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mayordomo del emperador, Nuño Perez, que tenia á Monteroso, Alvar Perez su hermano, Gutierre Fernandez, García Garces de Aza, García Gomez, Gonzalo de

El emperador cercó, y tomó á Andujar, Pertroche, y Marañon, alférez del emperador (que ya faltaba el anSanta Eufemia.

Confunden las cosas desta historia,y hazañas del emperador algunos que las escriben, poniéndolas mal digestas, sin orden, ni sazon, fuera de sus tiempos. La toma destos lugares dicen que fué en la era mil ciento ochenta y seis, habiendo sido verdaderamente, y comenzado en la era mil ciento noventa y dos, y hecho la conquista en esta era mil ciento noventa y ocho, que es el año mil ciento cincuenta y cinco. Parece así por lo que dicen las memorias: Cercó el emperador á Andujar, é mataron hi á Felix Yañez, era mil ciento noventa y dos, que viene al justo con lo que los privile❘ gios dicen del cerco desta ciudad; que aunque en la era mil ciento noventa y tres se refiere en ellos que la sitió, cuentan el año emergente y el diminuto, que hacen uno, como de ordinario contamos. Señalado caballero era Felix Yañez, pues se hizo memoria de su muerte, cuando tan poco se escribia. Ganóse Pertroche despues de Jaen, Andujar y Guadix; porque dice la memoria: Priso el emperador á Perdroch, era mil ciento noventa y tres. Por manera que el emperador comenzó esta jornada, y conquista de los tres lugares en fin de la era mil ciento noventa y dos, y la acabó mediado el año siguiente mil ciento noventa y tres. Fué, pues, desta manera: el emperador con un poderoso ejército saliendo de Toledo, fué contra Calatrava, que se habia recobrado de los moros, y dado á los caballeros templarios para que defendiesen aquella frontera. Pasó contra Alarcos, ganólo, y á Caracuel, Mestaza, Alcudia, Almodovar del Campo. Esto es conforme à los historiadores; y los privilegios dicen, que ganó á Andujar, Pertroche, Santa Eufemia, que eran lugares de mucha importancia: y por no lo ser tanto los dichos fuera destos, no lo dicen los privilegios. Conforme á esto, su camino fué por Sierramorena, dentro de la cual está Pertroche, dejando las sierras y montañas que corren hasta Córdoba, por raya y término del reino de Toledo en el de Córdoba. Desta jornada y presas de lugares dicen las escrituras que iré refiriendo, comenzando de las primeras, que se libraron en este año, para que se vea cuando comenzó la jornada. Poco mas ó ménos. A veinte y cinco de enero la reina doña Sancha, hermana de emperador, llamándose hija del conde don Ramon, y de la reina doña Urraca, dió al monasterio de San Pedro de Eslonza, cerca de Leon, la heredad de Vilarelio y dice que en estos dias el cardenal Jacinto, legado de la sede apostólica, celebraba concilio general en valle de Olit, que hasta ahora ninguno de los que han escrito tal supo: dice que imperaba don Alonso con su mujer la emperatriz doña Rica en Leon, Toledo, Castilla, Galicia, Nájara, Zaragoza, Baeza, Almería. Confirma Poncio de Minerva, mayordomo del emperador, el conde don Osorio y dice como el emperador y emperatriz tenian sus mayordomos cada cual por sí : unos en Castilla, otros en Leon, otros en Galicia, que cobraban sus rentas. Este privilegio no dice de la toma de los lugares, porque se dió en principio deste año. Y á seis de diciembre del mismo año el emperador con sus hijos dieron á la iglesia de Burgos y á su obispo don Vitorio el lugar de Villavida, cerca del rio Arlanza, y dice ser el año en que tomó á Andujar, Pertroche, y Santa Eufemia. Hallábanse con el emperador el conde don Manrique, que tenia á Baeza, conde den Ponce,

