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ces mas. Esto es, poco mas o menos, lo que siempre debe suceder. El ilustre Say en sus cartas á Malthus, libro III, se espresa así: "Si un artículo baja la cuarta parte de su precio, la cantidad de él que puede venderse aumenta en el doble. Cuando por el sistema continental era preciso pagar á cinco francos la libra de azúcar, aplicados estos, ya á la produccion misma, ya á cualquiera otra mercancía que se diese en cambio, la Francia no se hallaba en estado de comprar mas que catorce millones de libras; ahora que el azúcar está barata consumimos ochenta millones de libras por año; lo que equivale á cerca de tres libras por persona. En Cuba, en donde el azúcar está á mucho mas bajo precio, se consume mas allá de treinta libras por persona libre." (1)

Sucede lo mismo con las telas, muselinas, paños, y con todas las mercancías en general: cuando baja el precio, los individuos consumen mas, y los que no las usaban absolutamente entran en los goces del consumo ya en mas ya en menos, segun sus gustos y su posicion. Concibamos una poblacion dividida en clases graduadas segun las sumas que cada uno puede gastar, desde los que no tienen mas capital que su trabajo hasta las personas mas ricas. Una mercancía cualquiera en razon de su precio no podrá ser de uso ordinario sino de las clases superiores; algunas personas de la inmediata la emplearán tambien alguna vez; pero no estarán á su alcance las clases inferiores. Si baja el precio de esta mercancía varian todas estas proporciones. Las clases medias consumen mas que antes, y las inferiores podrán tal vez aspirar á su goce.

Los relojes portátiles, antiguamente no estaban en uso sino en las personas acomodadas: desde que se ha multiplicado esta manufactura, los hombres del pueblo los adquieren con facilidad, á la vez que esta industria alimenta numerosos artesanos. Bajo el reinado de Enrique IV casi no se usaban carruages: Sully iba á caballo del Arsenal á Louvre con un séquito numeroso de personas tambien á caballo, que se llamaban gentiles-hombres y usaban una especie de librea. Los grandes señores y los embajadores no viajaban de otro modo; no se conocieron las sillas de posta sino hasta el reinado de Luis XIV. Hoy estas comodidades están al alcance de tantas personas, que la circulacion se ha hecho peligrosa en muchos barrios de Paris: sostienen una multitud de obreros.

Si en la distribucion que acabamos de hacer con respecto á la poblacion de un estado en clases, se considera que el número de individuos que las componen se aumenta rápidemente á medida que mas se descienda, de manera que los mas pobres son mucho mas numerosos; se confesará sin dificultad que cualquiera disminucion

(1) Cualquiera que sea el grado de exactitud ó aproximacion de estos cálculos, así respecto á la Francia como á esta isla, debemos considerar cuanto habrán variado hoy, despues de 25 ó 30 años que han transcurrido desde que J. B. Say escribió la observacion que aquí se cita.

en el precio de un objeto manufacturado debe hacer que se aumente mucho el consumo, poniéndolo al alcance de mayor número de individuos. Está probado, por ejemplo, que en Francia hay diez veces mas habitantes que pagan de 100 á 500 francos de contribuciones, que los que satisfacen de 500 á 1000. Es evidente que las máquinas léjos de dañar á las clases proletarias aumentan el bienestar, el salario y los recursos.

Es verdad que las máquinas nuevas introducidas por primera vez en una empresa con tan grandes ventajas, no producen en el mismo grado iguales resultados en todas las fábricas del mismo jénero que no admiten aquellas sino despues de algun tiempo. El capital invertido es el mismo para todos, los beneficios son muy diferentes: el primero que hizo uso del invento ha sido el mas beneficiado; ha tocado la recompensa al que mas la ha merecido; pero muy pronto se advierte que la concurrencia ha producido tal estado de cosas que el manufacturero no encuentra en el empleo de las máquinas otros beneficios que aquellos que obtenia antes de hacer uso de ellas. Se va estableciendo gradualmente un equilibrio comercial que pone coto á las inmensas ventajas, fruto lejítimo de la primera empresa; pero no por esto deja de resultar, que la nacion entera ha participado de los beneficios que ha traido el invento: cada individuo tiene satisfechas mas fácilmente sus necesidades y sus pla

ceres.

