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creyeron haber visto en ella descubierta la restauracion de los estudios, al mismo tiempo que la de la iglesia. El hecho de hallarlos luego corrientes, sin otro principio conocido ni tan verosímil, afianza mucho esta inteligencia.

Sobre la firmeza, pues, de esta sólida piedra angular, de un varon, quiero decir, tan sabio y bien disciplinado como el obispo D. Poncio, el cual siendo francés, donde se llevaba la misma disciplina, no habia de olvidar esta en Palencia, sentó el católico Príncipe el cimiento de una obra tan magestuosa y tan digna de su elevacion, superior á cuantas habian emprendido los Príncipes pasados, grata á Dios, laudable á los hombres, benéfica en gran manera á sus estados, y fecunda á la iglesia de varones insignes. ¡O! sí: ella lleva su nombre á la inmortalidad, ella le tendrá en bendicion, como no menos al instrumento y móvil de la empresa, enviado, como entónces se creyó, de la mano de Dios, para difundir sobre nuestro hemisferio un rayo de luz en dias de tanta lobreguez. Cierto parece admiracion acordarse de escuelas en aquel siglo de hierro, siglo de tinieblas, siglo de rudeza

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de barbarie, donde por todas partes amenazan los horizontes cerrados sin ráfaga de claridad. Mucha instruccion habia en el Rey, mucha en D. Poncio, en ambos mucho celo, en ambos mucha presencia de ánimo.

Y de verdad por lo que toca al ministerio de la restauracion, si son grandes los elogios que le hacia en vida y cara á cara un Príncipe tan magnánimo, aun fueron superiores los que ya difunto le ofreció el hijo D. Fernando el Magno en otro diploma del año mil cuarenta y cinco, donde ofreciéndosele hablar de él, le realzaba con este panegírico: De quibus unus fuit Præsul Pontius estrenuus

atque prudens opere, prædicator continuus more Pauli Apostoli; assiduus indesinenter dogmata Dei insinuabat omnibus prudenter; nec metuebat mortem, nec timebat viventis sortem. Ideo in prædicatione existebat potens..... Prasul fuit Ovetensis electus nobili Rege Adefonso Legionensi..... Præsul Domino et eo electus, in vaticinio subierat perfectus... Ex patria felix Præsul fuit Francorum, ubi appulsa est sagacitas Romanorum, atque praedicatio Principis Apostolorum. Ideo non defatigabatur in castigatione Christianorum, et cultu Dei perculsus, hoc est, appulsus, et ad cognitionem Dei reducens multos (1). Grande hombre debió ser este; mucho ruido es preciso hubiese hecho en Castilla por aquel tiempo con su predicacion, virtud y sabiduría, para que dos tan ilustres Príncipes, padre é hijo, se desaten de este modo en alabanzas suyas, para las cuales parece no hallan expresion, representándose mas bien pregoneros que panegiristas.

De los cuatro escritores citados, pondrémos solo el testimonio del M. Berganza, preferible entre todos por su célebre fama de anticuario, porque es el mas perspicuo, y porque propone casi en pocas cláusulas todo el plan de mi obra. Entre los sucesos, pues, de los años 1204, dice este sabio benedictino en el lugar citado: "Por este

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tiempo el Rey D. Alonso (VIII) de Castilla, habiendo « traido de Francia y Italia maestros en las facultades « literarias, erigió la universidad de Palencia, y para « que no descaeciese, señaló á los doctores muy buenos estipendios. Aunque vulgarmente se dice que el Rey

(4) Impreso por Pulgar allí pág. 81, habiendo ya puesto en la de 66 Y 67 otro del año 1059, digno de verse, porque en él vuelve el Rey D. Fernando á expresar todo lo que su padre, dirigido por el obispo D. Poncio, habia hecho en la iglesia de Palencia.

« D. Alonso el Noble (es uno mismo que el VIII) fundó dicha universidad, no se debe entender que echó los

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primeros fundamentos. Porque estos, como insinuó « D. Lúcas de Tuy, los zanjó el obispo D. Poncio, desde que el Rey D. Sancho el Mayor de Navarra reedificó la « catedral de Palencia, y se conservaron hasta el tiempo « que vamos. Santo Domingo de Guzman es claro desem

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peño de esta verdad; pues es notorio que el Santo es«tudio en las escuelas generales de Palencia, que en « ellas se graduó de maestro, y de ellas salió tan aventajado en la sagrada theología, como despues dió á en« tender en la predicacion y en las disputas que tuvo con « los hereges albigenses, como tambien la eleccion de ha<< ber sido escogido para maestro del sacro palacio.

