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acaso habria alguna invocacion, y tal vez el nombre del poeta, empieza por el destierro que el rey don Alonso VI intimó, por los años de 1076, al Cid Campeador, movido por los émulos y enemigos de este héroe, como lo indican los versos 9 y 267 (1). Habiendo salido de Vivar, su patria, pasó por Búrgos, y despues de haber conseguido muchas victorias, fué admitido en la gracia del Soberano, á quien tanto habia servido peleando contra moros, ántes y despues de su destierro (2).

renglon seguido como prosa, ¿quién no observa rimas iguales á las del Poema?

Si vos ende sopistes parte o mandado

Tal muerte murrades como morió el rey don Sancho vuestro herVillano vos mate, que non sea fijodalgo [mano

De otra tierra venga, que non sea castellano

Amen, respondió el rey, e los fijosdalgo que con él juraron.

Y más adelante :

Si vos ende sopistes parte ó mandado

Tal muerte murades como morió mi sennor el rey don Sancho, Villano vos mate, ca fijodalgo non

De otra tierra uenga que non de Leon.

Respondió el rey, amen, e mudógele la color.

Y por último ...<«< fué y muy sannudo el rey don Alfonso, e dijo contra el Cid:

Varon Ruy Diaz por que me afincades tanto,

Ca hoy me juramentastes e oras besaredes la mi mano:
E respondió el Cid. Como me ficiéredes ende algo,
Ca en otra tierra sueldo dan al fijodalgo,

E ansi faran a mi quien me quisier por vasallo.>>

Ya el inteligente don Tomas Antonio Sanchez habia sorprendido versos en la prosa de la Crónica del Cid, cuando dice en otra parte de su Coleccion, que en ella se hallan impresos como prosa los versos del epitafio para la sepultura del Campeador en Cardeña, «<hechos, dice, á imitacion de los del Poema.»

El cotejo de la Crónica del Cid con el Poema prueba igualmente que el Poema es anterior á la Crónica y observa Sanchez, con acierto, que el autor de ésta le siguió puntualmente en mucha parte de los hechos, y muchas veces copiando las mismas expresiones y frases. Que fué igualmente el Poema anterior á la Crónica general, llamada de don Alfonso el Sabio, lo prueba esta misma, pues en la edicion de Ocampo (Zamora, 1541), fól. 302 b., se lee: « E dicen algunos que cató por aguero e que ovo corneja á diestra de Búrgos e que la ovo á siniestra »; suposicion que concuerda con los primeros versos del Poema tal como hoy le conocemos :

A la exida de Vivar ovieron la corneia diestra
E entrando a Burgos ovieron la siniestra.

Ademas la Crónica conserva los mismos asonantes del Poema, prueba clara de que el cronista tuvo presentes los cantares.

Del verso que dice: Hoy los reyes de España sos parientes son, deberia deducirse una época más posterior, para la formacion del Poema, de la generalmen te adoptada, no debiendo de trasferir su fecha á época en que, en efecto, hasta los reyes de España fuesen más ó ménos parientes. Ni el hoy debe entenderse de la época del códice, sino figurado en la narracion del poeta, ni todos debe aceptarse en su sentido absoluto y terminante. Bastaba para escribir estos versos que el Cid hubiese emparentado sólo con algunos reyes de España, y que á todos los parientes de la familia del Cid, por medio de sus hijas, les viuiese ondra por el que en buen hora nació. Compruébase esto fácilmente, sin necesidad de disminuir la edad del Poema, con lo que se lee en sus mismos versos, pues segun los versos 3,727 al 3,736, las bodas de las hijas con los de Navarra y Aragon se verificaron en vida de su padre, que murió ántes de entrar el siglo XII, y con anuencia de don Alfonso de Leon, que era el Sexto, y murió en 1108. Ya entonces emparentó, pues, el Cid con los reyes de Navarra y de Aragon.

El asunto del Poema, reducido tal como hoy se encuentra, comienza desde la mitad del capítulo xcı de la Crónica, faltando, por lo mismo, la narracion de todo lo anterior.

(1) La utilidad de reproducir gráficamente los códices podrán comprenderla bien nuestros lectores sólo con leer las notas 176, 189, 268, 345, 366, y sobre todo, la 468, del Poema del Cid.

