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chez de Tovar el de Valladolid, de quien descienden las casas de Berlanga, y Boca de Guergano cerca de las Asturias de Liebana, que tanta antigüedad tienen como ésta: y despues de haberse dado á la órden de san Benito, fué monasterio de frailes de santo Domingo; despues de gerónimos, ultimamente de monges cartujos, como ahora están, y resplandecen con mucha virtud, y ejemplos de toda santidad. Dice, pues, la fecha desta donacion que la hace el emperador estando en el capítulo de Santo Domingo, era mil ciento setenta y tres. Die vero feria secunda Kalendis julii. Ego Adefonsus totius Hispaniæ imperator, hoc scriptum fieri mandavi, etc. Hallábanse con el emperador el arzobispo de Toledo don Ramon, Pedro, obispo de Palencia, don Jimeno de Burgos, el conde don Rodrigo Gonzalez Osorio, Gutierre Fernandez de Castro su hermano, Rodrigo Fernandez, Pedro Cid, Pedro Diaz, Ordoño Gustios, Rodrigo Perez, Jimeno Henriquez, Ramiro Flores de Guzman.

En este año de la era mil ciento setenta y tres se fundó el monasterio de Santa María de Osera en Galicia, de la orden de san Benito, y congregacion de san Bernardo y el emperador don Alonso, á peticion del conde don Fernando de Galicia, dió su privilegio, en que acotó sus términos. Y en el mismo año se fundó el monasterio de Montferro de la dicha orden y congregacion; y estando el emperador con la emperatriz doña Berenguela, y con sus hijos don Sancho y don Fernando en San Antolin de Palencia á cinco de diciembre, dice que hace merced á este monasterio, fundado por él y por su consejo, y que lo dá al abad don Nuño, y á los demás varones ilustres que eran de su curia, y honraban su corte, y se habian recogido á este monasterio á servir á nuestro Señor debajo de la regla de san Benito: Cæterum, monasterium ipsum, meo consilio, et auxilio fundatum, et res universas. quibus subsilit Abbatem, scilicet D. Munionem, aliosque illustres viros, et in curia mea emeritos, quos constructioni prædicte loci sub regula sancti Benedicti Deo pugnare volentes adjuvo.

No embarazaban al buen emperador las ocupaciones del reino y su gobierno, ni las guerras, para que no atendiese á las del aumento del culto divino.

Esta escritura es la que primero da noticia de los dos hijos del emperador, don Sancho y don Fernando, confirmanla la infanta doña Sancha, y don Diego, arzobispo de Santiago: y dice ser el año veinte y cinco de su pontificado; por donde consta ser este don Diego Gelmirez el que tantos trabajos pasó porque el emperador reinase, don Pedro, obispo de Leon: y así parece que murió en estos dias el santo obispo don Arias, que se halló á la coronacion del emperador, el conde don Alonso Jordan, conde don Lope Diaz, conde don Fernando de Trava (era hijo del conde don Pedro de Trava, que crió al emperador), conde don Rodrigo de Sarria, conde don Rodrigo de Limia, conde don Rodrigo Martinez Osorio, don Bermudo Perez. Gutierre Fernandez, mayordomo, el conde don Fernando, tenens Galletiam, don Gonzalo su hijo, don Bermudo su hermano, don Fernando, hijos todos tres del dicho conde con Fernando.

Y en este año, á diez de noviembre, estaba el emperador en la casa real de Santa María de Nájara, y le confirmó los privilegios reales, y señaladamente el de los diezmos de todo el territorio de Nájara hasta Grañon y Entrena y otras muchas cosas: y dice que imperaba en Toledo, Leon, Zaragoza, Nájara, Castilla y

Galicia y que él mandó hacer esta carta despues que fué coronado en Leon. Hallábase con él Garseas Rex Pampilonensis, el conde Ruy Martinez, conde Rodrigo Gomez, conde Rodrigo Perez, conde Lope Diaz, Gil Fernandez mayordomo, Amalarico alférez, y Sancho obispo de Nájara, Jimeno de Burgos, García de Zaragoza, Miguel de Tarazona, Pedro de Palencia, Bertruno de Osma, Lope Lopez de Mendoza. Era canciller del emperador, Hugo, Giraldo el escribano, de cuya mano hay infinitos privilegios.

CAPÍTULO LIX.

