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perdérsenos de vista en el abismo de la antigüedad, deberian apreciarla solo por esta recomendacion. Buen modo para que pensásemos entónces en anatomías en Valladolid, en la especulacion por este medio de la máquina del cuerpo humano en España, milagro de los milagros; cuando bien al contrario estábamos creyendo que nuestros mayores por este tiempo delataban como impíos á la inquisicion, como otros tantos carniceros de la humanidad, á los que aun á escondidas emprendian la diseccion de un cadáver, como en efecto hago memoria haberlo leido del célebre médico Andrés Vesalio (el primero que se puede decir sacó este arte de sus rudimentos y le puso en andadores) habiendo venido á Es-paña con el Emperador Cárlos V, de quien fué médico en Flándes y á quien dedicó su obra (4).

Gracias, pues, al cirujano Rodriguez, y gracias tambien al Dr. Bernardino Montaña por quienes ya no somos tan bárbaros en ese siglo como se nos suponia. Y sépase por ellos que cuando solo habia en Europa tres célebres teatros anatómicos, el tercero era el de nuestra ciudad. En ella se hallaba ciudadano el Dr. Bernardino, y en ella dejó su generacion. La admirable vírgen Doña Margarita de Escobar, nieta suya, fué hija de su hija Doña Margarita Montaña de Monserrate y del Dr. Diego de Escobar, abogado de la chancillería y catedrático de la universidad, á quien por este respeto será doblemente grata su memoria.

CONCLUSION DE LAS PRESENTES.

Hasta aquí me ha parecido llegar con estas Memo

(1) De humani corporis fabrica, lib. 7, cuya 2.a edicion, en Leon, año 1552, es la que tengo presente

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rias, terminándolas en el número de doce para que en todo se parezca á los doce trabajos de Hércules, á las que pongo fin en este lugar, acordándome del título de esta parte de mi obra, que es el origen de los estudios valisoletanos, no su historia. Su historia, sí, y de los muchos hombres ilustres que han producido, fuera muy conveniente se escribiese, pero por un talento igual al asunto y muy superior al mio; el cual queda con respecto á él demasiadamente lejos á una distancia extraordinaria, y cuya cortedad á mas de ser bien notoria, queda ya manifestada por esta pequeña muestra. Esto lo uno, y lo otro porque para escribirse dignamente, fueran necesarios otros auxilios que los que yo he podido proporcionarme por ahora, atento á muchas cosas y sin el descanso competente. Entre ellos indispensablemente reconocer muy bien su archivo y el de la iglesia catedral, que tanto debe darse á la mano con el asunto, por haber sido ella el orígen de estas escuelas; en los cuales es de necesidad se descubran muchas anécdotas y memorias reservadas, de que yo no he podido ser noticioso por no haberlos visto. Las pocas especies que he puesto aquí las he juntado de fuera á fuerza de leccion y observacion. Verdad es que aunque pocas, nunca se han visto así ordenadas y colocadas á un golpe de vista. Desde aquí á cualquiera será fácil proseguirlas, porque fluyen ya y se dejan ver no solo menos intrincadas, sino mas frecuentes y con un enlace seguido hasta hoy. A continuacion de los mismos estatutos hay muchas bulas, rescriptos y privilegios á que yo no he querido tocar por no ser ya de mi propósito. De mi objeto solo han sido los siglos estériles y obscuros, con el intento de allanar la proposicion de ingreso, que me propuse convencer. El que continúe, tiene ya el camino

abierto, y este mas expedito, habiéndole yo sacado de los pasos tropezosos y metido en carrera segura. A mí me deberá este alivio, y yo á él igualmente que mis lectores y á todos los bien intencionados, el que no miren tanto á la excelencia de mi trabajo, cuanto á la bondad de mi intencion. Por lo demás, siempre que se proyecte tal historia, como en efecto debiera proyectarse, porque no queden en obscuro glorias tantas, y glorias de tal género en materias de literatura, siempre preciosas y dignas de publicacion, á bien que gracias a Dios, doctores tiene la universidad de Valladolid que sabrán muy bien responder de ella, si quieren tomarla á cargo, como no querrán otra cosa, para memoria de los pasados, honor de los presentes y ejemplo de los venideros. Falta ahora que aventure yo mi juicio que tengo ofrecido sobre el orígen y principio que hayan podido tener estos estudios. Con sujecion, pues, á otro que mejor sienta, paso á exponer el siguiente.

