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De Juan no he tenido mas aviso que el que V. R. me dió, de que trataba de venir á Sevilla. Avíseme V. R. qué se hace, y de lo que por acá se fuere obrando iré avisando á V. R., á quien guarde Dios como deseo, &c. Monterey y Junio 25 de 1643. Francisco Isidro Monzon.=Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús, en Sevilla.

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Madrid y Junio 25 de 1643.

(Tom. 104, fól. 28 v.o)

De Paris 20 de Mayo de 1643, escriben lo siguiente: «En 22 del mes pasado llegaron á París los despachos de España para la seguridad del viaje de los diputados de S. M. Cristianísima, que han de ir á la junta de la Paz que se ha de tener á 11 del mes de Julio próximo de este año. Los que S. M. ha nombrado son los condes Chavigny y Davos (1) y el primer secretario de Estado y el otro consejero del dicho Consejo. El Emperador ha nombrado por presidente de la dicha junta al duque Julio Enrique de Saxa Labemburg (Saxe-Lavenburgh).

El cuerpo del señor Cardenal Infante, acompañado de treinta coches con los criados de S. A., pasó por Paris en 13 de este para España. S. M. Cristianisima mandó que fuesen cuatro ministros de justicia y 12 archeros de su guardia á recibirle á Cambray, y acompañarle hasta Bayona, y que se haga á costa de S. M. la de los criados de S. A. y del carruaje, y que en todos los lugares salga la clerecía por donde pasare el cuerpo de S. A., y le reciban y hagan los oficios de difuntos con la honra y grandeza que se debe á su memoria.

(1) Aunque en el original se lee claramente Daros, se ha impreso Davos, porque no puede ser otro que el conde Davaux ó d'Avaux.

Muerte del rey de Francia.

S. M. Cristianísima murió en su palacio de San German en la Aya (1), cuatro leguas de París, dia de la Asuncion, 14 de este, á las dos de la tarde; á tal dia y á la misma hora murió Henrico IV, su padre. Reinó 33 años cabales. Estuvo dos meses en la cama de calenturas continuas. Reconocióse á pocos dias que era su enfermedad mortal, y estuvo el Santísimo de manifiesto en todas las parroquias y iglesias de religiosos, en las mas dia y noche, con gran concurso de devotos; y porque le apretaba la enfermedad, declaró en 21 del mes pasado á la Reina regente del reino hasta que el Delfin tenga 14 años. Fué obedecido (2) por el Parlamento, donde se hallaron todos los grandes del reino y Monsieur, hermano de S. M., su teniente general, y cuatro ministros de Estado, el cardenal Mazarini, el canciller de Francia Monsieur Boutiller (3), tesorero mayor del reino, y el conde de Chavigni, secretario del Consejo de Estado y el príncipe de Condé, presidente de este Consejo. Quiso S. M. que se diese nombre al señor Delfin, su hijo, que aun no tiene cinco años; y porque todo fué de priesa honró S. M. al cardenal Mazarini, haciéndole padrino, y á la princesa de Condé madrina. Fué voluntad de S. M. que se llamase Luis Augusto, y así este niño rey es XIV del nombre.

El mismo dia que murió S. M. se entendió que la Reina, y el nuevo rey y el duque de Aujou, su hermano, vinieran á Paris. Fué tanto el concurso de gente que salió fuera, que

(1) Saint Germain en Laye.

(2) Entiéndase «jurado."

(3) Bouthillier.

quedó muy poca en París. Difirióse la entrada hasta otro dia á las dos de la tarde, y llegaron SS. MM., acompañados de todos los príncipes y señores y mas de 40 coches, y el tercio de la guardia de S. M. que es de 4,000 infantes y sus mosqueteros de á caballo que son mas de 1,000, y el tercio de suizaros de 2,000 infantes: todos con sus armas muy lucidas. La Reina, el Rey y su hermano venian en un coche en medio de la caballería. Fueron SS. MM. recibidos con grande aplauso. Siempre que pasaban decia el pueblo á voces: ¡viva el Rey! A la entrada el duque de Mombason, gobernador de París, y la Ciudad se llegaron al coche, y se hincaron de rodillas en tierra, y prestaron el juramento de fidelidad al Rey, y le presentaron las llaves de la ciudad; y á la entrada del Loure (Louvre), palacio de S. M., fueron SS. MM. recibidos del Parlamento, que tambien prestó juramento al Rey, antes que saliera del coche.

