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taurase la administrada por el amo sin los criados. V. R. discurra lo mas picante y claro en la materia que de todo hubo.

Al conde de Oñate, que era grande personal, le ha dado S. M. la grandeza para su casa; muy bien merecida la tiene; que ha servido en todos los negocios de mas importancia con grande acierto, y si su parecer se hubiera seguido, Cataluña y Portugal no estuvieran hoy como están.

Al marqués de Leganés dicen le han enviado á llamar, y se tiene por cierto es para visitarle (4). Tambien llaman á toda priesa al de Torrecusa para que haga oficio de general en Cataluña.

Muy válida anda la voz de que en breve habrá presidente de Castilla nuevo; unos dicen lo será el de Castrillo; otros D. Juan Chumacero; otros el obispo de Plasencia, que es hombre docto y entero, y por serlo duró poco en el Consejo.

S. M. llamó á los consejeros de Cámara el otro dia, y destos solo á tres que fueron D. Francisco Antonio de Alarcon, D. Antonio de Contreras, y Campo Redondo. Estuvo con ellos mas de dos horas y media; no se ha sabido cosa alguna de lo que se trató. José Gonzalez ni el de Peñaranda (2) no fueron de los escojidos, ni tampoco D. Luis Gudiel, que tambien son los tres de la Cámara.

Voz corre que al Protonotario le han mandado no entre en Palacio sino fuere llamado de S. M. Creo no es cierto, como tampoco lo son otras muchas cosas que se dicen. Espéranse muy en breve otras providencias que han de

(1) Asi se verificó, pues en el tomo H, 74 de la Bib. Nac. se halla un papel impreso en que el de Leganés responde á los cargos que se le hacian. Era uno de ellos el que por culpa (suya se habia malogrado la campaña del año 1612.

(2) Así en el original, pero parece debió decir Peñerrieta ó Ipeñerrieta.

causar grande novedad, segun afirman personas que están muy inmediatas á la persona Real.

De Cataluña se dice por mayor que están muy desavenidos los catalanes y franceses, y aunque cuentan otras cosas particulares no las aviso porque no sé sean muy ciertas.

Llegó el P. Luis Perez con salud, y su compañero dióme su encomienda de V. R. que estimo como debo. Viva mil años, y tenga la salud que deseo. De Madrid y Febrero 1.o de 1643. Sebastian Gonzalez.-Al P. Rafael Pereyra, de la compañía de Jesús, en Sevilla.

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El correo francés que trae el ordinario de Flandes desde París á Irún, donde partió á los 22 de este, acaba de llegar, y dice que el Parlamento que gobierna despues de la muerte de Richelieu, mandó soltar á Basimper (Bassompierre) y á otros monsieures que estaban presos en la Bastilla, prision principal de París, y que S. M. Cristianísima habia enviado á llamar al duque de Guisa, al de la Valeta, al de Vandoma, al de Rufal, al de Tranalla (1), y que el de Condé se paseaba en París, donde decian pos cosa constante que habia de haber suspension de armas, para tratar la paz, y que un gran siervo de nuestro Señor, religioso de la orden de S. Agustin, dijo á Richelieu que el año de 1643 se haria la paz entre las dos coronas, pero

(1) Así dice el original, pero parece habrá de leerse Elbeuf y Tremouille, ó la Tremolle, como le llamaban los nuestros.

que ni S. E. ni él la verian efectuada. El Cardenal murió en efecto á los cuatro de Diciembre, y el religioso un mes antes.

Un gran letrado que tenia el rey de Francia en Barcelona, llamado Monsieur de Argenzon (1), para proponer las conveniencias, estando en el Consejo de los Ciento confiriendo sobre una fuerza que el Cristianísimo queria hacer cn Monjuí, llegaron á palabras muy pesadas el Argenzon y el diputado del Brazo eclesiástico, tanto que alzando el jurisconsulto una muleta que traia, le dió de palos, y el diputado sacando el puñal, le mató de dos puñaladas. Comenzaron los catalanes á apelidar nuestro Rey y á dar sobre los franceses, de manera que dicen escaparon huyendo con Monsieur de la Mota quedando muchos muertos.

Antes de esto escribió Aragon á S. M. que partiese con brevedad, sin cuidado de gasto ninguno para su casa, por que aquel Reino se le hará porque él vaya. Si este suceso es verdad, nos las podemos prometer muy felices; pero no puede dejar de serlo, porque el de Arcos ha despachado dos correos con este aviso.