CONJETURA ACERCA DEL ORIGEN Y PRINCIPIO DE LOS

ESTUDIOS DE VALLADOLID.

Los estudios de Valladolid si no empezaron con la poblacion de esta ciudad y fundacion de su iglesia mayor por el ilustre conde D. Pedro Assurez por los años 1095, reinando en Castilla Alonso VI, como es muy racional el presumirlo, porque este instituto creido entónces de piedad y de ejercicio cristiano y eclesiástico, acompañaba siempre á las fundaciones de todas las grandes iglesias, no se hallará tiempo mas proporcionado para que hayan podido tener principio que el de la abadía del célebre D. Juan de Medina entre los años 1220 y 1231. Me ex

plicaré reuniendo las circunstancias que hacen verisímil este juicio; pero ántes de internarme à él, por no hacer un discurso acéfalo y sin cabeza, diré algo brevemente del origen de la poblacion.

FUNDACION DE VALLADOLID y de sSU IGLESIA: SIGLO 1.°
DE SU HISTORIA.

Valladolid se pobló como otras muchas ciudades de Castilla por resulta de la conquista de Toledo verificada por el afortunado Rey D. Alonso VI, el dia de S. Urbano 25 de mayo del año de 1085, con las fuerzas reunidas no solo del reino, sino de otras muchas naciones de Europa que vinieron á la empresa por ganar la cruzada concedida. Concluida la expedicion felizmente y licenciadas las tropas, muchos de los francos ó franceses no quisieron volver á sus tierras, pareciéndoles mejor esta para vivir y militar, que era el único lucro entónces con motivo de la guerra abierta y continua con los moros. Tomaron, pues, á partido la poblacion de varias ciudades de esta parte de Castilla citra Puertos, que era el pais mas exhausto de pueblos y gente á causa de los continuos alistamientos y milicias, y de las antiguas hostilidades horribles de los enemigos del nombre cristiano.

Una de ellas la de Valladolid, donde ántes jamás hubo poblacion, ajustada por el ilustre conde D. Pedro Assurez, señor del territorio, con el capitan Martin Franco y sus cuadrillas francesas, por quienes el nombre de la calle de Francos, donde sentaron principalmente, y este apellido en Valladolid; así como por el mismo motivo le tienen otras calles en Leon, Zamora, Salamanca, Sevilla etc. Cuanto se ha dicho y escrito hasta aquí de mayor

antigüedad de Valladolid, y si fué ỏ no la antigua Pincia ha sido una fábula obumbrada para lisonjear oidos gratulatorios. El inmortal Assurez ha sido nuestro fundador desde el principio, á él le debemos el de nuestra poblacion, el de nuestra existencia civil. Y fuera justo que entre tantos dias como malbaratamos al cabo del año en otras boberías, se hubiese separado uno (ya diré el que deberia ser) para celebrar piamente su memòria y el dia natal de nuestra ciudad á estilo de los antiguos, que aunque gentiles no en todo dejaron de tener razon.

A los diez años justos la tenia ya bastante adelantada, fundadas algunas iglesias y concluida la mayor, cuya dotacion y dedicacion por la invicta piedad del Conde y Condesa su muger, con grande munificencia y aparato de prelados, grandes y corte, y presente tambien el Rey se siguió celebremente el dia memorable mártes 21 de mayo del año 1095, de cuya fecha es la escritura impresa por Pulgar en su Histor. de Palenc., tom. y lib. 2.o, pág. 135, bien que con hartos defectos, aunque no en la data ni todos de la prensa, como lo he comprobado cotejándola con la original que esta santa iglesia conserva en su archivo, y me ha consultado en cierta ocasion. Y en el mismo dia solia celebrar antiguamente la fiesta anua de su dedicacion, segun lo hallé en un antiguo calendario de sus fiestas, contenido en un libro viejo en pergamino, forrado en tablas, que da principio con ciertas lecciones de coro, y finaliza con las constituciones de la misma iglesia hasta el año 1427 ó cosa así.

Pero conviene advertir que esta iglesia primitiva que el Conde fundó para mayor y abacial, y á su muerte le sirvió de panteon, no fué la actual ni su antecesora la catedral vieja donde se han hecho las nuevas paneras, sino

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