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su autor y su prision nos recuerdan á cada paso al duque de Orleans y á Jacobo I de Escocia, que hacia el mismo tiempo y en circunstancias muy parecidas dieron tambien pruebas de talento poético bastante parecido al del gran canciller de Castilla.

En algunos trozos, y particularmente en los que tienen carácter lírico, el Rimado ofrece bastante semejanza con las poesías ligeras del Arcipreste; otros están escritos con gravedad y seso, expresando los pensamientos sombríos y profundos que durante su cautividad debieron ocuparle ; pero en general es templado, didáctico y propio del asunto y del siglo en que se compuso. Hay, sin embargo, trozos en que se descubre la vena satírica del autor, sobre todo al tratar de los vicios de su tiempo (1).

POEMA DE ALFONSO ONCENO.

El Poema de Alfonso Onceno (2), llamado por los antiguos y áun por los que no le conocieron Crónica en coplas redondillas de Alfonso Onceno, ó Crónica rimada, es un monumento históricopoético de innegable importancia. Hallóle en Granada, por los años de 1573, el docto historiador y poeta don Diego Hurtado de Mendoza entre los libros árabes que allí tenía, sin que pueda saberse cómo iba á parar al lado de otras producciones árabes, cuando semejante trabajo merecia haberse conservado en la casa Real de Castilla, uno de cuyos más apasionados servidores habia sido el autor del poema. Con carta de 1. de Diciembre del propio año 1573, comunicaba Mendoza tan precioso hallazgo á Jerónimo de Zurita, cronista de Aragon, clasificándolo entre las producciones que en lo antiguo llamaban gestas, suponiéndolo obra de algun secretario del rey don Alfonso; viendo en ella muchas cosas «diferentes de las que el historiador del rey don Alonso pone.» (Publicó esta carta Dormer, en sus Progressos de la historia en el reyno de Aragon, Zaragoza, 1680, página 502.) No tardaba Argote en dar á conocer por vez primera, y no con toda fidelidad, treinta y cuatro coplas de este poema (coplas 28-33, 704-751), en su curioso libro intitulado Nobleza del Andaluzia (Sevilla, 1588, fólio 198), asegurando que lo hacia por la curiosidad de la lengua y poesía de aquel tiempo, y por ser de lo mejor y más fácil que en muchos años se escribió en España.» Los que despues de Argote citaron este poema, no le vieron, y como al publicarse la primera parte de la Nobleza del Andaluzia declaraba su índice haberse tenido presente, entre otros libros manuscritos, la Crónica en coplas redondillas por el rey don Alonso el último, de aquí concluia don Nicolas Antonio, en su Bibliotheca vetus (capítulo vi, libro Ix, tomo ), que esta obra en verso castellano la habia escrito el mismo monarca don Alfonso Onceno. Otro tanto aseguraba, más adelante, el marqués de Mondéjar, en sus Memorias históricas de don Alonso el Sabio (libro vi, capítulo x1, página 459), diciendo que escribió la Crónica en redondillas el rey don Alfonso el Onceno, y que la citaba Ambrosio de Morales. Sarmiento, en sus Memorias (número 675), repite lo dicho por don Nicolas Antonio, pero declarando con ingenuidad que la obra del último Alfonso le era completamente desconocida.

No lograba tampoco Sanchez, al publicar más adelante su Coleccion de poesías castellanas anteriores al siglo xv, hallar tan peregrino poema y fijar en él la atencion de los críticos. Observaba, sin embargo, que en la cita de Mondéjar habia error, y al hablar de las treinta y cuatro redondillas únicamente conocidas, exclamaba : «Ojalá se encontrára toda la obra para publicarla!» (Tomo 1, página 172.) Y á pesar de que aun más recientemente se indicaba el nombre del

(1) Historia de la literatura española, por Ticknor. (2) La gloria de la publicacion de este monumento, coetáneo á la memorable batalla del Salado y conquista de Algeciras, debia obtenerla la augusta Señora que cine hoy la diadema que ostentó en su frente el político y conquistador Alfonso Onceno. Enterada S. M. la Reina de que en su Real biblioteca del Escorial se conservaba

inédita y en muy mal estado la Crónica ó Poema en coplas redondillas, que refiere los heroicos hechos de aquel monarca, se dignó tomar la iniciativa en un asunto de tanto interes para la historia, para las letras y para los eruditos, disponiendo que se procediese á la impresion á sus expensas, conservando con todo cuidado la ortografia.