Sobre qué puntos se celebraban concilios en España. Hay memorias antiguas y privilegios, que dicen la venida de legados de la sede apostólica á España, y concilios que celebraron con los prelados del reino; mas no se hallan estos concilios, ni aun razon por qué se celebraron. En tiempo del rey don Alonso, tercero deste nombre, llamado el Magno por sus grandes hazañas, estando muy glorioso por haber vencido al moro Mugait, matándole en una batalla setenta mil moros. vino un legado que envió el papa Ioan, y en la ciudad de Oviedo se juntaron los prelados del reino; y presidiendo el legado, se celebró un concilio, era novecientos y quince, que es año ochocientos setenta y siete, como bastantemente en otra parte tengo probado. Lo que en él se ordenó entre otras cosas, fué, hacer la iglesia de Oviedo metropolitana, y confirma al monasterio de San Vicente del Pino, que ahora se llama de Montfort, que siempre ha sido de san Benito su jurisdiccion. Y por otra relacion de aquellos tiempos parece que se hicieron ciertas divisiones de obispados, y señalaron rentas para los obispos titulares, para que cuando se juntasen en Oviedo á celebrar concilio, tuviesen de qué comer: por donde esta ciudad se llamó ciudad de obispos. Tambien se trató de la reformacion del rezo, pretendiendo el papa, que la iglesia de España se conformase con la de Roma, aunque esto no tuvo por entonces efecto; porque parece, segun está escrito en un libro antiguo de los concilios de España, que era del monasterio de San Millan, y se lo llevaron al del Escorial, que reinando en Leon don Ordoño, que fué el segundo, hijo del sobredicho rey don Alonso, y rigiendo la iglesia romana el papa Juan, y siendo obispo de Iria, que es Santiago, Sisenando, vino á España Ianello presbítero cardenal varon reverendísimo y prudentísimo (sigo el latin) á informarse del estado de la ley cristiana en estas partes; y de qué manera, con qué ceremonias y ritos decian nuestros clérigos misa. Y hecha con toda diligencia averiguacion delio, llevóse la informacion al pontifice, lo cual el dicho Ianello cumplió fiel y diligentemente; y llegado á España, se informó del órden que habia en el oficio divino, qué regla se tenia en la consagracion del cuerpo de nuestro Señor Jesucristo; vió todos los libros de los sacramentos; y hallándolo todo muy católico, recibió grau gusto; y vuelto a Roma, informó al papa y convento de la iglesia romana, y dieron muchas gracias á nuestro Señor por ello, y loaron, y aprobaron, y confirmaron el oficio de la iglesia de España, añadiendo solamente, que conforme á la iglesia romana, celebrasen secreta misæ. Y con esta autoridad quedó siempre firme y loable el oficio de la iglesia de España, hasta los tiempos del señor Alejandro, papa segundo, era mil ciento noventa y cuatro poco mas ó ménos. Y en este tiempo, gobernando la Iglesia católica

[1136.]

SANDOVAL.-LIB. XVIII. CAP. LX.

é

referida: Reinó el rey don Sancho Ramirez en Aragon,
en Ribagorza, é en Sobrarbe; é vinieron cardenales de Ro-
ma, enviados del papa Aldebrando, é recibiólos en su reg-
no en paz; é posieron hi la ley romana en el monasterio
de San Juan de la Peña. É en este año regnó en once Ca-
lendas aprilis, la segunda sedmana, prima, tercia, cele-
braron la ley toledana; é en la sexta dijeron la romana,
era mil ciento y nueve. Los de Castilla estuvieron mas
firmes en guardar su antigua costumbre y valiente, con
la aprobacion que del pontifice tenian. Sabemos lo que
dice la historia del rey don Alonso el sexto, que era en
este mismo tiempo, y la prueba que se hizo en el fuego
sobre retener el rezo antiguo, ó recibir el romano. Y es
cierto que sobre esto y otras cosas vino un legado, y
para reformacion dellas se celebró un concilio en San-
ta María de Usillos, cerca de Palencia, hallándose el rey
en él, llamándose emperador, y que reinaba en Tole-
do, Leon, Galicia, Castilla y Nájara: y Ricardo, vica-
rio de la iglesia romana, Bernardo, arzobispo de To-
ledo, Pedro, arzobispo acuense, Gomez, obispo de
Burgos, Gonzalo. obispo de Dumio, Aderico de Tuy,
Arias de Oviedo, Osmundo de Astorga, Raimundo de
Palencia, Pedro de Leon, Pedro, electo de Santiago,
Martino de Coimbra, Sigefredo, electo de la iglesia de
Nájara, Pedro, electo en Orense, Fortunio, abad de
Silos, Vicente, abad de San Pedro de Arlanza, Diego,
abad de Sahagun, Juan, electo de Oña, Pedro, electo
de Cardeña, con otros muchos caballeros del reino. Y
aunque en esta escritura no se trata sino de la division
de términos entre los obispos de Osma y Oca, que es
Burgos: la junta y concilio principalmente para lo que
toca al oficio divino, y quitar los amancebamientos de
los clérigos, que vivian como casados muchos dellos,
como se dice en esta historia, que aun duraba en tiem-
po del emperador, porque no se concluyó en este con-
cilio esta reformacion. Y como fueron tantas las guer-
ras y trabajos destos reinos, no hubo lugar de tratarse
mas dello; pero el famoso emperador con su sobrado
valor quiso acudir á todo, y para eso pidió al papa le
enviase sus legados, y congregó los concilios de Bur-
gos y Valladolid que se dicen en la historia.

