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desde donde nos trataron mal, y nos mataron seis ó siete, y heridos algunos 20.

El domingo, al amanecer, se comenzó otra vez á pelear bravamente; no nos mataron mas de dos, y uno era un artillero. Mire vmd. si están bien cerca, á causa que los vallados que digo, y olivos no se habián cortado, aunque muchas veces estaba advertido. ¡Ah, señor! que hay poca resolucion, y la guerra necesitá de mucha, y al Conde le temen muy poco los soldados, y de verdad que temo mucho, si no hay aquí un gran soldado que nos gobierne y tenga resolucion y sepa, y esto no admite dilacion.

El lunes á la mañana hizo el enemigo demostracion de toda su caballeria, y salió reconociendo el asiento del lugar de eminencia en eminencia, y llegó á un convento que llaman San Gabriel, de franciscos descalzos, y en esta sazon le picaron por la retaguardia alguna cosilla los nuestros, con que se detuvo un rato, y en el ínterin acabó de entrar un poco de infantería que venia de socorro, y tambien nos entraron cosa de 10,000 escudos que dicen remitia el Sr. D. Juan de Santelices, y aseguro que fué suerte no cogerlos el enemigo. Todavia prosiguió este hasta otras colinas, y allí hizo alto, y no se atrevió á desunirse mas de su infantería, que la dejaba adonde asentó el real, camino de un arrabal de esta ciudad, que llaman Telena, que se desmanteló. Volvióse allí otra vez, y en todo ayer martes no salió á pelear, y aunque la batería de la mosquetería nos está dando algo de espacio, no ha asentado artillería. La nuestra, en viendo algunos juntos, los desbalija y son buenos artilleros, y vemos que han hecho lindos tiros. Háse cogido un rendido, y no hay cosa fija; mas dice que les han muerto los nuestros mas de 200, y herido mas de 150. Lo cierto es que el ver que el enemigo no planta' artillería en estos cinco dias, nos da gran cuidado, y tambien

el que se esté fijo allí; que es una de dos, ó aguarda gran socorro, ó habrá alguna liga de estos portugueses, que hay en esta ciudad muchos, y há mas de dos años que clamo que los saquen de aquí, que no hay que fiarnos de ellos. Ultimamente esta ciudad, como tenga pólvora y municiones, aunque venga todo el poder de dos Portugales, por fuerza no nos la llevarán en 15 dias. Esto es seguro, seguro; en el ínterin allá obran todos, que acá los verdaderos vasallos de mi rey, á buen seguro que no nos descuidamos.

En lo que vmd. dice del Conde, hay que decir, y no hay quien se atreva. La ciudad tuvo hecho acuerdo y aun escrita carta y apercibidas postas para ir á S. M. una persona, y el Conde lo entendió y llamó al escribano del cabildo y vió el acuerdo, y despues trató mal á los regidores de palabra y dicen tiene en su poder las cartas. Esto es verdad, y lo sé de buen original, con que cesa el que nadie escriba ni haga nada, porque dicen que est grande señor y que es hechura de los que andan cerca de la persona de S. M. y que se desaparecerian las cartas. Esto hay muchos que lo dicen y se amilanan; yo antepongo á mi Rey, pero no tengo á quien escribir, como Dios llevó á mi hermano, y no sé el crédito que me darán, pues quizás por no haberme creido en esto, estemos así.

La gente tiene ánimo, y cierto que pelean lindamente; y las mujeres que siempre he temido que nos estorbáran mucho, por los llantos que hacian en otras ocasiones de algun rebato, agora por lo menos no se afligen, antes hay muchas que con cántaros llevan agua á las murallas. Dios lo hace, y si el enemigo se está allí y vino confiado en alguna traicion, como no traiga poder mayor que el que tiene, se ha de perder, y espero en Dios que si se hace que andamos animando á el Conde para que lo haga, y yo soy de los que mas hablan en esto, y es que envie 20 hombres de bien por estos lugares de aqui á Llerena y la

lo

Serena y Medellin, y saquen mil caballos y rocines para otros tantos dragones que sabemos los hay con ellos; es llano que podremos darle una grande rota, y seguramente con la gente que hay dentro en la plaza, se le puede dar como aquello se haga. El Conde ya comienza, mas luego llega otro que le dice si puede. ó no; otro que será para ir á llenar las bolsas los que salieren, á que satisface que envien hombres grandes de resolucion y celo del servicio de Dios y del Rey. ¡Pluguiera á Dios que el primero dia que lo dije al señor obispo, que es de los que mas le aprietan, me lo encomendaran á mi, que yo les sirviera á ambas magestades y con tanta resolucion como otro.

