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El fuése su vía, dexó nos con duelo,
Con mucha manzilla todos denegridos
De lágrimas vivas cobrimos el suelo.
A Dios enojaban nuestros alaridos:
Cóma de las uvas de su majuelo.
¿Qué le aprovechan voces nin ruidos?
Esto conturbado mucho mas que suelo,
Quando tales cosas oyen mis oidos.

Mi tiempo se gasta de noche é de dia,
Ordiendo una tela de muy mala trama,
Forzando é faciendo mucha robería,
A buenas personas dañando su fama.
Quien sobre mal pleito trabaja é porfía,
Nunca buena fruta sale de tal rama.
Pensando en las obras que fiz todavía
Non sé qué responda á Dios, si me llama.

ÚLTIMA.

Assí desta guisa mi corazon llora
E arde en llama que yace ascondida,
Que mis obras tales fueron fasta agora,
Onde la mi alma está mal traida.
Será venturoso quien á Dios adora:
Assi lo propongo facer en mi vida
Con buenas emiendas, temiendo la ora
Quando mandáre tañer de acogida.

Por conexion con el antecedente, y porque nuestra crónica quede mas ilustrada en esta parte, agregaré otros dos llantos hechos al mismo tiempo por la muerte de nuestro Rey D. Enrique III, que tambien se incluyen por Fernan Martinez de Búrgos en dicha su coleccion, con los epígrafes que pongo à la letra.

DECIR QUE FIZO Fr. Miguel, de la óRDEN DE SANT JERÓNIMO, CAPELLAN DEL HONRADO OBISPO DE SEGOVIA DON JUAN DE OTERDESILLAS, QUANDO FINÓ EL REY DON ENRRIQUE III EN TOLEDO, EL QUAL DECIR ES MUY BIEN FECHO É ASAZ FUNDADO SE

GUN LO REQUERIA EL ACTO SOBRE QUE ES FUNDADO.

Al grand Padre Santo é á los Cardenales,
Arzobispos, Obispos é Arcedianos,
E á los Patriarcas, é Colegiales,
Deanes, Cabildos, é otros cercanos,
A Fraires é Monges é los Ermitaños,
A Sabios letrados, Doctores agudos,
Poetas, Maestros, tambien á los rudos,
A ricos, á pobres, enfermos é sanos.

A todo el mundo en universal,
A Emperadores, é Reys, Infantes,
A Duques é Condes, Linaje Real,
Maestres, Cabdillos, é mas dominantes,
Alcaldes, Merinos é Jueces estantes,
Mayores, menores, que me oirán;
A todos los omes que son é serán,
Oid la mi carta, é sed muy pesantes.

De mi Don Enrrique non Rey de Castilla,
Nin Rey de Leon, nin Rey de Toledo,
Nin Rey de Gallizia, nin Rey de Sevilla,
Pues Rey nin Señor llamarme non puedo:
A todos los dichos invío grand miedo,
Terror é espanto: Sabed por salud,

Que preso de muerte en un ataud
Yago en Toledo á mi pesar quedo.

A todos escribo la mi grand querella
Dolor é quebranto é mi descompuesto.
El reluciente lanzó la centella

De su grand altura poniendo requesto.
Assí que del todo me veo dispuesto (1)
De honras, poderes, é bienes, tesoros,
Christianos, judíos, paganos, é moros;
Ved si podedes vengar mi denuesto.

De mi señorío, que es ya pasado, Segund todos vistes, vos maravillad, Que fué tan temido, servido, é famado, E que logar ovo tambien lo pensad. Agora en la fiesta de la Navidad De todo perdido posiéronme á robo. Quien fueron é quales sabed, que los trobo. Es cosa terrible; mas vos escuchad.

Mi fijo Don Juan, que es de mis lomos,
Alzóseme luego é puso pendon.
Ved que mundo malo; catad lo que somos !
Cercóme el Infante con grand turbacion.
Los Condes é Grandes de un corazon
Con toda Toledo fecieron un lecho,

Despues un arcaz angosto é estrecho,
Á dó me encerraron de fuerte presion.

(1) Lée depuesto.-F.

TOMO XX.

35

Los mis Privados é mis Consejeros
Dejáronme solo, é vánse uno á uno:
Los mis Secretarios, é mis Camareros
De mí no han cura tambien de consuno;
Los nobles Donceles non cura ninguno
De me visitar de pan nin de vino;
Mas róbanme todos é van su camino
É finco yo solo, é del todo ayuno.

El mi grand tesoro ya non aprovecha
Que ove abarrido por toda España (1):
Antes por cierto el Drago, que asecha
La plata é el oro, muy mucho me daña:
ya non me valen las artes é maña,

É

Nin fuerza de armas, valientes,

Nin ricos, nin sabios, nin propios parientes,
Falagos, nin ruegos, mansedat nin saña.

Es mi querella que vos me valades
En tantos peligros é desaguisados,
Segund que por otros vos bien trabajades,
Faced ora tanto por mí ayuntados:
Que yo salir pueda d'entre finados,
É tornat me vivo asi á desora

É nunca mas muera despues nin agora;
Mas ser ya non puede por vuestros pecados.

Por ende, Señores, vos ya non podedes

(1) A vista de esto y de otras reflexiones con razon se puede tener por fábula lo que se cuenta de que en Búrgos no tuvo para cenar. Véase Berganza, tom. 2, pág. 219.-F.

Doler de mi muerte, pues otros morieron
Mas grandes, mas altos, segund oiredes;
Mas ricos, mas fuertes sobre cuantos fueron
Probados en armas, que siempre vencieron;
É otros mui sabios Poetas, Maestros,
Filósofos grandes, sotiles, mui prestos,
Que todos á mi muerte forzada vinieron.

Aquel noble César de mui grand imperio, É César Augusto, el fuerte Trajano, Pompeo, é Claudio, Julio, é Tiberio, El buen Costantino, é Ottaviano, Tito el noble é Vaspasiano,

É otros mui altos potentes é ricos,

Decid si murieron mas grandes, mas chicos. Sus padres, sus fijos tambien Adriano.

El grand Alexandre que puso conquista

Por todo el mundo é toda nascion,
Troylo é Darío, el grand agonista,
Menelao, Priamo é Agamenon ;
Tyndaro é Pyrro, Saul, Salomon,

De todos aquestos, decidme, qué es dellos?
Si viven ó mueren por mí ó por ellos,
De aquesta pregunta vos fago mencion.

Aquel grand Ercoles famado guerrero
Ulixes, Achiles, é Diomedes,
Don Etor, é Páris el buen caballero,
Oreste, Dardán, é Palamedes,

Eneas, Apolo, Amadis, aprés

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