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de los de Osorio, bien nombrado en los privilegios del rey don Alonso el sexto, y su hija doña Urraca. Confirman estas dos hijas desta condesa, doña Eilo, como su abuela; y doña Esloncia, que es Aldonza, que debian ser en esta era doncellas; Pero Gonzalez conde de Lara, Pedro Lopez, Pedro Bernardo, Fernan García, don Bernardo arzobispo de Toledo, don Pedro obispo de Palencia, Raimundo obispo de Osma, Pedro obispo de Segovia: y escribió esta carta, por mandado de la condesa, Pedro Vicente cauónigo de Palencia; que tales eran los escribanos de aquel tiempo. Y viniendo al propósito para que traigo esta escritura. dice, que reinaba doña Urraca en Leon, y su hijo el rey don Alonso en Toledo. Con esta ocasion pondré aquí una donacion, que la infanta doña Sancha hizo al monasterio de San Pedro de Cluni, y á su bendito abad el venerable Pedro, que en estos dias estaba en Castilla procurando la paz entre los reyes; y en ella se dice como reinaban en Castilla dona Urraca, y don Alonso su hijo (1)

Y á doce de julio deste año parece estar ya el rey casado, por otra escritura de la iglesia de Santa María de Burgos, en que el rey don Alonso con la reina doña Berenguela su mujer, haciendo un largo y devoto exordio, diciendo, cuán propio es de los reyes ampliar y defender las iglesias, segun los reyes, de donde ellos venian, magníficamente lo habian hecho, imi

fundado. Este santo prelado con otros se pusieron entre los reyes, y alcanzando que el de Castilla se humillase, como sobrino, y entenado al de Aragon, y por bien le pidiese las tierras que en su reino le tenia. El de Aragon, con mucho amor, se dió por amigo al de Castilla, y le restituyó todas las tierras de Castilla y Leon, salvo la Rioja, que tenia pertenecer al reino de Navarra; y aun no dejó de llamarse rey de Castilla en este año, ni en el siguiente: y el de Castilla pasó discretamente por ello, hasta tener coyuntura de cobrarlas. Hallóse en esta ocasion presente don Arnoldo conde de Barcelona, que trabó con el rey de Leon don Alonso estrecha amistad : el cual tenia una hija de su mujer la condesa doña Dulce 6 Dolza, que se llama ba doña Berenguela, hermana de don Ramon Berenguer, que vino á ser príncipe de Aragon, doncella de estremada hermosura y bondad. Por medios del rey don Alonso de Aragon se trató casamiento entre el rey de Castilla y doña Berenguela; y en este año se concluyó, y celebraron las bodas por el mes de noviembre en la villa de Saldaña junto à Carrion, hallándose á la fiesta todos los ricos-hombres y grandes del reino. Al conde de Barcelona, padre de la emperatriz, que la historia vieja llama Arnoldo, llaman otros Ramon tercero deste nombre; y dicen, que tuvo dos hijos, que fueron don Ramon Berenguer cuarto, que le sucedió, y fué príncipe de Aragon, y don Berenguer Ramon, que fué conde de Proenza; y que tuvo tres hijas, á doña Mahalta, doñatándolos en esto: dan á la iglesia de Burgos la de SanCecilia, que casó con Roger Bernardo conde de Fox, y la tercera fué doña Berenguela emperatriz de España. Con la nueva reina vino el conde don Pedro de Lara, que huyendo del rey de Leon se habia ido á Barcelona, recibiéndolo el rey en su gracia, y restituyéndole todas las tierras, que en el reino tenia. Ponen los coronistas este casamiento del rey algunos años adelante, y despues de la muerte de la reina doña Urraca: mas lo cierto es, que fué en este año, siendo la reina doña Urraca su madre viva, y aun teniendo el reino partido entre sí, que por bien de paz se debieron de componer, que la madre se llamase reina de Leon, y el hijo de Toledo. Esto consta por notables escrituras deste tiempo, de que, por ser tales, haré una breve relacion. En este año de la era mil ciento sesenta dos á cuatro de junio, la condesa doña Mayor Perez, hija (como ella dice) del conde don Pedro Assurez el famoso conde de Valladolid, y de la condesa doña Eilo, dió al monasterio de San Pedro de Cluni, y al de San Isidro de Dueñas de la orden de san Benito toda la heredad que tenia en masedas, palacios, solares poblados, y por poblar, etc. Y el convento de San Isidro la recibió por hermana; y se obliga, que si alguno de los hijos de la condesa vinieren á extrema necesidad, le darán por todos los dias de su vida una racion, como se da á un monge en el refetorio, y otras dos raciones para dos criados, que sirvan á la condesa, y á su hijo, 6 hija, si quisieren recogerse al monasterio. Y la condesa lo recibe con mucha devocion, encareciendo esta caridad, que así la llama, que el convento la ofrece. Firman esta escritura don Diego