Alejandro, y siendo rey de España don Fernando, un cierto cardenal, llamado Hugo Candidato, enviado del mismo papa, vino á España, y quiso qui- | tar el oficio divino que Alejandro segundo habia aprobado; mas viendo que estaba aprobado y confirmado por autoridad apostólica, no tocó á él. Sucedieron a este cardenal otros, é intentaron lo mismo, mas no salieron con ello. Indignáronse grandemente con esto los obispos de España, y sobre ello habido su consejo, enviaron á Roma tres obispos, esto es, á Munio de Calahorra, Jimeno de Oca, Fortunio de Alava. Estos tres obispos, llevando consigo los libros del oficio divino de las iglesias de España, parecieron ante el sumo pontífice en el concilio general que se tenia en Roma. Los libros que se llevaron fueron el de las órdenes, el misal, manual de oraciones, antifonario; los cuales el papa, y todos los del concilio vieron, y consideraron con mucha diligencia y estudio, y los hallaron católicos y limpios de error. Y para que de allí adelante nadie pudiese inquietar la iglesia de España, ó presumiese dañar, ó condenar, mudar ó alterar su oficio divino, lo mandaron con autoridad apostólica : y dando la bendicion á los dichos obispos, volvieron muy fueron: gozosos para España. Los libros que llevaron, libro de las órdenes mayores, éste era del monasterio de Alvelda, de la órden de san Benito, en el cual está el bautismo y sepultura; y túvole el papa Alejandro, y loólo harto. Llevaron otro libro de oraciones del monasterio de Hirache de la misma orden: y viólo el abad de San Benito, y fué bien loado. El libro misal era de Santa Gemma, y el libro de antífonas era de Hirache, que fué harto loado. Desta manera se dieron á ver, y tuviéronlos diez y nueve dias, y al cabo dellos los volvieron loándolos, y aprobándolos. Todo esto dice el libro de los concilios de San Millan. La ida destos obispos á Roma fué en los años de Cristo mil y setenta á setenta y seis; porque por este tiempo se hallan estos obispos confirmando los privilegios. El conde don Ramon Berenguer de Barcelona, á persuasion de la condesa doña Almadis su mujer, que era de excelente virtud, quiso reformar las iglesias de su condado; y celebró un concilio en Barcelona, queriendo quitar los abusos que tenia la clerecía. Y hallóse en este concilio Hugo Cándido, el sobredicho cardenal, que dicen era natural de Barcelona, que es aquel gran doctor, que por escribir tanto sobre la Biblia, le llaman Hugo Carretero. Y congregados los obispos y abades de aquel condado con los ricos-hombres, se redujo el estado eclesiástico á vivir segun la regla y órden de la iglesia romana; y dejando el oficio gótico, se tomó el romano, así para las horas canónicas, como para decir la misa; como tambien habian hecho poco antes en Navarra y Aragon, año de Cristo mil y setenta y uno. Y en Aragon se hizo el mismo año de mil y setenta y uno á veinte y uno de marzo por el rey don Sancho Ramirez, que siendo de edad de diez y ocho años comenzó á reinar por aquí; y como príncipe religioso quiso reducir el oficio que por Aragon se decia, como en tiempo de los godos lo ordena san Leandro, al oficio que en la iglesia romana se hacia; y así pidió al papa que enviase personas que enseñasen aquel oficio en el real monasterio de San Juan de la Peña, que es de la orden de san Be-drigo Martinez, donde dice: no les hace aquella merced nito y fué así, que en el dicho dia de san Benito, mártes de la segunda semana de cuaresma, se dijo en San Juan de la Peña prima, tercia y sexta con la misa, segun el oficio gótico; y nona se dijo segun el oficio romano: y así se hizo de ahí adelante. Dice la memoria

CAPÍTULO LX.

Venida de don Guido, cardenal y legado de la sede apostólica, y concilio que se celebró en Burgos.

