Imágenes de página
PDF
ePub

SECCION SEGUNDA.

CURTIDOS, GUANTERIA, TALABARTERIA, ZAPATERIA.

E N los primeros tiempos de la especie humana, los cueros y las pieles de los animales sirvieron de abrigo al hombre para cubrir su deznudez. Con el trascurso de los siglos se hicieron de mil modos necesarios y puede asegurarse que en el dia son en gran parte objetos de lujo, ornato y gala. La España tenía ganados y el consumo de curtidos era indispensable, por lo que siempre hubo ese ramo de industria en la Península cuyos productos tanto sirvieron para el calzado del pobre como para el gaban del poderoso. Y un benemérito español, hijo de cataluña, D. José Xifré, fué quien introdujo tan importante ramo de industria en este pais fundando de 1809 á 1810 una tenería en esta ciudad, la misma que aun lleva hoy su nombre; pero que imperfecta en sus principios no se parecia en nada al magnífico establecimiento industrial que hoy constituye, sin disputa alguna el primero de su clase en la Isla. Sucedió á Xifré lo que á todo el que emprende una industria nueva en un pais. Tuvo que hacer mil tentativas mas ó ménos fructuosas, tanto en razon del clima como de las materias curtientes que emplear pudiera. Descubrió entonces un precioso y abundante tanino en las hojas y cáscaras del mangle, y este descubrimiento sirvió luego à otros sugetos emprendedores que establecieron tenerías en la misma Habana, en Matanzas y otros varios puntos de la Isla, pues nunca pensó Xifré en solicitar concesiones ni privilegios; y este desprendi

miento de su parte le causó grave perjuicio á sus propios intereses, porque los propietarios de manglares comarcanos le hicieron pagar 208 por lo que ántes pagaba 10, luego fueron subiendo á 30 y hasta 40$.

Como toda fàbrica produce naturalmente con preferencia los objetos de mas consumo, la de Xifré se ha limitado á elaborar cabezas de suela (diez y ocho á veinte mil anualmente); vaquetas (de diez mil quinientas á once mil) becerros colorados ó sean vaquetas de cama (de 1000 á 1500); badanas ó sean pieles de chivo ó carnero curtidas (de 3 á 4000). La importancia de esta tenería està probada con la magnitud misma de su produccion y esta acredita tambien la bondad de los objetos que espende elaborados el establecimiento. No hajan de 136 operarios de color los que se emplean en los trabajos de la fábrica, y de estos se ocupan constantemente 12 en recoger solamente las hojas de mangle y 16 en separar la cáscara de la misma planta.

La fábrica y tenería de Xifré se sostiene sin privilegios ni concesiones, como lo ha dicho la Junta. Fuera sin embargo de desear se modificase una práctica establecida en los mataderos, que perjudica mucho á la bondad y hermosura de la piel que luego ha de curtirse. En efecto, para señalar las reses en los corrales del rastro, con el objeto de que conste quienes son sus dueños, las rayan con un instrumento cortante, causando así una grande imperfeccion en la parte mas preciosa de la piel, que es la epidermis, llamada técnicamente la flor; siendo así que esto se remediaría fácilmente, valiéndose de una pintura cualquiera para marcar las reses con un pincel. Tambien convendría que los desolladores cuidasen de no picar los cueros.

Con este motivo permitirá V. E. à la Junta una observacion respecto á los mataderos, que si no guarda relacion con los curtidos, interesa en alto grado á la cultura é ilustracion propia del pueblo

habanero.

Hay una práctica á todas luces condenable que es la de desjarretar las reses antes de matarlas para que no se huyan. Mil medios hay, Excmo. Sr. de sujetar los animales, sin causarles un suplicio mucho mas doloroso que la muerte, puesto que lo padecen horas enteras. Y con la simple imitacion de lo que en Francia se practica, se desterraria una costumbre digna de figurar en los tiempos de barbárie. Otras muchas reformas pudieran introducirse en los mataderos de la Habana, favoreciendo una industria naciente, la esplotacion de mármoles de la Isla de Pinos; pero no siendo este el lugar de discutirlas, pasa la Junta á la calificacion de los curtidos presentados por la fábrica de Xifré en la esposicion pública de la industria cubana.

