Colección de libros raros ó curiosos que tratan de América, Volumen 14

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1897
 

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Página 65 - por nombre Bacab: el cual nació de una doncella siempre virgen, llamada Chibirías, que está en el cielo con Dios. Al Espíritu Sancto nombraban Estruac leona, dicen que quiere decir, el gran padre. De Bacab, que es el hijo, dicen que lo mató Eopuco, y lo hizo azotar y puso una corona
Página 207 - salud, danos hijos y prosperidad, para que tu pueblo se acreciente, danos agua y buenos temporales para nos mantener y que vivamos. Óyenos nuestras peticiones, recibe nuestras plegarias, ayúdanos contra nuestros enemigos, dándonos holganza y descanso.) Todas estas peticiones y palabras iban diciendo, da manera que todo el pueblo lo
Página 105 - cuarenta leguas de México, tenían en los templos capellanes perpetuos, que siempre velaban y se ocupaban en oraciones, ayunos y sacrificios. Este perpetuo servicio se repartía de cuatro en cuatro años, y los capellanes ansí mismo eran cuatro, y estos se llamaban Monauhxihuzauque, el cual vocablo
Página 213 - y destos había de trecho á trecho en los caminos, adonde hacían sus oraciones y ofrecían sus sacrificios. En llegando al humilladero tomaban unas yerbas y dábanse con ellas en las piernas y escupían en ellas y poníanlas en el humilladero con una piedra encima. Esto decian ellos que era
Página 31 - otro es maestro fray Alonso de la Vera Cruz, frayle Augustino, varón de vida muy religiosa y adornado de doctrina: este también ha llegado a tener siete mil ducados de libros y aun mas si supiera guardarlos. Esta librería esta oy
Página 147 - estos corazones, y otros los enterraban. Hecho aquel sacrificio daban con el cuerpo sacrificado de las gradas abajo, y si era de los presos en guerra, el que lo prendió con sus parientes y amigos
Página 213 - ellos que era cosa saludable para desechar el cansancio, y luego sentían fortaleza en las piernas; ofrecían allí algodón ó caza ó sal ó pimientos ó de 'las otras cosas que llevaban, y de aquello como de cosa sagrada, no había nadie que osase tomar nada, y ansí se quedaba allí y se perdía.
Página 198 - enramados los aposentos y muy llenos de flores, de manera que todo lo bueno era para aquel punto. El sumo sacerdote, que en algunas provincias lo era el Rey y sumo señor en tiempo de necesidades solía estar cuatro y ocho meses y un año apartado y recogido y allí no comía más
Página 196 - incienso á sus dioses. Después lavábanse los sacerdotes y ansí iban continuando su penitencia y aparejo para entrar en la fiesta, pero cada vez que sacrificaban, se entiznaban. Los hombres en común, no se bañaban, mas tiznábanse, y aquello era como un cilicio y ornamento de penitencia. Ninguno dormía en su casa en

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