autor del poema en los Estudios históricos, politicos y literarios sobre los judíos, debidos á la pluma del señor don José Amador de los Rios, indicacion que repetia don Antonio Gil y Zárate, en su Manual de literatura (Madrid, 1851, página 21), no se hacia exploracion literaria alguna para sacar del olvido tan precioso monumento y publicarlo integro. El mismo G. Ticknor, en su History of spanish literature (New-York, 1849), se lamenta de su desaparicion y dice : «Es desgracia que el poema entero se haya perdido.»

Uno de los más venerandos códices de la biblioteca del Escorial, que se titula Historia del rey don Alonso, en metro, letra antigua, en romance, y tambien Historia del rey don Alonso el Onceno, que ganó las Algeciras, en metro, sin principio ni fin, con la marca III. Y. 9., es el que nos ha conservado este interesante poema. Pasó á la referida biblioteca con otros libros del esclarecido historiador don Diego de Mendoza, y de su puño y letra tiene escrito su nombre al pié de la primera foja, de esta manera: D Di.° de M.", como si así hubiese querido precaver de toda duda á los críticos que hubiesen podido abrigarla acerca de su procedencia, á que convidaba la poca fidelidad con que Argote de Molina debia reproducir treinta y cuatro de sus coplas. En el Indice de manuscritos del Escorial se asegura, ademas, que este códice perteneció al conocido autor de la Guerra de Granada. Consta de cincuenta y siete fojas útiles, de papel moreno. y grueso, muy parecido al llamado «pergamino de panno», en fólio, à dos columnas y con letra de fines del siglo xiv, resultando doscientas veinte y ocho columnas de lectura, con las abreviaturas usadas en aquella época (1). Al llegar á la foja 28 siguen cuatro hojas en blanco, algo posteriores al resto del papel, como si hubiesen sido añadidas para llenar alguna gran laguna, si bien nos parece demasiado considerable (2).

Hállase el poema en el mencionado códice escrito siempre como prosa, con las redondillas á renglon seguido, aunque divididas generalmente, y no siempre con el debido acierto, por guiones rojos, contribuyendo todo en hacer por demas cansada y enojosa su lectura.

Muy a menudo se dividen los versos como en pequeños capítulos, dejando de unos á otros un espacio en blanco, y dejando lugar para una letra inicial, cuyo adorno no se puso. Estas divisiones son acertadas cuando se pasa á otro asunto, pero generalmente se hallan sin órden ni concierto. En nuestra edicion hemos respetado las principales.

La ortografia la hemos respetado tambien con todo rigor, duplicando las ss y las ff cuando así están en el códice, suprimiendo ó alterando letras, como muchas veces sucede; retratando, en fin, fidelísima y paleográficamente todas las palabras y locuciones, con sus mil diversas anomalias. Y teniendo presente que unas veces añadia el copista letras, y otras las suprimia ó cambiaba; que hacia uso continuado de la u en vez de b y v, sin regla fija ni general en la ortografía, ya por la rudeza del tiempo, ya por estarse formando entónces todavía el lenguaje castellano, podrán los lectores hallar la clave para la mejor comprension de las más antiguas voces y desfiguradas palabras (3). La metrificacion y la rima está aún, si cabe, más descuidada, sobrando en unos versos dos ó más sílabas, faltando en otros, y no concertando en otros los consonantes. Bien es verdad que muchas veces la manera de leer y pronunciar debia subsanar, en aquella épo

(1) Por faltar en el códice la mayor parte de la foja que contenia las coplas 543, 544, 546, 547, 548, 555, 556 y 569, nos vemos precisados á indicar con puntos tan lamentables lagunas, conservando sólo las letras que áun se leen, si bien no con órden métrico. Lo mismo hacemos en otras redondillas más adelante. Su restauracion sería por demas aventurada. Es inútil advertir que en el códice, escritas las redondillas á renglon seguido como prosa, no llevan número alguno, habiendo creido nosotros indispensable su numeracion para comodidad de los lectores.

