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y quemado las trincheras y algunas casas, y dado vista al castillo de Nogales, y que de allí se retiró á los olivares de Olivenza y pretende ir quemando y demoliendo las villas de Barcarrota, Alconchel y otros lugares. Cosa lastimosa es lo que pasa, que no tengamos con que hacelle al enemigo oposicion. Yo como no entiendo las materias de guerra, ó qué sea la causa por que la caballería nuestra no anda á la vista y procura divertirlos para que no tenga el traidor tan libre el campo y con tanta facilidad nos haga tan grande daño, le aseguro á vid. que se me pasa el corazon, pues veo que no se pone remedio á nada. Viendo yo la floje. dad, he ofrecido hacer una cosa que, bien creo la haré con toda fidelidad y sin excepcion de personas, que és salir á juntar de 800 á 900 caballos y rocines; los caballos para corazas y los rocines para dragones; y aunque esto no es cosa de mi profesion ni puesto, pero con todo atropello y á todo el trabajo y riesgo me pongo con buena voluntad, y he dado al Conde un memorial que vmd. verá, y creo que con este arbitrio se refrenará á este enemigo traidor, que es infalible que nuestra caballería, si tuviera dos ó tres compañías de dragones, hubiera sido fácil haberle picado por un costado y rompídoles el ejército, y todos convienen en esto. Badajoz y Setiembre 30 de 1643.-El licenciado D. Gabriel Ortiz de Orbe, provisor de Badajoz.

Monterey y Setiembre 30 de 1643.

(Tom. 101, fól. 469.)

Primera relacion del estado de las cosas en las fronteras de Galicia, en Setiembre de 1643, enviada por D. Pedro Carrillo, cabo de aquel partido (1).

Lunes 31 del mes pasado, tuve aviso antes del amanecer de que el frontero de Chaves habia marchado el sábado antes, despues de media noche, con su gente escogida y alguna artillería, y que se encaminaba hácia el valle de Salas, pero que no se sabia con qué designio, mas de que los confidentes que me avisaron presumian que era para entrar por dicho valle de Salas, y encaminarse por los altos á embestir esta plaza de armas por el costado derecho (que es por donde muchas veces me han amenazado los rebeldes, y entrada mas segura para ellos). Parecióme que si entraban por dicho punto y con artillería, podrian tambien encaminarse á la plaza de Allariz, y así previne un tercio de infantería y una compañía de caballos, para que marchase luego á entrarse en dicha villa, luego que se entendiese que el enemigo hacia allí la punta, y la demás gente estuvo prevenida para el otro designio de encaminarse á esta parte.

El lunes, despues de medio dia, tuve aviso, de que habian entrado por dicho valle de Salas y saqueado y quemado diez aldeas, y de allí á dos horas le tuve de que

(1) Esta relacion, lo mismo que otras que mas adelante se insertarán, no tiene fecha. Por conjetura la hemos dado la de 30 de Setiembre, suponiendo que es el parte detallado de lo ocurrido en aquel mes.

se habian retirado, sin que se viese persona que me pudiese informar con qué número de gente habia el enemigo hecho la entrada, ni los que yo envié á reconocerlo pudieron ver mas que unas mangas sueltas de infantería guarnecidas de caballería que hicieron dicha obra, quedando su grueso fijo, dándoles calor en la misma raya, que está distante de aquí cinco leguas.

El martes siguiente, despues de medio dia, tuve otro aviso de que el enemigo habia vuelto á entrar y requemar las mismas aldeas que el dia antes habia quemado, y que se encaminaba con su grueso de esta vuelta, y se reconoció por los humos que venia quemando las mas aldeas que están sobre la montaña, hasta que llegó distancia de menos de dos leguas de esta plaza de armas y las que quemó fueron catorce aldeas, que las mas de ellas habian sido quemadas el año de 641. Luego al instante despaché al maestre de Campo D. Juan Alejandro de Sosa con su tercio que consta de 1,300 infantes, y otras dos compañías de caballos, de las tres que aquí tenia, dándole órden para que fuese á hacer alguna oposicion al enemigo, ocupando puestos ventajosos porque no prosiguiesen los daños que hacia, como para impedirle bajasen al valle. El dicho maestre de Campo marchó con diligencia, pero habiendo llegado al paraje al poner del sol, ya el enemigo se habia retirado. Dos horas despues de anochecido me trajo un abad un prisionero que me informó que los rebeldes se iban á acuartelar aquella noche á Villar de Per-. dices (lugar abierto dentro de Portugal, poco distante de la raya); tambien me informó que la gente que llevaban eran 3,000 infantes, mas de la mitad con bocas de fuego y los demás con chuzos y picas, y cien caballos y tres piezas de artillería, y por lo mas que me dijo colegí la desórden y poco recato con que la noche antes se habían acuartelado, y la satisfaccion con que estaban de que yo no