(Finalizará.)

GUANTANAMO.

Noticias sobre este puerto y fomento del territorio anexo, estractadas como apuntaciones para la historia de la isla de Cuba.

ARTÍCULO VI.

pre

Despues de haber dado á conocer este dilatado territorio y todas las circunstancias de la estensa bahía que con el tiempo debe servir para su comunicacion marítima, despues de haber reproducido el resultado de los trabajos empleados en el reconocimiento de este vasto litoral en épocas anteriores; en fin, despues de haber sentado estadísticamente la posicion en que se encuentra la industria agrícola y la poblacion de los partidos comprendidos en la jurisdic cion, á pesar de los grandes vacíos que nos hemos visto obligados á dejar en razon á la inexactitud y limitacion de los datos que hemos tenido á la vista, vamos ahora á esponer los pasos que se han dado en nuestra época para hacer efectiva la habilitacion del puerto de Guantánamo en medio de las dificultades que en sí mismo ofrecia esta medida.

Como primera diligencia mencionamos aquí al acuerdo que en Junta de Autoridades de 12 de Diciembre de 1843 celebraron el Excmo. Sr. Gobernador y Capitan General de la Isla D. Leopoldo O-Donnell y el Escmo. Sr. Intendente de Ejército Superintendente General delegado de Hacienda, Conde de Villanueva, en cuyo acto tomaron en consideracion un oficio dirigido al mismo Exmo Sr. Capitan General en 22 de noviembre anterior, por el Exmo. Sr. D. Cayetano Urbina Gobernador de la plaza y provincia de Cuba, recordando y encareciendo la importancia de que se resolviese favorablemente otro oficio que su inmediato antecesor elevó á la misma Autoridad en 22 de Diciembre de 1840, solicitando á peticion de los principales hacendados y comerciantes del partido de Santa Catalina y pueblo del Saltadero la apertura del antiguo camino de Sierra-Guayabo y construccion del embarcadero de su propio nombre en la bahía de Guantánamo bajo las condiciones á que tuviere á bien sujetar este punto.

Las dignas y celosas autoridades, segun el acta que hemos po

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dido ver en copia, se enteraron detenidamente de los espedientes remitidos por aquel Gobernador, de los demas datos y noticias que obran en el asunto, y sobre todo, de un informe luminoso ministrado por el Excmo. Sr. D. Mariano Carrillo de Albornoz, Subinspector del Real Cuerpo de Ingenieros en 24 de Abril de 1841.

Con vista de todos estos antecedentes y considerando que la cuestion del camino mencionado envuelve tambien la de la habilitacion del puerto de Guantánamo para el comercio estrangero acordado por la misma junta de autoridades en 14 de Abril de 1826, si bien con la restriccion de construirse préviamente á espensas de aquellos vecinos las defensas del puerto con sujeccion al plano que levantó en 1819 el Sr. Coronel del Real Cuerpo de ingenieros D. Juan Pio de la Cruz, animadas nuestras recomendables autoridades actuales del mas vivo deseo de remover los obstáculos que hasta ahora han paralizado los efectos de aquel acuerdo, y persuadidas, de que si entonces se consideró conveniente á la prosperidad del pais y á las rentas del Estado, en el dia debia ser infinitamente mas ventajoso, porque en el largo período transcurrrido se ha aumentado considerablemente la población así como las producciones agrícolas, teniendo presente los informes facultativos que se han evacuado sobre la preferencia que merece el camino de Sierra-Guayabo en competencia con el de Mata-abajo que en aquellas circunstancias se hallaba espedito, acordaron los cuatro puntos siguientes:

10

Se confirma el acuerdo de la Junta de autoridades superiores de la Isla fecha 14 de abril de 1826 en cuanto á la habilitacion del puerto de Guantánamo para el comercio estranjero.