Fernandez de Castro, casado con nieta de don Pedro Assurez, yerno de la condesa (que deben mucho estimar los señores de Castro traer sangre de la ilustrísima familia de los Assurez, que fué la mas señalada, y antigua del reino de Castilla). Pero Martinez hijo de la condesa. Este caballero era de la casa de Osorio. Fué segun esto casada esta señora condesa, hija del conde don Pedro Assurez, con el conde Martin Alonso

ta María de Sasamon con otras muchas iglesias, y posesiones, etc. Y confirman el conde don Pedro de Lara, el conde don Rodrigo de Asturias. Y en otra donacion que está en el libro del becerro de la catedral de Astorga, folio 113, fecha en este año á veinte y nueve de noviembre, dice: Reinando (2) doña

(1) Dice así: In nomine sanctæ et individuæ Trinitatis, Patris videlicet, et Filii, et Spiritus sancti, cui regnum, et imperium sine fine. Per omnia sæcula sæculorum. EGO Infans dona

Sanccia, nobilisimi comitis domni Raymundi, et Urraca Reginæ filia: Vobis, domino Petro, cluniacensi abbati, et omni con-gregationi ipsius loci, in Domino Jesu-Christo æternam salutem. Amen. Magnum est titulum donationis, in quo nemo potest actum largitatis irrumpere, neque foris legem projicere; sed quidquid conceditur, vel offertur, semper libenter debet amplecti. Et inde, ego infans domna Sanecia, vobis jam dicto abbati, et sibi commissæ congregationi, per manum domni Hugonis camerarii, dono quandam hæreditatem meam propriam, quæ habeo de parentorum meorum, et jacet in territorio de Leone, et est supra ripam Stola, et nomine suo Sancto Michaele Descalata, cum toto suo honore, et cum suas villas, et cum sua bæreditate, toto illo monesterio ab integro. De vobis pro anima patris mei, et pro mea, ut habetiis illo, et serviat in ipso loco, per sæcula sæculorum; ita ut, de hodie, de jure meo sit abraso, et in vestro tradito, atque confirmato, ænoperenni, et secula cuncta. Quod, si aliquis de meis propinquis, aut de extraneis hanc cartam irrumpere voluerit, quisquis ille fuerit, qui talia conmisserit, imprimis sedeat exconmunicatus, anathematizatus, et habeat partem, et societatem cum Datan et Abiron, cum Juda quoque, atque Nerone, et cum diabolo ejus ministri in inferno inferiori demergatur; et insuper, ista hæreditate duplata, vel triplata, et ad partem Regis, C. libras auri. FacC. LX. II. præ millesima. Regnante regina Urracha cum ta carta donationis die, VI. Feria. VIIII. K. Julii Era filio suo domni Adefonsi regis Hispaniæ; et comes Petrus Gonsaluiz in Lara, et in Turre de Mormolion, comes Fernandus in Malgardo Bernardus archiepiscopus in Toleto, infans dona Sanccia in Graliare, et comes Bertrandus in Carrione, comes Suarius in Luna, Rodericus Martinez in Melgar. Petrus Palentinus Episcopus. Didagus Legionensis episcopus Pelagius Oventis. El conde don Fernando, que tenia á Malgrado, está sepultado en San Zoil de Carrion. (2) Dice, Regnante, doña Urraca in Legione Regnum patris

Urraca en Leon, reino de su padre, y su hijo don Alonso mozo, reinando en Toledo, y en otras muchas partes; obispo de Astorga don Alonso, y don Ramiro Frolez dominaba en Aguilar de Lastra. Conforme á una memoria, ó diario, el rey don Alonso tomó este año de la era mil ciento y sesenta y dos á MedinaCeli en el mes de julio, y los mozárabes pasaron á Mar

ruecos.

CAPÍTULO XLI.

