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SECCION PRIMERA.

TABAQUERIA, FABRICA DE CIGARROS.

AL colocar en primer término la tabaquería, ha tenido presente la Junta, que siendo este pais esencialmente agrícola, por laferacidad de su suelo y la bondad de su clima para el desarrollo de las plantas que constituyen los principales manantiales de su riqueza y prosperidad, debia dar la preferencia á las industrias que se enlazan directa y estrechamente con los productos de su agricultura. Estas anmentan el valor de las cosechas, dando á la primera materia nueva forma, bajo la cual no solo es consumible, sino que adquiere mas précio, cuando, à la par que bien acondicionada, se ostenta vistosa y elegante.

En este caso se hallan las fábricas ó manufacturas de cigarros, y si se considera que emplean además numerosas manos y ponen un capital muy crecido en circulacion, se comprenderá deba ocupar la tabaquería la primera de las secciones en que se han clasificado, para graduar su mérito, los distintos artefactos presentados en esta primera esposicion pública de la industria cubana. No así sucedería, si hubieran figurado en ella muestras de azúcar de los diferentes ingenios, pues considera la Junta mucho mas importante esta industria fabril, y nadie duda que sea la primera de la Isla.

Acostumbran, comunmente los hacendados, considerar el azúcar como producto esclusivo de la agricultura, sin atender á que su elaboracion corresponde real y verdaderamente á las artes químicas. Así que, en una division bien entendida del trabajo, el cultivo de

la caña debiera ser independiente de la elaboracion del azúcar. Si el pais estuviera mas poblado, si la colonizacion existiera de hecho, si hubiera medios numerosos y poco costosos de comunicacion para trasportar las cosechas de los campos de caña á grandes manufacturas contratales, sostenidas por capitalistas, no se confundirían ciertamente, como ahora, el cultivo con la manufactura. Empero, porque las circunstancias locales reunan en la misma mano la cosecha de caña y la zafra de azúcar, ¿será un motivo de confunsion? No lo crée así la Junta y espera que en las esposiciones venideras, cuando se celebren en el mes de mayo, como lo previene el reglamento, se ostentarán numerosas muestras de azúcares blancos y quebrados de los mejores ingenios, por ser la época en que concluida ya la zafra pueden hacerse las remesas á esta Capital.

Volviendo, pues, al objeto de esta primera Seccion, dirá la Junta á V. E. que abundan en el pais vegas de buena y superior calidad para el cultivo del tabaco, cuales son las de Rio de Sta. Clara, Rio-Hondo, Rio de la Leña, Rio de paso Viejo, Pinar del Rio, Rio-Feo, Rio-Seco, San Juan y Martinez, Guanes, San Sebastian, Las Cruces, Mayari y Yara &c.

A una esposicion agrícola corresponde la presentacion de le hoja ó sea del tabaco en rama, pero en la que nos ocupa, la Junta de calificacion no ha pretendido juzgar la calidad del tabaco, sino el mérito del torcido. Que este es indispensables para hacer consumible tan precioso producto de nuestra agricultura, es por demasiado evideute. Y tambien es claro que cuanto mejor torcido está, mejor lo aprovecha el fumador y mas lo saboréa, sin que por eso pretenda la Junta que la perfeccion en el torcido acompañe siempre á la mejor calidad. Por lo contrario, fabrícanse en el pais tabacos de superior calidad, llamados vegueros que estàn generalmente mal torcidos, lo que acaso consiste en que siendo tabaco escogido, que á veces ni circula en el comercio, y está considerado como de regalo, no lo elaboran hábiles operarios tabaqueros, sino manos inespertas en la manufactura, suponiendo que su delicioso fumar dispensa de tanto requisito. Así como sucede tambien que se tuerce frecuentemente con perfeccion mucho tabaco de inferior calidad, para darle mayor realce y estimacion.

Se calcúla generalmente que un buen tabaquero, ú operario empleado en el torcido del tabaco, fabrica diariamente 300 cigarros y gana 1 peso 4 rs. fs. término medio. Con arreglo à este calcúlo y suponiendo trabajen veinte dias en el mes, cada operario tabaquero, por término regular, elaborará seis millares de tabacos mensualmente ó sean setenta y dos millares al año.

