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hasta que á principios de agosto de 1631, á muchas instancias que hizo con S. M. pudo alcanzar le concediese la total jubilacion para retirarse á morir á su casa; como se verificó en el dia 9 de mayo de 1636, en edad de 89 años, pues habia nacido en la Coruña el de 1547, siendo allí su padre oidor. Yace con él y su abuelo el doctor Palacios en su capilla de Santa Ana de la parroquia de la Antigua de esta ciudad de Valladolid, en un sepulcro levantado al medio de la pared del lado de la epístola, que tiene por delante la inscripcion siguiente, puesta por su nieto el primer conde de Cancelada.

Esta capilla es de D. Gregorio de Tovar, conde de Cancelada, marqués de Castro de Torres, caballero y trece de la órden de Santiago, que la renovó y adornó. Yacen en ella D. Tomás de Tovar, caballero del órden de Santiago, gobernador de la ciudad de Zamora, su padre, y su abuelo D. Gregorio de Tovar, caballero del órden de Santiago, que fué del Consejo de S. M. en el Real de Ordenes, y otros ascendientes.

Ahora se verá como no en vano, aunque con molestia á medias, mia y del lector, he puesto aquí tan por extenso estas memorias de los cuatro excelentes letrados Lopez, Palacios y Tovares; dos de los cuales, á lo menos el primero y último, tienen parte muy principal en la oracion; y los otros dos aunque no escritores públicos, como que han servido á unirlos y enlazarlos entre sí para esta relacion; esto lo uno. Lo otro, porque debiéndose Jas mas de ellas á apuntamientos que dejó de sí y de su padre y abuelos el mismo D. Gregorio de Tovar, aunque tumultuariamente como le vinieron á la memoria, los cuales yo he arreglado intercalándolos con otros de mi cosecha propia, y poniéndolos todos por metodo y órden, era

justo, ahora que se logra proporcion, no dejarlos en su antiguo silencio expuestos á perecer, si los reservase para mi obra de los jurisconsultos españoles, cuya publicacion tal vez no alcanzarán mis dias; y sobre todo, porque es tambien últimamente puesto en razon que ellos luzcan á beneficio de quien y por quienes se nos dejaron.

hilo

Volviendo, pues, desde tan gran paréntesis á tomar el para continuar en el asunto principal del Sr. Galindez, el señor licenciado Gregorio de Tovar nos dice en estos apuntamientos haber sido el Indice de las Partidas de su santo abuelo (así le llama) el Sr. Gregorio Lopez, el cual tuvo concluido para que saliese, como se verificó, con la tercera impresion de aquellas y su glosa, hecha en Salamanca de órden de su padre el Dr. Tomás de Tovar año 1576, por Domingo Portonariis, quedando desde entónces constante toda la obra de 4 volúmenes, siendo ántes de solos 3 las Partidas sin el índice; y aquellos tres tomos tasados en ocho ducados, que con tres de valor que se dió ahora al índice por el Consejo, dejaron puesto en once el total costo de la obra para el comprador. Empezó á hacerle hácia el año 1573, estando estudiando en el convento de la Armedilla, tierra de Cuellar, á siete leguas de esta ciudad, con el licenciado Bernardo Matienzo, hijo de Valladolid, y del relator Matienzo, que tan copiosamente glosó el lib. 5 de la Recopilacion; á cuyo frondoso y solitario sitio solian á la sazon retirarse los que deseaban aprovechar y no perder el tiempo, como ahora, en las distracciones bulliciosas de la ciudad. Allí habian estudiado su padre el Dr. Tovar, y su tio el licenciado Antonio de Isla: allí tambien el licenciado Pedrosa, su compañero, que llegó á ser del Consejo y del hábito de Santiago. Y en aquel retiro, en fin, se habian hecho hombres

otros muchos, que al mismo tiempo morigeraban sus costumbres y las componian á vista del ejemplo de aquellos santos monjes.