Santiago se erige en metropolitana. Viéndose el rey don Alonso con alguna quietud en su reino, puso sus cuidados en la honra y aumento del culto divino, que siempre procuró con ánimo cristiano, y pecho verdaderamente real. Ayudaba mucho sus santos intentos ser sumo pontifice su tio Calixto segundo, hermano de su padre. Fué siempre muy célebre en toda la cristiandad, y venerado con singular devocion el santo sepulcro del bienaventurado Santiago. El rey don Alonso tenia particulares obligaciones á esta santa iglesia, porque en ella fué bautizado. Crióse en esta ciudad: sepultóse en este santo templo el conde don Ramon su padre; recibió en él la primera corona de su reino. Debia infinito al obispo don Diego Gelmirez, que fué criado, y hechura de sus padres, desde que estuvieron en Portugal, y siempre defendió sus partes, hasta ponerle en la silla real, en que al presente se vea y fueron grandes los trabajos que en esta demanda padeció. Todo esto obligaba al rey, demás de su natural inclinacion, para honrar, y aumentar la santa iglesia de Santiago, y su obispo don Diego, que podía tener en lugar de padre. Habia sido en los tiempos pasados la ciudad de Mérida, silla metropolitana, arzobispal; y en la destruccion de España se deshizo, y arruinó de suerte, que despues acá no se sabe haber estado en ella esta dignidad. Pidió el rey á su tio el papa, pasase y colocase en la iglesia de Santiago la silla, y dignidad arzobispal, que solia estar en Mérida : y el papa, siendo devoto del apóstol, vino en ello de buena voluntad; y mandó se averiguasen las iglesias sufraganeas, que solian ser de Mérida, y que lo fuesen de Santiago, y se le añadiesen otras, si fuese posible; y así se le dieron doce obispados, que son Salamanca, Avila, Palencia, Zamora, Badajoz, Ciudad Rodrigo, Coria, Lugo, Mondoñedo, Astorga, Orense, Tuy, y añadió el papa al arzobispo don Diego la dignidad de legado de la silla romana, que por muerte de don Bernardo estaba vaca. Esto dicen las historias; y yo siguiéndolas, dije lo mismo en la primera impresion que desta hice. Vine á ser obispo de Tuy, y hallé en sus papeles (como lo digo en el libro de los obispos desta silla), que mas de doscientos años despues déste estuvo Tuy unida con Braga; y el señor arzobispo confirmaba la eleccion que el cabildo hacia de su obispo, y era sufragánea, y miembro conjunto, como lo fué en tiempo de los apóstoles, que hubo obispos en estas dos sillas. No hallo razon por qué el papa Calixto pudiese dar por sufragánea á Santiago las iglesias de Tuy, Astorga, Orense, Lugo, Mondoñedo, que nunca fueron de Mérida, sino de Braga, y lo fueron los años que digo despues de Calixto, dando la obediencia á aquella santa silla, como consta de los papeles, que hay en ella. Lo que dice la historia compostelana cerca desto es que don Diego Pelayo en tiempo del rey don Sancho de Castilla, fué

sui, filio ejus dono Adefonso puero in Toleto, et in aliis multis locis.

TOMO III.

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elegido por prelado de la iglesia compostelana: era persona muy noble, mas bullicioso, inquieto, amigo de parcialidades. Hizole prender el rey don Alonso, que fué grande resolucion y notable, poner las manos en un hombre consagrado. Deseaba demás desto privarle del obispado: era menester quien para esto tuviese autoridad. El cardenal Ricardo, que dijimos, haberle el pontífice enviado á España por su legado, llamó los obispos, para tener concilio en Santiago, con intento, que en presencia de todos se determinase aquel negocio. Presentado que fué Pelayo en el concilio por miedo, ó de grado, renunció aquella dignidad; y para muestra que aquella era su determinada voluntad, hizo entrega en presencia del cardenal del anillo y báculo pontifical. Con esto fué puesto en su lugar Pedro abad cardinense. El pontífice Urbano avisado de lo que pasaba, tuvo á mal la demasiada temeridad y priesa, con que en aquel hecho procedicron. Al legado cardenal escribió y reprehendió con gravisimas palabras; para el rey despachó un breve, y carta deste tenor: Urbano obispo siervo de los siervos de Dios, al rey Alonso de Galicia.

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« Dos cosas hay, rey don Alonso, con las cuales principalmente este mundo se gobierna; la dignidad >> sacerdotal, y la potestad real; pero la dignidad sacerdotal, hijo carísimo, en tanto grado precede á la potestad real, que de los mismos reyes hemos de dar >> razon al rey de todos. Por lo cual, el cuidado pasto>>ral nos compele, no solo á tener cuenta con la salud » de los menores, sino tambien de los mayores, en >> cuanto pudiéremos, para que podamos restituir al Señor, sin daño, cuanto en nosotros fuere, su reba»ño, que él mismo nos ha encomendado. Principal>> mente debemos mirar por tu bien, al cual Cristo ha >> hecho defensor de la fé cristiana, y propagador de su » Iglesia. Acuérdate, pues, acuérdate, hijo mio muy >> amado, cuanta gloria te ha dado la gracia de la di>> vina magestad, y como Dios ha ennoblecido tu reino >> sobre los otros; así tú has de procurar servirle entre >>> todos mas devota y familiarmente, pues el mismo Se» ñor dice por el profeta: A los que me honran honra»ré, los que me desprecian serán abatidos. Gracias, >> pues, damos à Dios, que por tus trabajos, la iglesia >> toledana ha sido librada del poder de los sarracenos, » y á nuestro hermano el venerable Bernardo, prelado » de la misma ciudad, convidado por tus amonestacio>>nes, recibimos digna y honradamente, y dándole el >> palio, le concedimos tambien el privilegio de la anti» gua magestad de la iglesia toledana; porque ordena>> mos que fuese primado en todos los reinos de las Es»pañas, y todo lo que la iglesia de Toledo se sabe ha>>ber tenido antiguamente, ahora tambien por liberali>>dad de la sede apostólica hemos determinado, que » para adelante lo tenga. Tú le oirás como á padre carísimo, y procura obedecer á todo lo que te dijere de » parte de Dios, y no dejarás de exaltar su Iglesia con »ayuda y beneficios temporales. Pero entre los demás