:

tiguo Nuño Perez), el conde don Rodrigo Perez de Galicia, el conde Gonzalo Fernandez, Bermudo Perez, Pelayo Cuervo, Gonzalo Rodriguez de Sandoval, Alvaro Rodriguez, Diego Fernandez de Boñel, mayordomo en Burgos, don Juan, arzobispo de Toledo, Vicencio, obispo de Segovia, Ioan, obispo de Osma, Pedro, obispo de Sigüenza, que llama Seguntinus, Rodrigo, obispo de Najara, Martin, obispo de Oviedo, Juan, obispo de Leon, Pedro, obispo de Astorga, Pedro, obispo de Mondoñedo, Martin, obispo de Orense. A quince de di ciembre deste año el conde don Rodrigo con su mujer la condesa doña Fronilda, dan á los abades de Retuerta y San Leandro, que vivian segun la regla de san Agustin, y eran premonstratenses, muchas heredades: dice esta escritura que era alférez del emperador Gonzalo de Marañon; y que don Sancho, hijo del emperador, reinaba en Castilla; don Fernando en Leon y Galicia, el conde don Lope en Nájara, Gutierre Fernandez en Burgos, el conde don Rodrigo en Monterroso, en Limia, en Bubal y Castilla (1), el conde den Gonzalo en Trastamara, el conde don Vela en Lemos y Sarria, don Alvaro en Montenegro. Murió en este año á veinte y ocho de junio Hermengol, conde de Urgel, nieto del conde don Pedro Assures de Valladolid, que por haberse criado este caballero en Castilla, y seguido siempre la corte destos reyes con oficios en la casa real, como suena en los privilegios, le llamaron Hermengol el Castellano.

Era mil ciento noventa y tres á veinte y ocho de febrero estaba el emperador en Burgos, y á diez de octubre en Valladolid, y á veinte y ocho del mismo á primero de noviembre en Burgos, y con él el rey don Sancho de Navarra, y el conde de Barcelona don Ramon Berenguer, príncipe de Aragon, llamándose ambos vasallos del emperador. La venida del conde pone un autor moderno en el año mil ciento cincuenta y seis en esto yerra poco, en lo demás, que dice que vino á casar su hijo el infante don Ramon ( que despues siendo rey de Aragon se llamó don Alonso) con doña Sancha, hija del emperador y de doña Rica 6 Riquilda su segunda mujer ; no sé qué verdad tiene, por el poco tiempo que ha que el emperador casó con doña Riquilda ó Rica; y porque cinco años adelante en la era mil ciento noventa y ocho veremos este infante des posado en Tuy con doña Mafalda, hija del rey don Alonso Henriquez de Portugal, como consta por la carta de arras, que pondré en su lugar. Tambien dice, que vino á pedir al emperador que se confederasen, y quitasen á don Sancho Ramirez el reino de Navarra, que para esto se ratificasen las concordias pasadas; y que para obligarle á esto le ofrecia al príncipe su hijo para la infanta doña Sancha. Si esto fué así, no pudo ser en este año, porque en él estaba casado el rey don Sancho de Navarra con la infanta doña Sancha, hija del emperador.

A veinte y cinco de noviembre, era mil ciento noventa y tres, estaba el emperador don Alonso en la ciudad de Nájara, aposentado en el monasterio real de Santa María, que por ser suyo tenia cargo y obligacion de darle una comida cada año, viniendo á él la persona real la cual muchos años adelante perdonó el rey don (1) Debe decir Castela: es hoy un arcedianato de la iglesia de Orense. B.

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SANDOVAL.-LIB. XVIII. CAP. XCII.

Pedro, y nunca el emperador recibió servicio en esta casa, que no la hiciese crecidas mercedes. Desta vez le confirmó todo cuanto el rey don García su fundador habia dado, contandolo por menudo, lugar por lugar: y les confirma, y da de nuevo todas las iglesias (1) y clérigos de Najara, con los diezmos de pan y vino, y demás cosas que le pertenecian, que luego que el monasterio se fundó les habia el rey dado, que es harto notable, para saber el poder que los reyes tenian en estas cosas. Y en la data dice, que en este año: Idem famosissimus imperator tomó á Andujar, Pertroche y Santa Eufemia, imperando en Toledo, Leon, Galicia, Castilla, Nájara, Zaragoza, Baeza, Almería. Y el conde de Barcelona, y Sancho rey de Navarra eran sus vasallos. Confirman los reyes hijos del emperador; el conde Almerico, que tenia a Baeza; el conde don Ponce, mayordomo del emperador; Nuño Perez, que tenia á Monterroso; Alvar Perez su hermano; Gutierre Fernandez; García Garces de Aza; García Gomez, el conde don Rodrigo Perez; el conde Gonzalo Fernandez; Bermudo Perez; Pelayo Cuervo; Gonzalo Rodriguez de Sandoval; Alvaro Rodriguez; Diego Fernandez Cruz; Gonzalo de Marañon, alférez del emperador; Ioan, arzobispo de Toledo, primado de España. Y los demás obispos que en otros deste año se han dicho. Era canciller del emperador Ioan Fernandez.