(2) Débese al señor Damas Hinard una excelente version francesa del Poema del Cid. Monsieur Damas Hinard, que no pudo seguramente tener á la vista el códice al hacer su edicion en París, asegura, en la página 72 de la introduccion de la misma, que años antes le habia visto en Madrid, en la rica biblioteca del señor Gayangos. Es de sentir que tan erudito comentador del Poema del Cid no hubiese disfrutado del texto antiguo, para rectificar los descuidos de Sanchez.

POESÍAS DE GONZALO DE BERCEO.

(NOTICIAS DE SANCHEZ.)

Este célebre poeta nació á fines del siglo xii, en el lugar de Berceo, pueblo en que por la parte del Poniente termina la diócesi de Calahorra, y desde donde comienza el territorio de la abadía de San Millan de la Cogolla, cuyo monasterio dista de él un pequeño cuarto de legua. Este lugar se ha hecho famoso, no tanto por ser la cuna de este ilustre escritor, cuanto por haber nacido en él el glorioso confesor de Cristo san Millan.

No sabemos quiénes fueron sus padres, pero sabemos que tuvo un hermano llamado don Juan, clérigo, como él, del mismo lugar de Berceo. Vivió los primeros años de su niñez en el antiquísimo santuario y monasterio de San Millan de Suso, en donde este santo vivió y murió, ó para ser allí educado conforme á la práctica estilada por aquellos tiempos en nuestros monasterios, ó acaso como niño de misas destinado al servicio de la iglesia. El testimonio de todo esto lo tenemos en la última copla, con que el mismo Berceo da fin á la Vida de san Millan:

Gonzalvo fue so nomne, qi fizo est tractado
En Sant Millan de Suso fue de ninnez criado
Natural de Berceo, ond San Millan fue nado:
Dios guarde la su alma del poder del peccado.

Por esta copla se explica la 757 de la Vida de santo Domingo de Silos, del mismo autor, que dice así:

Yo Gonzalo por nomne, clamado de Berceo
De Sant Millan criado en la su merced seo:
De facer este trabaio ovi muy grand deseo
Riendo gracias a Dios, cuando fecho lo veo.

Estas expresiones, de Sant Millan, criado en la su merced seo, unidas al cuidado y solicitud con que este autor trató de las cosas que pertenecen á san Millan y su monasterio, como son la Vida de san Millan, la de santo Domingo de Silos, la de santa Aurea, y el tratado sobre los votos de san Millan, indujeron en los autores que hasta ahora han hablado de él el pensamiento de creerle monje benedictino del monasterio de San Millan; pero ni uno ni otro, en mi concepto, prueba más que un singular reconocimiento, por haber sido criado en su niñez en el santuario de San Millan de Suso, lo que estimó como una merced señalada, que agradecido, quiso tener presente todo el resto de su vida, como parece decirlo por aquellas expresiones: en la su merced seo. El sentido y exposicion que doy á estas frases se debe tener por tanto más obvio y genuino, cuanto por los documentos resulta que no fué monje, sino un presbítero secular de su lugar de Berceo.

Sobre el tiempo en que vivió este poeta han variado los autores. Sandoval afirma que vivia en tiempo de don Alonso el Sexto, que murió en 1109. Don Nicolas Antonio, por relacion que dice le enviaron los monjes de San Millan, dice lo mismo; aquellos monjes es muy verosímil que lo tomasen de Sandoval; lo cierto es, que evidentemente se engañaron. Ya antes de ahora demostró el reverendísimo padre fray Martin Sarmiento, benedictino, que siendo posterior el poeta don Gonzalo de Berceo á san Bernardo, que murió en 1153, pues le cita en la copla i del Duelo de Nuestra Señora, y dándole ya el título de santo, por lo menos escribia aquel tratado algunos años despues de la muerte de aquel santo. Así este sabio con esta observacion, acompañada de ciertas escrituras, cuya noticia se le comunicó del monasterio de San Millan, fijó bien la edad en que vivió el poeta ; pero no habiéndosele comunicado la noticia de otras escrituras del mismo archivo, con fecha muy posterior á la de aquellas, como despues se verá, anduvo escaso, así sobre este punto, como sobre otros hasta ahora desconocidos.

