Imágenes de página
PDF
ePub

dad nueva adornada con buenos edificios, bastante poblada, industriosa y feliz, y no poco favorecida por su comercio y su agricultura, segun claramente se demuestra por el siguiente estado de los productos de su aduana en los últimos seis años:

[blocks in formation]

Este estado, aunque sacado de datos oficiales, no puede sin embargo dar una idea esacta del comercio de Nuevitas, paes en él solamente aparece el resultado de las operaciones hechas anualmente en aquella aduana: y por lo tanto no es posible graduar por él, el consumo de aquella ciudad y su jurisdiccion, porque ademas de la importacion directa que aparece, hay otra bastante regular pero incalculable, hecha por el activo comercio de cabotaje con la Habana y Matanzas, desde cuyos puertos se remiten á aquel, víveres, géneros y otros efectos que ya han pagado los respectivos derechos en las aduanas en que hicierón su primer entrada, y que por lo tanto no los pagan en aquella..

La esportacion consiste principalmente en azúcar, café, tabaco, miel de cañas y de abejas, cera, aguardiente, mineral de cobre; oro, plata, &c. &c., efectos que en su mayor parte se trasportan por medio de un camino de hierro, que aunque no 'concluido, da suficientemente á conocer la importancia de esa poderosa via de comunicacion, y las inmensas utilidades que de ella se deben esperar.

En una palabra, hoy Nuevitas, á pesar de su corta existencia, se presenta como una de las plazas importantes de la isla de Cuba, y este rápido incremento, preciso es confesarlo, habla altamente en honor de las primeras autoridades que, comprendiendo el verdadero espíritu y el único objeto de la colonizacion blanca, comenzaron á fomentar aquella poblacion repartiendo tierras entre los colonos que con ese objeto hacian venir de várias partes; y no dice menos en honra y prez de las que con el mayor tino y con el mas laudable entusiasmo por el bien del pais, continuaron dispensando à la nueva ciudad toda clase de proteccion hasta elevarla al estado présperò en que se encuentra!

SOFISMAS ECONÓMICOS

POR

M. FEDERICO BASTIAL.

II. OBSTACULOS, CAUSAS.

Lobstáculo tomado por la causa.- -La escasez tomada por la abundancia. Este es el mismo sofisma bajo otro aspecto. Bueno serà estudiarlo bajo todas sus faces.

El hombre está privativamente desprovisto de todo. Entre su desnudez y la satisfaccion de sus necesidades existe una multitud de obstáculos á que se sobrepone el trabajo, porque este es su fin. Es cosa curiosa investigar, como y porque estos mismos obstáculos á su bienestar han venido à ser á sus ojos, la causa de este mismo bienestar.

Tengo necesidad de trasladarme á cien leguas. Pero entre el punto de partida y al que quiero llegar, se interponen montañas, rios, pantanos, bosques impenetrables, malhechores, en una palabra, los obstáculos, y para vencerlos será preciso que yo emplee muchos esfuerzos, ó lo que viene á ser lo mismo, que otros empleen estos esfuerzos y me hagan pagar su precio. Es evidente que bajo esta consideracion hubiera estado en mejor posicion si no hubiesen existidó estos obstáculos.

Para atravesar el camino y recorrer aquella larga série de dias que separa la cuna de la tumba, el hombre tiene necesidad de asimilarse una cantidad prodijiosa de alimentos, de ponerse á cubier 10 contra la intemperie de las estaciones, de preservarse ó de curar

se de una multitud de males. El hambre, la sed, la enfermedad, el calor y el frio son otros tantos obstáculos sembrados en su rutą. En el estado de aislamiento debería combatirlos todos por la caza, la pesca, el cultivo, el hilado, el tejido, la arquitectura, y es evidente que le convendria más que no existiesen estos obstáculos sino en menor grado, y que aun no existiesen absolutamente. En sociedad él no se adhiere personalmente à cada uno de estos obstáculos; pero otros lo hacen por él, y en recompensa quita uno de los obstáculos de que están rodeados sus semejantes.

