Obras del Excelentísimo señor D. Gaspar Melchor de Jovellanos: El delincuento honrado. Discursos. Oraciones. Dictamenes. Memorias

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Pasajes populares

Página 198 - Sin embargo, esta relación es bien clara y bien digna de la atención de una administración justa y suave. Un pueblo libre y alegre será precisamente activo y laborioso, y siéndolo, será bien morigerado y obediente a la justicia. Cuanto más goce, tanto más amará el gobierno en que vive, tanto mejor le obedecerá, tanto más de buen grado concurrirá a sustentarle y defenderle.
Página 196 - ... los terrones del campo y dormido en la era toda la semana, no puede en la noche del sábado gritar libremente en la plaza de su lugar ni entonar un romance...
Página 194 - Confesémoslo de buena fe: un teatro tal es una peste pública, y el Gobierno no tiene más alternativa que reformarle o proscribirle para siempre.
Página 104 - Creedme: la exactitud del juicio, el fino y delicado discernimiento; en una palabra, el buen gusto que inspira este estudio es el talento más necesario en el uso de la vida. Lo es no sólo para hablar y escribir, sino también para oír y leer, y aun me atrevo a decir que para sentir y pensar...
Página 99 - ... alto origen. Pero aquí acaba su ministerio, y empieza el de la literatura , que después de haberlas seguido en su rápido vuelo , se apodera de todas sus riquezas , les da nuevas formas , las pule y engalana, y las comunica y difunde , y lleva de una en otra generación.
Página 93 - Yo no tengo empacho de decirlo : la nacion carece de una Historia. En nuestras crónicas, anales, historias , compendios y memorias, apenas se encuentra cosa que contribuya á dar una idea cabal de los tiempos que describen.
Página 196 - Si algunas personas salen de sus casas, no parece sino que el tedio y la ociosidad las echan de ellas, y las arrastran al ejido, al humilladero...
Página 261 - Discurso para ilustrar la materia de un informe pedido por el Real y Supremo Consejo de Castilla a la Sociedad Económica de Madrid, sobre el establecimiento de un montepío para los nobles de la Corte; 12 de marzo de 1784.
Página 182 - Sin embargo , creer que el arrojo y destreza de una docena de hombres criados desde su niñez en este oficio , familiarizados con sus riesgos , y que al cabo perecen o salen estropeados de él , se puede presentar á la misma Europa como un argumento de valor y bizarría española , es un absurdo.

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