En este año de la era mil ciento y setenta y cuatro, que es del nacimiento mil ciento y treinta y seis, parece que estaba en estos reinos don Guido, cardenal de Roma, legado enviado por el sumo pontífice, que forzosamente, conforme á la cuenta de las historias eclesiásticas, habia de ser Inocencio segundo, que en el año de Cristo mil ciento y treinta fué electo, y tuvo la silla catorce años, siete meses y trece dias. La causa de baber venido este legado no lo dicen las historias; y demás de lo que digo de ordenar las cosas tocantes al culto divino, fué tambien aquietar los movimientos de guerra que entre los reyes andaban; porque los de Navarra y Aragon se la hacian cruel. El de Castilla tambien la debia de tener, ó querer intentar, segun lo que queda dicho en la donacion que el año pasado se hizo al conde don Rodrigo Gonzalez Giron, y al conde don Ro

por la necesidad que dellos tenia para la guerra que al presente tenia, etc. Envió el pontifice este legado para concertar los reyes, y pacificar los reinos, poniéndose el pontifice de por medio, como padre de todos, cuya autoridad estimaban ya los reyes con el res

peto y míramiento debido y de camino celebró concilio en Burgos (1), hallándose á él muchos prelados de España. Desta venida del legado y del concilio que celebró en Burgos, presente el emperador, da noticia una escritura del becerro de Astorga, fol. 4, fecha en Burgos á dos de octubre, era mil ciento setenta y cuatro, que es una donacion que el emperador don Alonso con su mujer doña Berenguela hicieron á la iglesia catedral de Astorga de unos lugares, que su madre la reina doña Urraca habia dado: y dice ser el año segundo, quo coronam imperii primitus in legione suscepi. Y confirman la infanta doña Sancha, hermana del emperador, la infanta doña Elvira, tia del emperador, don Diego, arzobispo de Santiago, don Pedro, obispo de Leon, don Pedro, obispo de Palencia, don Pedro, obispo de Segovia, Berengario, obispo de Salamanca, el conde don Rodrigo Gonzalez Giron, conde don Rodrigo Martinez Osorio, conde don Rodrigo Gomez, conde don Gonzalo Pelaiz, conde Armengol de Urgel, conde don Lope Diaz de Haro, Gutier Fernandez mayordomo, Almaricus alférez, Rodrigo Fernandez, Lope Lopez, Ramiro Flores, Poncio de Cabrera, Fernan Gutierrez, merino en Leon, Diego Muñoz, merino en Carrion, Miguel Felix, merino en Burgos, Gutier Herez, Ordoño Ordoñez, Pelagio Cautivo, el canciller Hugo, su escribano Giraldo.

Comenzaba el emperador á usar en estas cartas de una cruz dentro de una rueda, y al rededor della, signum imperatoris. Y los confirmadores lo tomaban en medio, escribiéndose en dos hileras, que estos fueron los primeros sellos por donde se llamaron privilegios rodados.

CAPÍTULO LXI.

Conde don Rodrigo Gonzalez Giron, alcaide de Toledo, y señalada victoria que hubo de los moros.

La alcaldía y tenencia de la ciudad de Toledo era de las mas honradas y de importancia del reino, y así siempre se daba á la persona mas señalada en armas y en sangre que habia. Tuvo esta plaza don Gutierre Hermegildez, y por su muerte, el emperador la dió á don Rodrigo Gonzalez Giron, con título de capitan general de la caballería de Toledo, y de todas las fronteras de Extremadura. Era don Rodrigo valiente caballero, y amigo siempre de las armas, y de ganar honra por ellas y queriendo mostrar á los moros quien era, determinó de hacer una señalada entrada en sus tierras; juntó las gentes que pudo del reino de Toledo y de Castilla y Extremadura llevando consigo los caballeros y soldados viejos que estaban en el presidio de Toledo; y entró sin hallar resistencia hasta el reino de Sevilla, destruyendo, y quemando cuanto se le ponia delante. que no les dejó huerta, ni árbol, ni panes que no les talase. Hubo ricas presas en esta jornada, de cautivos, de oro, y de ropa, caballos, ganados sin número. El rey de Sevilla, queriendo defender su tierra, y matar ó echar della sus enemigos, ayudándose de los reyes y alcaides sus vecinos y amigos, formó un buen ejército, y salió en seguimiento del conde don Rodrigo, Supo su venida el conde, y poniendo en órden sus gentes, y en salvo la presa que llevaba, esperó á su enemigo. Saliendo al campo raso, ordenó la batalla, poniendo en dos partes los peones, y en las frentes destos dos escuadrones que dellos hizo, puso los ballesteros y honderos, que llevaba muchos, y muy buenos: y en el primer batallon puso los soldados mas fuertes; y la ca