Es evidente tambien que considerando las cosas en masa, valdria mas para el conjunto de hombres ó para la sociedad, que los obstáculos fuesen tan débiles y tan poco numerosos en lo posible.

Mas si se analizan los fenómenos sociales en sus pormenores y los sentimientos de los hombres segun los ha modificado el trato, se percibe al punto como se han llegado á confundir las necesidades con la riqueza y el obstáculo con la causa.

La separacion de ocupaciones, resultado de la facultad de cambiar, hace que cada hombre en vez de luchar de su propia cuenta con todos los obstáculos que le rodean, no combata mas que uno: combate no para él, sino en provecho de sus semejantes, que á su vez le hacen el mismo servicio.

Resulta de aquí que este hombre vé la causa imediata de su riqueza en este obstáculo que hace profesion de combatir por cuenta de ptro. Mientras mayor es este obstáculo, grave, y vivamente sentido, mas dispuestos están sus semejantes à remunerarle si él lo ha combatido, es decir, á destruir en su favor los obstáculos que le mólestan.

Un médico, por ejemplo no se ocupa de hacer cocer su pan, de fabricar sus instrumentos, de tejer, de cortar sus vestidos. Otros lo hacen por él, y en recompensa combate las enfermedades que afiijen á sus clientes. Mientras mas numerosas, intensas ó reiteradas son estas enfermedades, mayor es el consentimiento, mayor la fuerza de trabajar por su utilidad personal. A su modo de ver la enfermedad, es decir, un obstáculo general al bienestar de los hombres es una cama de bienestar individual. Todos los productores en lo que les concierne hacen el mismo raciocinio. El armador saca sus proventos del obstáculo que se llama distancia; el agricultor del que se llama hambre, el fabricante de tejidos de lo que se llama frio; el instituler vive de la ignorancia, el lapidario prospera por la vanidad, el abogado á espensas de la codicia de los hombres, el notario ó escribano de la mala fé posible, como el médico subsiste de las enfermedades de la humanidad. Es pues muy positivo que cada prófesion tiene un interés imediato en la continuacion y aun en la prolongacion del obstáculo especial que constituye el objeto de sus esfuerzos.

Viendo esto, llegan los teóricos, que fundan un sistema sobre estos sentimientos individuales y dicen: La necesidad es la riqueza:

[ocr errors]

el obstáculo al bienestar es el bienestar mismo. Multiplicar los obstáculos es dar alimento á la industria.

Llegan despues los hombres de Estado. Ellos disponen de la fuerza; ¿y que cosa hay mas natural que emplearla en desarrollar, en propagar los obstáculos, puesto que esto es desarrollar y propagar la riqueza? Ellos dicen, por ejemplo: Si impedimos que venga el hierro á los lugares en que abunda, nos creamos un obstáculo para procurarlo. Este obstáculo, vivamente sentido, determinará á pagar para destruirlo. Mientras mas raro sea este obstáculo, mas raro el mineral, inaccesible y dificil de trasportar, distantes los hogares de consumo, mayor número de brazos ocuparà esta industria en todas sus ramificaciones. Escluyamos pues al hierro estranjero, formemos el obstáculo á fin de crear el trabajo que lo combate.

El mismo raciocinio conducirà á proscribir las máquinas.

He aquí, se dirá, hombres que tienen necesidad de guardar su vino. Este es un obstáculo: he aquí otros hombres que se ocupan de destruirlo construyendo toneles, es pues una ventaja que exista el obstáculo, porque con él se alimenta una porcion del trabajo naciónal y enriquece á cierto número de nuestros conciudadanos. Pero llega una máquina injeniosa que derriba la encina, la labra, la cuadra y la divide en una multitud de tablas, las une y las trasforma en vasijas para el vino. El obstáculo se ha disminuido en mucha parte y con él la ganancia de los toneleros. Mantengamos al obstáculos por una ley, mantengamos el trabajo manual de los toneleros: proscribamos la máquina.