El Administrador de la tenería de D. José Xifré remitió á la esposicion pública gran variedad de cuantas pieles se elaboran en el establecimiento, declarando no pretendia optar á premio alguno,

ni aun siquiera á una mencion honorífica, no proponiéndose otro objeto que el de aumentar los productos de la esposicion. La Junta sin embargo, en prueba de su grande aprecio, adjudicó á D. José Xifré la medalla de primera clase, por las pieles señaladas con el número 70.

Apesar de que existan otros curtidores en la Habana, no han presentado la obra de sus fábricas pero la Jnnta se complace en creer que no dejarán de hacerlo en las esposiciones venideras.

Faltaba en la Isla una fábrica de guantes y todos los que se gastaban venían del estrangero. El pais se verá, en cierto modo, exento de ese tributo y servido á medida de su deseo en la fábrica de curtidos y guantes de los Sres. Ruiz y Fontecha calle de la Habana num. 40. Si las pieles han parecido á los inteligentes algo inferiores en el curtido á las del num. 70, que resultaron pertenecer al establecimiento de D. José Xifré, no por eso han dejado de ser apreciadas, como merecen, y atendida la buena confeccion de los guantes y la utilidad de esta nueva industria en la Isla, no ha titubeado la Junta, en adjudicar á los fabricantes Ruiz y Fontecha la medalla de primera clase, por las pieles y guantes (núm. 53).

La talabartería constituye un ramo de industria productivo en el pais y que ocupa numerosas manos, lo que fácilmente se comprenderá atendiendo á que la marca de carruages, si se incluye en el número de los particulares el que representa los de alquiler pasa de 3500 en la Habana solamente. En uno de los ramos en que hay mas adelanto, pudiendo competir en la buena confeccion algunos talabarteros de color con los mismo estrangeros. Si nos fijamos en el número 3.000 para los carruages de uso particular y 500 para los de alquiler, graduando que el valor de los arreos completos de un caballo de uso particular, sin adorno alguno, sea de 51$ término medio, resultará un capital existente de 153,000$ en obra de talabartería de los arreos correspondientes á carruages de un solo caballo y de particulares. Y como los de alquiler cuestan 25$ ascenderán á 12.500$ Los primeros se renuevan todos los tres años, ó lo que es lo mismo se renueva la tercera parte de la totalidad en cada uno y los segundos escasamente duran un año; luego se gastarán anualmente 51.000$ en renovar los arreos de quitrines y volantes de uso particular. Pongamos 5.100$ de aumento ó sea el 10 p. 8 del importe anual de los arreos de los carruajes particulares, por los que tienen pareja ó trio de caballos. Los carretones que tambien requieren arreos ascienden á 500 como los carruajes de alquiler. Los arreos de los caballos cuestan para los carretones 20$ y por tanto ascienden á 10.000$ de primera compra. Se renuevan todos los años lo que produce un gasto anual de igual suma 10.000.

Los carruajes de alquiler gastan mensualmente en obra de talabartería unos 4 $ cada uno. Estos cuatro pesos mensuales representan 48 $ al año en cada carruaje de alquiler, ó sean 24.000 en los 500 que ruedan por la ciudad. En los carretones pueden su

ponerse 3 mensuales, 36 al año, ó sean 18.000 $ sobre los 500 carretones que ruedan.

Si ahora graduamos la obra anual de talabartería en los quitrines particulares, hallaremos que cuesta 51 $ todo lo correspondiente al fuelle y sopandas y unos 85 la obra de talabartería empleada en el vestido interior. Suman ambas cantidades 136 ; y como se efectúa esta reforma todos los cuatro años se gastan anualmente 34 $ en talabartería en cada quitrin de uso particular. Ascendiendo à 3.000 los carruajes particulares, el total coste de la obra de esta clase ejecutada en ellos, será de 102.000 $ anuales.

Resulta pues la cuenta total siguiente:

OTRA ANUAL DE TALABARTERIA EN LA HABANA.