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pregones de tus alabanzas ha venido á nuestras ore»jas, lo que sin grave dolor no hemos podido oir; esto >>es, que el obispo de Santiago ha sido por tí preso, y en >> la prision depuesto de la dignidad episcopal; lo cual >> por ser de todo punto contrario á los cánones, y que >>> las orejas católicas no lo sufren, tanto mas nos ha con» tristado, cuando es mayor la aficion que te tenemos. Pues, rey gloriosísimo don Alonso, en lugar de Dios

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» y de los apóstoles, rogando, te lo mandamos, que

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de acrecentar con nuevas honras la iglesia que le habian encargado, fué á Roma; y aunque muchos lo contradijeron, últimamente alcanzó del papa el uso del palio, escalon para impetrar la dignidad, nombre y honra de arzobispado, que le concedió á él y á su iglesia Calixto, pontífice romano, algunos años adelante. Estas cosas, dado que sucedieron en muchos años, me pareció juntarlas en uno, tomadas todas de la historia compostelana.

Pascual, monge de san Benito, papa, sucesor de Urbano, mandó por otra bula al mismo don Diego Gelmirez, encargándole la reformacion de las iglesias y ministros dellas; que pusiese en su iglesia los cardenales que hoy dia tiene, que tuviese particular cuidado de lo que á cada uno cerca desta reformacion se le encargase: Cardenales in ecclesia tua presbyteros, seu diaconos tales constitue, qui digni valeant commissa sibi ecclesiastici regiminis onera sustinere. Tambien le manda que no consintiese que dentro de un monasterio viviesen mon

vivian los clérigos, que no tuviesen mujeres mancebas, con que estaban como casados: durando hasta ahora la maldita costumbre que el rey Witiza consintió, que los clérigos tuviesen mujeres, y heredasen sus hijos, como si fueran de legítimo matrimonio.

>>restituyas enteramente por el arzobispo de To- | prelado en las procesiones y misa con mitras. Don »>ledo, al mismo obispo en su dignidad, y no te | Diego Gelmirez animado con este principio, con deseo »>excuses, con que por Ricardo cardenal de la sede »>apostólica se hizo la deposicion, porque es contrario »de todo punto á los cánones; y Ricardo, por enton>>ces no tenia autoridad de legado de la sede apostólica; »lo que él, pues, hizo entonces, al cual. Victor papa >>de santa memoria tercero, tenia privado de la lega»cía, nos lo damos por de ningun valor. En remision, >>pues, de los pecados, y obediencia de la sede apostó»lica, restituyo al obispo á su dignidad; venga él con >>tus embajadores á nuestra presencia, para ser juzga»do canónicamente; que de otra manera, nos forzarás | »á hacer con tu caridad lo que no querríamos. Acuér>>date del religioso príncipe Constantino, que ni aun »oir quiso el juicio de los sacerdotes; teniendo por »cosa indigna, que los dioses fuesen juzgados de los >>hombres. Oye, pues, en nosotros á Dios y á sus »apóstoles, si quieres ser oido dellos y de nos en lo que >>pidieres. El Rey de los reyes, señor, alumbre tu cora>>zon con el resplandor de su gracia, te dé victorias, »ensalce tu reino, y de tal manera conceda, que siem-ges y monjas, como se habia usado. Que mirase como >>pre vivas, y de tal suerte del reino temporal goces »felizmente, que en el eterno para siempre te alegres. »Amen. » Sucedió todo esto el año primero del pontificado de Urbano segundo, que cayó en el año del Señor de mil y ochenta y ocho. En lugar de Ricardo vino el cardenal Rainero por legado en España: éste juntó un concilio en Leon en que depuso á Pedro de la dignidad en que fué puesto contra las leyes, y por mal órden; pero no se pudo alcanzar que Pelayo fuese restituido en su libertad y en su iglesia solamente por medio de don Ramon, yerno del rey, que á la sazon vivia, se dió traza, que á Dalmaqui, monge de Cluni, y por el mismo caso grato al pontífice, que era de la misma órden, se diese el obispado de la iglesia de Compostela. Este prelado fué al concilio general que se celebró en Claramonte, en razon de emprender la guerra de la tierra santa. Allí alcanzó que la iglesia de Compostela fuese exenta de la de Braga, y quedase sujeta solamente á la romana; en señal del cual privilegio se ordenó, que los obispos de Santiago no por otro que por el romano pontifice fuesen consagrados. No se pudo alcanzar por entonces del papa que le diese el palio, aunque, para salir con esto, el dicho Dalmaquio usó de todas las diligencias posibles. La luz y alegría, que con esto comenzó á resplandecer en aquella iglesia, en breve se oscureció; porque con la muerte de Dalmaquio hubo nuevos debates. Pelayo, suelto de la prision, se fué á Roma para pedir en juicio la dignidad, de que injustamente, como él decia, fuera despojado. Duró este pleito cuatro años, hasta tanto que Pascual, romano pontífice, pronunció sentencia contra Pelayo. Con esto los canónigos de Santiago trataron de hacer nueva eleccion. Vínose á votos. Diego Gelmirez, en sede vacante, hizo el oficio de vicario, en él dió tal muestra de sus virtudes, que ninguno dudaba, sino que si viv a, era á propósito para hacerle obispo. Fué así, que sin tener cuenta con los demás canónigos, por voluntad de todos salió electo el primer dia de julio. Alcanzó del papa, que á causa de las alteraciones de la guerra y de los trabajos pasados, y que amenazaban por causa de los moros, se consagrase en España. Demás desto, con nueva bula le concedió, que en Santiago hubiese siete canónigos cardenales, á imitacion de la iglesia romana: éstos solos pudiesen decir misa en el altar mayor, y acompañar al

