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didas todas estas circunstancias y el bello trabajo de los objetos presentados, adjudicó la Junta á D. Antonio Aller la medalla de plata.

Pelucas.-Tomando en consideracion la elevada temperatura que forma el clima dominante de la Isla, han introducido los peluqueros franceses los casquetes tropicales en los que un simple cordon de seda, que cae sobre la parte posterior de la cabeza, reemplaza ventajosamente los resortes de acero que en el sistema antiguo la oprimian. Todos los que usan casquetes sabrán apreciar esta mejora, pero falta que tengan tanta adherencia con la cabeza como los antiguos, pues generalmente se resbalan con la mayor facilidad. Seria pues un descubrimiento importante, en este ramo, la invencion de un resorte elástico, que conservando su elasticidad sin oprimir la cabeza y ofreciendo bastante duracion reemplazase el cordon de seda que hoy se usa.

Apreciando entretanto la buena ejecucion de las obras que presentó en este género Monsieur Mathieu de la peluquería de M. Chalas, adjudicó la Junta al interesado la medalla de plata.

Aparejos de carga. No opina la Junta que hayan de premiarse únicamente las obras mas finas y mejor acabadas, las que requieran sumo arte y maestria en su ejecucion. Lo importante en la industria es fabricar barato y de buena calidad los objetos de gran consumo. Uno tosco y grosero en su aspecto aplicable con ventaja à los animales mas útiles, para trasportar por montes y caminos donde no transitan carruajes todo género de carga, merecerá premio si es barato, de preferencia á un objeto de gran lujo, que apenas tenga salida en los almacenes y que por lo mismo que está al alcance de muy pocos, no influye en el bien estar general. En este caso se halla el aparejo presentado por D. José del Cármen Medina, con el núm. 72. Estaba muy bien hecho, señaladamente en la parte que ocupa el sillar, circunstancia nada despreciable en la Isla, donde las caballerías de carga sufren, por lo regular, tan pésimo tratamiento. Tomando en cuenta todas estas cualidades, acordó la Junta hacer mencion honorífica del interesado; y no titubea en declarar desde ahora que si en otra esposicion acreditase hacerlos con una rebaja de consideracion sobre el precio comun que tienen esos aparejos en la Isla, se le daria el premio de segunda clase.

Sombrerería.-Créese generalmente que la sombrerería se trae de Paris, ó al menos que se traen los fieltros ya montados, y que solo resta guarnecer el sombrero interiormente, ponerle cinta y galonearlo. Es una grave equivocacion: hay sombrererías alemanas que trabajan por mayor y las hay españolas que si trabajan en menor escala, es porque solo hacen sombreros de primera calidad. Uno de los vocales de esta Junta ha pasado á los establecimientos de sombrería, y ha observado la serie entera de la fabricacion. Ha visto tomar un fieltro con su color agrisado, darle una preparacion con goma-laca y otros ingredientes, comprimirlo para que suelte el esce

so de líquido, ponerlo en horma y dejarlo secar. Con esto adquiere el fieltro la forma de sombrero. En seguida se le aplica primero con una brocha una mano de cola hecha con retazos de guantes y desperdicios de pieles, á fin de que este baño tape todos los poros del fieltro. Luego que está seco se le da una mano de barniz de goma-laca y de algunas otras sustancias para que sirva de intermedio entre el fieltro y la felpilla, y determine por el reblandecimiento de la goma-laca, mediante el calor, la adherencia recíproca de ámbos cuerpos, lo que se consigue poniendo encima la felpilla de seda cortada y preparada con arreglo á la superficie que ha de cubrir, y pasando encima una plancha caliente. El ala se hace en dos veces, en razon de sus dos superficies y con independencia del casco; este presenta en la superficie del cilindro hueco formado por la felpilla, un corte oblícuo para que al sobreponerse una parte á otra se entrelace el pelo de la seda y quede unido con la plancha, de modo que no se perciba la union, ni mucho menos solucion alguna de continuidad en la superficie. Por fin, para alisar el sombrero se le mete en horma y colocado luego el molde horizontalmente en el eje de una máquina, cuya rueda vertical se mueve con un manubrio (en el estranjero y en grandes fábricas se moverá con el vapor) roza sin cesar contra nn tejido de pana, cortado en forma de faja de un alto correspondiente á lo ancho du la copa.

Esta faja cubre el sombrero en movimiento y está fija en una mesa por una parte y tirante, en el estremo pendiente, por un peso proporcionado, de modo que la friccion continuada contra la superficie interior de la faja, pulimente la felpilla y le dé tanta mas lisura cuanto mas prolongado sea el rozamiento.