Tercera parte del coste primitivo de los arreos
pertenecientes á carruajes particulares, en razon
de los que se renuevan anualmente..

El 10 po de esta cantidad, por las parejas y trios..
Coste anual de arreos de alquiler.

[merged small][ocr errors]

$51.000

5.100

12.500

10.000

[blocks in formation]

Es decir que solamente en obra de talabartería se gasta en la Habana la suma de doscientos veinte y dos mil seiscientos pesos fuertes, puesta en circulacion en solo este ramo de industria. Y es de notarse que no se comprende en el cálculo ni el importe de las botas de los caleseros que cuestan media onza de oro, porque no todos las gastan; ni tampoco las composturas de los arreos pertenecientes á los carruajes particulares, por ser muy variable este gasto en cada uno de ellos; lo que hace imposible una averiguacion bastante aproximada de ambas partidas. Tambien se observará que la Junta no ha entrado en la valuacion de la obra de talabartería que consumen las fornituras militares. Y así debe creerse que el guarismo citado peca tal vez por moderacion en el cálculo.

Pasando ahora á dar cuenta à V. E. de los objetos presentados en este ramo, dirá la Junta que con el núm. 33 presentó D. Santiago Cartier una silla de cuero de cerdo, construida á la royale con rodilleras. Estaba montada sin fuste y pespunteada. La invencion de ella no es nueva, porque de Francia se han importado y vendido aquí muchas iguales, con la diferencia de carecer de rodilleras.

La Junta cree que es la primera silla de esta clase, que se ha construido en el pais. Como que no tiene fuste, es muy cómodo su asiento y ofrece para viajar la ventaja de poder doblarla y guardarla en un baul, y por eso se dà el nombre de chalecos á las de su clase. Tomando en consideracion todas estas circunstancias, adjudicó la Junta la medalla de plata sobre-dorada á D. Santiago Cartier.

D. José Cuerao presentó con el núm. 80 una silla de montar sin fuste, pero con buenos resortes de acero y de antigua invencion en su asiento. Como por su aplicacion à las sillas de montar obtuvo su autor privilejio de invencion, aunque en lo demas de su hechura y labor no pasase de ser una de las comunes, la Junta acordó hacer mencion honorífica de D. José Cuerao.

Atendiendo á la hermosa ejecucion de unos arreos de charol (sin núm.), presentados á última hora por D. Estéban Estúrges y compa, la Junta le adjudicó la medallo de plata.

Lo bien acabados que estaban unos zapatos de escarpin unido (núm. 1), la superior calidad de los materiales empleados y su perfecta ejecucion en un todo, hicieron que la Junta adjudicase á D. José Quevedo, que los presentó, la medalla de primera clase.

Y finalmente, la Junta acordó hacer mencion honorífica de

D. Melchor Miró, por una bota de doble suela núm. 16.

La Junta no desconoce que el ramo de zapatería está ya muy adelantado en la Habana, y que se acerca la época en que no se traerá ningun zapato de fuera, ahorrándose el pais el tributo que aun paga, en cierto modo, al estranjero, en los escarpines y zapatos de lujo. Empero ha visto con sentimiento se hayan retraido muchos hábiles artesanos en este ramo de presentar sus obras, y espera que en las esposiciones venideras acudirán mas numerosos á disputarse el premio.

SECCION TERCERA.

PLATERIA, OBRAS DE METALES, INSTRUMENTOS DE MUSICA.

El obraje de platería constituye particularmente en la Habana un importante ramo de industria. Tal vez no haya ciudad en Europa de igual poblacion, donde se gaste tanta plata, puesto que aquí sirve de adorno à los carruajes y á los caballos mismos. Y sin embargo, y bien que parezca increible, no hay un buen contraste, no hay un ensayador científico en toda la Isla. Existe sí un perito tasador de joyas, hombre práctico que en fuerza de los años que ejerce su oficio, justiprecia regularmente las alhajas; pero no es sugeto que tenga ni la mas mínima idea de la química, cuando el arte del

« AnteriorContinuar »