29

Se concede á los vecinos del partido de Santa Catalina y pueblo del Saltadero el permiso que han solicitado para rehabilitar el camino de Sierra-Guayabo valiéndose del embarcadero del propio nombre en aquella bahia, sin perjudicar en manera alguna al propietario ó propietarios del terreno, ejecutándose las obras bajo la inspeccion del Excmo. Sr. Gobernador de Cuba ó de la persona á quien para ello comisione.

30 No se llevarán á efecto las concesiones acordadas en los dos artículos anteriores, sin que primero se construyan, no ya las defensas propuestas por el señor coronel Cruz, sino las que por de pronto estime necesarias el espresado Sr. Gobernador, bien sea en la boca del puerto ó en lo interior de él, así como el local conveniente y proporcionado para el acuartelamiento de la tropa de infantería y artillería que deba guarecerlas, verificándose ambas obras por cuenta de los mismos vecinos, segun tienen ofrecido, y bajo la direccion del cuerpo de ingenieros del egército, teniéndose presente que en 1827 ascendia la suscricion voluntaria que se promovió con este objeto á la cantidad de 8016 ps., pudiendo ahora darse mayor estension si fuese necesario.

4o y último. Se autoriza al Excmo. Sr. Gobernador Comandante general de Cuba para adoptar todas las medidas que considere

convenientes al cumplimiento de este acuerdo y para resolver las dudas y dirimir las competencias que puedan suscitarse en su ejecucion, entendiéndose al efecto con las demas autoridades de la provincia de su mando y dando cuenta oportunamente para que por el ramo de hacienda se circule y publique la habilitacion del puerto y se avise al de Marina á fin de que establezca en Guantánamo las dependencias que correspondan.

Transmitido este acuerdo al Gobierno y á la Inten dencia de la provincia de Cuba, se celebró allí una conferencia, á que asistieron los gefes de las distintas armas: de la cual resultó la necesidad de reconocer de nuevo aquel litoral á fin de establecer en el mejor punto, tanto el muelle como los edificios de aduana y las obras de fortificacion para la seguridad y defensa del puerto. Y despues de numerosos pasos preliminares, respecto á la egecucion material de este proyecto y al punto esencial de hacer efectiva la exhibicion de cuarenta mil pesos ofrecidos por los hacendados interesados mas inmediatamente en la habilitacion del puerto de Guantánamo, despues de numerosas dificultades y de reiteradas diligencias, se hizo efectiva la habilitacion del puerto.

Con este motivo nos parece conveniente insertar aquí algunos documentos que esplican muy bien los trámites de este dilatado asunto, así como los medios empleados y las condiciones con que se ha habilitado este puerto al comercio esterior.

Oficio del Excmo. Sr. Gobernador y Capitan General al Excmo. Sr. Comandante General del departamento Oriental.

Luego que recibí el oficio de V. E. de 3 de febrero último participándome que tenia en su poder los proyectos de defensa de Guantánamo, formados por el comandante de Ingenieros D. Andres Lopez de la Vega, hallarse recaudados 15,000 pesos de los 40,000 que han ofrecido los Sres. comerciantes y hacendados para esas obras con los demas particulares que V. E. menciona en la espresada comunicacion, pidiendo al propio tiempo y en vista de todo que se declare por habilitado el espresado puerto, juzgué conveniente pasarla con las observaciones que me parecieron del caso al Exmo. Sr. Superintendente delegado de Hacieienda; y habiendo recaido posteriormente varios informes de las oficinas del mismo ramo, presentes todos estos antecedentes y reunidas nuevamente ambas autoridades, acordamos en el dia de ayer la habilitacion del puerto en el modo y forma que verá V. E. por la copia del acta que le incluyo para su conocimiento, gobierno y demas efectos. Consecuente con la facultad concedida á V. E. en el artículo 3o del acuerdo de 12 de diciembre de 1843 se deja á su prudencia y bien entendido celo la clase de defensas y edificios militares que deben construirse, si bien se ha estimado necesario hacer las indicaciones que contiene el artículo 2. del acuerdo de ayer, porque los

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