Para penetrar el fondo de este sofisma basta decir que el trabajo humano no es un fin, sino un medio. Jamás queda sin empleo. Si le falta un obtáculo que vencer, se dedica á otro, y la humanidad le liberta de los obtáculos por la misma suma de trabajo que empleaba para destruir uno solo. Si el trabajo de los toneleros llegase á ser inútil, tomaría ôtra direccion. ¿Pero con que se le renumeraría? se nos preguntará. Precisamente con lo que se renumera hoy; porque cuando una masa de trabajo viene à ser disponible por la supresion de un obtàculo, viene tambien una masa correspondiente de renumeracion disponible. Para decir que el trabajo humano llegaría al fin á no tener en que emplerase seria preciso probar que la humanidad cesará de encontrar obtáculos.

Entonces el trabajo no solo sería imposible sino tambien supérfluo. Nada tendriamos que hacer, porque seriamos todo-poderosos, nos bastaría pronunciar un fiat para que fuesen satisfechas todas nuestras necesidades y deseos.

III. ESFUERSOS, RESULTADOS.

Acabamos de ver que entre nuestras necesidades y su satisfaccion se interponen obtáculos. Conseguimos vencerlos ó disminuir

los por el uso de nuestras facultades. Puede decirse de una manera muy general que la industria es un esfuerzo seguito de un resultado. ¿Pero porqué base medimos nuestro bienestar? Es por el resultado del esfuerzo? Es por el esfuerzo mismo? Existe siempre una relacion entre el esfuerzo empleado y el resultado obtenido. ¿Consis te el progreso en el acrecentamiento relativo del segundo ó del primer término de esta relacion?

Ambas thesis han sido sostenidas; y en economía política se dividen el dominio de la opinion. Segun el primer sistema la riqueza® es el resultado del trabajo. Ella crece á medida que creee la proporcion del resultado al esfuerzo. La perfeccion absoluta, de la cual solo Dios es el tipo, consiste en alejarse infinitamente de los dos términos en este sentido; esfuerzo nulo, resultado ilimitado.

Los que opinan por el segundo sistema, creen que el esfuerzo mismo es el que constituye la medida de la riqueza. Progresar es acrecentar la proporcion del esfuerzo al resultado. Su ideal puede ser representado por el esfuerzo; á la vez eterno é ideal de Sisypho (1)

Por el primer sistema se acoje naturalmente todo lo que tiende á disminuir el trabajo penoso y á aumentar el producto, á saber: las potentes máquinas que se agregan à las fuerzas del hombre, las permutas que permite sacar mejor partido de los ajentes naturales distribuidos en diferentes medidas sobre la superficie del globo; la intelijencia que busca y encuentra; la esperiencia que comprueba y admite, la concurrencia, la competeneia que estímu

la &c. &c.

El segundo sistema, logicamente hablando, dirije sus deseos á todo lo que produce el efecto de aumentar el trabajo penoso y disminuir el producto: privílejios, monopolios, restricciones, prohibiciones, supresiones de màquinas, esterilidad &c. &c.

Conviene notar que la práctica universal de los hombres se dirije siempre por el principio de la primera doctrina. Jamás se ha visto ni se vera jamás un trabajador, ya sea agricultor, manufacturero, negociante, artesano, militar, escritor ó sabio, que no consa-, gre todas las fuerzas de su intelijencia á ejecutar mejor, mas pronto y mas económicamente, en una palabra, ú hacer mas con ménos.

La doctrina opuesta está en observancia por los téoricos, los diputados, los periódistas, los hombres de Estado, en fin, por los hombres cuyo papel en este mundo es hacer esperimentos en el cuerpo social, Es preciso tambien observar que en aquellos que les concierne personalmente, obran como todo el mundo por el principio de obtener del trabajo la mayor suma posible de resultados útiles.

Se creerá tal vez que exajero y que no hay verdaderos Si

(1) Con este motivo. rogamos al lector que nos permita que por abreviar continuemos designando este sistema bajo el nombre Sisyphismo.

« AnteriorContinuar »