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nos surtido, menos fértil y apacible para las musas que el salmaticense con su Tormes; en lo que no dudo habrán procedido con la pasion que es consiguiente. Porque á lo que hemos visto por todo este discurso, mientras duraron las escuelas, y aun despues que acabaron, no sabemos cantasen menos sonoras las camenas de las orillas del Carrion, que las del Tormes. Dejémoslas iguales por no ofender á nadie, abandonando ridículas comparaciones, que jamás se han podido cuadrar exactamente, por bien que trabajase la regla y el compás, y confesemos que el pais de las letras es el pais de todo el mundo, donde quiera que haya hombres, haya talentos, haya aplicacion, premio para los estudios, buena educacion, buenos maestros, buen método de estudios, se disminuya mucho el plebiscito, y se remuevan otros terribles obstáculos. Dame todo esto y te daré literatura en el pais de las Batuecas. Salamanca misma ha tenido elevacion y decadencia á medida que han influido mas é menos estas causas. ¿Quién lo ignorará? Lo mismo ha sucedido en todas partes, sin que los aires, las aguas, el suelo, el cielo, las estrellas, los víveres, lo hayan podido remediar (1). Lo demás es gobernarlo por los meteoros de Aristóteles, que dudo que San Fernando hubiese estudiado.

Ultimamente, porque demos ya absuelto á nuestros lectores en una materia que les habrá sido tan molesta, el viajero D. Antonio Ponz, ya difunto, secretario que

(1) Quanta hominum millia fuisse credamus, qui ct Athenis nati et temporibus Socratis, indocti tamen ac stulti fuerunt? Non enim aut parietes aut locus, in quo quisque est effusus ex utero, conciliat homini sapientiam-Lectant. Divinar. Institution., lib. 3, capitulo 19.

fué de la Real Academia de San Fernando é individuo de otros cuerpos literarios, en el tomo 14 de su Viaje de España, que publicó en Madrid año 1783, carta 6., número 47, pág. 192, es el último que nos ha vuelto á atestar que habiendo heredado San Fernando los rei«nos de Castilla y Leon deshizo la universidad que habia <«< fundado en Palencia el Rey de Castilla D. Alonso VIII, <«< su abuelo materno, é incorporó aquellos estudios con « los de Salamanca." Y eso que cita en plana inmediata el ms. de Chacon, donde tenia lo contrario. Si así se escribe en los decantados dias de la crítica, y por los críticos mas relamidos y mas remirados, ya no hay derecho de hablar de nuestros viejos ramplones.

Tenemos concluida la lista que prometimos de autores tradicionarios acerca de la emigracion de las escuelas palentinas á Salamanca. Falta ahora establezcamos otra de los que han impugnado á estos, y comprueban nuestro dictámen de que jamás hubo tal novedad, para que se vea como para todo hay opiniones á eleccion, y que así como se dijo no habia error que no le hubiese dicho algun filósofo, así tambien pueda decirse ahora no haber extravagancia que no se haya ofrecido á la imaginacion de alguno de nuestros historiadores.

Cierto ellos se me representan unos griegos puestos en disension, que habiendo metido el pleito á voces, han perdido el tino y ya no se entienden. De los cuales cabe muy bien decirse lo que Josefo de aquellos con elocuencia grande y mucha gracia: Quod unus quisque opinatus est, hoc studuit explanare. Unde etiam libris se invicem arguunt, et valde contraria de rebus eisdem non piget eos dicere. Sed ego videbor me potioribus esse superfluus, si explanare voluero, quantis quidem locis Hellanicus ab

Acusilao de genealogis discrepat et in quantis Hesiodum corrigit Acusilaus, aut quomodo Ephorus quidem Hellanicum in plurimis ostendit esse mendacem: Ephorum vero Timæus; Timæum qui post illum fuere; Herodotum vero cuncti (1).

AUTORES QUE HAN IMPUGNADO LA TRASLACION Á SALAMANCA, Y PUEDEN SERVIR Á CONFIRMAR MI OPINION.

