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formalidad en las Vidas de nuestros famosos jurisconsultos, alargándonos Dios la nuestra para verlas publicadas. En efecto, el licenciado Gregorio Lopez, nombre desde entónces fausto y célebre en el foro, apellidado no de Tovar ni de Palacios, como respectivamente publicaron D. Nicolás Antonio, y el marqués de Mondejar (1) sino de Valenzuela, como con mas acierto escribió el P. Basilio Varen de Soto en su Adicion á las vidas de los Césares de Pedro Mexía (2), nació en la Puebla de Guadalupe, aunque de padres andaluces: sus nombres Alonso Lopez de Valenzuela, natural de Baeza (de los Valenzuelas de la familia ilustre) y Doña Lucía Sanchez de la Cuadra ó Cuadros, nacida en Ubeda, donde casaron, los cuales con motivo de tener ella en el famoso convento de Padres Gerónimos de Guadalupe un hermano religioso, que llegó á ser prior por unos nueve años, llamado Fr. Juan de Sirvela (apellido que le dió el accidente de haber hecho sus estudios en la villa de este nombre) se vinieron á vivir á dicha Puebla por disfrutar el favor que les podia proporcionar un prelado de tanto manejo sobre los bienes de su comunidad. El licenciado Gregorio Lopez, que como queda dicho nació allí, fué puesto á los estudios por el tio, y enviado á Salamanca, donde por doce años continuos estudió principalmente los derechos, y obtuvo el grado de licenciado en leyes. De ahí todavía harto jóven, aunque con bastantes muestras de adelantamiento, le sacó dicho su tio para alcalde mayor de la misma Puebla de Guadalupe; y de aquí para gobernador de los estados del duque de Bejar, quien, conocidos su buen ta

(4) Don Nicolás Antonio, Biblioth. Nov., tom. 1, pág. 416. Mondejar, Memor. de D. Alonso el Sabio, lib. 7, cap. 4, pág. 443. (2) Pág. 629, col. 2, edic. de Madrid, año 1655.

lento y estudios, le destinó á la chancillería de Granada por agente, director y defensor de un gravísimo pleito, que á la sazon y desde el año 1518 seguia en ella con la imperial ciudad de Toledo sobre el dominio y pertenencia de los lugares Puebla de Alcocér, Herrera, Fuenlabrada, Villaharta, Helechosa y sus términos, montes, jurisdiccion y señorío, los cuales la ciudad pretendia pertenecerle á título de haber sido en otro tiempo aldeas suyas, y haberse arrancado las mercedes en época de alteraciones y bullicios civiles del reino.

Y en aquella chancillería escribió por el Duque una doctísima y muy larga alegacion en latin que he visto, conducente tambien para la ilustracion de varios puntos curiosos de la historia del Rey D. Juan II, en cuyo tiempo fueron hechas las mercedes de los tales lugares á los antecesores del Duque, y movidas varias alteraciones funestas en Toledo, que entraban en consideracion en el proceso. Pero como la vista y determinacion de este se dilatase, sus amigos del licenciado Gregorio Lopez, que conocian bien su buen labio, literatura y aptitud, le aconsejaron se detuviese en Granada y ejerciese allí la abogacía, cuyo dictámen abrazó y fué el que le trajo toda su fortuna, porque desempeñándose con el mayor lucimiento, adquirió no solo mucha fama, sino crecidos intereses.

Llegó aquella á noticia del Emperador Carlos V, ó bien fué política muy refinada de su ministerio para quitar al Duque un tan importante defensor, y le destinó con plaza de oidor á la Real chancillería de esta ciudad de Valladolid (1), donde lo era por los años 1539; y por al

(1) El mismo en gloss. 4, ad leg. 43, tit. 13, Part. 2 ibi: dubitari tamen vidi in Regali Cancelleria: et gloss. ad leg. 12 et 13, tit 4, ead. Partit.

gunos papelitos de su mano que dejó dentro de las informaciones en derecho, que se le dieron como á uno de los jueces en pleitos de entidad, he visto el cuidado que ponia en estudiarlos á fondo y cumplir con su obligacion. De aquí se le promovió á fiscal del Consejo de Castilla, y de ese ascenso al de oidor del Consejo de Indias, donde él mismo dice (1) logró por compañero al docto y pio obispo de Calahorra D. Juan Bernal Diaz de Luco, comparable, á mi ver, por su austeridad, virtud y sabiduría á aquellos antiguos venerables padres de Nicea. Estando en este Consejo el Sr. Gregorio Lopez, formó la Coleccion de ordenanzas para el gobierno de los reinos de Indias, de que hace mencion en las Partidas, y refirió tambien Pinelo (2); y como decano que llegó á ser en él, hizo de presidente en algunas vacantes, y asistia al mismo tiempo de órden del Rey en los tribunales de Inquisicion, Cruzada y Poblacion. Pero en su vejez, llegando ya á cansarse, se determinó á dejarlo todo, y con licencia de S. M. se retiró á bien morir á su patria, dándosele allí todos los gajes y salarios, como si estuviera en plaza viva. En aquel retiro se portaba con grande piedad y parsimonia. Trazó sus rentas y sueldos en tres partes: una para su gasto ordinario y reparos de haciendas: otra para casas huérfanas, como quien se habia hallado en junta de poblacion y sabia muy bien las miserias de esta clase y cuantos matrimonios se perdian por falta de dotaciones; y la tercera para limosnas á la mano á los muchos pobres de que siempre ha abundado aquel ingrato pais. Sin embargo, le faltaba la paz consigo mismo: no

