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que correspondiese al siendo, ó en lugar del siendo habia de estar era. Desconténtame tambien mucho cuando pone e, que quiere signifique más de su natural, que es ser conyuncion copulativa, como cuando dice este rey hobo dos hijas en una noble reina su mujer, é la mayor fué casada con N. por de las cuales la mayor, bien se entiende con la e, no porque sinifique aquello, sino porque el uso de los que escriben descuidadamente ha hecho que sinifique así; pero ya vos veis cuán mejor y cuán más galanamente estuviera diciendo de las cuales. Paréceme tambien mal aquella manera de decir si me vos prometeis por si vos me prometeis, y aquello de lo no descubrir por no descubrirlo. ¿Qué os parece desto?

TORRES. Que lo habeis considerado bien, con tanto que haya siempre lugar la disculpa de la antigüedad, la cual vos no le podeis negar de ninguna manera.

VALDÉS. Antes huelgo de admitírsela en todo lo que se le pudiere admitir, y ojalá pudiera tener lugar en todo; pero en esto que diré no lleva medio.

TORRES. Decid.

VALDÉS. Cuanto á las cosas, siendo esto así que los que escriben mentiras las deben escribir de suerte que se alleguen cuanto fuere posible á la verdad, de tal manera que puedan vender sus mentiras por verdades, nuestro autor de Amadís, una vez por descuido, y otras no sé por qué, dice cosas tan á la clara mentirosas, que en ninguna manera las podeis tener por verdaderas. Iñorancia es muy grande decir al principio del libro que aquella historia que quiere escribir aconteció no muchos años despues de la pasion de nuestro Redemptor, siendo así que algunas provincias que él en su libro hace cristianas, se convirtieron á la fe muchos años despues de la pasion. Descuido creo que sea el no guardar el decoro en los amores de Perion con Elisena, porque no acordándose que á ella hace hija del rey, estando en

casa de su padre, le da tanta libertad, que la hace tan deshonesta, que con la primera plática la primera noche se la trae á la cama. Descuidóse tambien en que no acordándose que aquella cosa que cuenta era muy secreta y pasaba en casa del padre de la dama, hace que el rey Perion arroje en tierra la espada y el escudo luégo que conoce á su señora, no mirando que al ruido, que harian, de razon habia de espertar á los que dormian cerca, y venir á ver qué cosa era. Tambien el descuido de decir que el Rey miraba la hermosura del cuerpo de Elisena con la lumbre de tres antorchas que estaban ardiendo en la cámara, no acordándose que habia dicho que no habia otra lumbre en la cámara sino la que de la luna entraba por entre la puerta, y no mirando que no hay mujer, por deshonesta que sea, que la primera vez que se vea con un hombre, por mucho que lo quiera, se deje mirar de aquella manera. De la mesma manera se descuida haciendo que el Rey no eche ménos el espada hasta la partida, habiéndosela hurtado diez dias ántes porque no se acordó, y que lo hace caballero andante, al cual es tan aneja la espada como al escribano la pluma. Pues siendo esto así, ¿no os parece que sin levantarle falso testimonio se puede decir que peca en las cosas?

TORRES. En esto tanto vos teneis razon en no admitir disculpa del tiempo.

MARCIO. Ahora disculpémoslo con la disculpa ordinaria Quandoque bonus dormitat Homerus.

TORRES. La disculpa es magra; pero valga lo que valiere, que yo tanto por lo que os he oido decir, vengo á creer lo que jamas me habia podido persuadir, que para saber ordenar un libro destos fingidos, es menester más que ser letrado en romance.

VALDÉS. Pues si discurriésemos por el libro adelante, os mostraria maravillas; pero por la víspera podeis sacar el disanto, y por la muestra podeis juzgar de la color del pa

que correspondiese al siendo, ó en lugar del siendo habia de estar era. Desconténtame tambien mucho cuando pone e, que quiere signifique más de su natural, que es ser conyuncion copulativa, como cuando dice este rey hobo dos hijas en una noble reina su mujer, é la mayor fué casada con N. por de las cuales la mayor, bien se entiende con la e, no porque sinifique aquello, sino porque el uso de los que escriben descuidadamente ha hecho que sinifique así; pero ya vos veis cuán mejor y cuán más galanamente estuviera diciendo de las cuales. Paréceme tambien mal aquella manera de decir si me vos prometeis por si vos me prometeis, y aquello de lo no descubrir por no descubrirlo. ¿Qué os parece desto?

TORRES. Que lo habeis considerado bien, con tanto que haya siempre lugar la disculpa de la antigüedad, la cual vos no le podeis negar de ninguna manera.

VALDÉS. Antes huelgo de admitírsela en todo lo que se le pudiere admitir, y ojalá pudiera tener lugar en todo; pero en esto que diré no lleva medio.