En este año de la era mil ciento y noventa y tres nació algun hijo al emperador, ó á su hijo don Sancho; porque en el libro antiguo, de donde se sacaron las memorias que he referido, habia una, y solo se pudo leer: Nació........ amaneciente en dia de Sant Matheus apóstol, evangelista, era mil ciento y noventa y tres. De suerte que se borró el nombre de la criatura.

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Era mil ciento y noventa y cuatro dicen las corónicas de Aragon, que el conde don Ramon príncipe volvió á pedir al emperador que se ratificasen las concordias que contra el de Navarra habian hecho en Tudelin. cerca de Aguas-Caldas en Navarra, y en Carrion ántes; y que para obligar á esto al emperador le pidió el conde la infanta doña Sancha su hija, y de doña Rica para casarla con su hijo don Ramon. Si el emperador tuvo hija de Richilda 6 Rica, podia tener en este año aun no cumplidos tres; pues vimos, que doña Rica entró en Castilla era mil ciento y noventa y uno, y la infanta doña Sancha, hija del emperador, y de doña Berenguela, queda visto que casó con don Sancho, rey de Navarra y ya que el emperador tenia una hija llamada Sancha, no daria este nombre á otra, aunque fuese de segunda mujer. Otro casamiento mas cierto veremos adelante del infante don Ramon, hijo del conde, con hija del rey de Portugal,

CAPÍTULO XCII.

Trajeron á Toledo un brazo de san Eugenio, primer arzobispo desta ciudad.

Fué tan satisfecho el rey Luis de Francia de la buena acogida que se le habia hecho en Castilla, y particularmente en Toledo, que llegando á París, determinó dar muestras de su agradecimiento, sacando de su monasterio real de San Dionis el brazo derecho de san Eugenio, primer arzobispo de Toledo, cuyo cuerpo alli estaba, y enviólo con el mismo abad de san Dionis á la santa iglesia de Toledo. Cuando el emperador, que en Toledo estaba, supo su venida, saliólo á recibir con

(1) Omnes ecclesias, et clericos ipsius civitatis de Naxara, sunulque decimas panis, et vini, pecorum et jumentorum, quæ ad ipsas ecclesias pertinent.

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todos los de su corte; y al entrar de la ciudad, el em-
perador y los reyes sus hijos se apearon de los caballos,
y la santa reliquia tomaron sobre sus hombros, y lle-
váronla así con solemne procesion hasta la iglesia ma-
yor. Y sabemos, que en nuestros dias año mil quinien-
tos y sesenta y cinco á diez y ocho de noviembre, ha-
biendo corrido desde los dias del emperador cuatro-
cientos y nueve años, se trajo lo restante del sagrado
cuerpo á instancia del católico rey don Felipe segundo
de gloriosa memoria, dándoselo su cuñado el rey Cár-
los de Francia, nono deste nombre, con voluntad de
don Cárlus, cardenal de Lorena, abad del monasterio
de san Dionís.

za,

En este año de la era mil ciento noventa y cuatro parece haberse poblado la villa de Zurita de cristianos mozárabes, venidos de Calatayud, Zaragoza, y otras partes, huyendo de la mala compañía de los moros; y el emperador les dió su privilegio, juntamente con la emperatriz doña Rica y sus hijos los reyes, estando en Toledo, á cuatro del mes de marzo, imperando en Toledo, Leon, Galicia, Castilla, Nájara, Zaragoza, BaeAlmería, Andujar, Pertroche, y Santa Eufemia, que todos estos títulos pone. Halláronse con él el conde don Manrique, que tenia á Baeza, el conde don Ponce, su mayordomo, Gonzalo de Marañon, su alférez, el conde don Nuño Perez, que tenia á Monterroso. Y á veinte y seis de marzo estaba en Toledo con los dichos príncipes y caballeros, y mas el conde Gonzalo Fernandez, conde don Ramiro Flores, don Pedro, don Alonso, García Garces de Aza, García Gomez: y dice que reinaba en los mismos lugares, como parece por otro privilegio del mismo archivo de Zurita, en que da al conde don Nuño Perez y á sus hijos y descendientes la aldea de Alcabon. Procuraba el conde don Ramon de Barcelona que el emperador hiciese guerra á Navarra, mas no tuvo efecto, porque los deseos de las armas del emperador solo eran contra los enemigos de la fé.