La iglesia de Zamora, que dicen se llamó Sentica antiguamente, ántes de perderse España, tuvo obispos, y despues de la destruccion tambien, llamándose de Numancia, siendo los de aquellos tiempos de opinion, que la antigua Numancia fué en este lugar riberas del rio Duero, donde ahora está Zamora. Del nombre de Sentica no hallo obispo ninguno. Del de Numancia hallo á san Atilano, monge de san Benito, y de la casa real de Sahagun en la era novecientos cuarenta y nueve y novecientos cincuenta, y llámanle zamorensis episcopus, era novecientos sesenta y cuatro, Joannes episcopus Numantia sedis. Era novecientos sesenta y nueve, Dulcidius zamorensis episcopus. Y en la era novecientos setenta y tres, Dulcidius Numantiæ sedis episcopus. Por donde es evidente que llamaban á Zamora Numancia, y en la era novecientos setenta y cinco, Dulcidius zamorensis, y era novecientos y ochenta, Dulcidius episcopus Numantiæ. Y en la era novecientos ochenta y uno se llama obispo de Salamanca, y en la era novecientos ochenta y dos vuelve á llamarse de Zamora. Era mil catorce halló á Juan obispo de Numancia, y lo mismo era mil diez y nueve y mil veinte y uno. Era mil veinte y tres, á Salomon obispo de Zamora: y desde este año hasta el presente de la era mil ciento sesenta y tres de que voy tratando, no he visto escritura que dé noticia del obispado de Zamora, y debió de ser, que con las entradas de los moros, que fueron terribles y sangrientas por esta ciudad, señaladamente la que hizo Almanzor, rey de Córdoba, en tiempo del rey don Bermudo el Desdichado, en la era mil veinte y tres, esta ciudad quedó tan arruinada, y con tanto quebranto, que nunca levantó cabeza hasta que ahora el rey don Alonso la quiso ilustrar, volviendo á poner en ella la silla obispal. El primer obispo fué don Bernardo, monge de Sahagun, y de los que se llevaron a la santa iglesia de Toledo donde tuvo la dignidad de arcediano.

CAPÍTULO XLII.