(2) Numerosos son los personajes que figuran en el Poema de Alfonso Onceno. Háblase de reyes de Aragon, de Portugal y otros estados, de infantes y grandes maestres de las órdenes, de adelantados, caballeros, adalides y alcaldes, y asimismo de personajes moros, si bien desfigurando muy á menudo sus nom

bres árabes. La memoria de algunos de estos personajes, ya moros, ya cristianos, no fué conservada en la Crónica del mismo rey, ni áun en otros documentos de su época, que hasta hoy han sido publicados, por cuyo solo motivo, á no concurrir otros muchos, el interes histórico del Poema seria innegable.

(3) Así como algunos nombres de los personajes que tomaron parte en los acontecimientos del reinado de don Alfonso Onceno aparecen más ó ménos desfigurados en el Poema, tambien sucede otro tanto con los nombres de territorios, poblaciones y rios, si bien debe tenerse presente que unas veces están realmente desfigurados por la ortografía ó la rudeza de la época, y otras veces lo parece, si no atendemos á la formacion paulatina del lenguaje castellano y de los mismos nombres.

ca, estas aparentes faltas, como sucede, por ejemplo, en la copla 686, y otras veces sólo como licencias poéticas debemos considerar ciertas consonancias. Hubiera sido prudente cor¿ regir estas anomalías, ajustar los versos todos á medida, modernizar el lenguaje, arrancando así á tan venerando monumento su rudeza, sus groseros descuidos y su carácter antiguo?

El nombre del autor de este poema nos lo comunica él mismo, en la copla 1841 (columna 179 del códice), de este modo:-«La profeçia conté-e torné en desir llano-yo Rodrigo Yannes la noté-en lenguaje castellano.»-En la Crónica de don Alfonso Onceno suena un Rodrigo Yannez de Logroño» (capítulo xx1), que fué enviado por la Hermandat de Castilla con cartas de creencia á la Reina, y las noticias que da como testigo de vista de la batalla del Salado y de las correrías y peleas con los moros, el conocimiento que demuestra del carácter de los reyes y de los príncipes, de los caballeros y ricos hombres, conservándonos muy á menudo las conversaciones y los secretos de castellanos y moros, prueba todo que Rodrigo Yannes siguió en muchos de aquellos acontecimientos la córte de Alfonso Onceno, y que ocupó en ella algun puesto de distincion ó confianza (1).

(1) La Crónica de Alfonso Onceno, que ha sido el principal documento que ha guiado á los historiadores para conocer los acontecimientos de su reinado, no fué coetánea, como el Poema, á los sucesos de aquel tiempo. Dicese en su prólogo que el rey don Enrique, hijo del rey don Alfonso, fué quien la mandó escribir ó trasladar en pergaminos, y que fué comenzada á trasladar en el doceno año del reinado de don Enrique, del naci

miento de Jesucristo 1376; es decir, á los veinte y seis años de la muerte del conquistador de Algeciras, y á los treinta y seis de la victoria del Salado. Todo concurre en el Poema para convencernos de que su composicion fué casi coetánea á tan importantes sucesos, respirando el autor en sus versos el mismo entusiasmo que en el campo de batalla.

CANTARES DEL CID CAMPEADOR,

CONOCIDOS CON EL NOMBRE DE

POEMA

DEL CID.

(v. 1-11) I.

De los sos oios tan fuerte-mientre 1 lorando?
Tornaua la cabeça e estaua-los catando.
Vió puertas abiertas e vços sin cannados 3.
Alcandaras uazias sin pielles e sin mantos,
E sin falcones e sin adtores mudados.

Sospiró Myo Çid ca mucho auie grandes cuydados.
Ffabló Myo Çid bien e tan mesurado:

Grado a ti sennor padre que estas en alto,
Esto me an buelto myos enemigos malos.
Alli pienssan de aguiiar, alli sueltan las riendas:
A la exida de Biuar 5 quieron la corneia diestra ",

'Conservamos paleográfica y fielmente el carácter y la ortografia del códice que contiene los Cantares ó Poema del Cid, merced á la amplia bondad con que su actual poseedor, el excelentísimo señor Marqués de Pidal, nos ha permitido hacer en él todo género de estudios. En el prólogo describimos tan preciosa joya de la antigua literatura española, debiendo sólo advertir que únicamente nos permitimos escribir con mayúsculas los nombres propios que se ballan en el códice con minúsculas, y poner un guion entre las palabras indebidamente separadas, facilitando así su comprension á los lectores al propio tiempo que se respeta y da á conocer la manera general de escribir de la Edad Media.

