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La Angélica de Barahona de Soto es el primer poema original del gusto orlándico que tenemos en castellano. Ya se ha hecho tan raro, que apénas hay español que sepa ni àun su título á derechas; por eso hubo de reimprimirle años pasados, en Madrid, la casa de Sancha, que tantos y tan buenos libros escasos nos ha hecho comunes; pero la empresa, sin duda por los malos tiempos que se han atravesado, hubo de quedarse en farfara. En gracia, pues, de los que ignoran hasta el título de este libro peregrino, le estamparémos aqui íntegro: y es

Primera parte de la Angélica de Luis Barahona de Soto al Excmo. Sr. duque de Osuna, virey de Nápoles. Con advertimientos á los fines y breves sumarios á los principios por el presentado fray Pedro Verdugo de Sarria, y con privilegio de la C. R. M., impreso en Granada en casa de Hugo de Mena, á costa de Juan Diaz, mercader de libros, año 1586, 4.o

El público no ha visto sino esta primera parte; de la segunda se ignora la existencia y el paradero.

>>El de muchas de sus poesías inéditas era tambien desconocido hasta estos últimos años, que se descubrió un rico tesoro de ellas en Sevilla, creo, en la rica y preciosa librería del conde viejo del Águila. Lopez Sedano estampó algunas en su Parnaso; entre ellas la Fábula de Acteon, que sin disputa es de lo más atildado y hermoso que se ha escrito en poesía.

>Pero en medio de esta celebridad tan sostenida, Barahona de Soto es más conocido por sus escritos que por su vida; si bien la vida de los escritores está en sus obras. De aquella apénas se sabe sino que nació en Lucena, y que vivia, tras largas peregrinaciones, de médico en Archidona. Mas ¿dónde murió? Cuándo nació?

»Del nacer se sabe el dónde, y se ignora el cuándo; del morir se ha ignorado en los moldes todo, año y lugar, hasta ahora que, á buena dicha, mi aficion á trastear vidas y escritos de españoles estudiosos me ha traido á la mano unos mamotretos que con título de Tardes divertidas dejó al morir, á punto de imprimirse, el año de 1823, el presbítero D. Francisco Ramires de Luque, en ilustracion à la bistoria de su patria, Lucena, donde se lee el siguiente documento necrológico, que estampo aquí en obsequio de los curiosos, y para ilustrar la buena memoria del más famoso de los luceneses (despues del guapo Francisco Estéban). Dice así:

»(Semana V, tarde I):

»D. Francisco Artiaga y Rojas, Colector de la iglesia parroquial de mi Sra. Sta. Ana de esta villa de Archidona, certifico: que en el tomo iv de Funerales de esta Colecturía de mi cargo, al fól. 93, primera plana de la única partida á la letra, consta cómo murió el L. Luis Barahona de Soto abintestato en 6 de Noviembre de 1595 años. Todo lo cual consta de la citada partida á que me refiero. Y para que conste doy la presente en esta dicha villa de Archidona, en 2 dias del mes de Abril de 1785.-D. Francisco Artega (sic) y Rojas.>

Castro del Rio, 1.o de Noviembre de 1831.-B. J. Gallardo.

(Diario Mercantil de Cádiz, núm. 5,480, correspondiente al dia 13 de Noviembre de 1831.)

-* 1304. Primera parte | de la Angélica de Luys | Barahona de Soto. | Al Excelentissimo | Señor Duque de Ossuna, | Virrey de Nápoles. | Con aduertimientos á los fines de los cantos, y breues summarios á los principios, por | el Presentado Fray Pedro Verdugo de Sarria. | Y con priuilegio de la Catholica | Magestad Real. | Impresso en Granada en casa de Hugo de Mena, á costa de Ioan Diaz | mercader de libros. | Año de. 1586. | Esta tassado en (Al fin.) Con licencia del Consejo Real | Se acabó la primera parte de las Lágrimas de An | gélica. Cōpuestas por el Licenciado Luys Barahona de Soto Médico, y Philosopho. Impressas en la muy noble, nombrada y gran ciudad de Granada. En la emprenta de Hugo de | Mena. A costa de Ioan Diaz | mercader de libros. Año | de mil y quinientos y ochenta y seys.

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Comienzan los sonetos del mismo Soto.

Las frescas ondas de una oculta fuente... Este juvenil brío, con que aguardo...

Padre Apolo, que el cielo consagrado... f. 46.

Cuántos oirán mis lástimas riendo... f. 30.
He resistido todo lo posible...
Yo que en alegre libertad propuse...
Dijome amor, en viéndome enlazado...
Llévame mi deseo á aquella parte... f. 31.
En la guerra cruel que amor me hace...
Ménos rigor usaba amor conmigo...
Desde aqueste lugar veo una senda... f. 32.
La dulce voz de mi amorosa lira...
Sisifo ya cansado del quebranto...