El bienaventurado san Ildefonso, luz y honra de nuestra España, fué monge de san Benito, y abad en el monasterio de San Julian agaliense, media legua de la ciudad de Toledo, de donde le sacaron por arzobispo desta ciudad, y fué un doctor y señaladísimo varon, devotísimo de nuestra Señora: murió en el año de Cristo seiscientos sesenta y siete.

no habia scltado el de Aragon la pretension de Burgos. La segunda escritura es del monasterio de Santo Do

El cuerpo de san Ildefonso, arzobispo de Toledo, fué ha-mingo de Silos, fecha á veinte y uno de julio, domingo, llado en este año. en que don Alonso Ramon, llamándose ya emperador con la reina doña Urraca, su madre, dieron á este monasterio el lugar de Tabladillo. Confirman Raimundo arzobispo de Toledo, Jimeno de Burgos, Pedro de Palencia, Sancho de Avila, el conde don Pedro Gonzalez, el conde don Ramon, el conde don Pedro su hermano, Fernan Perez de San Julian, Pedro Lopez de Montforte, García Iñiguez, Jimeno Iñiguez, Monsalvo Iniguez, Ordoño Gustioz, Rodrigo Perez, de Benevivere, Fernan García de Hita, Fernan García su hermano. Debajo del signo que es una cruz + dice: Imperator Alfonsus conf. Urraca Regina genitrix ejus conf. Escribióla Juan Ramirez, notario de la reina. Y un diario dice, que en este año fué presa Peñacadiela, y en Toledo mataron a Nazar Adalid, mediado abril, que fué caso señalado, pues cuando habia tanta cortedad en escribir, lo escribieron.

Fué sepultado en la santa iglesia de Toledo, y cuando se perdió España, trajeron sus santas reliquias los cristianos, y parece que las enterraron en Zamora, de mauera que no pudiesen ser halladas, ni profanadas de los enemigos, y así estuvieron muchos años olvidadas de los hombres. Mas el Señor de los santos tiene tanto cuidado con ellas, que cuando él se sirve, las descubre para gloria suya, honra de los santos, y bien nuestro. Sabiendo él los servicios que habia de recibir del rey don Alonso, quiso descubrir en sus dias y en los principios de su reino este tesoro: que á mi ver debió de ser la ocasion que el rey tuvo para pedir á su tio el papa Calixto, que decorase la iglesia de Zamora, restituyéndole la silla obispal. Y como el rey don Alonso el Casto halló el cuerpo de Santiago, ó se descubrió en sus dias, y puso en su iglesia la silla obispal de Iria, así en los dias deste príncipe descubrió las reliquias de san Ilde- | fonso, y puso en su ciudad la silla obispal que estaba perdida. Cuentan este dichoso descubrimiento desta manera. En tierra de Toledo (no dicen en qué lugar) guardaba un hombre ganado, y era de tal alma, que mereció que nuestro Señor le revelase el lugar donde estaba el cuerpo de San Ildefonso, y le mandase que viniese á Zamora, y lo dijese á los clérigos. Guiado del Señor, vino este pastor á Zamora, y díjolo á un sacerdote que se llamaba Diego, hombre grave y de muy buena opinion de vida. Dió parte desta revelacion Diego á los demás clérigos; pero no hicieron caso dél, ni quisieron averiguar lo que en esto habia, mas como era la voluntad de Dios que esto se descubriese, finalmente cavaron el lugar que señaló el pastor, y arrimado á un pilar de la iglesia bien en lo hondo del suelo hallaron una arca de piedra sobre escrita con letras que decian como estaban allí los santos huesos de san Ildefonso, arzobispo de Toledo. Dió el Señor muestras desta verdad con el suave olor que dellos salia, y sacáronlos de allí colocándolos en el altar mayor desta iglesia de San Pedro, como están al presente. En el monasterio de San Pedro de Eslonza, que reparó la infanta doña Urraca, ví tres casquitos de la cabeza deste santo que con otras reliquias en una arca antigua, dicen en aquella casa, que puso allí la infanta. Son blancas como un marfil, que así conserva el Señor los huesos de sus amigos. Si la infanta los puso, dudo que sean de san Ildefonso, pues cuando ella murió, que fué el año de mil ciento y uno, no se habia descubierto su santo sepulcro y cuerpo.

Dos escrituras he visto notables para conocer el estado de los reinos, era mil ciento sesenta y tres que es año mil ciento veinte y cinco; la una es del monasterio de Oña fecha á catorce de abril, en que doña Gontroda dió á este monasterio la hacienda que tenia en Barcelona, dice que reinaba don Alonso en Aragon, Pamplona, Burgos, Nájara y Zaragoza, y no hace mencion de los reyes de Castilla, y dá al de Aragon que reinaba en Burgos, por donde parece que aun