Daré ahora cuenta de las escrituras que deste año he visto, demás de las dichas, ya que deste gran principe no nos dejaron historias mas ciertas y verdaderas, como lo merecian sus hazañas. A doce dias del mes de enero, era mil ciento noventa y cuatro, don Froila Pelaiz otorgó la carta de arras que dió á su mujer doña María Martinez (1) en que le da toda la parte de su herencia, que le era debida entre sus hermanos en el lugar de Sumerios, y otras partes, que despues dejó esta señora al monasterio de Sobrado de Galicia. Fecha la carta en los dias de don Alonso, rey y emperador de las Españas, con sus dos hijos el rey don Sancho de Castilla, y el rey don Fernando en toda Galicia. Pelayo, por la gracia de Dios, arzobispo de Santiago. El que conde don Gonzalo, hijo del conde don Fernando, tenia á Trastamara: su mujer la condesa doña Berenguela.

Y primer dia de enero deste año concedió otra merced el emperador al monasterio de Moreruela. que en los tiempos muy antiguos fué de san Benito de hábito negro, y ahora es de los de hábito blanco, en el reino de Leon. Por la cual consta los nombres que tenian las hijas del emperador, y como en estos dias estaban en Castilla; y los títulos tan merecidos que en las escrituras ponian al emperador, porque dice así: Una cum uxore mea imperatrice dona Rica, cum filiis meis Sanccio, et Ferdinando regibus; simul etiam cum filiabus meis Constantia, inclita Francorum regina et cum (1) «Tibi dulcissimæ meæ D. Mariæ Martinæ» dice el

texto

Suero de Coria. Luego confirma el rey don Fernando; conde don Rodrigo; conde don Gonzalo; Vela Gutierre; conde don Ponce, mayordomo deste rey don Fernando; conde don Alvaro; Vela Gutierrez, mayordomo del emperador.

Sanccia, nobili Navarræ regina, facio cartam, etc. Por | jara; Martino Tarraconense; Navarro de Salamanca; donde parece, que la reina de Francia no se llamaba Isabel (1), como algunos dicen, y que el casamiento se hizo en este año, pues en los de atrás no hay tal memoria; y así la venida del rey de Francia su marido, ó no fué, y si fué, seria por ahora; de la cual, como dije, tengo mucha duda, por no hallar privilegio que tal diga: ó si fué el casamiento años antes déste, como le ponen, la reina habia venido de Francia á España; la causa no la sé. Confírmase lo que digo por otras muchas escrituras, que dicen lo mismo. Los títulos que ponen al emperador son estos: Imperante eodem Ad»fonso, glorioso, pio, ac semper invicto, Galletic, Legione, Castell, Najara, Cæsaraugusta. Toleti, Almeria, Baecie, Anduxaræ.

De seis de octubre deste año tiene la iglesia de Astorga una notable escritura del emperador, que comienza, diciendo: Como es necesario que las donaciones reales se escriban, para que de ellas haya perpetua memoria, y de los reyes que las concedieron : Ea propter ego Adefonsus imperator, felix, inclitus, triumfator, ac semper invictus, totius Hispaniæ divina providentia famosissimus imperator. Juntamente con mi mujer la emperatriz doña Rica, y con mis hijos don Sancho y don Fernando reyes: Simul cum filiabus meis, scilicet Constantia, inclita Francorum regina, et cum Sanccia nobili Navarræ regina. Dan á Fernando Rodriguez, y á su mujer doña Sancha unas heredades en término de Morales; y despues de haber dicho las partes donde reinaba, que son las que en otros se han visto, dice, que el conde de Barcelona, el rey don Sancho de Navarra, el rey de Murcia, y otros, eran sus vasallos, cuyos nombres no se escriben. Despues que dice que confirma el rey don Sancho, se poue inmediatamente el conde don Manrique, que tenia á Baeza; el conde don Lope; conde don Vela de Navarra; Gutierre Fernandez; Gonzalo de Marañon tenens alferaciam imperatoris; don Juan, arzobispo de Toledo; Vicente, arzobispo de Segovia; Estéfano de Zamora ; Raimundo, de Palencia; Victor, de Burgos; don Martin, arzobispo de Santiago; Ioan, obispo de Leon; Martino, de Orense. Despues dellos confirma el rey don Fernando; Poncio de Minerva, mayordomo del emperador; conde don Rodrigo; conde don Gonzalo; conde don Ramiro Flores; conde don Pedro de Astorga; el maestro Pedro, cancelario del emperador.