TORRES. Decid.

VALDÉS. Cuanto á las cosas, siendo esto así que los que escriben mentiras las deben escribir de suerte que se alleguen cuanto fuere posible á la verdad, de tal manera que puedan vender sus mentiras por verdades, nuestro autor de Amadís, una vez por descuido, y otras no sé por qué, dice cosas tan á la clara mentirosas, que en ninguna manera las podeis tener por verdaderas. Iñorancia es muy grande decir al principio del libro que aquella historia que quiere escribir aconteció no muchos años despues de la pasion de nuestro Redemptor, siendo así que algunas provincias que él en su libro hace cristianas, se convirtieron á la fe muchos años despues de la pasion. Descuido creo que sea el no guardar el decoro en los amores de Perion con Elisena, porque no acordándose que á ella hace hija del rey, estando en

casa de su padre, le da tanta libertad, que la hace tan deshonesta, que con la primera plática la primera noche se la trae á la cama. Descuidóse tambien en que no acordándose que aquella cosa que cuenta era muy secreta y pasaba en casa del padre de la dama, hace que el rey Perion arroje en tierra la espada y el escudo luégo que conoce á su señora, no mirando que al ruido, que harian, de razon habia de espertar á los que dormian cerca, y venir á ver qué cosa era. Tambien el descuido de decir que el Rey miraba la hermosura del cuerpo de Elisena con la lumbre de tres antorchas que estaban ardiendo en la cámara, no acordándose que habia dicho que no habia otra lumbre en la cámara sino la que de la luna entraba por entre la puerta, y no mirando que no hay mujer, por deshonesta que sea, que la primera vez que se vea con un hombre, por mucho que lo quiera, se deje mirar de aquella manera. De la mesma manera se descuida haciendo que el Rey no eche ménos el espada hasta la partida, habiéndosela hurtado diez dias ántes porque no se acordó, y que lo hace caballero andante, al cual es tan aneja la espada como al escribano la pluma. Pues siendo esto así, ¿no os parece que sin levantarle falso testimonio se puede decir que peca en las cosas?

TORRES. En esto tanto vos teneis razon en no admitir disculpa del tiempo.

MARCIO. Ahora disculpémoslo con la disculpa ordinaria Quandoque bonus dormitat Homerus.

TORRES. La disculpa es magra; pero valga lo que valiere, que yo tanto por lo que os he oido decir, vengo á creer lo que jamas me habia podido persuadir, que para saber ordenar un libro destos fingidos, es menester más que ser letrado en romance.

VALDÉS. Pues si discurriésemos por el libro adelante, os mostraria maravillas; pero por la víspera podeis sacar el disanto, y por la muestra podeis juzgar de la color del pa

ño. Esto he dicho contra mi voluntad por satisfaceros á lo mucho que dijistes, que os maravillábades de lo que me oíades decir del libro de Amadis; y no porque me huelgue de decir mal ni de reprender lo que otros hacen; y vosotros, señores, pensad que aunque he dicho esto de Amadis, tambien digo tiene muchas y muy buenas cosas, y que es dino de ser leido de los que quieren aprender la lengua; pero entended que no todo lo que en él halláredes lo habeis de tener por bueno.

MARCIO. Así lo entendemos. Y de los que han escrito las historias de los reyes de España, ¿teneis algunos que tengan buen estilo?

VALDÉS. Para deciros verdad, ninguno de los que he visto me satisface tanto que osase alabároslo enteramente. Mosen Diego de Valera, el que escribió la Valeriana, es gran hablista, y aunque al parecer lleva buena manera de decir, para mi gusto no me satisface, y téngolo por gran parabolano. Del mesmo autor creo que sea parte de la Crónica del rey D. Juan el Segundo deste nombre, en la cual, como hay diversos estilos, no puede hombre juzgar bien de toda la obra; pero, á mi ver, se puede poner para lo que pertenece á la lengua, despues de Amadis de Gaula, Palmerin y Primaleon (1).

TORRES. Maravillome de vos que trateis tan mal á Mosen

(1) Diego de Valera, noble caballero, nacido en Cuenca en 1412 y muerto en 1483, es el autor de una Crónica de España, impresa en 1482, notable por su excelente estilo y por los documentos originales que contiene en su última parte, por parabolano ó mentiroso, como dice el autor, que sea en las tres primeras de dicha obra. Se cree que trabajó tambien en la Crónica de D. Juan II y en otra de los Reyes Católicos. (V. á Mendez, Tip., p. 137; Capmany, Elocuencia española, tomo I, página 180; Ticknor, t. 1, p. 167, n., de la edicion de 1863, y por último, un artículo sobre su vida y obras por Gayángos, inserto en el tomo II, 1855, páginas 294-312 de la Revista Española de Ambos Mundos.)

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