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el Rey llegase al monte, los monteros entraron buscar el ve- A. C. nado, asi como lo solian facer, et toparon con los Moros, et 1344. mataron y un montero que dician Diego Brabo, et ferieron, et cativaron otros: et algunos que escaparon dende, venieron 5 fuyendo ante el Rey, et dixierongelo: et el Rey estovo allí dó ge lo dixieron, et envió por mas compañas á la hueste; pero siempre iban con él á monte trescientos ó quatrocientos omes de caballo: et envió saber qué compaña eran los Moros. Et los que allá fueron, sopieron que non fueron mas de tres10 cientos caballeros, et que luego pasaron el rio, et se fueron. Et en este fecho ovo muy grand culpa un Adalid, que dician Mosen Tufar, á quien el Rey avia mandado que fuese ese dia atajar delante, et non lo fizo. Et desque el Rey sopo que eran pasados los Moros, tornóse para su hueste.

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CAPITULO CCCXXXVIII.

DEL FECHO DE UN MORO QUE VENIA EN
las zabras, et entraba en Algecira con las saetías
cada un mes una vez, et mas.

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SI como las cosas pasaban, et recrescian cada dia en la hueste, asi la estoria non debe quedar, nin los que la leyeren cansar de leer et contar los fechos que y acaescieron. Et por esto diz que en este mes de Febrero el Rey dando muy grand acucia de cercar la ciubdat de toneles por la mar 20 por la manera que oistes; et seyendo fecha la mayor parte della, en veinte et quatro dias andados deste mes de Febrero entraron en la ciubdat cinco zabras et saetías cargadas de farina, et de miel, et de manteca, et de polvora, con que lanzaban las piedras del trueno. Et en estas zabras venia un Moro 25 grand marinero, que dician Micrés, et avia entrado en la ciubdat en cada mes una vegada, despues que el Rey de Castiella allí llegó. Et desque ovo entrado esta vez con estas cinco zabras, et vió quanto poco estaba y por cercar de la mar de la cerca que facian de los toneles, cató como saliese en una za30 bra, et fuese, maguer que los Christianos tenian grand guarda en aquel logar. Et el noble Rey Don Alfonso de Castiella et

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de

A. C. de Leon, desque sopo que aquellas cinco zabras et saetías avian 1344. entrado en la ciubdat, pesóle mucho: ca veia que por la entrada destas zabras et saetías se alongaba tanto aquella cerca. Et por esto trabajó quanto pudo, et dió grand acucia por que se cercase de toneles aquello que estaba por cercar; et puso 5 sus guardas de galeas, et de zabras, et de leños, et de barcas armadas, que guardaban aquella cerca. Et seyendo la ciubdat cercada desta guisa, aquel Moro Micrés veno una noche ver si fallaria logar por dó podiese entrar: et porque la falló toda cercada, fué luego dende para Cebta al Rey Albohacen que 10 estaba y, et dixole la manera de la cerca de los toneles en qual manera era fecha, et que ningun navio non podia por allí pasar que non peresciese: et que pues estaba cercada desta guisa, que fuese cierto que avia perdido la ciubdat. Et Albohacen Rey de Marruecos rogóle, et mandóle mucho afin- 15 cadamiente que tornase otra vez á la ciubdat de Algecira, et les traxiese alguna vianda; et él dixole, que lo non podia facer en nenguna manera. Et con el grand afincamiento que él facia á aquel su Moro, los caballeros que estaban con el Rey Albohacen dixieronle, que pues non podia aver acorri- 20 miento la ciubdat de Algecira, que non perdiese lo que allí enviaba. Et el Rey Albohacen les dixo, que como quiera que él veía que la ciubdat era perdida, que non dexaria de enviar acorro de viandas á los suyos que en ella estaban. Et agora la estoria dexa de contar desto, et tornará á contar de las otras 25 cosas que acaescieron en la hueste de los Christianos.

CAPITULO CCCXXXIX.