Pero sin salir de sus obras, el mismo Berceo nos da un pasaje que, si no me engaño, demuestra que el autor es un siglo posterior á san Bernardo, ó á lo ménos, que escribia la copla siguiente

más de cien años despues de la muerte de san Bernardo. En el tratado que escribió de los Milagros de Nuestra Señora se lee de este modo:

En el tiempo del Rey de la buena ventura

Don Ferrando por nomne Sennor de Extremadura
Nieto del Rey Alfonso cuerpo de grant mesura
Cuntió esti miraclo de muy gran apostura.

Me parece que conocidamente habla aquí el poeta del santo rey don Fernando, de quien sólo, y no de otro rey alguno del nombre Fernando, pueden verificarse aquellas palabras: nieto del rey Alfonso, pues era nieto de don Alonso por su madre doña Berenguela, hija de don Alonso el de las Navas.

San Fernando reinó desde el año 1217 hasta el de 1252, en que murió; y hablando el poeta del reinado del Santo como de cosa pasada, es consiguiente el decir que vivia en uno de los reinados siguientes.

Dije que el poeta hablaba aquí del santo rey don Fernando, porque la expresion de ser nieto del rey don Alonso solamente se verifica en él respecto de los tres reyes del nombre Fernando que hubo hasta él inclusive; pero le sucedió otro, que fué don Fernando el Cuarto, á quien tambien se puede aplicar el pasaje respecto de haber sido igualmente nieto del rey don Alonso, que fué el que llamaron el Sabio. Mas esto tiene contra sí al mismo autor don Gonzalo de Berceo, que llamándole rey de la buena ventura, parece ser expresion que no sé que le convenga, como conviene a don Fernando el Santo; pues éste fué en todo feliz, y aquel no lo fué tanto, que merezca se le clame venturoso; y tiene contra si la antigüedad del códice más antiguo de las obras de Berceo que aquí conservamos, que aunque en él no aparece data alguna del año en que se escribió, pero la antigüedad de sus caractéres manifiesta que no puede ser posterior al reinado de don Alonso el Sabio, y por consiguiente, que la expresion del poeta no se debe adaptar á don Fernando el Cuarto, ó el Emplazado. Así pues, se debe asentar que Berceo vivió en el reinado de don Alonso el Sabio, que es cuanto se debe afirmar, por lo que resulta de sus obras.

Supuestos estos principios fundamentales, igualmente se debe asentar que diferentes enunciativas que se hallan en várias escrituras del tiempo de san Fernando, de su nombre don Gonzalvo, apellidándole de Berceo, que es lo que dijo el mismo en la copla ya citada:

Yo Gonzalo por nomne, clamado de Berceo,

se refieren á nuestro poeta ; porque si al nombre Gonzalo juntaban el de Berceo, llamándole así: Gonzalo... clamado de Berceo; si estas mismas expresiones se hallan en las escrituras del tiempo en que queda justificado vivió, á él es necesario aplicarlas.

Con estas enunciativas, pues, se prueban tres particularidades de su vida. Primera, se pueden fijar todos los años de su vida, hácia qué año nació y hácia qué año murió. Segunda, se probará que no fué monje. Tercera, que no solamente fué diácono, sino tambien presbítero y confesor. En los años 1220, 1221 y 1222, don Pedro de Olmos, camarero del monasterio de San Millan, compró diferentes heredades, de que hay otras tantas escrituras, con las cuales dotó una lámpara en San Millan, de mandato y con la licencia del abad don Juan; y á su otorgamiento asistieron diferentes seglares y clérigos en calidad de testigos, y entre éstos, en siete de ellas se halla nuestro poeta con esta expresion: don Gonzalo de Berceo, pero particularmente en dos se halla con más extension, apellidándose diácono de Berceo, de este modo: don Gonzalvo diaconus de Berceo. De estas enunciativas, por no haber visto otras, infirieron algunos que Berceo no habia sido más que diácono; pero es error manifiesto, como se verá. Lo que importa notar ahora es, que siendo ya diácono en el año 1221, de cuyo año son las dos escrituras en que se le titula diácono, y siendo preciso que para serlo tuviese por lo menos la edad de veinte y tres años, resulta que su nacimiento se ha de poner en el año 1198 ó algo ántes. Sigamos ahora el órden cronológico de sus memorias.

En el año 1237, á 14 de Junio, dió una cierta sentencia don Juan, abad de San Millan, entre los concejos de Madriz, Barrionuevo y Santurde, pueblos que hoy forman lo que llamamos Valle de San Millan, á que asistieron como testigos, monjes, clérigos y seglares, cada clase con distincion, y entre los clérigos presbíteros de Berceo se halla colocado nuestro don Gonzalo.