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« A la manera que hubo en Palencia estudio general, «<le hubo tambien en las demás iglesias catedrales y en <<< los monasterios numerosos. Pero como con las guerras civiles Sque bubo en estos reinos desde que murió el Rey « D. Alonso el VI (año 1109) se entibió tanto la observan« cia canónica y monástica, y se aumentó el clericato se« cular á costa de las rentas monasteriales, se minoró « mucho el número de los monjes en los monasterios principales por la usurpacion de las rentas, y se llegaron á <«< cerrar los antiguos seminarios. El Rey D. Alonso (VIII « y Noble) reconociendo que la ciencia es una de las co<«<lumnas que mantienen los reinos, para que esta no fal« tase en el suyo, procuró establecer el estudio general << en Palencia y señalar estipendio á los maestros. Y así podemos decir que este ilustre Rey fué el primero de España que fundó escuelas generales, señalando salario « á los maestros." Hasta aquí el docto benedictino, bien enterado y con la distincion correspondiente para no con

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fundir tiempos y casos, como lo han hecho los mas. Porque una cosa es que D. Alonso VIII de Castilla haya sido el primero de nuestros soberanos que se tomase un interés particular por los estudios palentinos de su reino, trayendo maestros de fuera, aumentando cátedras, dotándolas y dándoles una ampliacion considerable; y otra muy diferente, que él haya sido el primero que los fundó, como con error han difundido los que no supieron ó no quisieron distinguir operaciones. El principio era mas antiguo, y ya se ha visto que ni aun á D. Sancho el Mayor le defe mos, en medio de que para lo que corresdefemos, pondia á las cortas facultades de su tiempo, no hizo por ventura menos que su quinto nieto Alonso VIII. En una palabra, como siempre nos hemos quejado y quejarémos, nuestros escritores han confundido los principios con los aumentos, dando por orígen el que fué progreso, por fundacion la que ampliacion. Y de este falso supuesto, admitido en la raiz, es el que traigan errada comunmente la deduccion histórica del orígen de todos nuestros estudios. Tal se lo harémos ver, con el ayuda de Dios, por todo el discurso de esta obra, y en parte hemos empezado ya con los de Valladolid, y al presente con los de Palencia.

El doctor Pulgar, á quien incumbia mas de cerca la especulacion, como historiador propio de aquella ciudad é iglesia, y uno de sus mas principales, ilustres y doctos individuos, no se contentó con esto solo. No se contentó con deducir de los diplomas de D. Sancho el Mayor, y de su hijo, y del argumento á posteriori de la continuacion de los estudios en Palencia ántes de los dias del quinto nieto Alonso VIII, dias de la literatura de Santo Domingo, la restauracion de las escuelas palentinas por Don

Sancho y el obispo D. Poncio por los años mil treinta y cuatro ó mil treinta y cinco, sino que aun excedió de ahí este hombre docto y de vasta leccion; subió al tiempo de los godos. Trajo la especie que hemos mejorado de San Fructuoso, á que de verdad él no dió toda la energía que pudiera. Y aun no parando ahí, trascendió mas allá, buscando en la primitiva disciplina de la iglesia los motivos porque restableciendo el Rey D. Sancho de acuerdo con el obispo D. Poncio, un varon tan enterado de ella, y que la veia presente en sus iglesias de Francia, la catedral de Palencia, antigua iglesia escolástica, no debiese olvidar los estudios que antes de su ruina habia mantenido por instituto. Véase pág. 32, 33, 34, 208 y 278 del cit. lib. y tom. 2.o, y ántes en el 1.o, pág. 548 y 549.

CONTINUACIÓN DE ESTOS ESTUDIOS.

Y para mí no tiene duda que restablecidas ahora estas escuelas, el mismo D. Fernando el Magno, hijo del restaurador D. Sancho, y que á imitacion de su padre concurrió tambien á los aumentos de aquella iglesia con no pocas concesiones, envió a estudiar á ellas á sus hijos. De cuyo Rey, dice el Tudense, pág. 92, que, siendo él sabio, la primera cosa que procuró fué que sus hijos litteralibus disciplinis quibus et ipse studium dederat, erudirentur. Y esto me persuado que hubiese sido en Palencia, porque lo que es el segundo D. Alonso, ya Rey VI del nombre, en un privilegio concedido á la misma iglesia y á su obispo D. Raymundo en 31 de marzo del año 1090, llama por tres veces maestro suyo á este prelado: Sancto Antonino Martyri Palentino Sedis, et ibi

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