* Como se comprenderá fácilmente, no sólo por el sentido de los primeros versos, sino tambien por la falta de narracion de las primeras empresas del Cid, se desconoce el fragmento anterior de estos preciosos Cantares.

3 Sanchez y Damas Hinard: uzos sin cañados.

Enojosa empresa seria ir indicando una por una las palabras en que han modernizado la ortografía los señores Sanchez y Damas Hinard en sus respectivas ediciones del Poema del Cid, porque son escasas las que en ellas se encuentran enteramente conformes con el códice. Sin embargo, llamarémos la atencion de los lectores hácia todas las mudanzas introducidas por los mencionados literatos, en cuanto se refieran á la pronunciacion, al órden y al sentido de las palabras, por cierto muy a menudo bien notables.

En el códice así: myo çid. Sanchez imprimió mio Cid y tambien, como Damas Hinard, Mio Cid. Siendo como era este el nombre con que se apellidaba popular y generalmente al Campeador, no tenemos inconveniente en escribirle con mayúsculas, pero proponiéndonos respetar la ortografía de los códices, conservaremos la del Poema escribiendo así este nombre: Myo Çid.

3 A la exida de Biuar. Vivar ó Bivar es una aldea de muy poco vecindario, situada á una legua y tres cuartos de Burgos. A pesar de que se supone generalmente que el Cid Campeador nació en Búrgos, porque se conservan allí casas llamadas del Cid, y convienen algunos autores en que allí vió la luz primera, como Sandoval Historia de los cinco Reyes), Risco (La Castilla y el más famoso Castellano) y Quintana (Vidas de Españoles célebres), existen fuertes razones para creer fué Vivar el lugar de su nacimiento. La salida misma que de esta aldea refiere el poeta, como si desde elia comenzase el Cid su destierro, el llamársele de Vivar en anP. A.-XY.

(v. 12-27)

E entrando a Burgos 7 ouieron la siniestra.
Meçió Myo Çid los ombros e engrameó la tiesta:
Albricia & Albar Ffanez 9 ca echados somos de tierra.
Myo Çid Ruy Diaz por Burgos entraua. [gieres e uarones.
En su conpanna LX pendones leuaua: exien-lo ver mu-
Burgeses e burgesas por las finiestras son puestos 10.
Plorando de los oios, tanto auyen el dolor.

De las sus bocas todos dizian una razon:
Dios, que buen vassalo si ouiesse buen sennor!
Conbidar-le yen de grado, mas ninguno non osaua,
El rey don Alfonsso 11 tanto auie la grand sanna.
Antes de la noche en Burgos dél entró su carta,
Con grand recabdo e fuerte-mientre sellada :
Que a Myo Çid Ruy Diaz que nadi nol diessen posada,
E aquel que gela diesse sopiesse una 12 palabra,
Que perderie los aueres e mas los oios de la cara 13,

tiguos documentos y en la Crónica rimada (Rodrigo, el que nació en Vivar.-V. 821), no menos que la exencion de tributos que D. Alfonso VI concedió en 1075 á la referida aldea para complacer al Campeador, todo nos confirma en la idea mencionada.Sanchez y Damas-Hinard imprimieron: Vivar.

6 .....la corneia diestra..... ouieron la siniestra: supersticion de aquel tiempo heredada de épocas mucho más anteriores.

No anunciaremos las repetidas veces que Sanchez imprimió numerosas palabras con mayúsculas, como Corneia, Vasalo, Lanza, Castiello, Moros, Burgales, Gallo, etc., en lugar de corneia, vasalo, lanza, castiello, moros, burgales, gallo. Damas Hinard, en su reciente edicion del Poema del Cid, ha sabido desechar semejante costumbre, no obstante de que por otra parte ha conservado la ortografía moderna, cometiendo tambien, como Sanchez, el anacronismo de usar la , letra enteramente desconocida en aquellos remotos tiempos.

7 Búrgos, capital de la provincia de su nombre en Castilla la Vieja, y antigua córte de los reyes de Castilla.

2 Albricia; así en el códice. Sanchez leyó: Albrizias.

9 En el códice casi siempre así: Albarfanez, y alguna vez Albar Ffanez; pero nunca Alvar Fañez, como en la edicion de Damas Hinard.