En el archivo de la catedral de Calahorra hay una notable memoria de una plaga de langosta que vino en aquella tierra, In era MCLXXIV. Anno II. Adefonsi regis Aragonum, vire memorandæ memoriæ defuncti, reg-ballería puso contra los alárabes africanos que venian nante juniore Adefonso Legionensi, II. anno regni ejus etc.

con el de Sevilla; y los caballeros y soldados del con

Dice que en este año de la era mil ciento setenta y cua-cejo de Segovia contra los moabitas y agarenos (que tro, que era el segundo en que murió don Alonso de Aragon, varon de eterna memoria, y asimismo el segundo en que reinó don Alonso, rey de Leon, el mozo (entendiéndose Calahorra y Rioja), vino por el aire tanta langosta en la comarca de Calahorra, que abrasó los campos, panes y viñas, hasta las yerbas y en el año siguiente salieron otras tantas, y mas de las que en el primer año se habian muerto, y eran tantos y tan grandes los montones que de ellas se hacian, y la corrupcion y hediondez, que estuvieron las gentes muy apretadas, y para despoblar la tierra.

:

así llaman á los moros de España). El cónsul don Rodrigo con la caballería y gente de Toledo se puso en la retaguarda; y de los castellanos viejos de allende los puertos, hizo otro batalion para que estuviese de sobrestante á socorrer la parte que en peligro se viese, ó mas apretada, y sacase los heridos, y en lugar delos pusiese otros que peleasen, de suerte que los escuadrones no se disminuyesen. Ordenado el campo con tanta prudencia, mandó que se diese señal de arremeter, y con grandes alaridos hicieron los moros lo mismo, llamando á Mahoma, y los nuestros á Jesus y á su apóstol Santiago. Comenzaron á caer de una y otra parte, porque todos eran valientes, y peleaban con todo esfuerzo, y así andaba muy vivo el fuego de la pelea. El conde discurria por todas partes, y vió que la parte donde peleaba el rey de Sevilla estaba muy fuer

De Burgos pasó el emperador á la ciudad de Nájara, y dió al monasterio de Santa María la Real desta ciudad el monasterio de San Fausto en tierra de Treviño, que su madre habia dado y dice ser el año segundo en que fué coronado en Leon de emperador y confirman don Sancho, obispo de Nájara, el de Burgos, Se-te, y que hacia mucho daño en los cristianos, y escogovia y Palencia, el conde don Rodrigo Martinez, el conde Rodrigo Gonzalez Giron, conde don Rodrigo Gomez, conde Lope Diaz, comes Latro, Gutierre Fernandez mayordomo, Almarico alférez, Micael Felix, merino de Burgos, y en Nájara Pedro Gutierrez de Aza, Gonzalo Diaz, Pedro Padilla, Fernandus Perez Logordo, era prior de Santa María don Esteban, varon de señalada virtud.

(1) Guidone S. romanæ eccles. cardinali, et legato eo tempore in Burgis concilium celebrante. Aquí cuenta los dos años emergente y diminuto.

giendo una buena tropa de caballos y diestros ballesteros, acometió por un costado al escuadron del rey de Sevilla, y diéronle tanta carga, que el rey de Sevilla cayó muerto, y otros muchos con él y luego los suyos comenzaron á huir y desamparar el campo, y los cristianos à seguirlos, haciendo gran matanza en ellos, y siguieron gran parte del dia el alcance. Y con esto quedó la victoria por el conde don Rodrigo Giron, que fué de las señaladas que se ganaron de moros en tiempo del emperador, y el conde, recogiendo los despojos, y dividiéndolos entre los suyos, dió la vuelta para Toledo, donde llegó sin contradiccion de enemigos. Hizo.

[1437.]

otras muchas hazañas contra moros, porque fué uno de los señalados caballeros de su tiempo.

CAPÍTULO LXII.

Conde don Rodrigo Gonzalez Giron señor en Toledo, esto es, alcaide, y general de la gente de guerra de esta ciudad.

mereció lo que tuvo, sino que le venia muy de atrás
el ser muy gran caballero, y del mas ilustre y anti-
guo solar de las Asturias. En los privilegios hallo me-
moria del conde don Rodrigo Gonzalez Giron hasta la
era mil ciento setenta y siete. De aquí adelante no pa-
sa. Fundó el conde don Rodrigo Gonzalez Giron en la
provincia de Liebana en Asturias de Santillana el mo-
nasterio de Santa María de Piasca, que era señor de
aquella tierra. Ya sé que tuvo el rey don Alonso una
hija que se llamó Sancha, y aquí la he nombrado en
privilegios despues de don Alonso muerto, mas no sé
que se casase, ni qué tiempo vivió. Es ahora este mo-
nasterio priorato anexo de la casa real de Sahagun. Di-
cen que está enterrado en él el conde, y un escudo
muy antiguo muestran por suyo.

