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regalase en brazos de una dama, teniendo abandonada á su virtuosa consorte, y para conquistar paises destinados á no formar parte de la Corona. Todas estas razones hubo de tener en cuenta el parlamento de Cataluña para tomar la grave resolucion de negarse á ofrecer al rey ninguna suma, como antes no regresara á este Principado. El ejemplo de Cataluña fué seguido por Aragon.

El rey no vino sin embargo. Prosiguió en Nápoles, en cuya ciudad murió el 27 de junio de 1458, pasando el trono de la Corona de Aragon á su hermano don Juan por falta de hijos legítimos, y el de Nápoles á su hijo natural don Fernando.

ALSINA (calle den).

Se penetra en ella por la de la Boquería y se sale por la plaza del Pino.

Puede haber acerca del nombre de esta calle la duda que se ha ocurrido relativamente á otra y se ocurrirá aun respecto á varias. La circunstancia de llamarse den Alsina, es decir, de En Alsina, hace creer fundadamente que tomó el nombre de alguna persona ó familia que así se llamaba y que pudo habitar esta calle ó tener propiedades en su terreno cuando se abrió. El En equivale en catalan al don ó señor en castellano, como el Na equivale al doña ó señora. Y se hace de paso esta observacion à fin de que la tengan presente los lectores para lo sucesivo.

Existen aun hoy dia en este Principado muchas familias que tienen el apellido de Alsina.

Si la calle de que se trata se titulase de la encina, que es lo que significa la palabra catalana alsina, la llamaríamos de la alsina y no den Alsina.

ALVAREZ (calle de).

Tiene su entrada por la de San Pedro baja y su salida por la de Giralt Pellicer.

Lleva esta calle el nombre del heroico defensor de Gerona don Mariano Alvarez de Castro. El recuerdo de este jefe ilustre vivirá mientras en el mundo no sean palabras vanas y faltas de sentido

las de patria, independencia, libertad, gloria, valor y heroismo, Tan eterna como estas palabras y su significado será la memoria de Gerona y de su bizarro defensor.

Página de oro de la historia del pais es aquella en que se refiere el valor con que Gerona supo mantenerse y la fortaleza de ánimo con que dirigió su defensa su gobernador Alvarez. Para manifestar lo que hizo este desde que se encargó de su gobierno, fuera preciso copiar letra por letra la relacion de la defensa de Gerona en 1809, hecha por los que fueron sus compañeros de gloria y de peligros.

Solo haciendo una pintura del estado del pais en aquella época; solo siguiendo los pasos de los ejércitos franceses que sitiaron aqueIla plaza y dando cuenta de los terribles, repetidos y sangrientos asaltos con que en vano procuraron apoderarse de ella; solo sin perder de vista á los generales y mariscales franceses que por espacio de ocho meses hicieron desesperados esfuerzos para conseguir su objeto; solo presentando á la vista de nuestros lectores el cuadro sombrío y desgarrador que presentó Gerona desde los principios del sitio en mayo de 1809, hasta diciembre del mismo año, en que el mariscal Augereau entró á ocupar aquella ciudad convertida en un vasto cementerio; solo así es como podria darse una idea de la grandeza de alma, de la serenidad imperturbable, del valor verdaderamente heroico que manifestó durante aquel famoso sitio su hoy célebre gobernador, aquel Alvarez que al ver aproximarse los ejércitos franceses contra una plaza que no tenia sino escasamente la mitad de la guarnicion necesaria para su defensa, comenzó por dar una órden imponiendo pena de muerte á toda persona de cualquiera condicion que fuese que hablase de capitular ó de rendirse; aquel Alvarez que al mandar á un baluarte á cierto capitan y al preguntarle este cuál habia de ser el punto de retirada, le contestaba secamente: la eternidad; aquel Alvarez que al principio manifestaba deseos de sostener su plaza doble tiempo que Zaragoza, y que despues de cumplido este plazo queria que su defensa durase cuatro veces mas; aquel Alvarez, por fin, que apurados ya todos los recursos de defensa y sin esperanzas de ser socorrido por los de fuera, cuando ya la muerte era en todos inevitable, cuando en los cuerpos de guardia y por las calles se veia caer muertos de hambre á los soldados estando de centinela, cuando ya en los hospitales que no bastaban á contener los heridos y enfermos no habia ni alimentos ni medicinas, solo daba por respuesta á los que le hacian pre

TOMO I.

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sente la urgentísima necesidad de las subsistencias:-«Lo mismo es morir de hambre que en las brechas: ó pereceremos todos entre estas ruinas, ó se levantará el sitio.»>

Postrado se hallaba en cama y poco menos que moribundo el gobernador Alvarez, cuando entraron los franceses en Gerona, rendidos sus tenaces defensores por el hambre, la enfermedad y la muerte. Prisionera de guerra la guarnicion, fué conducida á Francia, lo propio que su noble gobernador, aunque gravemente enfermo. Llevado este de cárcel en cárcel, llegó hasta Narbona, pero de allí fué conducido otra vez á Cataluña y encerrado en el castilo de San Fernando de Figueras, donde le dieron por toda habitacion un reducido Y miserable cuartito en una de las cuadras de caballos. En aquel sitio murió, no faltando quien asegura que le fué dado un veneno por un oficial francés compadecido de sus sufrimientos, de su miseria y de su quebranto. Los historiadores dicen, y dicen con verdad, que la posteridad nunca llegará á concebir cómo la nacion francesa pudo en el siglo XIX tratar tan inhumanamente al hombre que por sus grandes y especiales virtudes fijaba entonces y excitará siempre el respeto y veneracion de Europa.