Albar Ffanez era considerado como lugarteniente del Cid, con quien le unian lazos del más cercano parentesco, pues se le supone primo ó sobrino suyo. Auxiliar decidido y consejero del Campeador, le ayudó en sus empresas, defendió la ciudad de Toledo del cerco que sufrió de moros, y pereció en Segovia, en 1114, á manos de sediciosos.

10 En Sanchez: puestas.

14 Alfonso el VI de Castilla, airado con el Cid por los cèlebres juramentos que este caballero le hizo prestar recelando hubiese tenido parte en la muerte del rey D. Sancho.

12 En el códice ua. Sanchez y Damas Hinard: vera. 13-perderie... los oios de la cara. Alude á la ley bárbara de la extraccion de los ojos como pena aflictiva é infamatoria, puesta en uso por legislaciones primitivas. Esta pena se encuentra establecida en las leyes de los visigodos y de otros pueblos de civilizacion coetánea.

E aun demas los cuerpos e las almas.
Grande duelo auien las yentes christianas.
Asconden-se de Myo Çid ca nol osan dezir nada
El Campeador 14 adelinó a su posada.

Asi commo legó a la puerta falóla bien çerrada,
Por miedo del rey Alfonsso que assi lo auie parado:
Que si non la quebrantas por fuerça que non gela abriese
Los de Myo Çid a altas uoçes laman:

Los de dentro non les querien tornar palabra.

Aguiio Myo Çid, a la puerta se legaua,
Sacó el pie del estribera, una feridal daua.
Non se abre la puerta, ca bien era cerrada.
Vna ninna 15 de nuef annos 16 a oio se paraua:
Ya Campeador en buen ora çinxiestes espada.
El rey lo ha uedado, anoch 17 dél entró su carta,
Con grant recabdo e fuerte-mientre sellada.
Non uos osariemos abrir nin coger por nada;
Si non perderiemos los aueres e las casas,

E demas los oios de las caras.

Çid, en el nuestro mal uos non ganades nada,

[nadi.

Mas el Criador uos uala con todas sus uertudes sanctas.

Esto la ninua dixo, e tornos pora su casa.
Ya lo vee el Çid que del rey non auie gracia.
Partios de la puerta, por Burgos aguijaua,
Legó a Sancta Maria: luego descaualga 18,
Ffincó los ynoios, de coraçon rogaua.
La oracion fecha luego caualgaua.
Salió por la puerta e en Arlançon 19
Cabo essa villa en la glera posaua,
Ffincaua la tienda e luego descaualgaua.

posaua.

Myo Cid Ruy Diaz, el que en buen ora çínxo espada,
Posó en la glera quando nol coge nadi en casa.
Derredor dél vna buenna conpanna.

Assi 20 posó Myo Çid commo si fuesse en montanna.
Vedada 21 lan conprar dentro en Burgos la casa.
De todas cosas quantas son de uianda
Non le osarien uender al menos 22 dinarada.
Martin Antolinez 23, el burgâles conplido,

A Myo Çid e a los suyos abastales 24 de pan e de uino.
Non lo compra ca él se lo auie consigo.
De todo conducho bien los ouo bastidos.

44 El Campeador. Título ó dictado adquirido por el Cid con sus empresas y hazañas y con el cual le engalanan las crónicas y memorias antiguas, habiéndolo aceptado él mismo, puesto que se

tigüedades de España: libro v, capítulo x) cita un privilegio concedido por el Cid al monasterio de Aguilar, en que se firma Campiator. Otras veces se lee así este nombre en antiguos diplomas: Campidator, Campiductor, Campiator. M. Dozy ha querido explicar á su manera el significado de esta palabra, atribuyéndola un sentido distinto del de guerreador ó lidiador, que tiene y recibe en algunos versos de estos mismos cantares.

15 16 En el códice así: nina..... anos.

17 Sanchez: á noch.

18 Sanchez y Damas Hinard: descavalgaba.

19 Arlançon.-Villa situada al Sudeste de Búrgos, á tres leguas y media de esta ciudad, junto al rio del mismo nombre.

20 Assi posó Myo Çid. Sanchez leyó equivocadamente alli, y Damas Hinard, que siguió generalmente al docto académico, admitió la misma version, pero no son l, sino ss, las letras intermedias, diciendo el códice que tenemos á la vista: assi.