Entre estos se lleva con razon la garantía el docto Pedro Chacon, el mismo maestro salmanticense, el cual en el Discurso histórico que escribió de aquella universidad el año 1569 para el informe de esta y por su encargo, despues de haber visto menudamente su archivo y notado todas las memorias que aun fuera de él pudo adquirir, se interna al asunto, desengañando de la falsa opinion, como por un artículo preliminar. "Y porque « los que hasta aquí (dice) han escrito las cosas de España, por no haber visto los privilegios de esta universidad, tienen creido que fué trasladada aquí de « Palencia, será bien desengañar de ello al principio, y << mostrar como entrambas se hicieron juntas, una en el « reino de Leon y otra en Castilla, aunque algunos tiem«pos despues la universidad de Salamanca, como la << vaca gorda del sueño de Faraon, se tragó el flaco es<«<tudio de Palencia," que es decir, que medrando aquel y desmedrando este, vino aquel á levantarse con la con

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(1) Lib. 1, adversus Appion. Alexandrin. cap. 11 et 12, pág. 278, de la edicion latina y frances à columnas. París 1569.

currencia de los dos, aunque esto no es del todo cierto, habiendo entrado á la parte Valladolid, que por la mayor proximidad de ocho leguas en comparacion de veinte y cuatro, no le haria el menor tiro, aun en igualdad con las demás circunstancias.

Es el segundo el Dr. Francisco de Pisa, historiador de Toledo, escribiendo por los años 1605, cuyo testimonio queda ya visto, debiendo tenerse aquí presente su advertencia que D. Alonso IX de Leon estableció la universidad de Salamanca, para que de su reino no tuviesen necesidad de venir á estudiar á Castilla: no porque la de Palencia, como algunos con engaño piensan, se pasase á Salamanca.

El tercero es el docto P. Juan de Pineda, jesuita, en el Memorial por la santidad de San Fernando, impreso en Sevilla año 1627, pág. 137, donde funda este dictámen, diciendo: "Y la razon así lo dicta, que no fuera

prudencia deshacer unas escuelas para fundar otras, « aunque estas sean mayores y mas generales, pues los « estudios no se fundan por el bien y honra particular « del lugar, mas por el bien comun de las personas del <«< reino, que sin grandes gastos, descomodidades, ni le« jos, tengan á mano muchos y buenos maestros." Y al márgen: "El Rey Don Fernando no deshizo la univer«<sidad de Palencia, sino el tiempo por falta de salarios, ó maestros, ó estudiantes, ó otra causa que no se << sepa." Este P. hirió la dificultad.

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De este número es tambien el docto jurisconsulto Don Alonso de Escobar y Loaysa, colegial mayor del de Cuenca en Salamanca, por su célebre tratado De Pontificia et Regia jurisdictione in studiis generalibus, publicado poco despues de su muerte á diligencia del mismo co

legio en Madrid año 1643. El cual despues que en el capítulo 8, núm. 46, y en el 11, núm. 40, siguiendo á Chacon y Gil Gonzalez ha puesto el principio de aquellos estudios por D. Alonso IX de Leon en el año 1200, y su continuacion sin aprobacion pontificia por el discurso de cincuenta y cinco años, hasta el de 1255, en que á solicitud del Rey D. Alonso el Sabio se la dió el papa Alejandro IV, sigue en el cap. 22, núm. 117, y dice así: Denique Alphonsum VIII Castellanum Regem Pallantia Studium generale erexisse constat, quod postea Ferdinandus Sanctus destrui permissit, præceptoribus stipendiis non solutis, cœlerisque universitatis juribus neglectis, et hoc, ut Academia nostra, cui impensius ipse favebat, in dies cresceret. Cita el prólogo de los estatutos de la de Salamanca y á Chacon, que como se ha visto, no dice todo lo que le atribuye. Porque es constante que S. Fernando ya que no favoreciese la palentina, y se inclinase mas á la salmanticense, no tiró á destruirla, come acaso se le imputa, no sin peligro de su crédito. Pero entre tanto este autor por de pronto ya no es del voto de la traslacion, sino del dictámen de que la palentina acabó en Palencia, sin salir de alli, que es lo que nosotros probamos.

Lo mismo el docto P. Andrés Mendo, de la extinguida religion, año 1654, escribiendo que la universidad de Palencia acabó alli collapsa; esto es, sobre sus propias ruinas de vieja y cansada por falta de reparador que le aplicase el hombro y sostuviese, pues S. Fernando se inclinó mas á favorecer la de Salamanca. Eodem tempore Alphonsus VIII Castellæ Rex aliam Academiam, quæ postmodum fuit collapsa, instituit in civitate Palentia. Y luego hablando del Santo Rey: "Et cum in Cas

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