Y á veinte y uno de diciembre deste año el emperador con su mujer doña Rica dieron al monasterio de San Pelayo de Cerrato, que en la era novecientos setenta y dos, siendo rey de Leon don Ramiro, y conde de Castilla el famoso Fernan Gonzalez, se fundó de monjes de san Benito: da el emperador á este monasterio muchas cosas, confirmando las dudas por los reyes sus pasados; y dice la escritura lo que han dicho las referidas. Imperante eodem imperatore, glorioso, pio, felice, ac semper invicto. Y dice, que cuando el emperador concedió este privilegio estaba en Valladolid, y nombra los dichos príncipes, vasallos y caballeros. El conde don Manrique, el conde don Lope, conde don Pedro, que tenia á Astorga; conde don Osorio; Fernando Cautivo, mayordomo del rey don Sancho; Rodrigo Gonzalez, alférez; Alvar Perez; Gutierre Fernandez; Gonzalo de Marañon, alférez del emperador. Confirman los prelados dichos, y mas don Rodrigo, obispo de Calahorra, que otras veces se llama de Ná(1) No fue, segun esto, hija de doña Rica, como dice el padre Diago cap. 168.

Por una escritura de donacion, que Enderquina Perez hizo á Pelayo Perez, y á su mujer, de una heredad en vega, término de Gijon, que despues se dió al monosterio de San Vicente de Oviedo, parece como este año gobernaba el principado de Asturias doña Urraca, reina de Navarra, hija del emperador, y de doña Gontroda; porque en la data deste pergamino, que es á veinte y ocho de diciembre, era mil ciento noventa y cuatro dice que imperaba en Toledo y Leon don Aloncon su mujer doña Rica: Regina Urraca dominante in Asturiis, y Pedro abad de San Vicente, electo obispo de San Salvador.

Claramente consta por las escrituras referidas el casamiento de las infantas y sus nombres, que fueron Constanza y nó Isabel, Sancha y Beatriz, como luego

veremos.

En esta era mil ciento noventa y cuatro parece por escrituras como Gonzalo Rodriguez de Sandoval era ya conde de la Bureva, y que el conde don Lope de Vizcaya tenia lo de Castilla Vieja: de suerte, que lo que tuvieron el conde don Gomez, y el conde dou Gonzalo Cuatro manos, padres y abuelo de Gonzalo Rodriguez de Sandoval, se partió ahora entre él el conde don Lope de Haro: y así se fue disminuyendo la grandeza de los Salvadores.

CAPÍTULO XCIII.

Muerte de la reina doña Blanca, y nacimiento del infante don Alonso.

Este año fué de gozo y luto para el rey don Sancho y reino de Castilla: cinco años habia que vivian en uno el rey don Sancho y doña Blanca, hízose preñada, y en este de la era mil ciento noventa y cuatro nació el infante don Alonso, hijo del rey don Sancho, y nieto del emperador don Alonso que fué aquel noble rey don Alonso que ganó la gran batalla de las Navas de Tolosa y fundó el real monasterio de las Huelgas de Burgos. No quiso el Señor hacer este bien á su reino de darle tal heredero sin quitarle al rey don Sancho su muy cara y amada mujer la reina doña Blanca, cuya muerte dió tan mortal pena al rey don Sancho su marido, que en la piedra de la sepultura desta reina, que está en el monasterio real de Nájara, quiso se pusiesen de media talla ó re eve las figuras en que está el tránsito desta señora, y las lágrimas y sentimiento del rey, y como los suyos asidos dél le consolaban, que es de harta consideracion la piedra para los que gustan de antigüedades. En el borde della están los versos siguientes:

Nobilis hic Regina jacet, quæ Blanca vocari
Promeruit pulcherrima specie, candidior nive,
Candoris pretium festinans, gratia morum,
Faminei saxus hanc dabat esse decus.
Imperatoris natus rex Sanccius illi,
Vir fuit, et tanto laus erat ipsa viræ
Parto pressa ruit, et pignus nobile fudit
Ventris virginei filius assit ei?

Era millena centena nonagesima quarta,
Reginam constat obiisse piam.

Dice, como está allí sepultada la noble reina dona

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SANDOVAL.-LIB. XVIII. CAP. XCIV.