Dicen que viene á esta córte el de Fernandina y don Felipe de Silva, y que se valdrán de ellos en esta ocasion, porque ha de haber mudanza de cabos en el ejército.

La plata del Retiro, que aun no serian 100,000 ducados, se está haciendo moneda, para que sirva de ejemplo para que todos los señores labren la suya, y S. M. lo pide así.

Pídese donativo voluntario á todos, y lo van ofreciendo los magnates. Medinaceli ofreció 8,000 fanegas de trigo en el Puerto de Santa María y 26,000 ducados á

(1) René Voyer d' Argenson, aunque segun los historiadores franceses no murió en Barcelona como mas adelante se dirá, sino en Venecia en 1156.

plazos, el duque de Osuna ha ofrecido 300 soldados pagados, puestos en la parte que S. M. quisiere; y todos se animan mucho, y así en esto como en las asistencias á S. M. en las audiencias como en la comida, no falta nadie.

Lo que el Consejo proveyó en el negocio del duque de Medina Sidonia se ha tenido por favorable, porque le mandaron soltar todos los criados que quedaron presos en Vitoria, y los que estaban en Coca, y se viene el alcalde, y fué un caballero en su lugar, y moderaron el salario de los guardas, y que mi señora la duquesa gobierne el estado; y aunque Valparaiso está nombrado para ir á San Lucar á gobernar las armas y aquellos castillos, por la ausencia del Duque, se cree que no irá, porque ha pedido título de capitan general y no se le han querido dar.

Dicen saldrán presidentes nuevos de los Consejos, pero hoy no se ha visto nada.

Quien gobierna la Monarquía son cuatro, con quien se junta S. M. que llaman la junta del Rey, que son Borja, Monte-Rey, Oñate y Castañeda, y estos dos postreros son los dueños de la Monarquía.

A treinta y seis Ministros han dado comision busquen 8,000 ducados de plata cada uno, y ha corrido voz de que se los pide S. M.

Háse casado D. Marcelino de Faria con Mariquita de Leço, en quien tiene S. M. un hijo. Diéronle plaza de oidor de Granada, y yendo por el despacho á la Cámara hizo esta consulta al Rey diciéndole: que obedeciendo el decreto en que manda se le hable con toda verdad, aunque sea contra sus órdenes, le dicen no conviene que vaya este hombre á dicha plaza, por ser de la calidad que es, y haber ya otro en la misma chancillería, sino que S. M. le haga otras mercedes, con que ha pasado así hasta agora, y se cree se conformará S. M. con la Cámara.

Del estado de Milan escriben que fué cierta la pérdida

que hicimos de Tortona por las armas del príncipe Tomas y de franceses; pero con haber recuperado otro ú otros dos lugares en el Milanés, y con haber entrado mal prevenida de bastimento la guarnicion francesa en Tortona, se discurre que el enemigo se halla apretado, y que la plaza se cobrará brevemente, y mas habiendo el Pontífice dado paso por las tierras de la Iglesia á 4,000 hombres, que de Nápoles iban al socorro del Estado.

De Roma se avisa que el Obispo de Lamego (1), embajador de Portugal, y el embajador de Francia con todo su séquito, habian salido de Roma y idose á Francia, sin haber conseguido el de Lamego lo que pretendia para su nuevo rey, despues del disgusto con el de los Velez. Que el de Parma habia echado de su córte al embajador de Francia, y vuéltose á la devocion de España y vestidose á la española, con gran regocijo y fiesta del Duque y de sus vasallos. Que el Pontifice está mas benévolo á las cosas de España. Que el duque de Medina de las Torres ni habia dejado el ínterin del gobierno de Nápoles al de los Velez, ni aceptaba lo de Milan. Cuando sepa lo que pasa con el valido, podrá ser que no replique.

Olvídaseme decir que el Protonotario y otros de su parcialidad han tenido estos dias un gran susto y sentimiento, porque sin saber para qué fines hicieron venir de Aragon un famoso hechicero, y sabiéndolo el Inquisidor general, pidió licencia, favor y ayuda á S. M. para prenderle; no se la quisieron dar con ánimo de prenderle y no por la Inquisicion, mas cuando S. M. le mandó prender no pareció, y pidiéndole á los que tenian noticia de él, ó por cuya órden habia venido, respondieron que se habia vuelto y en el camino murió, de que presentaron testimonio, con lo cual han dado mucho que pensar.

(1) Véase la pág. 460 del tomo IV.

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