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Quando nosotros (dice Adoam en el Telemaco) empezamos á comunicar con aquellos Pueblos (los Andaluces) encontramos el oro y la plata empleados entre ellos en los mismos usos que el hierro. Como no tenian comercio por fuera, no necesitaban de moneda alguna. Casi todos son, ó pastores ó labradores. Se ven pocos artistas, porque no quieren permitir mas que las artes que sirven á las verdaderas necesidades de los hombres, y porque, estando la mayor parte de los de aquel pais aplicados á la agricultura, ó á conducir ganados, no dexan por eso de exercitar las artes necesarias á su vida simple, y frugal.

,,Las mugeres hilan la lana, y texen telas finas, y de una maravillosa blancura: hacen el pan, disponen la comida y este trabajo les es muy facil, porque alli no se come mas que frutas, ó leche, y rara vez se adereza algun guisado. La piel de los carneros la emplean en hacer un ligero calzado para sí, sus maridos, y para sus hijos: hacen tambien tiendas, unas de pieles enceradas, y otras de cortezas de árboles. Componen, y laban toda la ropa de la familia, y tienen las casas con una limpieza y orden admirable. Sus vestidos son fáciles de hacer, porque en aquel dulce clima no se lleva mas que una pieza de tela fina y ligera, que no está cortada, y que cada uno

enrrolla por su cuerpo á largos pliegues, por la modestia, dándole la forma que quiere. ,,Los hombres no tienen otras artes que exercitar, fuera del cultivo de las tierras y el pasto de los ganados, mas que la de manejar la madera y el hierro; y aun de éste no se sirven sino para los instrumentos necesarios para el trabajo. Todas las artes que no pertenecen á la agricultura les son inútiles. No fabrican, casas. Es, dicen, pegarse demasiado á la tierra el hacer una posada que dure mas que nosotros basta defendernos de las inclemencias del tiempo. Por lo que toca á todas las demás artes estimadas entre los Griegos, entre los Egipcios, y entre todos los demás Pueblos civilizados, las detestan como invenciones de la vanidad, y de la molicie... Todos los bienes son comu→ nes. Los frutos de los árboles, las legumbres, la leche de los ganados, que son sus únicas riquezas, abundan entre ellos, y siendo al mismo tiempo muy frugales, y sóbrios, no necesitan repartirlas. Cada familia errante en aquel bello pais transporta sus tiendas de un lugar á otro, quando ha consumido los frutos, y apurado los pastos del lugar donde se habia fixado. Asi no tienen intereses que sostener los unos contra los otros, y se aman todos con un amor fraternal, que nada puede perturbarlo. El desprecio de las riquezas vanas, y de los placeres engañosos es el que

los conservă en está páz

en esta union , * en esta libertad. Todos son libres, todos son iguales...

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Si esta narrativa fuera cierta, á la verdad, no se pudiera desear estado más feliz, ni mas dichosa edad. Pero está muy lejos de serlo, y debe colocarse al lado de otras que se encuentran freqüentemente en los Poetas, propias mas bien para entretener y embelesar á la imaginacion, que para persuadir al entendimiento.

Dexando á parte el que no nos quedan memorias antiguas con que podamos comprobar la existencia de aquella edad, lo que es muy bastante fundamento para no darle crédito ninguno; en la misma descripcion se encuentran circunstancias muy opuestas, que hacen palpable su falsedad. ¿Acaso son compatibles las nociones de agricultura, metalurgia, y otras artes, con la comunidad de bienes? ¿Puede haber agricultura sin casas, y sin el interes de la cosecha? ¿Y si eran labra dores los primeros Españoles, para qué buscaban nuevas tierras ? pues es notorio que un mismo terreno vuelve á producir todos los años con el beneficio de la agricultura. Las telas finas no las podian tener sin telares, y las pieles curtidas y enceradas sin tundideros y otros muchos instrumentos. ¿Y estos muebles se habian de transportar todos los años? ¿Pero qué me detengo en refutar la

realidad de una fábula?

A Fenelon se le puede disimular la falta de verdad, por no ser su obra mas que una novela: mas no la de verosimilitud, que es la regla principal en semejante género de composiciones.

A España vinieron en los tiempos mas antiguos muchas gentes, cuyas conquistas y establecimientos han dado materia al estudio y á la crítica de nuestros mejores historiadores. Pero de los que han quedado mas noticias son los Cartagineses, y Romanos.

El trato con los Cartagineses fue civilizando á muchos Pueblos. Aquella nacion que antes no conocia el oro, que ignoraba el tráfico, y en cuyo seno no se conocia el luxo, se vió despues poseida del mismo gusto de sus huéspedes, comerciante é industriosa. En vano cierto Autor (1) quiere persuadir lo contrario, y que el comercio nunca ha sido del genio de los Españoles, solo por sostener la preocupacion de que nuestro clima fomenta la pereza y la desidia, error que solo puede sostenerse por talentos muy superficiales. Un clima benigno y suave ha de fomentar la desidia? ¿En qué Filosofia se fun

(1) Il me semble aussi que son climat (de España) à un seul inconvenient capable de contrebalancer toutes ses comodités, et les rendre inutiles;

c'est qu' il read les hommes mous et indolens. Memoires et considerations sur le commeroo et les Finances d' Espagne.

da semejante paradoxa? Por razon natural des be suceder todo lo contrario: porque ni la mucha rigidez del frio entorpecerá los miem bros, ni el excesivo ardor del sol los disipará; con lo qual deberán estar en él los hombres mas dispuestos para el exercicio de las artes, que en otro donde reyne alguno de aquellos dos extremos.

La ociosidad tiene otras causas, muy di versas de las que aquel Autor señala. ¿Qué Reyno podrá citarse, en el qual hayan florecido siempre las artes sin interrupcion algu❤ na? La Francia, tan ilustrada, ahora en es→ tos ramos, no muchos años hace que entendia muy poco del manejo de caudales. (1) Lo mismo puede decirse de Inglaterra. Las causas que detuvieron en estas dos naciones las ventajas del comercio, lo han impedido en España y en otras, sin que el clima haya tenido en ello influxo alguno.

Al comercio es consiguiente el luxo. La sagacidad y codicia de los comerciantes inventa continuamente nuevos géneros con que cebar el gusto, y éste se aviva á proporcion de la variedad de los objetos que se le pre

(1) Mr. Huet, en su libro intitulado el Comercio de Holanda, dice:,,Escribo con tan to mayor gusto sobre el Comercio > quanto no hay en Francia materia que esté ab

solutamente mas ignorada, particularmente por los empleados, asi en el Gavinete y en la Magistratura, como en Ren

tas. "

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