£1 Así en el códice y en la edicion de Sanchez. Damas Hinard lo atribuye á error de imprenta y corrige: vedado.

** Damas Hinard corrige sin motivo y pone: la menor dinarada. 23 Martin Antolinez. Sobrino del Cid y su tesorero ó mayordomo, segun el contexto de estos versos, y la opinion de Berganza (Antigüedades de España), que le considera caballero excelente y le intitula mayordomo del Cid.

24 Sanchez y Damas Hinard: abastôles. Por qué?

25 Uixo: vino.

Pagos Myo Çid el Campeador e todos los otros que uan a
[so en ceruicio.
Ffabló Martin Antolinez, odredes lo que a dicho:
Ya Canpeador en buen ora fuestes nacido.
Esta noch ygamos e uaymos-nos al matino,
Ca acusado seré de 26 lo que uos he seruido.

En yra del rey Alffonsso yo seré metido.
Si 27 con-uusco escapo sano o biuo

Aun cerca o tarde el rey querer-me ha por amigo;
Si non quanto dexo no lo precio un figo.

Ffabló Myo Çid, el que en buen ora çínxo espada:
Martin Antolinez, sodes ardida lança:

Si yo biuo doblar-uos he la soldada.
Espeso e 28 el oro e toda la plata

Vien lo vedes que yo no trayo auer 29, huebos me serie
Para toda mi companna 30.

Ffer-lo he amidos, de grado non aurie nada.
Con uuestro consego bastir quiero dos archas.
Yncamos-las darena, ca bien seran pesadas,
Cubiertas de guadalmeçi e bien enclaueadas:
Los guadameçis uermeios e los clauos bien dorados.
Por Rachel e Vidas 31 uayades-me priuado.
Entrando en Burgos me vedaron conprar, e el rey me a
Non puedo traer el auer, ca mucho es pesado: [ayrado.
Enpennar-gelo he por lo que fuere guisado.

De noche lo lieuen que non lo vean christianos:
Vealo el Criador con todos los sos sanctos.
Yo mas non puedo e amydos lo fago.
Martin Antolinez non lo detarua 32,
Por Rachel e Vidas apriessa demandaua.
Passo por Burgos, al castiello entraua,
Por Rachel e Vidas apriessa demandaua.
Rachel e Vidas en vno estauan amos,

En cuenta de sus aueres, de los que auien ganados.
Legó Martin Antolinez a guisa de menbrado.

O sodes, Rachel e Vidas, los myos amigos caros?
En poridad fablar 33 querria con amos.

Non 34 lo detardan, todos tres se apartaron :
Rachel e Vidas amos me dat las manos

Que non me descubrades a moros nin a christianos;
Por siempre uos faré ricos que non seades menguados.
El Campeador por las parias fue entrado;
Grandes aueres priso e mucho sobeianos:
Retouo dellos quanto que fue algo.
Por en vino a aquesto por que fue acusado.
Tiene dos arcas lennas de oro esmerado 55.

20 Al pié de la foja, con letra al parecer del mismo que escri bió lo demás, se cambia así: por lo que vos he seruido, y esta enmienda siguió Sanchez.

27 Sanchez añadió: Mas, de este modo, Mas si convusco, etc. 28 e por he.

29 La palabra auer, sobrepuesta al verso, se halla ya casi enteramente imperceptible y acabará por desaparecer del códice con el trascurso del tiempo.

30 Así estos dos versos en el códice. Sanchez y Damas Ainard los separan y traen á mejor medida, pero añaden una conjuncion que en el códice no se encuentra, de este modo:

Bien lo vedes que yo no trayo aver,

E huevos me serie para toda mi compaña.

31 Judíos de quienes esperanzaba el Cid obtener algun caudal en cambio de las dos arcas que se proponia dejarles en depósito ó fianza.

32 Así en el códice, faltando probablemente la silaba da, para decir detardaba, como corrige Sanchez.

33 Así: fablar. Sanchez imprimió: fablar, y Damas Hinard siguió la version del erudito bibliotecario.

34 Sanchez y Damas Hinard: No.

33 Damas Hinard cambia la colocacion de este verso, haciendo que le precedan los dos siguientes, por parecerle así ménos incomprensibles.

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