La Junta ha entrado en estos permenores de fabricacion, no solo para que los fabricantes se persuadan del aprecio que le merecen todas las operaciones y mecanismos de sus ártes respectivas, por lo mucho que se interesa en sus adelantamientos, sino para que se comprenda la diferencia entre los sombreros de primera y de calidad inferior, así como la única que presentan los mejores sombreros franceses con los nuestros. En efecto, los de primera calidad llevan la felpilla pegada con goma-laca, y los de calidad inferior, con una pasta en que entra engrudo de almidon. La goma-laca pega mejor, es impermeable al agua por que no es soluble en este líquido, y conserva mejor la adherencia de la felpilla con el fieltro. Los sombreros franceses de primera calidad solo se diferencian en la mayor lisura de la felpilla de seda, por que costando ménos la mano de obra, y valiéndose del vapor, pueden darle mayor pulimento en la última operacion que hemos descrito. Es sin embargo preciso mucha inteligencia del árte para distinguir esa diferencia á primera vista. Por lo tanto seria de desear desapareciera la funesta preocupacion de que todo lo estrangero es mejor que lo nuestro, pues se ha visto en el establecimiento de los Sres. Viñas, Llabayol y Ca vender un sombrero de su excelente fábrica por frances y no querer

el comprador uno frances de igual clase, por habèrsele presentado como hecho en el país. Esto obliga á que de 100 sombreros vengan 60 del estrangero para satisfacer el capricho y la preocupacion, sujetándonos á un tributo oneroso, que ya es tiempo desaparezca por efecto de la mayor ilustracion.

La Junta acordó hacer mencion honorífica de los Sres. Viñas Llabayol y Ca por los que presentaron con el núm. 62. Si en la próxima esposicion hubiera un surtido de sombreros de las diferentes fàbricas de esta Ciudad, perfectamente trabajados y de clases y formas distintas, le seria en estremo satisfactorio conceder otros premios, que sirviendo de estímulo á esta industria acabáran de arraigarla en el país.

SECCION SESTA.

á

ARTES QUIMICAS.

Al dar cuenta á V. E de los objetos presentados, correspondientes á esta seccion, crée conveniente la Junta indicar las causas que atribuye el atraso que realmeute se nota entre nosotros en esta parte tan importante de la industria humana, y que indudablemente ha de recibir con el tiempo un grande impulso en esta Isla.

Las ciencias son la antorcha que vierte su resplandor en los talleres de la industria, para alumbrar con clara y brillante luz todas sus operaciones, evitando las dudas, la incertidumbre y los torpes ensayos de la simple rutina. ¿Como pues han de estar adelantadas las ártes químicas, cuando tan atrasada (la Junta dirá aun mas) tan poco conocida y apreciada es la química en el país? Y sin embargo ¿cuantas é interesantes industrias no dependen, casi esclusivamente de la química?

Debiera figurar en primer lugar en esta Isla el beneficio ú esplotacion de los minerales de cobre y otros que este rico suelo encierra tal vez; y lejos de vencer las dificultades que pueda presentar semejante beneficio, nos contentamos con arrancar el mineral de las entrañas de la tierra, cargarlo á bordo de los buques, esportarlo, y dar á los estrangeros cuantiosas ganancias que pudieran lograrse en el país mismo.

No se ha estudiado todavía, por decirlo así, la hermosa naturaleza vírgen de Cuba. Apenas si se conocen algunas de las plantas que ostentan su lozana vegetacion en este fértil suelo; mientras que el Ser Supremo, en su omnipotencia, lo ha dotado tal vez con vegetales preciosos para las ártes y la medicina.

No se ha analizado ningun terreno y por consiguiente no tan solo se desconocen las causas de su fertilidad ó esterilidad para tal o cual cultivo, y mucho mas los abonos que emplearse pudieran para reparar sus pérdidas y evitar se cansase la tierra, como suele decirse vulgarmente; sino que se ignora si existen excelentes tierras, para la fabricacion de ladrillos refractarios, de la loza y de la porcelana, que pudieran aprovecharse ventajosamente con este fin, librándonos del tributo oneroso que bajo este concepto pagamos al estranjero. Todas estas industrias, se dirá requieren mucho combustible y este escasea en el pais. La Junta no desconoce la fuerza y el valor de este argumento, pero una indagacion minuciosa y escursiones ejecutadas con acierto por una comision científica y esploradora, demostrarian si hay ó no carbon de piedra con abundancia en la Isla. Y en todo caso la aplicacion de los conocimientos científicos haría se utilizase el chapapote, que tanto abunda por todas partes.

La Real Sociedad penetrada de todas estas verdades, tiene pendiente de la aprobacion de V. E. un presupuesto de gastos para cubrir todas sus atenciones, en el que figura una partida destinada á esas indagaciones tan útiles para el pais.