En este año de la era mil ciento sesenta y tres por mayo, el rey don Alonso de Aragon, estando en la villa de Haro, dió su carta y privilegio al abad don Sancho, de Santo Domingo de la Calzada, para que se poblase la ciudad al rededor del santo sepulcro del glorioso confesor, en una heredad que llamaban Olgobarte. Tal fué el principio desta insigne ciudad de la Calzada, que es parte del obispado de Calahorra: y el ser obispal, y haber dos madres iglesias debajo del gobierno de un obispo, fué, segun largamente se dice en la historia de Santa María la Real de Nájara tantas veces nombrada, que siendo este real monasterio en sus principios silla obispal, y haber decorado el fundador al prelado deste monasterio con esta dignidad, dándole muchas iglesias con todo el obispado antiguo de Valpuesta, como de la carta de fundacion y dotacion que los reyes hicieron consta, y de otros muchos privilegios antes y despues de fundado donde se hallan obispos de Nájara, el obispo y cabildo de Calahorra procuraron siempre incorporar la iglesia de Najara, y su jurisdiccion con la suya; sobre lo cual tuvieron con los monges grandes debates y pleitos, y pudiendo mas los de Calahorra, se alzaron con muchas iglesias que eran de la de Nájara, y con la silla obispal, y la pusieron en esta santa iglesia de Santo Domingo de la Calzada, que comenzaba á resplandecer por méritos de las reliquias que deste santo confesor en ella estaban : y de ahí comenzó á llamarse el obispo de Calahorra y la Calzada, como ahora se llama y tiene dos iglesias catedrales por ser dos obispados puestos en una cabeza; y el uno era del monasterio real de Nájara: que en todo ha sido desgraciada esta ciudad; pues siendo cabeza del reino y de obispado, tiene ahora poco mas que una aldea, si bien no lo es en sus moradores.

CAPÍTULO XLIII.

El rey don Alonso restauró la silla obispal de Sala

manca.

La ciudad de Salamanca es una de las mas antiguas y principales que desde su poblacion ha tenido España. Dice el obispo de Girona en el Paralipomenon de España lib. 2 cap. de la venida de Teucro y de otros griegos, y de las ciudades que poblaron. Que Teucro, luego que se acabó la guerra de Troya, vino al reino donde ahora llaman Salamina, y no hallando acogida allí, pasó á Cipro, donde pobló la ciudad de Salamina;

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y que oyendo la fama de España que Hércules habia | destruida esta ciudad, como dije de la de Zamora, que ganado, partió para allá embarcándose, y llegó á to- el rey don Almanzor la habia destruido, hasta que el mar puerto donde despues fué Cartago. De ahí entró conde don Ramon, padre del rey, la reparó, poblanpor la tierra, y llegó al sitio donde ahora está Sala- do en ella, y reparando las ruinas de sus muros y manca, y pobló allí riberas del rio Tormes, y de las edificios, y puso este obispo y así en esta ciudad le gentes que consigo traian (1) que eran salaminos y ati- tienen á don Ramon por su fundador, 6 poblador, y cos, (llamados así de la provincia de Grecia, donde es faltando este obispo, se le dió la silla á don Gerónimo, Atenas) se compuso el nombre de Salamanca. Tolomeo obispo de Valencia, cuando se perdió por muerte del (que fué á los tres mil setecientos noventa y siete años Cid, que fué despues de la era de mil ciento treinta y de la creacion del mundo, y ántes de la venida de nueve como por papel original de doña Jimena Diaz, Cristo en carne doscientos y noventa poco mas ó mé-mujer de Rodrigo Diaz el Cid, he visto que lo tiene nos) (2) en el lib. 2 cap. 5 de sus tablas pone á Sala- la santa iglesia de Salamanca, con firma original manca en el sitio donde ahora está. La hermosa puen- de Jimena Diaz su mujer, y dél saqué un tanto que te que tiene es comun opinion que es obra de romanos. tengo. Plutarco en el libro de virtutibus fœminarum dice, que Y en este año de la era mil ciento sesenta y cuatro, Anibal, capitan famoso, la destruyó, y que despues queriendo el rey don Alonso conservar, y aumentar de haber conquistado muchos lugares, pasó los puer- lo que su padre habia comenzado en Salamanca, á tretos, y entró por Castilla la vieja, que llaman tierra ce de abril, estando en esta ciudad, dió su carta y pride Vaceos (3) destruyendo los pueblos, y señaladamen- vilegio, en que dice: que así como sus padres honrate dos opulentísimas ciudades, Hermándica, que debe ron, y heredaron la santa iglesia de Salamanca cuando de ser Salamanca, y Arbocola, que no sé qué pueblo poblaron la ciudad, así él por el remedio de su alma sea. Son los pueblos Vaceos los que se encierran (se- le hace gracia y merced á la dicha iglesia y á su obispo gun dice Florian (4) de Ocampo) desde Ezla por Mansilla don Gerónimo de todas las iglesias y clérigos; así de la derecho á Zamora, y de ahí á Salamanca, Ávila, Villadicha ciudad como de toda su diócesi, para que siemCastin, Segovia, Roa, Lerma, Burgos, Castrojeriz, Car- pre las tenga en su poder y señorío. Y halláronse rion, Sahagun, Mansilla, que es lo que ahora llama- presentes con el rey al tiempo que se les concedió esta mos Castilla Vieja: y aquí entró Anibal, y hizo el des- carta don Diego Gelmirez, arzobispo de Santiago, y trozo que Plutarco dice. Tuvo esta ciudad en los tiem- legado de la iglesia romana, el conde don Suero de Lupos muy antiguos de la cristiandad de España silla de quien son los Quiñones, y se conserva la baobispal, sufragánea á la metropolitana de Mérida, co- ronía en Lázaro de Quiñones, caballero anciano, y remo parece por las divisiones antiguas de los obispados gidor de Leon, el conde don Rodrigo Velez, el conde que hicieron los reyes godos, y particularmente de la don Gutierre de Castro, Hermigio Muñoz, que tenia á que hizo el rey Wamba, era setecientos y cuatro, co- Salamanca, Ramiro Flores, que era de quien vienen mo se halla en los libros antiguos de la santa iglesia los de Guzman, Lope Lopez, alférez del rey. Y en este de Toledo, y en otro de la catedral de Oviedo, que es año á veinte y cinco de julio se halló el rey en la ciudel obispado Itacio en el cual se tratan las historias dad de Oviedo, donde le presentaron el concilio, que de los reyes vándalos y alanos en Galicia, y despues en tiempo de su madre, la reina doña Urraca, se habia dellos de los suevos y godos. Despues en la destruccion celebrado por los obispos del reino en esta ciudad en la general de España fué Salamanca destruida hasta los era mil ciento cincuenta y tres, pidiéndole lo mandase cimientos, por ser lugar fuerte, y haberla temido mu- confirmar: y él lo vió, y loó, y aprobó, y confirmó. Y al cho los moros, y diversas veces fué restaurada con monasterio de Corneliana de la órden de san Benito que su silla obispal, como se halla en la era ochocientos y es seis leguas de Oviedo, riberas del rio Narcea, hizo treinta, que era su obispo Quindulfo, y Dulcidio era merced de acotarle los términos, dándole la jurisdicnovecientos treinta y cuatro. Fredesindo era nove- cion civil y criminal del dicho coto, y señaló sus marcientos treinta y seis. Teodemundo era novecientos y cos y límites muy mas extendidos que ahora los tiene, noventa seis. Sebastiano era mil y catorce, y el mismo hallándose presente con el rey el conde don Suero, gran era mil veinte y tres, y desde este año hasta la era de bienhechor y defensor deste monasterio, que él tenia mil ciento cincuenta y tres, que halló obispo de Sala- señalado para su entierro, como se ve al presente, que manca á don Nuño que confirma un concilio que se cele- con su mujer, la condesa doña Anderquina, y dos hibró en Oviedo este año por mandado de la reina doña jos suyos están sepultados en arcas de piedra, como se Urraca, no halló haber obispo de Salamanca. De don-usaba, dentro del crucero de la iglesia deste antiguo y