Blanca, que con razon se llamó Blanca, hermosa, mas blanca que la nieve, agraciada, de condicion apacible, honra y espejo de las mujeres y que fué su marido Sancho, hijo del emperador; y ella era digna de tal marido. Parió un noble hijo, y murió del parto; socorrióla el hijo de la Virgen. Consta, que murió esta pia reina en la era mil ciento noventa y cuatro, que es el año de Cristo mil ciento cincuenta y seis. Las memorias de Toledo, el tumbo negro de Santiago, la arca de piedra donde la reina fué puesta en Nájara cuando murió, son tres testigos casi oculares de su muerte, mas es menester contarlos. Visto hemos lo que hay en Nájara, la memoria dice: nació el rey don Alfonso noche de san Martin, é fué dia de viernes, era mil ciento noventa y tres. Es así, en este año fué letra dominical B, y cayó en viernes san Martin; y desde san Martin hasta que entró el año siguiente, que fueron dos meses, ó la reina estuvo enferma deste parto, ó tardaron si murió deste parto en hacerle la sepultura. Por manera que en el letrero dice la muerte della, ó el haberla puesto en aquella arca de piedra, acabada de labrar: y en esta memoria se dice el dia en que nació el infante. El tumbro negro dice: era MCXXXXIV, ij idus augusti, regina Branca mater Adephonsi regis Castellæ, fuit filia Garsia Regis Navarre. Quiere decir. Que en este año a doce de agosto murió la reina doña Blanca. De suerte, que desde el dia de san Martin en que nació el rey don Alonso el Noble, era mil ciento noventa y tres, hasta doce de agosto, que fué el año siguiente mil ciento noventa y cuatro conforme á esta memoria, no murió la reina doña Blanca, y hemos de decir, que el lètrero de la sepultura dice solamente el año, y que su muerte se causó de un parto y el tumbo quiere decir el dia en que murió; y conforme á esto, pudo ser la muerte de la reina de otro parto, y nó del de don Alonso el Noble, pues desde once de noviembre en que nació, hasta doce de agosto en que murió la reina, corrieron cerca de diez meses. No es mal modo de escribir historias éste, ántes parece arte de andar á tiento en ellas: la devocion que con esta reina tengo me obliga á esto.

Está sepultada la reina doña Blanca en el monasterio de Santa María la Real de Nájara, adonde están los reyes fundadores, con otros muchos reyes ó infantes. Hizo el rey don Sancho su marido muy grandes mercedes á este monasterio por respeto desta señora restituyóle mucho de lo que los reyes le habian dado, que ya estaba perdido: dióle de nuevo otras cosas, y entre ellas fué la villa de Nestares, y dice en la escritura desta donacion: Et hoc facio ob salutem animæ meæ, et mulieris meæ venerabilis regina donc Blanca, bone memoriæ, quam in prædicta ecclesia Naxarensi speliere feci; et ut memoriam aniversarii nostri semper inunoquoque anno habeatis, et ibi perpetuo celebretis. Y en otra carta en que restituye, á este monasterio la villa de Puerto: manda que perpetuamente arda una vela de cera sobre la sepultura de la reina. Es la data á treinta de agosto, era mil ciento noventa y seis. Confirman el rey don Sancho de Navarra, vasallo del rey: el conde Almerico: conde don Ponce: conde Lope, que tenia á Nájara; el conde don Vela de Alba: Gutierre Fernandez de Castilla: Sancho Diaz: Fernan Perez, mayordomo del rey: Gomez Gonzalez, alférez del rey Pedro Jimenez que tenia á Logroño, y mas los prelados de Toledo, Burgos, Palencia, Calahorra, Osma. Los títulos del rey en esta carta, que son del reino con

que quedó despues de muerto su padre el emperador,
son reinando en Toledo, en Extremadura, en Casti-
lla, en Burgos, en Nájara, en Logroño, en Calahorra.
CAPÍTULO XCIV.

:

De la muerte del emperador.

Dicen que en este año de la era mil ciento noventa y cinco, que es el de Cristo mil ciento cincuenta y siete, trataba el emperador de hacer guerra á Navarra; no hallo porqué causa se ha de creer, pues tenia casada su hija doña Sancha con don Sancho rey de Navarra. Es verdad que en este año á cinco de diciembre concedió un privilegio a la catedral de Osma, en que le da el lugar de Sotos de suso, y en la data dice que imperaba en Toledo, Leon, Navarra, Castilla, etc. Y en otros de años antes déste le vimos, que debia de ser por alguna pretension que causaba esta guerra, llamarse rey de Navarra; si no es que por decir Nájara diga Navarra: y así está puesto atrás. Esto es cierto que tal guerra no se efectuó, ántes sabemos que con un grueso ejército pasó á la Andalucía contra los moros almohades, que con su rey por Iucefo, nuevamente coronado en Marruecos, muerte de Abdelmon, habian pasado en España con sesenta mil caballos, y otros peones sin número; contra los cuales peleó el emperador, y los venció y destrozó y allanando todos los moros del reino de Jaen, y Córdoba, dejando por sus vasallos los reyes que habia entre ellos; y á su hijo el rey don Sancho por frontero y guarda de aquellas tierras, sintiéndose mal dispuesto, dió la vuelta ipara Castilla; y llegando al puerto del Muladar le fué cargando la enfermedad, de manera que no pudo pasar adelante de un lugarejo, llamado las Fresnedas, y debajo de una encina le armaron la tienda, y el arzobispo de Toledo don Juan le dió los sacramentos, con que entregó el santo príncipe el alma su Criador en veinte y un dias de agosto, con muchas lágrimas y sentimiento del rey don Fernando su hijo, y de todo su ejército, y con razon, pues perdian uno de los mejores príncipes del mundo. Trajeron el cuerpo á Toledo con la pompa funeral que merecia, y sepultáronlo en la iglesia mayor.