La elaboracion del tabaco torcido, ó sea la fabricacion de cigarros puros, está representada en toda la Isla por la esportacion anual de millares de tabacos y por el consumo interior.

Triste es por cierto decirlo, empero es fuerza confesarlo, que la estadística se halla aun en la infancia entre nosotros; y he aquí la

razon por que no se saben à punto fijo los consumos de ninguna clase, ni tampoco el número de menestrales ocupados en los diversos ramos de ártes y oficios, á pesar de los esfuerzos que hizo la Seccion de Industria de esta Real Sociedad, para fomarla con toda prolijidad y exactitud. Las condiciones peculiares de la sociedad cubana presentan no pocas dificultades para esta determinacion, y en cuanto á los operarios mas, por que hay hombres que como suele decirse están á lo que sale, y ejercen muchos y muy distintos

oficios en un mismo año.

En situacion tan apurada, tratará la Junta de graduar próximamente el consumo interior del tabaco torcido, fundándose en suposiciones racionales, que pequen por moderacion àntes que en demasía. En cuanto á la esportacion debemos dar entero crédito y buena fé á la Balanza general del Comercio, documento oficial publicado de órden y bajo la vigilancia de la Primera Autoridad de Real Hacienda.

Ascendiendo á mas de cuatrocientas veinte mil almas la poblacion blanca de la Isla, parece á la Junta muy moderada la suposicion de que doscientas ochenta mil personas fumen tres cigarros puros diarios, atendiendo á que desde la niñez empieza el hombre á fumar en el pais; y por todo el resto de la poblacion de color, libre y esclava, que asciende á mas de cuatrocientas setenta mil almas, solo supone la Junta que fumen ciento veinte mil individuos el mismo número de cigarros puros. Resultarán pues 1.200 millares de tabaco torcido para el consumo total diario de toda la Isla ó sean 438.000 millares al año. Si á este añadimos 153.356 à que ascendió la esportacion en el año de 1846, se obtendrán 501.856 millares de tabaco torcido para el total de la fabricacion. Y como en el año de 1847 la esportacion ha aumentado en 58,103, podrá valuarse la totalidad de tabaco torcido anualmente en la Isla, en unos seiscientos mil millares. Adoptado este número, que considera la Junta como el minimo de la fabricacion y bajo el supuesto ya establecido de que los operarios tabaqueros elaboran 72 millares de cigarros puros, anualmente, cada uno, resultará se emplean 8.333 operarios en esta industria. Fijémonos en 8.300 que á razon 30$ mensuales representan un capital de 249,000$ al mes ó sean 2.988.000$ al año, invertido en pagar sus salarios. Y 500 escojedores y otros tantos amarradores, que término medio pueden graduarse en 2$, diarios, cada uno, ganarán 40,000$ mensuales, á razon de veinte dias de trabajo, ó sean 480,000$ anuales. Súmada esta cantidad con la anterior resultará un capital en circulacion de 3.468,000$, digamos tres millones y medio de pesos fuertes invertidos anualmente en pagar los operarios empleados en toda la Isla en la fabricacion de cigarros puros.

Véase pues, si esta industria es ó no de las mas importantes para el pais.

Premiar el mayor mérito en esta manufactura, es suscitar el

estímulo y una noble rivalidad en las tabaquerias, para que á la par de la mejor calidad ostente nuestro tabaco la mayor belleza en su forma, sostenga su nombradía bien merecida, y no sin razon pueda decirse que el cigarro habano es el mas delicioso del orbe entero.

Mas como no bastan á veces los estímulos honrosos para que una industria prospere, si ésta se halla gravada con derechos que la entorpezcan é impidan su desarrollo, preséntase aquí una cuestion, cuya solucion interesa sobre manera al pais.

Cada millar de tabacos paga 4 rs. fs. á su esportacion. ¿Convendria mejor dejar completamente libre la esportacion del tabaco torcido, reportando el derecho que este paga sobre el tabaco en rama? ¿O sería preferible mantener el impuesto conforme

està?

