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SEGUNDA INTERMISION DE LOS ESTUDIOS DE PALENCIA

La desgracia fué que las duró poco esa felicidad, porque faltando el Rey Noble en este último año, dia 6 de octubre, como tambien queda apuntado, con él, dice el arzobispo D. Rodrigo, se sepultaron la bizarría, la liberalidad, la cortesanía, la sabiduría y la modestia (1). Faltaron tambien sus hechuras por defecto de un brazo igualmente animado que las sostuviese. El reino en el nombre quedó en su hijo D. Enrique, casi niño de once años escasos. Pero la realidad, la persona, el mando y todo, en disposicion del ambicioso conde D. Alvaro de Lara y sus hermanos. El cual á titulo de tutor y regente, aunque en las escrituras con título mas modesto solia llamarse Procurator regni, excluida la hermana Doña Berenguela, madre de San Fernando, (entónces tambien jóven) le arrebató el gobierno y le ejerció, no sé si diga con igual imperio que improperio. Lo cierto es que él hizo quejosos á grandes y pequeños, á eclesiásticos y seculares sin distincion. Solo en eso no tuvo acepcion de personas. Al Rey de soberano le hizo pupilo, á los grandes pequeños, á los ricos pobres, á los pobres miserables, á lo sagrado profano, á lo profano latrocinio, tal es

(1) De este Rey en su juventud, dice el arzobispo, lib. 6, cap. 18. Proficiebat enim apud Deum et homines sapientia et ætate. Y á su muerte en el lib. 8, cap. 15. Sic enim strenuitas, largitas, curialitas, sapientia et modestia cum sibi ab infantia vindicarant, ut post. mortem ejus sepulta credantur omnia cum sepulto. El obispo D. Lúcas le alaba tambien (pág. 109) por su grande tino y sabiduría: Rex autem Castellæ cum esset sapientissimus, consilium suum semper sapienti committebat. Unde præ cæteris Hispaniæ Regibus feliciores habeat successus.

la pintura que viene de aquel tiempo. No habia para él hacienda que laical, que espiritual, que le disgustase, sino aquella que no poseia. Seria un dolor proseguir adelante.

Desde el principio, dice el arzobispo D. Rodrigo, testigo á todo, habia sido juramentado que no tocaria á las tercias de los diezmos eclesiásticos, como tampoco á ninguna otra renta de la iglesia, y mucho menos quitaria por su autoridad sus bienes á ningun súbdito. Pero este juramento tan sacramentado, fué el primero que él atropelló, metiéndose por todo, así temporal como espiritual con el mismo despotismo que pudiera por los celemines de sus infurciones del alfoz de Lara, hasta que por fin no quedando ya otro medio para contenerle, dió motivo á que la autoridad de la iglesia (1) librase contra él el rayo de sus armas, procediendo al último extremo de la excomunion.

Y en efecto, á mas de decirlo así el mismo Arzobispo, cuyo vicario la discernió, consta de un instrumento en cabeza del jóven Rey, su fecha en Soria á 16 de febrero de 1217 (2) en que reconociendo con grande hu

(4) Copiamos solo las palabras precisas. "Ecclesias ancillare et « decimarum tertias, quæ ad ecclesiarum fabricas pertinebant, cæpit « similiter infiscare. Sed excomunicatus à Roderico Toletano Decano, qui vices Archiepiscopi tunc gerebat, coactus fuit restituere et ju« rare ne de cætero attentaret, et Ecclesiarum homines, qui privilegiorum regalium inmunitate gaudebant, cæpit angariis et exactioa nibus subjugare." Lib. 29, cap. 4 in fin.

(2) El cual no ha sido conocido hasta ahora de nuestros historiadores; pero puede verse impreso en el Libro de Breves y Bulas Apostólicas tocantes al estado eclesiástico de España, edic. de Madrid, año 1666. Y anteriormente se habia producido en el ruidoso pleito de tercias seguido en el Consejo por su docto fiscal D. Luis Gudiel de Peralta, con los coronados de Cuenca sobre su recobro à la Corona.

mildad que ha pecado en ocupar los diezmos de las iglesias y convertir las rentas del sagrario á usos profanos, con mejor consejo, arrepentido, promete seriamente á Dios, á la Santísima Vírgen y á la Santa Madre Iglesia, que no los volverá á ocupar en adelante, ni permitirá que sus ministros los ocupen, y mucho menos inferirá por ello ni permitirá se infiera á las personas eclesiásticas fuerza, violencia, injuria ni el menor agravio.