Parece segun la cuenta que traemos que reinó treinta y cinco años poco mas; y que gozó el título de emperador veinte y cinco. El arzobispo dice, lib. 7, capítulo 4, que reinó cincuenta. Murió de edad de cincuenta y un años poco mas ó ménos, que era buena edad para poder bien gobernar muchos mas. Trajeron su cuerpo, cargados de luto á Toledo, y sepultáronle en la iglesia mayor desta ciudad. Dejó los reinos divididos, como queda visto. Y dice ei arzobispo lib. 7, capítulo 7, que por consejo del conde don Manrique de Lara, y del conde don Fernando de Trastamara: Desidia seminare volentium.

Los hijos que dejó el emperador, son: don Sancho, don Fernando, doña Sancha, habida en doña Rica: y llamado dicen que esta infanta casó con don Alonso, en Aragon el Casto, hijo de don Ramon, conde de Barcelona, y príncipe de Aragon, y de doña Petronila, hija del rey don Ramiro Monge. Ya dije lo que habia visto desto. A doña Urraca reina de Navarra hubo en doña Gontroda, á doña Estefanía, que casó con Ruy Fernandez de Castro, en otra doncella que las historey rias no nombran. Tambien dicen que hubo á doña Beatriz, que casó con don Sancho el Valiente y Sabio, de Navarra. Tuvo mas al infante don Fernando, que murió niño, y está sepultado en Toledo en el monas

terio de San Clemente de monjas de aquella ciudad. Decia el letrero de su sepultura:

Aqui está el muy Ilustre don Fernando, hijo del emperador don Alonso, que hizo este monasterio. Púsole aquí por honralle.

En Santiago de Valcerca de Astudillo, que fué monasterio, y ahora es anexo del de San Isidro de Dueñas, donde yo fuí abad, vi una sepultura pequeña, y dicen todos los de la tierra que es de un hijo del emperador, y pudo ser que criándolo la que crió á don Sancho el Deseado, que fué suya esta iglesia, y la dió á San Isidro, como dije muriese aquí, y lo sepultasen, donde se quedó olvidado.

Para sacar el tiempo en que murió este famosísimo emperador, habré de tomar el trabajo acostumbrado de hacer relacion de todas las escrituras que deste año he visto hasta topar con las que dijeren que murió.

El tumbo negro de Santiago dice de la muerte del emperador así: Era MCXCV Aldefonsus Imperator, VIII. K. Septembris, que es año mil ciento cincuenta y nueve, á veinte y cinco de agosto, que es lo que comunmente se dice.

A diez y seis de abril, era mil ciento noventa y cinco, la infanta doña Elvira dió á la iglesia de Astorga la tercia de todas sus iglesias que allí señala, y dice que imperaban don Alonso y doña Rica; y que la infanta doña Sancha, hermana del emperador, tenia á Villabuena; y la emperatriz doña Rica, y el conde don Ramiro tenian á Astorga; el conde don Ponce, mayordomo del emperador, Gonzalo Marañon su alférez.

En otra escritura de la iglesia de Astorga, dada por el rey don Sancho á cinco de mayo, era mil ciento noventa y cinco, dice, que reinaba su padre el emperador.

