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LICENCIA DEL ORDINARIO.

NOS el Licenciado Don Antonio Vázquez Goyánes, Teniente Vicario de esta Villa de Madrid y su Partido. Por la presente, y lo que à Nos toca, damos licencia para que se pueda imprimir é imprima el Libro intitulado Origenes de la Lengua Española, de varios Autores, recogidos por Don Gregorio Mayáns y Siscár, Bibliotecario de su Majestad. Atento que de nuestra órden ha sido visto y reconocido, y no contiene cosa que se oponga á nuestra Santa Fe Católica y buenas costumbres. Dada en Madrid á veinte de Diciembre, año de mil setecientos y treinta y seis.

LIC. GOYANES.

Por su mandado,

JUAN

SACRISTAN.

APROBACION

DE DON JUAN IRIARTE,

BIBLIOTECARIO DE SU MAJESTAD.

M. P. S.

Habiendo de órden de V. A. examinado con la debida reflexion Los Origenes de la Lengua Española, compuestos por varios Autores, recogidos por Don Gregorio Mayáns y Siscár, Bibliotecario del Rey nuestro Señor, etc., no he encontrado en toda la obra punto alguno que se oponga á las leyes de estos Reinos y regalías de su Majestad, ni que, por consiguiente, impida la licencia para su impresion.

Despues de cumplir de esta suerte con el superior mandato de V. A., se me ofrece suplicarle me permita obedecer otro no ménos riguroso y absoluto: quiero decir el del Uso, mudo legislador, que á las más graves y expresas leyes suele intimar silencio; y especialmente constituyéndose juez de Aprobaciones, obliga á exceder los términos prescritos por V. A.

Movido, pues, de su autoridad, si bien convidado por otra parte de las plausibles circunstancias del presente escrito, pasaré á formar un diseño de las partes que concurren á su mayor recomendacion.

La primera y principal de las que juntó la diligencia del erudito Colector, es El Diálogo de las Lenguas, discurso sumamente apreciable, por cuanto nos descubre las várias fuentes del Idioma Castellano, dilatado rio que por cuantas naciones ha pasado, tantos arroyos ha logrado añadir á su caudal.

En materia de Ortografia son curiosísimas las reglas y reparos

que nos comunica su Autor, solicitando fijar los límites de la Etimologia y del Uso, y serenar las interminables contiendas de estos dos poderosos caudillos, que tienen tanto tiempo há dividida en bandos, y tiranizada la República de las Lenguas.

Sabe ponderar con modestia las riquezas de nuestro idioma, y carear sus primores con los del Griego, Latino y Toscano. Esmérase, ya en desentrañar la verdadera significacion de las voces más desconocidas y extrañas, ya en definir el mejor uso de las que admiten variedad, y ya en señalarnos las expresiones más politicas y cortesanas, mezclando á cada paso sus conjeturas, cuyo feliz acierto han acreditado el tiempo y la experiencia.

Diestro en valerse de la Filosofia vulgar en beneficio de la Gramática, todo lo resuelve, apoya y autoriza con numerosa copia de Refranes: y no sin gravísimo fundamento, pues éstos, en mi juicio, son los textos más eficaces y convincentes para el intento, así por su notoria antigüedad, como porque, perpetuándose con la tradicion del pueblo, que en materia de lenguas no suele ser tan inconstante como en las demas, conservan la primitiva pureza de los Idiomas: lo que especialmente se reconoce en el Castellano.

Pero al paso que desfruta la doctrina de estos sabios Ancianos, sabe agradecido servirles de intérprete en siglo extraño, declarando el sentido y fuerza de sus obscuros términos, recónditas frases y misteriosas alusiones: de suerte, que sin querer nos ha dejado una especie de Glosario de los Adagios ménos inteligibles.

A lo último propone várias excelentes reglas, y selectos ejemplos de la buena traduccion. Y nos comunica juntamente una curiosísima noticia de las obras, asi en verso como en prosa Castellana, más bien escritas hasta su tiempo; luciendo á competencia su delicado gusto y bien fundada crítica, especialmente en el exámen y juicio que hace de la Novela de Amadis de Gaula, punto que trata con la universal inteligencia que se puede esperar de quien confiesa haber gastado diez años en la leccion de Aventuras Caballerescas.