Con esto y la temprana muerte del Rey, verificada cuatro meses despues, dia mártes 6 de junio del citado año 1217 del modo desgraciado que se ha dicho, mudó el teatro y cesaron las fatalidades. Bien que no las de las escuelas de Palencia, donde sucedió tambien la del Rey. Porque dotadas verisimilmente por su padre con las tercias que tenia temporalmente de la silla apostólica, como la renta mas pronta que entonces hallaban á la mano los pobres Reyes de aquel tiempo, en las cuales lo fueron tambien los estudios de Salamanca y Valladolid, que fundan hasta hoy en este artículo la principal gruesa de su hacienda, fué de necesidad, que ocupadas ahora por el Conde, cesasen las escuelas que se alimentaban de este nutrimento, El efecto mismo dice que la cosa pasó así. Cesando, pues, los salarios, los maestros se dispersaron, volviéndose unos á sus tierras, y pasando otros por ventura con mejores partidos á Salamanca y Valladolid, si se hallaban ya fundadas estas últimas escuelas. Y hé aquí el caso que pudo confundir para la especie equivocada de que los estudios de Palencia fueron trasladados á Salamanca y Valladolid.

Los principios del reinado siguiente del jóven S. Fernando con su madre Doña Berenguela, aunque iniciados con mejores auspicios, no fueron los mas proporcionados

para restablecer en un momento todas las quiebras pasadas. Eran muchas y pedian tiempo. Estrechaban otras necesidades. Guerras domésticas y fuera, en casa para domar á los Laras, que no querian reconocer al nuevo Rey, fuera para resistir por una parte al Leonés á quien ellos interesaron, haciendo entrar al padre contra el hijo armado por Castilla, y por otra al moro que, aprovechándose de la ocasion, se avanzaba por la frontera. Añadianse los gastos terribles del casamiento del Rey tan lejos en Alemania, en la Casa imperial con la ilustre Doña Beatriz de Suevia, que se verificó en Búrgos, despues de costosas embajadas, y del trasporte de la novia en el tercer año de su reinado, dia de S. Andrés de 1219 (1). De modo que debieron pasarse algunos años antes que el nuevo gobierno pudiese respirar y desahogarse para emprender obras de supererogacion.

SEGUNDA RESTAURACION DE ESTOS ESTUDIOS.

Entretanto se acordó el cielo de la triste Castilla y de sus desgraciadas escuelas palentinas, enviando por su restaurador el IV concilio de Valladolid de 1228, poco ha descubierto (2), cuyos padres presididos del Cardenal Legado, obispo de Sabina, Juan de Abbatis-Villa (hoy Ab

(1) Florez, Reinas Católicas, tom. 1.o, pág. 441 y siguientes, 2. edic. de 1770.

(2) En el archivo de la Santa Iglesia de Leon año 1786 por la cuidadosa diligencia de nuestro amigo el sabio continuador de la Esp. Sag. el M. Fr. Manuel Risco, quien le imprimió el año siguiente desde la pág. 213 del tom. 36 á que tuvimos la satisfaccion de haber contribuido como nos hace el honor de reconocerlo en su prólogo. La cláusula aqui copiada podrá verse allí pág. 248.

beville) vir bonus, sapiens, litteratus, como le nombra presente y de experiencia el arzobispo D. Rodrigo (1), dijeron así en la constitucion IV de la rúbrica 3.a De beneficiatis illiteralis.

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Item porque queremos tornar en so estado el es<«<tudio de Palencia, otorgamos que todos aquellos que « fueren hi maestros, et leieren de qualquier sciencia, <«<et todos aquellos que oieren hi theologia, que hayan « bien et entregamiente sos beneficios por cinco años, <«< así como se serviesen á suas Eglesias." Privilegio de ausentes por presentes, que los de Salamanca no tuvieron hasta el año 1431, en que les fué concedido por el papa Eugenio IV, en aquella su célebre Eugeniana (2).

"

Este monumento hasta ahora ignorado, pero mucho mas precioso que el oro, especialmente para interés y la gloria de Valladolid y de su iglesia, que con él cuenta ya de cierto hasta unos once concilios, sirve á confirmar no pocas cosas de las que dejamos dichas. Una la interrupcion de nuestros estudios palentinos; otra, el que estos eran generales, ó como hoy dicen universidad, pues entre las facultades de su enseñanza numera la theología y los maestros y lectores de qualquier sciencia, cuya expresion general, ninguna excluye de las que eran entónces del uso de las mayores escuelas. Y para

(1) Lib. 9, cap. 12. De cuyo sugeto podrá verse con mayor extension el Suplemento al Diccionario de Moreri, tom. 3, pág. 35, verb. Alegrin de la edicion de Paris año 1689-Fabricio en su Biblioth. med. et infim. latinit., tom. 1, pág. 1. y 4, pág. 128 de la edicion de Padua, año 1754 por el P. Mansi, le puso entre los escritores dos veces, por ambas hablaba de uno mismo. sin conocer que El antiguo Enrique de Gandavo le numera entre los escritores eclesiásticos é hizo de él capítulo particular, que es el 38, pág. 405. (2) Chacon en su Discurso, pga. 405.

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