DE LOS TRATOS DE LAS TREGUAS DEL REY
de Granada con el Rey de Castiella: et de como el Rey
Albohacen mandó que diesen la ciubdat de Algecira
al Rey Don Alfonso de Castiella.

C

Ontando la estoria los fechos que acaescieron en la hueste, dice, que en el mes de Marzo veno al noble Rey Don Alfonso un caballero Moro de los que estaban en la hueste de los Moros, et dixole, que los Moros sabian por cierto, que los 30

de

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gente, 1344.

de la ciubdat de Algecira non tenian pan para que les abon- A. C. dase el mes de Marzo, et que les era tan apocada la que non avia y quien defendiese la ciubdat, si combatida fuese. Et otrosí en este mesmo dia salieron dos Moros de la ciubdat que dixieron esta misma razon. Et porque el Rey tenia allí muy pocas gentes de pie para combatir la ciubdat, ό para que estidiesen con él, si los Moros veniesen otra vez á la pelea, envió por gentes á Sevilla, et á Córdoba, et al Obispado de Jaen, et á Toledo, et á Villareal, et á Truxiello, 10 et á Caceres, et á Placencia, et á Badajoz, et á la tierra de la Orden de Santiago: et otrosí envió por ballesteros á Murcia, et á Lorca; et mandó que veniesen sobre mar, porque veniesen mas ayna. Et porque el Rey ovo comenzado ante de esto á facer una cava de parte de la villa nueva 15 para facer una bastida, que fue dexada de facer al tiempo que mataron á Diego Alfonso de Tamayo, el Rey mandó facer esta cava, et aquella bastida: et fué fecho todo en muy po cos dias. Et entretanto que estas gentes venian por que avia enviado, el Rey andaba acuciando esta labor, et otra 20 bastida que facian en el fonsario muy cerca de la barrera de los Moros. Et un dia, que fué Domingo, veinte et dos dias andados deste mes de Marzo, veno á este muy noble Rey Don Alfonso de Castiella et de Leon aquel Moro que otras veces avia venido á él, et dicianle Don Hazan Algarrafe, con 25 carta del Rey de Granada, en que le envió decir, que le que ria facer entregar la ciubdat de Algecira, et que toviese por bien de dexar salir toda la gente de los Moros que estaban en la ciubdat á salvo con todo su algo: et otrosí que toviese por bien de dar tregua al Rey Albohacen de allén mar, et al Rey 30 de Granada por quince años: et el Rey de Granada que seria su vasallo, et que le daria de cada año doce mill doblas de oro en párias. Et el muy noble Rey Don Alfonso, como quiera que avia grand voluntat de cobrar la ciubdat, pero non le quiso dar respuesta sobre esto fasta que oviese su consejo. 35 Et llamados sobre esto los que le avian de consejar, algunos dellos le dixieron que era bien de esperar á las : gentes, et entrar la ciubdat por fuerza, et descabezar todos los Moros que fallasen, salvo si dexasen algunos de rendicion, de que po

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A. C. dria aver grandes quantias de doblas. Et pues cierto era que 1344 non tenian para que, aunque los non combatiesen, que tenien

