Imágenes de página
PDF
ePub

me conocen? Pero ya he dicho á V. otra vez, y ahora repito, que en este trabajo solo trato de entretenerme y entretenerle, y esto me debiera bastar por respuesta. Mas ahora para satisfacer á V. y á todos de una vez, diré lo que el docto patriarca de Aquileya en situacion semejante, aunque á la verdad menos dura, escribia á un amigó suyo en carta de 17 de diciembre de 1491 (1).

«¿Por qué no me entretendré contigo mientras que algunos hombres de ánimo apocado piensan que debo llorar? Suponen que desdice un semblante alegre de situación tan poco agradable, y aun á otros choca y ofende esta especie de constancia y buen humor, de tal manera, que parecen mas descontentos los que hacen el daño que quien lo sufre; pero yo nada aprecio tanto como esta fortaleza de ánimo que debo á Dios, y nada es para mí de mayor consuelo, puesto que, como ya dige á V. otra vez, no solo me hace sufrir con moderacion la adversidad, sino sacar provecho y deleite de lo mismo que sufro. Yo de nada me quejo, nada solicito, á nadie ofendo ni acuso, y la paz y la alegría, y humilde reconocimiento á la bondad del cielo me consuela cuando estoy en vela, y hacen mi sueño reposado.

«A buen seguro que gocen de igual tran

(1) Epist. Hermol. Barbari Antonio Calvo, inter Epis. Angeli solit. pág. 403.

quilidad, no digo los que me persiguen, sino algunos que no sufren persecucion. Y no crea V. que esto sea efecto de poquedad ó estupidez de espíritu, ni menos de soberbia ó afectacion. Nace de haber meditado bien sobre la condicion de las cosas humanas, y tener siempre á la vista su término. Porque, amigo mio, si en lo que tanto anbelamos en esta vida hay algo de grande, todavía es de tener en poco, porque es cierto que durará muy poco; pero si todo es pequeño y deleznable, la consecuencia es mas fácil de sacar.>>>

Con este apéndice envio á V. los dibujos: uno de la reja de la capilla, con muestra del gusto de puertas y ventanas del castillo; y otro de los edificios de Porto-pi, para que nada le quede que desear.

Y ahora no me dé V. priesa, por Dios, sobre el envio de los otros apéndices: ellos se van corrigiendo, copiando y enriqueciendo con dibujos, y allá irán cuando puedan ir: basta que V. considere el entretenimiento que hallo en este trabajo, y el gusto que tengo en complacerle, para que ni se apure ni me apure.

Y con esto quédese con Dios, y mande á su constante y fino amigo.-Gaspar Melchor de Jovellanos.

MEMORIA

sobre la descripcion del castillo del Bellver.

Las memorias del castillo de Bellver son de algun interés para la historia general de la arquitectura, y tambien para la de esta isla; y aunque en lo demas ofrezcan poco cebo á la curiosidad pública, pueden con todo satisfacer el gusto de los que desean conocer á fondo la historia de la media edad. Y como por otra parte haya algunas razones que las hacen muy apreciables para V. y para mí, he procurado recoger cuantas me vinieron á la mano; y tales cuales son, quiero darles lugar en este apéndice.

A creer á D. Vicente Mut, deberia dar principio á ellas desde la entrada del siglo IX. Hablando este coronista de cierta espedicion que el almirante catalan D. N. Daro hizo contra Mallorca en el año de 802, cuando mandaba en Barcelona el conde Cinofre, despues de referir los maravillosos hechos de aquella empresa, desembarco, batalla, victoria, toma de la capital y espulsion de los moros de la isla (1), dice entre otras cosas: fué nombrado por alcaide del castillo de Bellver, que estaba junto á la ciudad, D. N. Bellver, y por ventura, añade, desde entonces se llama Bellver. Mas esta espedicion es una de las consejas que el patrañero

de Fr. Esteban Barellas ingirió en el capítulo 123 de su Centuria (ó mas bien novela), de los condes de Barcelona. Y ademas de que prueba el intento, pues que alli se trata del castillo de la ciudad y no de otro, bastábale á Mut reflexionar que aquella obra se dice traducida de un ravino catalan, llamado Capdevila, del cual, ni de su original hay noticia cierta para desechar su autoridad, como espúrea é indigna de la historia.

El nombre mismo de Bellver resiste tanta antigüedad, pues que conocidamente pertenece á la edad media, y á la lengua vulgar catalana.

Es bien sabido que Bellver, Bellvedere, Belloviso etc. valen tanto en ella como Buenavista en castellano: que tales títulos se dan á pueblos ó edificios situados en lugares altos, que tienen ante sí, como este, una hermosa perspectiva, y por lo mismo que nunca preceden á su fundacion, sino que nacen con ellos, y son como su nombre de bautismo. Asi es que en los documentos antiguos vulgares, este se nombra siempre Castell de Bellver, y en los latinos Castrum de pulchro viso.

Es verdad que algunos pretenden tambien que aqui hubo antes lugar y parroquia, especie igualmente infundada, pues que no existiendo en todo este recinto ruina ni vestigio de iglesia ni caserío (salvo un trozo de pared formá→ cea, que no indica gran antigüedad), ni constando tampoco del establecimiento tal par

roquia, no se puede asentir á su existencia., Demas que si este término pertenece al de la antigua parroquia, de Santa Cruz, y no se ha→ lla documento ni memoria que acredite su des-. membracion ni reunion, es claro que siempre perteneció á ella. Bien es posible que se balle noticia, como me han asegurado, de una antigua parroquia de Bellver; pero habiendo en la isla otros distritos con el mismo nombre, á ellos se deberá aplicar, y no á este cerro.

Es tambien para mí muy dudoso que en otro, tiempo fuese cultivado, por mas que don Vicente Mut asegure, sin decir de donde lo supo, que los términos de Bellver y San Carlos estaban en lo antiguo plantados de viñedo. Porque, ¿cómo es posible que en un suelo peñascoso, en que apenas se halla una ligera capa de tierra, y en que hoy solo se descubren plantas indígenas, se hubiese hecho semejante plantío y cultivo, sin que quedasen algunos rastros y señales de los trabajos que en él se hicieron?

Creo por tanto que al tiempo de la conquista de Mallorca por el rey don Jaime, no habia lugar, torre, ni castillo alguno y que el cerro de Bellver era lo que ahora es, un espeso bosque producido por la naturaleza, sin que la industria hubiese hecho en él otra cosa que mondar los pinos, ingertar algunos acebuches y algarrobos, y aprovechar los frutos y leñas de todos.

Para creerlo asi, me fundo ademas de lo di

« AnteriorContinuar »