asi de quantas plazas se le entregaban voluntariamente por evitar su estrago, como de las que resistiendose al principio pudo reducir á su obediencia con el furor de las armas: siendo las mas principales la de Burgos y la de Toledo, que tenia en ho30 nor D. Gutierre Ruiz de Castro, Señor de Lémus y Sárria, con título de Alcayde suyo; y asi escribe el Arzobispo, como vimos: Habiendose conmovido grande y continuada discordia entre las dos casas de Castro y de Lara, acontecieron muchos peligros de ella, y muchos homicidios: tanto que 35 dió ocasion esta discordia á los Leoneses para que prevaleciesen de manera que ocupasen parte de Castilla y de las Es

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Lib. VII. cap. 16.

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