de se colije, que en la miserable ruina del reino de Leon, cuando vinieron los moros de Córdoba en tiempo del desdichado rey don Bermudo el Gotoso, fué

(1) Ex iis igitur duobus populis quos secum duxerat, Salamanticam civitatem instituit ex Salaminis et Acticis: mil doscientos setenta y cinco años antes que Cristo naciese (2 Ptolomeo floreció en tiempo del emperador Antonino Pio como ciento cuarenta años del nacimiento de Jesucristo. (3) El racionero Gil Gonzalez en el lib. que escribió de Salamanca lib. 2. Vaceos deinde aggreditur, agros de populatur, oppida per multa expugnat Hermandicam et Arbocolam urbes opulentissimas Capit. ex Plutarco de Anibali. (4) Florian lib. 3, c. 41 A Salamanca llaman Polibio y Estéfano Helmántica en los antiguos Vitones, Vectones: en la comosgrafía de Antonino Pio se llama Selmática, que todo parece lo mismo que aqui dice Plutarco, Hermándica pues solo difiere

en una letra.

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na.

real monasterio.

CAPÍTULO XLIV.

Muerte de la reina doña Urraca, madre del rey don
Alonso.

De mala manera cuentan la muerte de la reina doña Urraca; y si la levantaron testimonio los que della tanto dijeron, quien la hizo tanta ofensa en la vida, tambien la ofenderia en la muerte. Unos dicen que murió de parto, otros que entrando en el monasterio de San Isidro de Leon, que es de clérigos reglares de san Agustin, á tomar el tesoro de la sacristía, que su padre y abuelo, el rey don Fernando, reedificador, habia dado, cuando salia cargada con el rico despojo, al punto que echaba fuera de la puerta de la iglesia el pié, dicen rebentó en el lugar della, cayendo súbitamente

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