Del conde don Rodrigo Gonzalez Giron hay mucha
memoria en estos tiempos, llamándose Giron, como
aquí lo pongo (1), y es el primero que en los privile-
gios donde confirman los ricos-hombres del reino,
despues de los prelados, se pone. Fuera de ser de
los mas principales del reino en sangre y en hacien-
da, era por su persona muy valiente caballero, incli-
nado á las armas, en que hizo maravillosas hazañas.
Por estas razones le dió el rey don Alonso la ciudad de
Toledo, para que la tuviese en honor, segun costum-
bre de aquellos tiempos, de donde hacia continuas en-
tradas en los moros, y les ganó muchas batallas: des- |
truyó sus tierras que no tenian cosa segura. Cansado
ó enfadado del emperador (dice la historia de Toledo),
no hallando en él lo que quisiera, dejó la tenencia de
Toledo con las ciudades y lugares que tenia en honor,
y el emperador las recibió, y dió luego á don Rodrigo
Fernandez, y le hizo alcaide de Toledo, el cual hizo
mucha guerra á los moros: las cuales, y las que hizo
el conde don Rodrigo Gonzalez, no se escribieron con
ser terribles y sangrientas. Y el conde don Rodrigo
Gonzalez, besando la mano al emperador, y despi-lleros hijos de Gonzalo Nuñez de Lara, y Gonzalo Nu-
diéndose de sus parientes y amigos, se partió para Je-
rusalen, donde hizo cruel guerra á los moros, y ene-
migos de la fé, y edificó un fortísimo castillo frontero
de Ascalonia, que se dijo Toron, y puso en él muy bue-
nos soldados de á pié y de á caballo, y basteciéndole
de armas y de todo lo necesario, dióle á los caballeros
templarios: y al cabo de años volvió á España, mas
nunca vió la cara del emperador, ni en Castilla le vol-
vieron las heredades de sus padres, sino que vivió parte
de tiempo con don Ramon, conde de Barcelona, y parte
con don García Ramirez, rey de Navarra. Despues se
fué con Abengamia, rey moro de Córdoba, donde al
cabo de algunos dias los moros le dieron ponzoña, y
cubrióse de lepra, y curándose della, volvió á la tier-
ra santa, donde estuvo hasta la fin de sus dias.

Hubo en este mismo tiempo otro gran caballero, que
si el que digo no se llamara Giron, entendiera que los
dos eran uno. El que digo, llamado don Rodrigo Gon-
zalez, era Manrique, ó de la casa de Lara, hermano
del conde don Pedro de Lara. Consta esto por una es-
critura, su fecha era mil ciento y sesenta y tres, y po-
ne luego Anno Dominica Incarnationis MCXXV. En que
el conde don Pedro de Lara (llámase Ego Petrus La-
|rensis Comes, de suerte, que el apellido vino de la al-
caidía, ó tenencia de Lara) con cousejo de su señora,
la reina doña Urraca, trocó una heredad que tenia cer-
ca de Arlanza por una del monasterio de Silos, confir-
ma Rodericus comes frater comitis. Fueron estos caba-

Esta memoria hace la historia dicha del valiente y memorable conde don Rodrigo Gonzalez Giron, en quien primero se halla el apellido de Giron, tan rico y honrado hoy en nuestra España. Por la concurrencia de los tiempos parece ser hijo del conde don Gonzalo de Asturias, que tan grande y poderoso señor era en aquellas montañas, con quien el emperador don Alonso en el comienzo de su reinado tuvo tantos y tan pesados embarazos. Por la escritura que cité de la iglesia de Valladolid de la era mil ciento setenta y tres, parece estar casado con doña Estefanía de Armengol, hija del conde de Urgel, y nieta del conde don Pedro Assurez de Valladolid, por donde estos señores hicieron muchas limosnas á la iglesia de Santa María deste lugar, que ahora es la catedral fundada y dotada por el dicho conde Pedro Assurez. Desta generosa familia hay libro particular, escrito por el doctor Gudiel, y así podrá, quien mas deseare, verlo allí; pero no crea que casó con hija de don Alonso VI, ni que de soldado particular, por cortar el giron del sayo del rey,

(1) Á este caballero hacen yerno de don Alonso el VI, y engañanse.

ñez fué hijo de aquel valiente conde don Nuño, que
murió con su primo Gonzalo Salvadores Cuatro manos
en el castillo de Rueda á traicion. Destos dos caballe-
ros se hicieron en Castilla las dos casas Manriques y
Sandoval.