El capitan general don Francisco Javier de Castaños, al pasar por Figueras en 1816 mandó buscar los huesos del héroe de Gerona y los hizo enterrar con los honores debidos, mandando colocar en el calabozo donde murió una lápida para memoria eterna de don Mariano Alvarez.

Hoy los restos de este héroe de la independencia, encerrados en una modesta urna, se hallan en Gerona, en la capilla de San Narciso, que es objeto de veneracion especial por parte de los gerundenses como patron de su ciudad. El mártir de la independencia y de la patria está al pie del ara del mártir de la religion y de la fe.

ALLADA (calle de la).

Se llega á ella por la dels Carders y se sale por la dels Assahonadors.

Es el de esta calle un nombre frívolo y hasta ridículo, que debió serle aplicado sin duda por el vulgo ignorante. Corresponde en castellano á ajada ó á ajiuceyte.

Nombres como este tan mezquinos y mas ridículos aun hemos

de encontrar al citar otras calles, debiendo advertir, siquiera sea de paso, que no sucede solo esto en nuestra ciudad. En Valencia hay una calle que se llama de Cagalabraga y por el vulgo de la Cagona, en Salamanca otra que se titula de Raspagatos, y en Madrid han existido hasta hace poco las de Arrastra-culos, del Cuerno y de Enhoramala vayas.

Debe tenerse presente que la imposicion de nombres, en particular con referencia á las calles antiguas, ha sido las mas de las veces debida á un hecho privado é insignificante, á la pura casualidad ó al mero capricho, y á veces tambien à pasiones mezquinas y ruines.

AMALIA (calle de la).

Tiene su entrada por la de San Pablo y su salida por la de la Cera.

Púsose á esta calle cuando se abrió el nombre de la reina doña Josefa Amalia, otra de las esposas que tuvo Fernando VIII, en recuerdo de la venida de dichos regios consortes á Barcelona, donde efectuaron su entrada el 4 de diciembre de 1827 y donde fueron recibidos con entusiastas y ostentosos festejos.

Existe otra calle á la cual se entra por la de San Antonio Abad y se sale por la misma de la Cera, que lleva el mismo nombre que esta de que nos ocupamos. Para distinguirlas, se llama á esta otra calle pequeña de Amalia.

AMARGÓS (calle den).

Principia en la calle de Condal y termina en la de Montesion. Primeramente se habia llamado den Salavert en memoria de una distinguida familia de este apellido, y luego tomó el nombre dels Frares del sach porque en ella ó en sus inmediaciones vivieron unos frailes agustinos reformados, de la órden de la Penitencia de Jesucristo, instituto muy austero, quienes por la pobreza dé su sayal á modo de saco, fueron llamados por el vulgo frares del sach ó sea frailes del saco.

En tiempos mas modernos ha pasado á llamarse den Amargós,

sin que sepamos á qué debe atribuirse el origen de este nombre, como no sea referente á una familia de este apellido.

ANA (calle de santa).

Comienza en la rambla de los Estudios y desemboca en la plaza de Santa Ana.

Tomó su nombre de la colegiata de este título que se erigió en ella. La fábrica de este edificio comenzó á levantarse en 1141, siendo terminada en 1146, lo cual le da la respetable antigüedad de mas de siete siglos. Levantóse este edificio para los canónigos de san Agustin, quienes hubieron de abandonar su monasterio de San Pablo del Campo á causa del peligro que corrian morando en él, por las guerras de que era entonces teatro Cataluña.

Ninguna particularidad notable ofrece el templo, que hoy es una de las parroquias de Barcelona. En la capilla llamada del Sacramento se ven algunas pinturas debidas á Juncosa, pintor catalan de bastante fama, y al entrar en la iglesia, á mano izquierda, detrás de la pila de agua bendita, hállase el sepulcro del ilustre catalan don Miguel de Boera que asistió como jefe superior á las conquistas de Trípoli, Bujía, Oran y Masalchebir, y que fué nombrado general de las galeras de España por Carlos V, habiendo tomado parte ya anteriormente como general en la batalla de Ravena en la época de Fernando el católico.

Junto á esta iglesia, pero mas moderno que ella, se ve un hermoso claustro de pintoresca y poética perspectiva. Al otro lado del claustro se alzaba el edificio de la antigua colegiata, en uno de cuyos salones celebró el rey Fernando el católico las Cortes de 1493. Hoy solo quedan algunas ruinas en aquel sitio.

ANA (calle de santa).

Al fin de la calle anterior se halla la plaza de Santa Ana, en la cual desembocan, á mas de la indicada, las dels Archs, Capellanes, Gobernador, Montesion, Condal, puerta del Angel, Tripó, Canuda y Cucurulla.

Existian en esta plaza, no hace aun muchos años, grandes é in

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