En 18 de este, el Rey y la Reina madre, acompañados SS. MM. de todos los príncipes del reino, fueron al Parlamento á las nueve de la mañana. Sentóse el Rey en su trono real, y la Reina mas abajo, á la mano derecha del Rey, y el duque, de Orliens, tio del Rey, á la izquierda. Despues que los grandes y el Parlamento se sentaron en su órden, la Reina se levantó y hizo una muy humilde reverencia al Rey, diciendo: «Sire: suplico á V. M. mande á su Parlamento que me reconozca por regente de su reino, en conformidad de la declaracion del Rey, mi señor, vuestro padre, que está en gloria.» Luego el Rey dijo con muy gran despejo, (aunque tan niño, saludando á la Reina): «Quiero y es mi voluntad que la Reina, mi madre y señora, sea regente absoluta de mi reino, y así os mando que la reconozcais, y mi canciller os dirá lo demás; » y despues que el Parlamento obedeció la voluntad del Rey, el canciller trató de lo que se ofrecia para el gobierno del reino, en que se estuvieron dos horas. Despues se retira

ron SS. MM. á Palacio, con el mismo acompañamiento. S. M., que esté en gloria, mandó expresamente por su testamento que su entierro se hiciese sin la ostentacion y grandeza que se hace á los reyes cristianísimos, en que se gastan mas de 200,000 ducados, y que se llevase su cuerpo desde San German á San Dionisio, dos leguas de París, entierro de los Reyes; y así se llevó en 8 de este á media noche, acompañado de todos los grandes de la córte, y un tercio de su guardia, vestidos de luto, con las armas arrastrando, y otro tercio de 1,000 hombres con hachas encendidas. Mandó que su corazon se llevase á la casa profesa de la Compañía de Jesús de Paris, en señal de lo mucho que estimó á la Compañía. Ese dia se trajo á la misma hora con grande acompañamiento y muchas hachas, cuya iglesia, una de las suntuosas que hay en la cristiandad, mandó él labrar. Está puesto á un lado del altar mayor en una caja de plata.

Quince dias antes que muriese S. M., que esté en gloria, los parientes del cardenal Rochilieu, sacaron su cuerpo de la iglesia de la universidad de la Sorbona (donde estaba depositado hasta tanto que se acabase una grandiosa capilla y su entierro, que se labra en la dicha Sorbona), recelándose que muriendo S. M., los príncipes y señores que estaban desterrados y ausentes por su respeto, le sacarian y afrentarian; los cuales despues de la muerte del Cardenal han vuelto los mas á la córte, habiendo alcanzado la gracia de S. M., y despues la Reina madre regente ha concedido la suya á los duques de Guisa, de Elbœuf y de la Valeta, que presto volverán á la córte: no se sabe dónde han llevado el cuerpo de su Eminencia. De Inglaterra.

Cumplido que fué el tiempo de la suspension de armas entre el rey de Inglaterra y el Parlamento, y no habiéndose podido acomodar, volvieron á tomar los ejércitos las

armas. El del Parlamento, á cargo de su general el conde de Essex, sitió la ciudad de Reading, 12 leguas de Lóndres, plaza importante al rey de Inglaterra, la cual le impide que no llegue con su ejército á Lóndres. Tomáronla en doce dias por desgracia que sucedió al gobernador, que era valiente soldado, y en quien el Rey descansaba. Fué que de una pieza de artillería que los cercadores tiraron á la ciudad, dió la bala en una chimenea, la cual cayó al tiempo que él pasaba por la calle, y le hirió de muerte, con que el que le sucedió era de la faccion del Parlamento y trataron luego de concierto.

Tambien el Milor Waler ha tomado la ciudad de Herefort, capital de la provincia de dicho nombre, que estaba por el Rey. Otras plazas han tomado los del Parlamento, y el conde de Neucastel (Newcastle) general del ejér– cito real, habiendo sitiado la ciudad de Leedes (Leeds) la tomó y hizo prisionero al Fairfax (1), general del ejército del Parlamento en el pais del Norte, á quien ha enviado al castillo de Ponfret (Pomfret). El general King por el Rey ha tomado sobre los parlamentarios la ciudad de Nortongham (Nottingham), capital de la provincia del mismo. nombre. Estas guerras de Inglaterra destruyen aquel reino, y no hay primicias de paces hasta que el Rey quede victorioso ó el Parlamento, y en el ínter se degüellan unos á otros miserablemente.

(1) Dos generales tuvo el Parlamento así llamados, padre é hijo (Fernando y Tomás), pero aunque en la campaña que aquí se cita el ejército real llevó la mejor parte, no consta que ninguno de aquellos dos genera les cayese prisionero en manos del vencedor.

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