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cerca del año 1380. El sepulcro actual no se acabó hasta fines del siglo XVI. y asi Iglesia, como sepulcro, son de las mejores obras de estos Reynos. Hizose Parroquia sugeta al Monasterio y de ella puede verse Yepes Tomo 6. pag. 414. y 417. donde concluye diciendo, que en el dia de S. Lesmes, y de S. Juan Evangelista, pasan alli los Monges en forma de Convento à la Misa mayor con Sermon, asistiendo la Ciudad en el dia del Apostol desde el año 1615. à celebrar à S. Lesmes su Patrono, y particular Abogado.

persevera hoy en este Real Monasterio de S. Juan, al fin de la vida, donde dice: Quia vitam Viri Dei, & actus ex parte descripsimus.... nunc ad miracula post transitum facta manum mittere, tua me Vir venerabilis gratia frequenter compellit. Pero lo sensible es, que acaba en la Prefacion, y faltan los milagros. Al fin del siglo XVI. perseveraban, pues Marieta (que escribió entonces) refiere los siguientes.

55 Una muger perdió la vista de todo punto, llorandola muerte de su marido y hijos: ésta con la angustia grande que tenia, propuso ir à visitar los

Milagros de S. Lesmes despues cuerpos de los Apostoles S. Pe

tidad

de muerto.

54 Confirmó Dios la santidad de su Siervo, haciendo varios milagros despues de su glorioso transito, no solo en los que le invocaban, sino en algunos que no acudian à él, como verémos. Esto empezó desde los tres dias en que estuvo en el feretro, como arriba referimos, y prosiguió despues con mas frequencia: de modo, que el historiador antiguo de su vida escribió nuevo libro de los milagros post transitum, como da à entender el Codice que

dro, y S. Pablo en Roma, pa,y ra lo qual tomó por compañia y guia à una muger que la llevase hasta allá. Llegando à Burgos estas mugeres, y posando en una casa, estando durmiendo la muger ciega, la apareció un viejo anciano, y de mu cha autoridad al parecer. Preguntada por él la causa de su venida, y respondiendo ella à lo que venia, dijole el honrado viejo, que confiase en la misericordia de Dios, y que fuese à la

Capilla y Oratorio de S. Juan Evangelista, que estaba à la entrada de la Ciudad, y que

en

alli estaba sepultado un Varon de Dios Lesmes, en el qual si tuviese devocion verdadera recibiria remedio de su ceguedad. No fue perezosa la muger en poner por obra lo que en el sueño habia visto: y asi estando velando en el Templo de S. Lesmes, encomendóse à él con oracion muy devota y muchas lagrimas; fue tan eficaz esta oracion delante de nuestro Señor, que por los ruegos y merecimientos de su Confesor S. Lesmes la restituyó la tan deseada vista, y de esta manera acabó muy sana la peregrinacion que habia comenzado, sin tener necesidad de alguna guia.

56 Un hombre era contrahecho de todos sus miembros: éste velando al sepulcro de S. Lesmes, le suplicaba por la salud para sus miembros: aparecióle el Santo Confesor, y dijole: Amigo, si enmendares tu vida, y perdonares de corazon à los que te han injuriado, sabete que habrás la misericordia de Dios, y la salud que deseas: él prometió de asi lo hacer, tomóle el Varon santo por la mano, y dijole : En el nombre del Señor levantate y anda, y no ceses de perseverar en los loores de Christo. En el mismo punto, viendolo todos los que Tom. XXVII.

estaban presentes recibió entera sa cuerpo, y dó messe pe à nuestro Señor, for se tan maravillos sepulcro.

7

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57 Un hombre Leve tolomé, virásu a w comprar cier quiso volveram mentado de perdió el miembros, y t fue traído si po santo del celebradas vigilias por s ma Iglesia, f. ses como si nu viera habido nuestro Señor merecimiento: .

mes.

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58 Un 11 Pelayo fue i.. enfermedad. no podia es tado, por e decia en e la sepultur. do S. L ricordi. ruego. cibió la ca bas

de

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.e:

si

S.

poder antes mudarse, ni mandar su persona.

59 Un dia se celebraba en Burgos la fiesta del Señor S. Gregorio Papa, la qual como toda la vecindad guardase, un herrero, no solamente no quiso festejar al glorioso Doctor con los otros, mas hacía escarnio de los que aquel dia holgaban; luego vino el castigo sobre el malaventurado hombre por la voluntad de Dios, que à deshora comienzan sus manos à tremer de tal suerte, que no era poderoso, no solamente de no egercitar su oficio, pero de no poder llegar con ellas à la boca. Como él sintió ser castigado por haber ofendido al Santo, y alos que honraban su fiesta, conociendo su pecado, vase al santo sepulcro del Señor S. Lesmes, sobre el qual teniendo las manos tendidas, con lagrimas de sus ojos suplicaba al glorioso Confesor, asi por el perdon de su pecado, como por la salud de su persona. Cosa maravillosa! como el Santo Confesor Lesmes no tenga costumbre de desamparar à los que le llaman de corazon, luego fueron oídos sus gemidos, y fue libre de aquel mal, y de allí adelante fue muy devoto de los Santos Confesores S. Gregorio, y S. Lesmes.

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Hasta aqui Marieta, y con él los Padres Antuerpienses en su Acta Sanctorum.