En otro documento, por el cual parece que en 21 de Mayo de 1240, ciertos clérigos de Fonzaleche, sobre una causa que habian seguido contra el abad y monjes del Real monasterio de San Millan de la Cogolla, últimamente reconocieron el derecho que asistia al monasterio, y se apartaron del pleito; por este documento, digo, se ve que don Gonzalo de Berceo era clérigo secular; asistieron á él, como testigos, los abades de Bujedo y de Ovarenes, con otros monjes de sus respectivos monasterios; despues el resto de los testigos se divide en cuatro clases, es á saber: de clérigos seculares, de soldados, de escuderos y de labradores; y en ellas se halla Dopnus Gundisalvus de Berceo colocado en la de clérigos seculares, y se advierte que del mismo dia y año existe otra escritura en castellano antiguo, otorgada sobre el mismo asunto por el concejo y vecinos del referido lugar de Fonzaleche, y del mismo modo se distinguen los testigos en las cuatro clases de clérigos, de caballeros (que la anterior llama soldados), de escuderos y labradores, y en la de clérigos está don Gonzalo de Berceo.

Más apreciable aún sobre este particular es otra escritura de venta que en el dia del apóstol Santiago, en viérnes del año de 1242, otorgaron en favor de don Juan Sanchez, abad de San Millan, Aznar Perez, hijo de Pedro Ennecones, y Mari Semenez, su prima, de todas las heredades que tenian en Madriz y sus términos, porque en ella aparece entre los clérigos de Berceo don Gonzalvo de Berceo, y con él don Juan so hermano; por donde nos consta que tuvo este hermano, clérigo, como él, del lugar de Berceo.

Y para que no quede duda alguna de su presbiterado, le hallamos justificado por otra escritura de 31 de Diciembre del año de 1246, y es una renuncia que un arcediano de Nájera hizo de unos maravedises que se le habian asignado por el monasterio de San Millan, en la que, entre otros testigos, se halla don Gonzalvo de Berceo, prestre.

Esta es la última memoria que de este antiguo poeta español hallo en escrituras de San Millan. Vimos, como de sus mismas obras resulta, que alcanzó los tiempos del rey don Alonso el Sabio, pues habla del reinado de su padre don Fernando el Santo como de cosa pasada; sabemos, por otra parte, que era ya viejo cuando escribia la Vida de santa Aurea, monja que fué en el monasterio dúplice de San Millan de Suso:

Quiero en mi vejez, maguer so ya cansado
De esta santa vírgen romanzar su dictado,
Que Dios por el su ruego sea de mi pagado,

E non quiera venganza tomar del mi peccado.

Era, pues, ya viejo cuando escribia la Vida de santa Aurea, y así no es mucho decir que muriese de setenta años; y si', como vimos, nació hácia el año de 1198, podemos decir que murió hácia el de 1268, ó á la mitad del reinado de don Alonso el Sabio.

Otra memoria tenemos en escrituras de San Millan, de don Gonzalo de Berceo, pero sin poderla fijar á fecha de año seguro, sobre que despues diré lo que se me ofrece: de ella resulta que fué cabezalero de un testamento, y confesor del testador. La escritura es del año 1264, pero con referencia, en órden á la mencion de Berceo, á tiempos pasados; otórgala Sancho Roiz, sobrino de don Garci Gil, el cual habia otorgado su testamento disponiendo de una serna en favor del monasterio de San Millan, pero cuya última voluntad no habian cumplido sus herederos, hasta que por la presente escritura lo ejecutó el referido Sancho Roiz. Lo que hace al caso es, que haciendo en ella relacion de aquel testamento, expresa quiénes fueron sus cabezaleros por estas palabras: E por nombre fueron los cabezaleros de don Garci Gil sobredicho el abat don Juanes de Sant Millan, é el prior Rodrigui Enneguez des misme logar, et don Gonzalo de Berceo so maestro de confesion, é so cabezalero. »

Este abad del monasterio de San Millan, á quien la escritura llama don Juanes, tengo seguridad, por memorias constantes, que es aquel abad de San Millan llamado don Juan Sanchez, que lo fué desde el año 1209 hasta el de 1253, en que se le halla sucesor: así no se puede dudar que la referida memoria de nuestro Berceo debe tener su asiento en el intervalo de años que medió entre 1209 y 1253; pero puede reducirse á mucho menor espacio de años, por la mencion que en el mismo pasaje se hace del prior del mismo monasterio.