Es posible que en vos hay tanta saña?...
Aunque quiera decir alguna parte... f. 33.
Cual suele al pajarillo á quien la liga...
Ojos bellos, suaves, piadosos...
Desengañado estoy de la esperanza...
Burlábame de amor, cuando era mio... f. 31.
Hoy, segun es mi cuenta, veo cumplido...
Delante de mis ojos se presenta...
Cuando en mi alma represento y miro... f. 35.
Forzado de dolor que estoy sufriendo...
Mis quejas sin efecto doy al viento...

No se puede negar, señora mia...
Perdida de llorar la flaca vista... f. 36.
Sin luz navego en tiempo tempestuoso...
Ligadas hebras con la trenza de oro...
Pruebo tantos dolores en mi pena...

Don Juan, en el dolor que me fatiga... f. 37.
Cansadas horas llenas de cuidado...
Lazos que al fiero mar teneis ligado...
De qué sirven, amor, ya las saetas?...
El real sobrenombre que la guerra... f. 38.
Señora, no os conmueve mi fortuna...
Vos sois la causa del tormento mio...
Si el acordaros más de mí os conmueve...
Amor de envidia de mi buena suerte... f. 39.
Luces de un sol divino en velo humano...
Fuera de dar remedio al mal que siento...
Miro el lugar de donde amor me lanza...
Ira tengo de mí, porque á despecho... f. 40.
En cuanto está encubierto el amor mio...
Presento á Dios, pues él sabe el secreto...
Amor me muestra un áspero camino...
Ojos, de donde amor me hace guerra... f. 41.
Seré de vos creido, si os dijere...
Cansado de la larga trabajosa...
Cubrió una escura noche el dia sereno...
Quiero que seas testigo, oh Bétis claro... f. 42.
Cuán trocada que estás, ventura mia...
Esta trenza de oro, que tejida...
Tengo duda cuál suerte me conviene...
Horas breves, contadas por el hado... f. 43.
Mueve el templado céfiro su aliento...
Yo me voy consumiendo en un deseo...
Acuérdome del tiempo que amor pudo...
Córtame un miedo á no pasar delante... f. 44.
No hallo parte en mi por do merezca...
En varios ejercicios ocupaba...
Cansado de seguir mi desconcierto...
Cuando de la que adoro soy mirado... f. 45.

Señora, á mi despecho vivo tanto...

Vais, señora, huyendo de escucharme...

Toda la noche y todo el dia lloro...

Sálgome de entre el trato de la gente... f. 47.

Amor, quieres hacer una hazaña...
Suaves ojos, con que amor me ceba...
Belleza celestial que nos demuestra..
Á tí, Bétis, consagro aquesta lira... f. 48.
Bétis, quiero un consejo darte sano...
Aléjase de mí toda esperanza...
Suelo mover mi cuento y querellarme...
Por testimonio de la pena mia... f. 49.
Por esa beldad pura que yo adoro...
Ninguna suerte alcanzo que convenza...
De temeroso horror y sombra escura...
En esta parte donde el sol ardiente... f. 50.
Cuando ausente me hallo de mi gloria...
Muéstrame amor unos azules ojos...
Tantas mudanzas veo en el bien mio...

Si la lira de Febo conmovia... f. 51.

De tal suerte me trata mi deseo...
Cuanto más mi dolor os represento...
Á dónde vais, suspiros mios, perdidos?...
No está en partir mudarse el amor mio... f. 52.
Hermosa fuente, cuyo nacimiento...
Despues que la sangrienta y bella mano...
Un lustro es ya cumplido desde el dia...
Pena, no es pena la que por vos siento... f. 53.
Á porfiados rústicos herian...

Llorad, ojos, que vistes unos ojos...
Tengo miedo esparcir de gente en gente...
La luz que adoro, que al lumbroso dia... f. 54.
En lazos que amor hizo por su mano...
Yo canto del amor la ardiente ira...
Quien puede en un engaño sustentarse...
A dónde me llevais, ojos cautivos?... f. 55.
El labrador del yugo trabajoso...

El mar enfurecido y proceloso...
Fijada está en su norte el alma mia...

De paso en paso voy á dar conmigo... f. 56.
Cantando Orfeo con dorada lira...

Por adular á César Tolomeo...

Lleva de gente en gente amor mi canto...

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Á los regidores de un cabildo, que repartieron el pan del pósito de su lugar entre sí, sin dar á los pobres parte.-De Soto.

Pues sois cabezas, señores... f. 138.

Soneto de la Sra. D.a Mariana, mujer del L. Luis Barahona de Soto, el dia de su partida, f. 138.

Ay caro amigo! Ay mi agradable esposo!...

Del divino Soto.—Madrigal.

Un panal lleno de sutil rocío... f. 140.

Madrigal.-De Soto.

Los ojos puso en mí más que solia... f. 140.

Del divino Soto.-Elegía 14.

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