Por lo que toca á la forma del Diálogo, no echará ménos el Lector la variedad, suspension, órden y decoro que requiere este

género de escritos; pues destituido de tales circunstancias, más parece un modelo interrogatorio que una gustosa conversacion. Finalmente, nuestro erudito Anónimo, ademas de las referidas prendas, se manifiesta versado en los Idiomas Toscano, Frances, Latino y Griego, y verdaderamente digno del célebre siglo en que floreció, que parece haber sido el del Señor Emperador Cárlos V.

Síguense varios opúsculos, muy conducentes todos al más perfecto conocimiento de nuestra Lengua, como son:

Los Refranes que ordenó Don Íñigo López de Mendoza, que juzgo son los primeros impresos, no sólo en Lengua Castellana, sinotambien en las demas vulgares de Europa: por cuya razon, como por ser Libro bastantemente raro, merecen volver á la luz pública.

El Origen y aplicacion de un Refran Castellano, su Autor Don Juan Lucas Cortés, breve rasgo de la consumada literatura de varon tan eminente, que si bien no dejó nada impreso, logró dejar eternamente estampado en la posteridad el crédito de su universal erudicion.

Y asimismo diversos Aranceles de Vocablos Godos y Arábigos, introducidos en nuestro romance, que notó la diligencia del Doctor Bernardo Aldrete, y del Racionero Francisco López Tamarid.

Llégase á éstos El Vocabulario de Germania, compuesto por Juan Hidalgo, obra cuyo título ocasionó la equivocacion de dos célebres Escritores de Bibliotecas. El primero es Don Nicolás Antonio, quien entendió que Germanía era Lenguaje de Matones y gente fanfarrona, llamándola Thrasonicum quoddam sermonis genus. El segundo es Alonso Lasor de Varea, Autor Italiano, que tomando la presente Obra por Vocabulario de la Lengua Germánica ó Alemana, la puso en su Biblioteca Geográfica entre los escritos que tratan cosas de Alemania, no siendo en realidad más que un breve Diccionario de la Algarabía que hablan en España los Gitanos, llamada por otro nombre Jerigonza: la cual consta por la mayor parte de voces conocidas, si bien trasladadas, ya por metáfora ó ya por alusion, á diversos y extraordinarios sentidos. A este modo se halla en Francia una especie de mendigos de profesion con nombre de Gueux, que forman entre sí una como República,

bajo de un Rey ó Caudillo, á quien intitulan. Gran Govaire, y usan asimismo, para no ser entendidos, un Lenguaje particular, que llaman El Argot: de cuyas voces se ha sacado ya Diccionario.

Conclúyese esta Coleccion con el Extracto de algunas cosas notables del Libro del Arte de Trovar ó Gaya Sciencia, que compuso D. Enrique de Villena.

Este Arte de Poesía, cuyos Profesores se llamaron Trovadores, á causa de sus excelentes Trovas ó invenciones, tuvo su origen en Tolosa de Francia; y empezó á mediados del siglo XII á florecer y cobrar tanto crédito, que llegaron á contarse más de ciento y veinte Poetas famosos, y entre ellos Príncipes, Reyes y Emperadores. Extendióse luego por toda Europa, dió principio á la Poesía Italiana, á cuyos primeros Autores sirvió el Garona de Hipocrene, como á los más antiguos de la nuestra, segun se refiere individualmente en el expresado Extracto, con otras muy singulares noticias, que dan á entender el sumo aprecio, honor y valimiento que lograron por aquel tiempo las buenas Letras en España.

La union de los referidos Tratados se le debe al estudioso desvelo de Don Gregorio Mayáns, en recoger cuanto puede conducir al mayor esplendor de nuestra Lengua: el que más claramente se manifiesta en el copioso erudito discurso sobre sus Origenes, y La Oracion en que se exhorta á seguir la verdadera Idea de la Elocuencia Española, que lucen á la frente de los mencionados Opúsculos, dando la exquisita novedad de sus observaciones nueva luz á la recóndita antigüedad de las que se siguen: y contribuyendo por ésta y otras singularidades, á hacer más recomendable la presente Coleccion, me mueven á juzgarla dignísima de la estampa Madrid y Marzo 20 de 1736.

DON JUAN IRIARTE.

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