Tengo igual seguridad de que este prior, que aquí se llama Rodrigui Enneguez, es aquel Rodrigo santo, cuyo cuerpo se conserva incorrupto en el Real monasterio de Santo Domingo de Silos, al cual fué promovido por abad, siendo prior mayor del de San Millan. Las memorias,

pues, de san Rodrigo, como prior mayor del monasterio de San Millan, dan principio en el año 1236 y concluyen en 1241, y al siguiente de 42 se le halla ya abad de Santo Domingo de Silos. Estos hechos ciertos convencen de que el testamento de Garci Gil se ha de referir á uno de los años desde 1236 hasta 1241 ó 42; por consiguiente, la mencion que la escritura hace de don Gonzalo de Berceo como confesor y cabezalero, corresponde á uno de aquellos mismos años. El estilo que generalmente usa nuestro poeta en sus composiciones es el familiar, como el más acomodado à la capacidad del pueblo en cuyo beneficio trabajaba. Así lo dió á entender cuando dijo, al principio de la Vida de santo Domingo de Silos :

Quiero fer una prosa en roman paladino,

En cual suele el pueblo fablar á su vecino.

Y aun cuando el autor tuviese sobrado talento y la erudicion necesaria, como acaso la tenía, para escribir en un estilo cual conviene al poema épico, se abstendria del idioma poético y de la elevacion conveniente, por no defraudar á las gentes de la claridad y utilidad de sus composiciones. Escribió, pues, don Gonzalo en un estilo natural, sencillo, claro y elegante. Y así quisiera yo que fray Martin Martinez, benedictino, hubiese declarado que entendió por elegante, cuando dijo del maestro don Gonzalo, presbitero, autor de más de quinientos años, que escribió en verso castellano la historia de la batalla de Simancas harto más verdadera que elegante.

Tambien me holgaria de saber qué quiso decir fray Ambrosio Gomez, de la misma órden, afirmando dos veces que el verso de Berceo era bárbaro para este siglo (el xvi), y una, que sus voces eran incultas. Hallo grande impropiedad en el modo de explicarse estos escritores, que tan malamente confunden lo inelegante, lo bárbaro y lo inculto con lo anticuado. ¿Quién se atreveria abora á calificar de bárbaro, de inculto y de inelegante el lenguaje y estilo del Fuero Juzgo y de las Partidas, sin justo recelo de ser tratado de bárbaro y de inculto? Con más juicio, con más propiedad y decoro hácia nuestro venerable poeta, habla fray Prudencio de Sandoval, que, tratando de la traslacion de los santos Vicente, Sabina y Cristeta, el maestro fray Gonzalo de Berceo (dice), teólogo y poeta de aquellos tiempos, muy estimado, conoció á los que se hallaron á esta traslacion, y la escribió en verso el más heroico que nuestros castellanos usaban.

Nótanse, sin embargo, en las poesías de Berceo muchas expresiones y comparaciones, que aunque en su tiempo corresponderian, sin duda, al estilo familiar, ahora ciertamente pertenecen al bajo, y son como una muestra de la lisura y sencillez de aquellas gentes. Sirvan de ejemplo las siguientes. En la Vida de santo Domingo de Silos, copla 11, hablando, de su obra, dice en abono de ella:

Bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino.

Para decir que repartia con sus conocidos el pan que le daban sus padres, dice, copla xi:

El pan que entre dia le daban los parientes,

Non lo querie él todo meter entre los dientes.

Para denotar que no hacia aprecio de los trabajos que padecia, dice, copla LXX:

Non lo preciaba todo cuanto tres chirivias.

Tratando de una enferma, dice, copla DLXXXVI:

Yacie ella ganiendo como gato sarnoso.

En los Signos del juicio, declarando las cosas extrañas que sucederán, dice, copla n:
Qui las oir quisiere, tenga que bien merienda.

Y en la copla XXII:

Correrán al juicio quisquier con su maleta.

Hablando de las penas del infierno, copla XLVII:

Jesucristo nos guarde de tales pescozadas.

En la Vida de san Millan, copla cxvi:

Mas non li valió todo una nuez foradada.

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