Era el emperador don Alonso príncipe tan católico,
y deseoso del servicio de Dios, y reformacion de las
costumbres, aumentando los monasterios é iglesias,
que aunque le ocupaban las guerras, no alzaba la ma-
no desto, como por la memoria de sus escrituras se
verá. Acabado el concilio de Burgos, que se celebró el
año pasado, quiso que se tuviese otro en Valladolid,
hallándose, y presidiendo en él el mismo cardenal
Guido, legado apostólico. Desto da noticia una escritu-
ra del dicho emperador á cuatro de octubre, era mil
ciento y setenta y cinco; y es del monasterio de Val-
paraiso de monges de Cister, entre Zamora y Salaman-
ca, dice en ella tres cosas. Que en este tiempo estaba
Guido (1) en Valladolid, do celebraba concilio. Lo se-
gundo, que vino allí á las vistas que el rey de Portu-
gal tuvo con el emperador. Y lo tercero, que se fundó
en este año el dicho monasterio de Valparaiso, y el em-
perador lo dotó, el cual con su mujer, la emperatriz
doña Berenguela, dicen, que por servicio de Dios, y
remedio de sus almas y por la gran devocion que te-
nian con Martin Cidez, que hallaron ser hombre justo,
y santo, y por la devocion que asimismo tenian con
los monges de Cister, fundan, y dotan el monasterio
de Valparaiso, que era un hospital donde se habian re-
cogido santos monges. Dánles los montes y términos
con las villas de Cubo y Cubeto, cerca de Zamora, que
estaban despobladas. Confirman el conde Rodrigo Ve-
la, el conde Ramiro Flores de Guzman. Dice que el
emperador reinaba en Leon, Zaragoza, Navarra, Cas-

(1) Tempore quo Guido romanæ Ecclesiæ Cardinalis concilium in Valle Oleti celebravit, et ad colloquium regis Portugaliæ cum imperatore venit.

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Mayor, en Nájara la poblacion de Collada de Fraya con Torreseca, con los términos y montes destas villas, Mahave, Cardenas, Baños de Suso, Medrano, Sotes, la Guardia, la iglesia de San Pedro de Vilanova, el castillo de Tovía, con las heredades que tenia en Legarda y en Villa-Mezquina, y otras muchas iglesias y heredades que el rey señala, de que hace una rica ofrenda á esta su casa, siendo prior della don Estéban, que tales obras eran las que este excelente y cristianísimo príncipe hacia. Aquí se hallan confirmando el buen conde don Rodrigo Gonzalez Giron, el conde don Rodrigo Martinez Osorio, conde Rodrigo Gomez de Sandoval, conde Hermengol de Urgel, conde Lope Diaz, conde Ladron de Guevara, Jimen Iñiguez, Gutierre Fernandez, mayordomo, Ruy Fernandez su hermano, Almanricus alférez, García Fortunez, Melendo Bofin, Miguel Felix, merino de Burgos, Diego Muñoz, merino de Carrion.

tilla, Galicia. Por donde claramente consta los encuende tros que traia con el rey don García de Navarra, que luego se dirá. El carear el legado al rey de Portugal con el emperador en Valladolid, fué por sosegar y componer sus ánimos, y quietar los movimientos de guerra que entre ellos andaban. Parece lo mismo por otro privilegio que en este año á diez y siete de marzo concedió a todos los cristianos de Toledo que no paguen portazgo, ni otro tributo en todo el reino de ninguna mercadería, con que tengan en la ciudad casa, hijos y mujer, que en este tiempo no debia de haber quien quisiese vivir en Toledo. Y dice ser la data en Cuenca (que aun no era ganada), sino es que sea la de Campos junto à Villalon: y que reinaba en Toledo, Leon, Zaragoza, Navarra, Castilla, Galicia; y ser el segundo año despues que se coronó en Leon. Confirma Raimundo, arzobispo de Toledo, los de Segovia, Zamora, y Astorga, y Palencia, la infanta doña Sancha, hermana del emperador, Rodrigo Martinez, conde de Leon, Rodrigo Gomez, conde de Salamanca, Hermengol, conde de Urgel, Suero, conde de Asturias, conde Gutierre Fernandez, mayordomo, Almarico alférez, Lope Lopez, Osorio Martinez, Miguel Felix, merino en Burgos, Diego Muñoz, merino en Carrion.