60 Alonso de Villegas mos tró poca diligencia acerca de este Santo, y de S. Iñigo (de quien hablarémos despues) poniendo solo sus nombres, y que no halló otra noticia mas que el rezar de ellos la Iglesia de Burgos. Si hubiera acudido à ella, lograra en su rezo mas larga relacion que la sencilla expre

sion de sus nombres.

VIDA

DE OTRO S. LESMES, natural de Burgos, limosnero de S. Julian.

61 Aunque no es proprio de este Real Monasterio el mencionado Santo, le referimos aqui, por motivo de que algu nos confundieron uno con otro, y porque el nombre del mas moderno (que es el presente) fue tomado del precedente, por la gran devocion con que los Burgaleses perpetuaron en sus hijos el nombre de su Patrono y Abogado S.Lesmes, que aunque Frances por nacimiento, se hizo vecino de Burgos por habitacion, y por descansar alli su santo cuerpo. Distaron un

San

Santo de otro cien años, y esto bastaba para no confundirlos, aunque no hubiera las demas diferencias de la Patria, y de la profesion, pues el primero fue Monge, y no el segundo. Los Autores han juntado la memoria de ambos Lesmes en tal conformidad, que no constando el dia de la muerte del segundo, le aplicaron el mismo dia 30. de Enero del primero : aunque otros recurren al 28. por ser el de S. Julian su maestro.

62 Nacio este Bienaventurado en la Ciudad de Burgos, despues que honró Dios esta Ciudad con el nacimiento de S. Julian, Obispo de Cuenca: y quando éste empezó su predicacion, le tomó por socio, à causa de la mucha virtud que se traslucia en él, y jamás se apartaron desde entonces, hasta que S. Julian pasó à mejor vida. Por esto la principal noticia de San Lesmes estriva en la historia de la Vida de S. Julian, especialmente en la mas copiosa y arreglada del P. Alcazar, que recogió quantos impresos y manuscritos pertenecian à su asunto y alli consta como le siguió siendo S. Julian Arcediano de Toledo (por los años de 1192.y 93.) y quando ascendió à Obispo de Cuenca en el 1196.

hasta que murió en 28. de Ene ro del 1208.

70 Con esto queda manifestado el tiempo en que floreció S. Lesmes, y solo resta el que vivió despues del Santo, verificandose haver vivido juntos mas de diez y seis años, en cuyo continuado y largo espacio no es facil explicar quanto adelantaria S. Lesmes de virtud en virtud con tan santo maestro, que escogió vivir sin mas compañia que la de este discipulo, como declaró el Papa Paulo III. en Breve dirigido al Cardenal Arzobispo de Toledo D. Juan de Tavera en 8. de Junio del 1540. donde refiere de S. Julian, que repartia entre los pobres todas las rentas del Obispado, buscando con sus proprias manos el sustento para si, y para un CRIADO SUÃO, CON CUYO SOLO SERVICIO se con tentaba, &c.

71 Este documento es calificacion de varias cosas no referidas, ò dudadas por algunos modernos: porque no haviendo tenido el Santo mas familiar que uno (el qual sin duda fue Lesmes) corresponden à éste todas las particularidades proprias del criado, servidor, compañero, familiar, o confidente: y especialmente sirve para

si

S. Lesmes fue Presbitero, ò no lo fue? Bolando y Hensquenio citaron à Ferrario sobre que fue Presbitero , pues lo afirma lo afirma aquel Autor, poniendo en Bur-, gos à S. Adelelmo; y añade: Ibidem, S.Elesmis Presbyteri. Pero no asintieron à ello, por quanto Trugillo no le nombra Presbitero, y expresa que cierto familiar de S. Julian, llamado Lesmes, distribuía à los pobres el trigo de lo que infiere Bolando, que no sería Presbitero (sino à lo mas, Clerigo de Orden inferior) por no parecer creible que entre la familia del Obispo no hubiese otro mas acomodado para medir y repartir el trigo, sino un Presbitero. 72 Pero estos Escritores no estuvieron bien informados: pues la familia de S. Julian no fue como la de grandes Señores, sino como la de un humilde y pobre Varon apostolico que se contentó con lo preciso de un familiar que le sirviese de capellan, mayordomo, secretario, limosnero, confesor, y compañero individuo, è inseparable, antes y despues de ser Öbispo, en tiempo de su predicacion, en el Arcedianato, y en el cargo Pastoral, en que fue tanto el ardor del Santo Prelado sobre no gastar nada cu su casa

y persona, que con el trabajo de sus manos ganaba lo necesario para sí, y para el asistente S. Lesmes, como dice el Breviario antiguo de Cuenca : Victum sibi & Sancto Lesmo sibi tunc ministranti, cistas texendo, easque vendendo, incredibili humilitate parabat. Esto es lo mismo que lo expresado por el Papa, de que se contentó con un solo sirviente: pues solo para mantener à los dos dice el Breviario que servia el trabajo de las manos: y asi no mantenia mas familia.

73 Era pues Lesmes Presbitero: porque asi convenia en el que era unico compañero del Santo Obispo, para ayudarle en las cosas sagradas del ministerio, y en los desahogos de su espiritu y conciencia. La humildad, la pobreza evangelica, y santidad de los dos, no se deslucia por falta de ostentaciones exteriores: y como ni en S. Julian, ni en el Apostol San Pablo fue indecencia el mante-. nerse con el trabajo de sus manos, tampoco desdecia del Presbitero S. Lesmes el medir y repartir trigo à los pobres, à fin que otro no llevase el merito de tan humilde y caritativo egercicio, como lo era tambien el de vender las cestillas y la

bo

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