A veinte y ocho de octubre, era mil ciento noventa y cinco, dice otra escritura de la iglesia de Burgos, que era muerto el famosísimo emperador de buena memoria don Alonso, y es una carta del rey don Sancho su hijo, en que da á la iglesia de Astorga y á su obispo don Pedro, el monasterio de San Millan de Lara. Confirman que se hallaban con el rey: Comes Almaricus, Comes Vela, Comes Lupus, Gomez Gonzalez, mayordomo del rey; Gutierre Fernandez, potestad en Castilla; García Garcés de Aza; Gonzalo de Marañon; Pedro Jimenez que tenia á Logroño; Nuño Perez; Alvaro Perez; Diego Fernandez, mayordomo del rey. Y por muchas escrituras del año siguiente de la era mil ciento noventa y seis se confirma lo mismo; y que su hijo don Sancho que le sucedió en el reino de Castilla, murió, y que reinaba su hijo niño (que así dicen) don Alonso en Toledo, don Fernando su tio en Leon, la reina doña Urraca su hermana en Oviedo. Y porque esta historia no es mas que del famosísimo emperador don Alonso, y él acaba aquí la vida, fenece tambien ella. Y quien la escribió, no cesará mientras viviere de pedir á Dios tenga en su compañía el alma de tan valeroso príncipe, honra de nuestra España: pues por su servicio y aumento de su iglesia tanto trabajó en esta vida.

Por las escrituras que he referido, y por otras sin cuento del emperador don Alonso, consta la devocion singular que tuvo á las religiones, y los dones y largas limosnas que hizo, fundando y reparando monasterios. Comenzaba en este tiempo á florecer san Bernardo y los

monges de su reformacion, y traidos á España, les entregó treinta y tres monasterios, unos de los que ya lo eran de la orden del glorioso padre san Benito, y otros que fundó y dotó de nuevo, sin otros inuchísimos que se fundaron.

Uno de los que el emperador rednjo, y dió á esta nueva reformacion, fué el monasterio de Carrazedo, que año de novecientos noventa habia fundado de monges benitos para su sepultura el rey don Bermudo segundo. El cual monasterio habia sido destruido por Almanzor, y lo estuvo ciento y cuarenta y ocho años, hasta que don Alonso lo reedificó y pobló de monges, de hábito blanco de Cister. El dia que entraron, que fué á doce de agosto año de Cristo de mil ciento treinta y ocho, hallándose presente el emperador, se puso la primera piedra del edificio de la iglesia que hoy tiene: en cuya portada se labró de bulto y talla entera, aunque en piedra tosca, la figura del emperador con su corona, de la misma forma que está en el sello de cera que tiene el privilegio de la dotacion.

Quiso Dios mostrar en nuestros dias lo que le habian sido gratas estas obras, castigando un desacato que un rústico hizo á la figura del emperador. Sucedió pues así. En el año de mil y quinientos y setenta, un pastor de aquel monasterio, llamado Antonio Perez, salió á la puerta de la iglesia con una escudilla de miera en la mano, y llegando á la figura imperial se le asentó sobre la cabeza y corona, diciéndole guardase no se le cayese; y con la miera le untó las barbas y cejas: no obstante que otro pastor que estaba presente le dijo, no hiciese semejante desacato contra el rey don Alonso que era santo.

Tomó Dios por propia la injuria y menosprecio, y para que el villano pagase el atrevimiento de haber llegado con sus manos á cabeza y rostro que representaban las de un príncipe tan católico y tan ilustre y que tantos servicios habia hecho á la Iglesia y otros escarmentasen en él; permitió que al punto quedase privado de la vista, y con excesivos dolores. Estuvo ciego seis dias, confesando à voces que el rey don Alonso era la ocasion, castigando el desacato que contra él habia cometido. Como la ceguedad y dolor pasaba adelante, y no se sabia ni hallaba otra ocasion ni indicio á que poderse atribuir, sino á lo que decia el pastor; fué de parecer un monge, llamado fray Antonio de Burgos con quien se confesaba, que hiciese pública satisfaccion y penitencia, y pidiese perdon á quien decia habia injuriado. Para esto lo llevaron de la mano á la puerta de la iglesia, y estando presentes muchos religiosos del convento, se descalzó los zapatos, y con una vela encendida en la mano, fué de rodillas espacio de treinta pasos hasta llegar al retrato y bulto del emperador. Postróse delante dél, y diciendo algunas oraciones, le besó muchas veces los piés, pidiendo con lágrimas le perdonase el desacato que habia cometido. Fué caso admirable, que al punto que el mozo dió fin á su oracion, se levantó tan libre de dolor, y con tan perfecta vista, como si jamás hubiera carecido della; mostrándose Dios maravilloso en sus santos; agradecido aun en la memoria de los justos. ¿Cuándo vió España príncipe suyo mas santo que don Alonso, siendo mczo? ¿mas justo en el gobierno? ¿mas fuerte en la guerra? ¿ni mas modesto y afable siendo varon?

HASTA AQUÍ SANDOVAL.

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