Y en este año, á diez y nueve de noviembre estaba el emperador en el real monasterio de Oña con su mujer doña Berenguela, y le hicieron merced de unos solares, y de ellos habia sido uno del palacio del conde don Sancho, que llaman su abuelo, y que les conceden esto. Tali pacto, ut corpora avorum atque atavorum meorum, quæ velut despecta in obscuro loco habentur intus in Ecclesiæ S. Salvatoris regali sepultura, ea ornata cum magno honore transmutetis, etc. Porque los monges metan dentro de la iglesia los cuerpos de sus abuelos y rebisabuelos, que como despreciados, estaban indecentemente en bajo lugar, y les den sepulturas reales, con toda la honra y magestad posible, como al presente están, y se dirá dellas en el libro que, siendo Dios servido, saldrá á luz de las fundaciones, y fundadores de los monasterios de san Benito. Y al conde don Rodrigo Gomez de Sandoval, que tenia á Salamanca, dan las fuentes de Peñaforada, y dicen ser el año tercero de la corona de Leon.

Á diez y nueve de octubre deste año estaba el emperador en Nájara, como parece por una donacion que hizo á Suero Flores, caballero del reino de Leon, en que le da el lugar de Peniella, que este caballero dió á la catedral de Astorga. Confirman que se hallaban con el emperador la emperatriz doña Berenguela, Beren gario, obispo de Salamanca, Sancho, obispo de Nájara, Pedro, obispo de Leon, don Diego, arzobispo de Santiago, el conde Rodrigo Martinez, conde Rodrigo Velez, conde don Fernando, Gutierre Fernandez, Rodrigo Fernandez, su hermano Diego Flores, alférez, Diego Muñoz, merino, Micael Felix, merino, Hugo, canciller del emperador, Eustaquio su escribano.

Y por el mes de marzo vino el emperador á Burgos, donde hizo merced á su mayordomo Gutierre Fernandez, y á su mujer Sancha Diaz del término Disualdera, que ellos dejaron al monasterio de Bujedo, que es de frailes de Premostrense, 6 monges bernardos y estaba en esta ciudad tambien á treinta de enero, porque en este dia y año revalidó la donacion que los reyes sus pasados habian hecho á Santa María, monasterio real de Nájara de la iglesia de Santa Coloma, término de Nájara, barrio de San Miguel en Nájara, con las villas de Vecares, Arenzana de Suso, Valle

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A dos de junio estaba el emperador en Palencia, y dió á Santo Domingo de Silos el monasterio de Santa María de Huerta. A dos de noviembre desta era mil ciento setenta y cinco estaba en San Millan, y se halló con la emperatriz á la fiesta de la consagracion ó dedicacion de la iglesia, y dice ser el año tercero despues que recibió la corona en Leon. Los caballeros que se hallaban con él, son los que muchas veces he nombrado. En fin deste mes estaba en Burgos, aquí firmó el privilegio en que manda que los cuerpos de sus pasados se pongan en Oña en lugar decente. Y en los mismos dias el conde don Rodrigo Gomez de Sandoval, llamándose hijo del conde don Gomez, que es el que murió en la batalla de Campdespina con su mujer la condesa doña Elvira, dieron al monasterio de Oña, porque Dios de vida larga al emperador don Alonso, la su villa que estaba en Alfoz, jurisdiccion de Ubierna, que se decia Villaverde, con su palacio y beredades que habia recibido del emperador, en trueque de Villa-Oveto, que habia sido de su patrimonio, y el emperador se la dió por los servicios que dél habia recibido, y cada dia le hacia. Fueron testigos desto el emperador, Pedro, obispo de Burgos, Diego Muñoz, mayordomo del emperador, Gomez Gonzalez, el conde Manrique, Jimeno Iñiguez, Miguel Felix, merino del emperador en Burgos.

CAPÍTULO LXIII.

Nacimiento y crianza del infante don Sancho. En este año de mil ciento treinta y siete parece que ya se habia criado el infante don Sancho, primogénito del emperador, y príncipe tan deseado, que le quedó por nombre entre sus gentes. Su nacimiento fué en Burgos, y la ama que lo crió, y dió leche se llamó Marina Lezanet ó Lezanna, mujer de Rodrigo Perez, naturales de Santiago de Val, cerca de la villa Estudi, 6 Astudillo. Esto parece por una donacion que el emperador y la emperatriz doña Berenguela hicieron á estos dos del lugar de Villa-Silos con todo lo á él anexo en término de Estudil, y dice el emperador les hace esta merced propter servitium quod mihi fecistis de filio meo quem nutristis. Hizo el rey esta donacion estando en Burgos, nono Kalendas decembris era mil ciento setenta y cinco. Confirma el conde don Rodrigo Martinez, el conde don Rodrigo Gomez, el conde Lope Diaz, Gutierre Fernandez mayordomo, Rodrigo Fernandez su hermano, Diego Flores. Dice ser el año tercero en que recibió la corona del imperio en Leon. Despues en la era mil doscientos catorce, reinando don Alonso el

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