No pretende con esto la Junta que la Isla esencialmente agrícola por su naturaleza, por su posicion geográfica y por su clima, se convierta en el emporio de las artes y manufacturas, puesto que ha sentado por principio que la tendencia de la industria cubana ha de ser el enlace de sus manufacturas con los productos de su agricultura, de modo que estos adquieran mas valor bajo la nueva forma que le den las artes; empero sí opina que no es incompatible esta idea con la de sacar todo el partido posible de su rico suelo, tanto en lo mineral como en lo vejetal, creando fábricas que fundadas en el consumo de primeras materias abundantes en el pais, exijan pocos artefactos estranjeros para llevarlas à cabo, y eviten la introduccion de productos análogos á los que suministrar pudieran esas nuevas manufacturas.

La Junta crée positivamente, que mientras no se estudie la naturaleza de Cuba en los tres reinos mineral, vejetal y aun animal, seran lentos los progresos en estos ramos de industria.

La indagacion de combustibles, el modo de utilizar el chapapote los análisis de las aguas potables y minerales, los de los terrenos propios para el cultivo, los de los minerales, los de las plantas, en fin, que pudieran utilizarse en medicina ó en las ártes, debieran ocupar el lugar preferente.

Todo el trabajo de análisis de aguas potables y de las minerales ya conocidas en el pais por su existencia, pero no por su composicion química, el exámen de las diversas clases de terrenos que hoy se cultivan, el análisis de las cenizas de las plantas que en ellos se producen, y por consecuencia la indicacion de los mejores abonos, sería obra que pudiera llevar á efecto desde luego un químico de conocimientos acreditados y práctico en las operaciones del laboratorio,

siempre que se le proporcionasen los útiles, reactivos, colecciones é instrumentos necesarios para sus investigaciones; sin perjui, cio de que una vez coucluidos estos trabajos, se incorporase á una comision científica y esploradora, compuesta de un botánico, un mineralogista, un géologo y un ingeniero, que recorrieran la Isla entera, en busca de combustibles, de minerales y de plantas útiles.

Por las razones que acaba la Junta de manifestar conocerá V. E, fácilmente que la primera esposicion pública de la industria cubana, ha debido ser pobre en objetos de ártes químicas. Sin embargo debe hacer presente la Junta á V. E., en obsequio de la verdad, que algunos fabricantes, sin duda por la premura del tiempo, han dejado de presentar en ella sus artefactos, bien que ofrecieran suma importancia. Cuenta entre ellos la Junta, con aprecio, á D. Esteban Mestre, cuya fábrica de papel establecida en Puentes Grandes debe considerarse como una verdadera conquista industrial para el pais.

En el exámen de esta seccion coloca la Junta en primer lugar las velas estéaricas (núm. 104) de la fábrica titulada "La Estrella Cubana" de D. Vicente Fernandez y Ca El edificio situado en el Cerro y no del todo concluido, es realmente grandioso y tiene 40 varas de frente y 60 de fondo. La fábrica elabora hoy de 10 á 12 quintales de sebo diariamente, pero podrá elaborar cuando esté enteramente concluida, hasta 100 quintales diarios. Tambien hay uṇ departamento que estará destinado á la fabricacion de jabones, desde los mas comunes hasta los mas finos y esquisitos de tocador. Emplea actualmente 60 operarios, pero en toda su fuerza y produccion tendrá una dotacion de doscientos. Todas las operaciones que requieren calor se practican mediante el vapor, lo que presenta ventajas importantes en la elaboracion, sin riesgo alguno de incendios, pues solo hay fuego debajo de la caldera de vapor, situada fuera del edificio. Parece ser que á mas de las velas esteáricas comunes, se proponen fabricar otras de lujo, muy superiores á las primeras, así como velas de esperma pura y trasparente. La Junta limita su juicio á las que figuraron en la esposicion pública. Se obtienen por medio de la saponificacion del sebo con la cal y descomponiendo luego con ácido sulfúrico el jabon calizo formado, con lo cual quedan libres los ácidos margárico, esteárico y oléico que unidos con la glicerina ó principio dulce de los aceites y algunas mas sustancias, como es un principio graso oloroso, constituyen el sebo primitivo. Siendo los dos primeros ácidos sólidos, y líquido el tercero, la prensa los separa y les dá consistencia. En tal estado solo resta reducir á velas dichos ácidos sólidos; pero no es el ánimo de la Junta ni propio de esta memoria entrar en todos los pormenores de la fabricacion. Presentáronse estas velas en la esposicion pública con el nombre de velas de estearina, y en nuestros almacenes se llaman velas de composicion, pero su nombre propio, el que recuerda su composicion química, es el de velas esteáricas. La propiedad ó impropiedad del

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