me hallaba con fuerzas (por la gente que habia enviado á Tuy) para hacerles la menor oposicion; con tanto me resolví luego á tomar satisfaccion y envié órden al dicho maestre de Campo, para que si se hallaba en puesto que pudiese llegar á dicho lugar de Villar de Perdices otro dia al romper el alba marchase luego de aquella vuelta, y á la dicha hora diese sobre el cuartel y le rompiese y derrotase la gente, que no me pareció obra de mucha hechura, considerando que aquella noche se habia deshecho alguna gente de la allegadiza con la presa, y la demás estaria cansada de la marcha de dos dias y descuidada del asalto, pues no me juzgaban con fuerzas para ningun intento. Para reforzar mas mi grueso le despaché la otra compañía de caballos que me quedaba, dejando aquí solos los batidores. El dicho maestre de Campo puso en ejecucion la órden, pero llegó algo mas tarde al lugar, pues el enemigo se habia ya desalojado, al parecer teniendo aviso de la marcha de 'nuestra gente; y así entró en él sin oposicion y le puso fuego con todo cuanto habia en él, que era mucho lo que se halló dentro, centeno y otros bastimentos y ropa. Luego se encaminó bácia él lugar de Grallas, donde halló que el enemigo se habia recogido y fortificado, lo que pudo reconocer, y ver tambien sus escuadrones y formada la guarnicion, pues llegó con la gente á tiro de mosquete; y por parecerle que habia de ser dificultoso romperle allí y que le habia de costar gente lo principal porque no llevaba órden para mas que hacer. lo en la forma referida) hizo alto dos horas allí á su vistá, por si salian al llano á pelear; y por irritarle' mas quemó otros dos lugares que estaban alli junto, que se llaman Sobrayre y Santandres y no los saqueó, aunque los halló tambien buenos y ricos, por no dar lugar á que nuestra gente se desordenase. Quemóse todo junto y desperdició el trigo y centeno, de que habia mucho, y se tiene por

asentado, que se le hizo mas daño á los rebeldes aquel dia, solo que todo el que ellos hicieron en valle de Salas y la montaña. Habiendo vuelto á hacer alto el dicho maestre de Campo con el fin de esperar que el enemigo saliese, como lugar mas ocasionado para ello, le llegó órden mia para que se viniese retirando de esta vuelta, y para asegurarle me-, jor la retirada habia yo hecho marchar otro tercio de infantería hasta cerca de la raya y tomar un puesto venta-. joso donde pudiera hacerlo con mas ventajas; con que toda mi gente llegó aquí aquella misma noche sin faltarle un hombre.

El dia siguiente tuve otro aviso de que el enemigo habia marchado á Chaves é incorporado su gente con la que alli tenia, y la que estaba en Monforte de Rio libre (sic), y que tenia dispuesto hacer entrada aquel mismo dia por este valle, como lo ejecutó á las cuatro de la tarde. Mostraron luego tres batallones, al parecer, de 4,000 hombres cada uno y tres compañías de caballos, en la falda de la colina de Vilarello, primer lugar de Portugal, y lue go avanzaron de esta vuelta dos tiros de mosquete dentro de Galicia. Hice al punto salir nuestra gente en campaña, y por mucha prisa que nos dimos ya habia la caballería del, enemigo quemado alguna paja y barracas que alli habia, con cinco aldeas cercanas á la raya, que ya dos veces habian sido quemadas dicho año de 641, con que no hi~ cieron daño de consideracion; y como el enemigo hizo la entrada tan tarde, no pudo nuestra gente salir á tiempo que le pudiese impedir, mas que el que no llegase á otros lugares que estaban mas adentro, como se le impidió.

Yo me quedé aquella noche en campaña en un puesto á propósito hasta ver el otro dia el poder del enemigo y sus designios para obrar segun los accidentes. A media noche envié un teniente de la caballería con 20 caballos á que tocase al arma á los rebeldes, para tenerlos inquie

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