An elementary Spanish readerSilver, Burdett, 1900 - 162 páginas |
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An Elementary Spanish Reader (Classic Reprint) Louis Auguste Loiseaux No hay ninguna vista previa disponible - 2018 |
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Términos y frases comunes
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Pasajes populares
Página 67 - Al culpado que cayere debajo de tu jurisdicción considérale hombre miserable, sujeto a las condiciones de la depravada naturaleza nuestra, y en todo cuanto fuere de tu parte, sin hacer agravio a la contraria, muéstratele piadoso y clemente; porque aunque los atributos de Dios todos son iguales, más resplandece y campea a nuestro ver el de la misericordia que el de la justicia.
Página 103 - ... los hijos de sus entrañas, diciendo: "Tengo hambre..., tengo frío"? Señores, ¡yo no quiero mi vida sino por ellos ! ¿ Qué es para mí la vida? ¡Una cadena de (trabajos y privaciones! ¡ Pero debo vivir para mis hijos!... ¡Hijos míos! ¡Hijos de mi alma! Y el padre se arrastraba por el suelo, y levantaba hacia los ladrones una cara... ¡Qué cara! Se parecía a la de los santos que el rey Nerón echaba a los tigres, según dicen los padres predicadores...
Página 26 - Gradúese, pues, cuánto sería su asombro, cuánta su furia y cuál su desesperación cuando al ir a la mañana siguiente a la huerta halló que durante la noche le habían robado las cuarenta calabazas .. Para ahorrarme de razones...
Página 106 - V. los mil reales, y yo daré las señas de Parrón, el cual se ha quedado con mis tres duros y medio Dictó el gitano la filiación del bandido; cobró desde luego la suma ofrecida, y salió de la Capitanía general, dejando asombrados al Conde del Montijo y al sujeto, allí presente, que nos ha contado todos estos pormenores.
Página 107 - Quince días después de la escena que acabamos de referir, ya eso de las nueve de la mañana, muchísima gente ociosa presenciaba, en la calle de San Juan de Dios y parte de la de San Felipe de aquella misma capital, la reunión de dos compañías de migueletes que debían salir a las nueve y media en busca de Parrón, cuyo paradero, así como sus señas personales y las de todos sus compañeros de fechorías, había al fin averiguado el Conde del Montijo. El interés y emoción del público eran...
Página 97 - Parrón. -Pero ¿sabes tú la importancia de lo que dices? ¿Sabes que hace tres años que se persigue a ese monstruo, a ese bandido sanguinario que nadie conoce ni ha podido nunca ver? ¿Sabes que todos los días roba, en distintos puntos de estas Sierras...
Página 99 - Compadre, es usted el único hombre de talento que ha caído en mi poder. Todos los demás tienen la maldita costumbre de procurar entristecerme, de llorar, de quejarse y de hacer otras tonterías que me ponen de mal humor. Sólo usted me ha hecho reír; y si no fuera por esas lágrimas...
Página 104 - Parrón, trayendo al segador en la grupa de su yegua. Los bandidos retrocedieron espantados. Parrón se apeó muy despacio, descolgó su escopeta de dos cañones, y, apuntando a sus camaradas, dijo: — ¡Imbéciles!
Página 27 - El infame, picaro, ladrón, debió de robármelas anoche a las nueve o las diez y se escaparía con ellas a las doce en el barco de la carga . . . Yo saldré para Cádiz hoy por la mañana en el barco de la hora, y maravilla será que no atrape al ratero y recupere a las hijas de mi trabajo!
Página 92 - ... vivir con él, ayudarle; pero el tío Roque se negó siempre. Si hubiesen estado solteros, bueno; con la recua de la mujer y de los chicos, no; el casado casa quiere. Sabía que de favorecer á uno se hubieran enfadado los demás, y bastante se odiaban al pensar en las eventualidades de la herencia futura, para que añadiese él leña al fuego. Ni un hijo, ni un administrador. El uno y el otro le habían de robar; él solo se bastaba para su negocio.