(1) Don Nicolas Antonio, Biblioth. Nov., tom. 1, pág. 417. (2) Gloss. 3. ad. leg. 1, tit. 9, Partit. V-Pinel. Epitom. de la Biblioth. Occident. tom. 2.o, col. 827 y 828.

se hallaba sin negocios un hombre tan hecho á ellos; y habiéndose entendido en la corte esto mismo donde tam. bien se echaba menos un magistrado de tantos años de experiencia y conocimiento profundo en los negocios, especialmente los de Indias, que no eran á la sazon para jóvenes, mas bien acordado el Sr. Felipe II, le envió cédula nombrándole por Presidente de aquel Consejo.

Pero esta gracia llegó á Guadalupe cuando ya estaba en dias de implorar mas bien la divina que la suya. Dentro de pocos murió (lo que hasta ahora nadie nos habia dicho) dia lunes 1.o de abril de 1560, de una edad muy adulta, habiendo ántes otorgado un testamento muy piadoso, dejando por herederos á los hijos que le vivian, y por testamentarios al licenciado Diego Lopez Pizarro uno de ellos, el que escribió sobre S. Mateo y contra los censos el tratado que el padre cita y he visto impreso en Medina del Campo en casa de Guillelmo de Millis, año de 1551 (1), y sus dos yernos el Dr. D. Tomás de To

(4) Porque D. Nicolás Autonio mostró tratando de él y su padre, tom. 1, pág. 238, col. 1. y 417, no haber visto este rarísimo libro, yo que he tenido la proporcion no solo de verle, sino de leerle de dicha impresion, copiaré aquí la portada. Compónese de 38 folios no numerados, y dice su título: "Tratado sobre los <«< censos-Tractado muy necesario y provechoso á las conscien<«< cias sobre los censos al quitar et otros; con las glosas de las ex<< travagantes de los Pontifices Martino V, y Calisto III, nueva<< mente hecho por el licenciado Diego Pizarro, clérigo de la Puebla de Guadalupe, visto por el Ilmo. y Revmo. Arzobipo de Toledo « et su Consejo. Véndese en Medina del Campo en casa de Guillelmo «de Millis 1551. Dedicalo al Revmo. Sr. Prior de Guadalupe." Y en la plana 4. despues de la dedicatoria propone el tema " Orde«nanza decha por el muy Rdo. Sr. Prior del monasterio de Nues<< tra Señora Santa María de Guadalupe, en la cual se contienen las << condiciones, con que se deben hacer los contratos de censo al

var, fiscal del Crímen en la chancillería de Valladolid, y D. Gabriel de Orellana, caballero muy noble de Trujillo, octavo Señor de la Villa de Orellana, de mas de seis mil ducados de renta por entonces, y encargadas varias obras pias y donaciones de misas por su alma, la de su muger é hijos predifuntos, que todo se cumplió puntual y exactamente por la buena diligencia del licenciado Pizarro, su hijo clérigo, varon sencillo y no menos pio que docto, el cual despues murió en Roma malamente engañado y despojado de sus bienes por otro clérigo Pizarro, tuno, que se le afectó pariente, siendo solo un curial valientemente impuesto en trapacerías romanescas, quien le bizó firmar cierto fideicomiso para capellanías y misas, y diciéndolas él en una sola, se lo comió todo. El

«quitar para que sean sin ofensa de Ntro. Señor: las cuales con«<diciones se sacaron en sustancia de estas extravagantes de los << pontifices Martino V y Calisto III." Las pone en romance con dichas condiciones, y las va glosando en latin. Alabáronle su mismo padre en la glosa á las Partidas que imprimió cuatro años despues ad leg. penult., tit. 8, Partid. 5.", y el Feliciano de Solis, de Censib., lib. 1, cap. 9, núm. 12, y lib. 5, cap. 8, núm. 7. Su sobrino el licenciado Gregorio de Tovar en un apuntamiento dejó escrito lo siguiente: "El licenciado Diego Lopez Pizarro fué clérigo, y murió en la ciudad de Roma. Fué licenciado en leyes y dejó este estudio y dióse á Theulogía y escribió un libro sobre San Matheo. Fué gran christiano y deseó quitar los censos al quitar, tan usados en toda España, y para esto vino á alcanzar un propio motu del papa Pio V, y en andarse en esto, consumió casi toda su hacienda." Y con la que le quedó dice el chasco que le pasó con aquel mal clérigo curial, tambien Pizarro, su afectado pariente. Vuelvo á decir que D. Nicolás Antonio en los lugares citados, mostró no haber visto interiormente este libro, aunque acertó en el año de la edicion; de uno hizo tres, y no procedió consiguiente así mismo. El Sr. Gregorio Lopez en la cita que hace del libro de su hijo al fin, gloss. 3, leg. 28, tit. 8, Part. 5, le reconoce vir timo ̈a'a conscientiæ cupiens salutem fidelium, etc.

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