Pues que tus negociaciones Y grandes ocupaciones Te dexan poco reposo Aun para lo nescesario Quanto mas para seguir Poniendo fin al probemio Desde agora ten atentos PRINCIPIA LA FABLA. ¡Ó tá, en amor hermano Non lo despiendas en vano; En esta mar alterada La rueda quand presto gira Si desto quieres enxemplos, El grand pueblo de Sydonia, Y sus triunfos tornados Pues sy miras las estorias De los godos y espanos, Transitoria como llama Sy quieres de mas acerca En la su fermosa cerca, En la qual aun fallarás ¡Quiera Dios cerrando aquellas Non dar más! Que tú mismo viste muchos Con pequeños aguaduchos. Es un muy feble metal De vedrio. Pues tú non te fies ya Todo te fallesçerá. Que los tus grandes amigos, Con fauor Te serán con disfauor Que los bienes de fortuna En este punto fallesce El efecto. De los que van por las calles De quanto tengas que dalles. Te seguian, En pronto te dexarian Bien asy como dexaron Todos le desmanpararon. Pues fazer deues con mando Tales obras, Que no temas las soçobras No mandando. El alcalde cada enero Ca teme lo venidero. Nunca duermas, nó, seguro En el tienpo que prestado En aquello que deuieres, Aun al mucho poderoso, El barco que muchos reman Á muchos ha de traer, Asy bien ha de tener El que con su gran poder O por no será lo menos Para lo qual los mayores Los librantes non con vicio Te persiguen. Á los que has de librar, Á bestias y caualleros Ser yguales. Que tú seyendo ynorante De lo tal, como lo creo, Que bien e mal se pesase Que castiga los cohechos Que sabrás que son mayores Que sus tributos e pechos. E á ti todas las gentes Bendirán ; Á lo menos no dirán Que lo consientes. Desta forma cobrarás Mundana veniuolencia, Mas con mayor diligencia De la diuinal esencia, A quella procurarás Que en respecto del çeleste Consistorio, Es un sueño transitorio Lo terrestre. Que los más más sublimados E temidos son temientes, E los en fuerça valientes, Ya fueron dellas menguados. E non duran mas que rosas Con eladas. Alixandre fué señor Pues no gastes tu biuir Y mesclando á estos tales El themor de los tormentos En seruir á Dios trabaja, Echa cobdiçias atrás, Por cobrar Lo que tiene de fincar Á su dueño. Este dueño que te digo Es el mundo, con quien tienes, Al qual sy sigues, aberes Te dará ; Pero quitártelos ha Desta trabajosa vida De miserias toda llena, En que reposo syn pena Ni jamas un ora buena Tú puedes aver conplida, No es al sino deseo Su cimiento, Su fin arrepentimiento Pues sy son perecederos, Y tan caducos y vanos, Los tales bienes mundanos, Que so los grandes estados E riquesas, Fártas fallarás tristesas E cuydados. Que vestiduras netas Mira los enperadores, Que padesçen, Que con sus vidas perescen Sus renonbres. Que quanto mayores tierras Tienen e maserias, Más ynmensas agonías Sostienen noches e dias Con labrantes e con guerras. El que dixo lo seguiente «¡ Ó joya de grand valia, Quien te bien considerase Y tus trabaxos pensase, Non son, no, desaforrados Pues mira los cardenales, Arcobispos y perlados, No más bien aventurados Son, ni ménos congustiados, Que los sinples menestrales. Que sobre sus mantonadas Mucho largas Portan grandissimas cargas Y pesadas. Los fauoridos priuados Que los remantes que tiran Que los bienes y fauores Pues el blanco comen pan Con angustias y dolores. Ygualdad, ni consintieron Pues los ricos oficiales Sy la verdad me dirás, Que fartos te vienen días, Pues tú non pongas amor Menos durable que fuego FYN. E no fundes tu morada Sobre tan feble cimiento; Mas elige con grand tiento Otro fyrme fundamiento De mas eterna durada Queste mundo falaguero, Es sin dubda ; Porque más presto se muda Que Febrero. 487. Cancionero. MS.-70 ps. ds.-letra de principios del siglo XVI. Compré este Cancionero en Sevilla con otros libros de la librería de un difunto ex-colegial de maese Rodrigo; y ahora (7 Enero 1836) me le encuentro en Madrid, entre los libros de D. Manuel María Gamez, señalado en el catálogo de su librería, núm. 357, con esta nota al frente, puesta de su puño: «Anónimo. Cancionero, MS. letra de Tortis. Hay muchas poesías que no están ni en el Cancionero general, ni en ningun otro libro impreso; v. g. en el Triunfo de Amor traducido por Alvar Gomez, hay en este Cancionero 132 estrofas más que en el de la Diana de Montemayor (Madrid, 1622, 8.o) que viene á ser casi un doble: pues el de dicha edicion no tiene más que 176 estrofas, y el de este Cancionero tiene 308 estrofas. Y así de lo demas. >> La substancia de esta nota está sacada de un cuaderno de observaciones que acompañaba á este mi Cancionero; el cual ha desaparecido con casi otro tanto volúmen como el que el ejemplar tiene al presente. Su actual contenido es: Coplas de ay panadera. (f. 1-4). Un miércoles que partiera... El Triunfo de Amor, de Francisco Petrarca, traducido por Álvar Gomez, en Guadalajara. (f. 5-16). Empieza : Al tiempo que en mi profía... Una especie de «Lamentacion» que lleva intercalados algunos versos italianos de Petrarca (f. 17-25). Empieza : La estrella de Citerea En mi triste nacimiento Ha emfluido, Para que en cuanto yo vea Semejanza de mi mat Ya es posible; Mas sacarlo al natural 20 COPLAS DE AY PANADERA! Un miércoles que partiera El principe don Henrique Á buscar algun buen pique Para su espada ropera, Y salió sin otra espera De Olmedo, tan gran compañia, Al puesto se retrujera, El Rey, de que aquesto viera, Como el príncipe venia En cátreda de madera Que le haria subir Al cielo sin escalera. Por más seguro escojiera Mas tan gran pavor cojiera En ver huir labradores, Con lengua brava parlera, Con costumbre vocinglera, En el real la cibera. Tomando yegua lijera Con maña sotil artera. Y magüer Diez que allí era, El mismo lo resolviera. Su bondad no encubierta Magüer de malla y gorguera Si le cumplia pelear Por guarecer á la vera, |