dolos cercados, como los tenia, que á muy poco tiempo se
darian, et que fincaria á merced del Rey de matar los que
quisiese, et soltar los que toviese por bien; et á lo menos que 5
podria aver todo el algo de la ciubdat: et asi non era bien de
facer esta avenencia, pues los de la ciubdat estaban en tan
grand afincamiento. Et algunos otros del consejo dixieron, que
aunque veniesen las gentes por que el Rey avia enviado, que
non le complia combatir la ciubdat, pues ge la daban: ca non 10
la podria combatir en quanto estidiese allí el Rey de Granada,
et el Infante fijo del Rey Albohacen de allén mar con aquellas
gentes que tenian: ca en el tiempo que les quisiesen comba-
tir los de la ciubdat, facerles ïan señales, et vernian los de la
hueste de los Moros, et non complia que los fallasen comba-
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tiendo: et demas, que el Rey esperase lid en campo, asi co-
mo lo esperaban: que le complia tener las gentes sanas, aun-
que fuesen muchos, quanto mas que eran pocos: et quando
podiesen combatir la ciubdat sin contrario de los de fuera, que
tan grande era la fortaleza de la ciubdat, et tan altos eran los 20
muros della, et tan bien torreada era, et tan fondas et tan
fuertes eran las cavas, que seria en dubda, si se podria tomar
esta ciubdat por combatimiento, et non se podria escusar de
aver y muchas gentes feridas: et que si quisiesen porfiar fasta
que los Moros diesen la villa con quexa de fambre, que esto 25
era muy grand aventura de muchas cosas que podrian acaes-
cer, señaladamiente que los Moros del real podrian cargar tres
ó quatro galeas de vianda, et con qualquier viento levante ó
xaloque que ficiese, que vernian á entrar en la ciubdat. Et si
los Moros non se atreviesen á traer estas galeas, que podrian 30
dar muy grand quantia de doblas á algunos de aquellos Ginoe-
ses que estaban en la guarda, porque les dexasen meter en la
ciubdat aquellas galeas cargadas de vianda. Et si á la villa lle-
gasen las dos ó las tres dellas, que seria en condicion si el Rey
podria cobrar esta ciubdat, ca los de la hueste de los Chris- 35
tianos estaban en grand pobreza et en grand mengua, et el
Rey non tenia que les dar: et los regnos de Castiella et de
Leon eran en tan grand afincamiento de los muchos pechos

que

que avian dado para esto, que non tenian que pechar, nin A. C. el Rey non tenia con que podiese mas aturar en esta hueste. 1344. Et asi que era mejor tomar la ciubdat el Rey, pues ge la daban, que non atender a ventura de tiempo por muchas oca5 siones que podrian acaescer. Et este noble Rey Don Alfonso era complido muy mucho en todos bienes, et mucho acabado en todas sus condiciones, señaladamiente en pensar las cosas dañosas, et escoger lo mejor en el tiempo del grand mester, parando mientes á tantos peligros que le podrian venir, si po10 siese tardanza en la tomar, pues ge la daban. Et otrosí veyendo quantas gentes avia allí perdido, dellos que morieron de dolencias, et muchos dellos que morieron de feridas, dixo que tenia por bien de tomar la ciubdat, por desviar los peligros que podrian venir, et otrosí por non poner los sus naturales á pe15 ligro de morir mas de quantos avian muertos; pero que en el tiempo que pedian de él la tregua por quince años, que ge la non queria dar mas de por diez años. Et el acuerdo avido desta manera, mandó el Rey llamar ante sí el mensagero del Rey de Granada, et dixole: que tenia por bien de 20 tomar la ciubdat de Algecira, et que el Rey Albohacen de allén mar, et el Rey de Granada que oviesen tregua con él, et el Rey de Granada que fuese su vasallo, et le diese las párias; et que la tregua que ge la non daria mas tiempo de por diez años. Et sobre esto el mensagero fué al Rey de Grana25 da, et traxo carta deste Rey su señor, en que se tornaba por vasallo del noble Rey Don Alfonso de Castiella et de Leon, et que mandaba á dos Arrayaces suyos, que y venian, que le besasen la mano por él con su carta de poder complido. Et ellos asi lo ficieron. Otrosí venieron y caballeros del Rey Al30 bohacen de Marruecos con cartas de aquel Rey, en que les daba poder que otorgasen la tregua por él. Et traxieron otra carta para los de Algecira, en que les enviaba mandar el Rey Albohacen que entregasen aquella ciubdat al muy noble Rey Don Alfonso. Et esto fue viernes veinte et seis dias del mes de Marzo del año de la era de mill et trecientos et ochenta et dos años et andaba el año de la nacencia de nuestro Señor Jesu-Christo en mill et trecientos et quarenta et quatro años. Et luego en este dia todos los Moros de la villa nueva pasa

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ron

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