A primera vista, si consideramos la enorme desproporcion en los salarios que aquí se pagan á los operarios tabaqueros respecto de los que ganan los de igual clase en Europa; si atendemos al mayor adelanto en todas las artes mecánicas, adelanto que proporcionará un grande auxilio á los cigarreros estrangeros, particularmente en Ingraterra, por el poderoso agente del vapor que allí en todo se emplea; parece probable que con el tiempo los ingleses y franceses estraigan de aquí todo el tabaco en rama, y les tenga mas cuenta torcerlo que importarlo en su pais todo torcido de esta Isla. Si así fuera disminuiría poco á poco la esportacion del tabaco elaborado y las manufacturas que hoy emplean aquí numerosas manos y proporcionan el sustento á tantos menestrales, decaerian inevitablemente, dejando miles de brazos ociosos, no sin grave perjuicio tal vez para la quietud misma del pais. El paliativo de este mal amenazador, parece debiera ser reportar el impuesto de 4 rs. fs. sobre el producto de la agricultura, para sostener la competencia en el torcido, por que no pudiendo pasarse de la primera materia ni reemplazarla con otra los estrangeros, á causa de la superioridad bien conocida de nuestro tabaco, fuerza sería que lo comprasen si lo querian torcer en su pais.

Contra estas razones aparentes, darà sin embargo la Junta otras muy fundadas para sostener el derecho tal cual se halla establecido. 1a Las manufacturas inglesas y francesas para el torcido del tabaco no han producido hasta ahora baja alguna en la esportacion, por que esta se estiende al orbe entero y que el uso del tabaco se difunde y generaliza por todas partes y en todas las clases de la sociedad; así que, léjos de disminuir la esportacion, ha habido en ella, en 1847, un aumento de 58.103 millares de tabaco torcido ó sea un tercio sobre la de 1846, que fué de 153.356 millares. Los tabaqueros, por lo tanto, escasean en vez de sobrar en el pais.

2a Si se cargase el derecho sobre la produccion, muchos cultivadores pobres que practican en muy corta escala este cultivo, pérecerian indudablemente, por que disminuyéndose entonces la estraccion del tabaco en rama para el estrangero, los dueños de la ta

baquerías del pais les impondrian la ley y tal vez no les fuera dable ganar su subsistencia al precio que les impusieran.

3a Hay mas, por mucho que los estrangeros quisieran elaborar en su propia casa, les faltan las condiciones del clima que ejerce una accion directa y muy importante en el torcido del tabaco; de modo que en Inglaterra y Francia, únicamente en el verano podrán dedicarse á torcer el tabaco, si se atiende á las dificultades que ofrece aquí mismo el torcido cuando vienen los primeros nortes. En efecto, se sabe que con el aire frio y seco se encoge el tabaco, pierde la hoja parte de su flexibilidad y se rasga, de donde resulta que hay mucha merma, y por eso dicen los tabaqueros que en tiempo de norte, no cunde nunca tanto el torcido del tabaco. Cree, pues, la Junta que en virtud de estas razones, la elaboracion europea no podrá perjudicar nunca à la colonial y que siendo infundados los temores de algunas personas respecto á la manufactura del tabaco, deberá mantenerse el derecho de 4 rs. fs. en millar, conforme está impuesto hoy dia.

Sentada la importancia de esta industria en el pais, fácilmente comprenderá V. E. han debido ser muchas las muestras presentadas á esta primera esposicion pública de la industria cubana, como era de esperarse, y efectivamente lo han sido con mas ó ménos lujo; empero no es el lujo de las cajas ni el de sus adornos, lo que debía fijar la atencion de la Junta. Su mision se reducía á calificar el mérito del torcido de los cigarros y ha creido digno del primer premio á D. Julian de Rivas por una caja de cigarros con diez y seis clases, señalada con el número 99, que unía la escelente ejecucion á una gran variedad de bitolas, por cuyo motivo le adjudicó la medalla de plata sobredorada.

Tambien ha considerado digno de elogio á D. José del Rosario Jimenez y acreedor al premio de segunda clase. La Junta le adjudicó la medalla de plata por várias clases de cigarros (núm. 3). Igual premio concedió la Junta á D. Juan Miranda, adjudicàndole la medalla de plata, por várias muestras de tabacos señaladas con el num. 96.

Así mismo adjudicó la Junta una mencion honorífica á D. Esteban Brigido Mauri, por muestras de cigarros de papel (número 120) de su fábrica titulada la Inocencia, calle de la Lealtad número 78.

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