El haber dicho tanto del Conde y con celo del servicio de Dios y del Rey y reino me tiene muy odiado de él, y si aprovechara lo continuara; mas no hay sino oir á todos y sufrirnos muchas cosas que no son razon y decir que sí y todos dicen que no ata ni desata. Si se escribe algo á Madrid, discurrimos qué dirán allá, que pues le enviaron, bien saben que es para ello; ó que queremos enmendar lo que han hecho. Cosas á este tono se me ofrecen muchas, y yo paso mil penas con tantos discursos, y con esto que el Conde tiene buena intencion de acertar y celo del servicio de S. M. y es buen cristiano, y que sale á la campaña y que en eso es valiente. De la disposicion y resolucion se quejan todos, y los que mas le comunican dicen mas, y sé que ha oido de esto mucho, ya sin querer, ya

acaso.

Yo padezco en los hospitales, que antes que me den dinero llego á estar empeñado en mucho; camas he sustentado hasta estos dias, sin que S. M. gaste un real; hoy me faltan, y doy arbitrios y no se resuelve á nada. Dios guarde á vmd. muchos años. De Badajoz á 23 de Setiembre de 1643.

Madrid y Setiembre 24 de 1643.

(Tom. 104, fól. 50 v.o)

Traslado de la carta original que el P. Gaspar de Sobremonte Villalobos escribió á la duquesa de Medinasidonia, dándole cuenta de lo sucedido en el Consejo acerca de la sentencia del duque de Medina su marido, preso.

Excma. Señora: Ya dije á V. E. la estafeta pasada que el haber dilatado el escribir á V. E. habia sido hasta poder dar buenas nuevas de los sucesos del pleito. Ayer se vió en el Consejo, y habiéndose hablado en él con toda satisfaccion, se cerró el Consejo y duró el votarse hasta las doce y media, estando toda la córte esperando el suceso, y hoy duró el tomar resolucion mas de una hora. Al fin, señora, ha mandado hacer consulta á S. M. sobre soltar libremente, y á lo que se ha podido entender con grandes recomendaciones, al Duque mi señor. Gracias a Dios que ha vuelto por nuestra verdad, y que no á han podido contrastarla malas intenciones; solamente me queda un sentimiento, y es que no se haya visto el pleito en medio de la plaza para que viera el mundo quien es el duque de Medinasidonia.

Señora, V. E. reciba esta norabuena, que se la doy á V. E. con el corazon, y tendré por mi mayor gloria la parte que me ha tocado en la solicitud de este negocio.

y

el haber merecido título de criado de V. E. Lo que importa es que V. E. se nos venga muy aprisa, adonde logre con el Duque mi señor el gusto de este buen suceso, que

espero en Dios ha de ser por muy felices años. Que guarde Dios á V. E. como este su menor criado desea, &c. De Madrid á 24 de Setiembre de 1643.-Gaspar de Sobremonte Villalobos.

Zafra y Setiembre 24 de 1643.

(Tom. 101, fól. 45 v.o)

Ha sido tanta la desvergüenza del enemigo portugués, que glorioso de haber tomado la plaza de Valverde tan sin riesgo, se ha venido á Badajoz y puesto sitio á la plaza el sábado pasado, dicen con 12,000 infantes y 2,200 caballos. Ha llegado á tiro de mosquete de las murallas, por el camino que traia de Valverde, que dejó quemado. Háse fortificado en unos paredones y vallados, que estaban cerca de Badajoz y en unas huertas. Salió nuestra caballería á él al llegar al sitio, y escaramuzaron un rato; dispararonle el artillería, que les hizo recogerse algo mas, con pérdida de mucha de su gente, y sin perderse hombre de los

nuestros.

Otro dia enviaron los portugueses á decir á la ciudad que se entregasen, que les harian el pasaje que quisiesen, y que de no hacerlo llevarian el negocio á fuego y sangre, y no quedaria hombre que no degollasen. A esta desvergüenza respondió la ciudad con salir la caballería y 800 mosqueteros, que los acometieron ayudados de la artillería que se les disparaba de la ciudad, aunque con poco daño respecto de pasarse de largo por haberse ellos metido la noche mas adentro; pero con todo los sobajaron bien, y dicen les mataron gente; de acá solo faltaron ocho hombres, entre ellos un capitan de muy buen crédito, de esa ciudad (1).

(1) D. Juan Nogorta, véase la carta del 1.° de Octubre.

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