Continuóle despues que se vino de allí á Valladolid, é inmediatamente en Salamanca, adonde de aquí pasó á calificarse en los estudios, aplicándose tanto, que incidió en algunas enfermedades por las grandes tareas; de modo que él le tuvo acabado el año dicho 1576, para que no hiciese falta al lado de la tercera edicion de las Partidas y glosa de su abuelo, cuyo trabajo miraba á aliviar, habiéndose observado por el poco consumo de ejemplares de la primera y segunda de 1555 y 1565, que fueron en la misma célebre oficina regentándola Andrea, padre de Domingo, que muchos, aterrados de la difusion del texto y glosa, no se internaban en obra tan esencial; y que otros ni aun la compraban por faltarla el alivio de un repertorio de materias. Esto fué lo primero que sienta le movió á hacerle; como quiera que dice que cuando presertó un ejemplar al Sr. D. Antonio de Padilla Meneses, presidente del Consejo de Ordenes, aunque se le alabó mucho por el trabajo y acierto que á sí tocaba, le opuso el reparo de que con aquello ya nadie estudiaria las Partidas por dentro. Lo segundo que expresa le movió, fué el captar opinion y quedar él tambien impuesto, porque el que viese tal obra, de necesidad habia de decir que habia estudiado mucho, y á lo menos que sabia las Partidas y glosa de su abuelo, que es casi toda la jurispru dencia. Y lo tercero la aficion que siempre tuvo á cosas de su santo abuelo, el cual tambien le queria á él mucho, y cuando fué bautizado, le hizo poner su propio nombre; y despues en ocasion de retirarse de Valladolid y plaza del Consejo de Indias á su patria Guadalupe á gozar la ju

bilacion que S. M. le concedió (que debió ser en 1556) cuando él solo tenia nueve años, le llevó en su compañía y tuvo allá como unos tres años estudiando la gramática, hasta que con sus enredos de muchacho y poca aplicacion llegó á hacerse fastidioso á su tio el clérigo y licenciado Diego Lopez Pizarro, como era un carácter serio, y este le hizo devolver á su casa de Valladolid á que aquí le domasen. Con estas advertencias ya no habrá motivo á confundir, como muchos lo han hecho, al nieto autor del repertorio, con el abuelo corrector de las Partidas y autor de las glosas, por no advertir que, aunque de un mismo nombre, fueron sugetos diferentes.

El Sr. Gregorio Lopez con noticia ó sin ella del igual trabajo que sobre las Partidas habia dejado hecho el señor Galindez Carvajal mas de diez ó doce años ántes, y debia parar en poder de sus hijos (aunque yo me inclino á que un hombre tan piadoso no la tendria, pues afirma haber evacuado el suyo nullo humano adjutorio concurrente (1), estaba ya muy dentro de esta obra el dia 24 de julio de 1544, cuya fecha pone en la glosa á la 1. 5, título 14 de la Partida 1.a, y en la misma cita una ley dada el año anterior para las Indias; podemos inferir la empezó en dicho año 1544. Y viene bien esta cuenta, porque entonces se hallaban la Corte y los Consejos en esta ciudad, como se ve por el cronista Antonio de Herrera en la Histor. de Indias, decad. 7, lib. 9, cap. 13, donde dice, que el año siguiente 1545 se volvieron á Madrid, sin embargo es aquí de notar, como una de las noticias mas circunstanciadas de esta célebre obra, que toda ella la trabajó el Sr. Gregorio Lopez en Valladolid, en el re

(4) Ley 19, tit. 1, Partid. 1, glos. 3.

tiro de la frondosa ribera y casa de campo de su yerno el Dr. Tomás de Tovar, de que dejamos hecha descripcion, de lo que ahora hace 25 años alcancé yo tradicion entre los letrados viejos de Valladolid; pero despues he encontrado documento por donde se califica, y mereciera le hubiese permanente en aquel sitio (aunque ya raso y desmantelado) eregida en piedra ó bronce duradero que le testificase á la posteridad para perpetua memoria del suceso, honor del autor y su familia, y aun gloria de Valladolid, que tuvo esta fortuna, pues si logró Sevilla la de haber sido el tálamo donde se engendraron y salieron á luz tan insignes leyes, nuestra ciudad consigue la de que se hubiesen reengendrado y vuelto á producir en ella, restituidas á su candor nativo, despues de haber corrido desfiguradas por espacio de casi trescientos años; y no ahora con resistencia del reino como entónces, sino con general aceptacion y complacencia de todos los súbditos, y la autoridad legislativa que á esa

sazon no tuvieron.

El señor Gregorio Lopez fué continuando en su trabajo sin ofrecérsele contradiccion, hasta que le tuvo concluido, y empezó á revolverse para sacar el privilegio para imprimirle. Entonces salió por una parte el Reino junto en Córtes, y por otra la representacion de los hijos y herederos del doctor Galindez, haciendo presente aquel, por su petic. 109 de las Córtes de Madrid de 1552, á su Rey el señor Emperador Cárlos V: "Otrosí las leyes de << la Partida están con diferentes letras, et ansi hay en <<< ellas diversos entendimientos: y el Dr. Carvajal, que « fué del vuestro Consejo tiene (el Reino) entendido las <«<enmendó y lo mesmo ha hecho el licenciado Gregorio « Lopez, del vuestro Consejo de Indias y otros muchos

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