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y Hernan Lopez Dávila, y Luis de la Torre, y Francisco Verdugo, y García Olguin, regidores, para entender en las cosas cumplideras á servicio de S. M. y bien de esta ciudad, y de los vecinos y moradores de ella dijeron, que por cuanto Antonio de Carabajal está retraido en el monasterio de Sr. San Francisco de esta ciudad, por cierto delito que ha cometido, el cual estaba elegido por regidor de la dicha ciudad, y Antonio de Arriaga, y Juan Tirado, que les estaba dado el cargo y oficio de procurador y mayordomo de esta dicha ciudad, están presos por ciertos delitos que asimismo cometieron: por tanto, que en lugar del dicho Antonio de Carabajal, elegian y eligieron por regidor de esta dicha ciudad á Andres de Barrios, y por mayordomo á Miguel Diaz, y por procurador á Hernando de Villanueva, escribano de S. M., y vecinos de esta dicha ciudad: los cuales estando presentes hicieron el juramento y solemnidad que en tal caso se requiere, el cual así hecho por los dichos señores, fueron recibidos á los dichos oficios.

De pedimento de Martin Dorántes, habiendo consideracion que es de los primeros pobladores y conquistadores de esta Nueva-España, los dichos señores le hicieron merced de la tierra que le estaba dada para huerta á Diego de Ocaña, la cual dijeron que le daban y dieron por servida, visto como el dicho Diego de Ocaña no la ha servido.

En jueves 22 de febrero de 1526 años.

Este dia Alonso del Castillo, procurador de la vi

lla del Espíritu Santo y Francisco Cortés, procurador de la villa de Colima, y Pero Sanchez Farfan, procurador de esta ciudad de Temixtitan dijeron, que por cuanto por estar la tierra en tiranía por el factor Gonzalo de Salazar y por el veedor Pero Almindez, los cuales se nombraban gobernadores de esta NuevaEspaña, y se hicieron jurar por tales, y que ellos con los otros procuradores de las villas de esta NuevaEspaña, forzados sin poder hacer otra cosa, revocaron los poderes que las dichas villas y ciudades de esta Nueva-España habian dado á Francisco Montejo y á Diego de Ocampo, que fueron por procuradores generales á suplicar y pedir á S. M. ciertas cosas cumplideras á su servicio, y bien y procomun de esta Nueva-España, y de los vecinos y moradores de ella, y habian elegido á Bernardino de Tápia, y á Antonio de Villaroel; por tanto, que agora que estaban en su libertad y fuera de la dicha tiranía, dijeron, que revocaban y revocaron los dichos poderes que habian dado y otorgado á los dichos Bernardino de Tápia y Antonio de Villaroel, y aprobaban y confirmaban los dichos primeros poderes de los dichos Diego de Ocampo y Francisco Montejo, para que por virtud de ellos puedan pedir y suplicar á S. M. las cosas, é los capítulos que llevaron contenidos, y otras cualesquier que convengan á su real servicio y al bien procomun de esta Nueva-España: y lo pidieron por testimonio, testigos, el Br. Juan de Ortega, alcalde mayor, y Juan de la Torre, y Hernando Lopez, y Rodrigo Alvarez.

En 31 de mayo de 1526 años ante Martin de Calahorra [esto es, Colahorra fué el escribano ante quien se hizo este cabildo.] Este dia, los muy nobles señores Alonso de Estrada y Rodrigo de Albornoz, tenientes de gobernador, y los señores justicia y regidores de esta ciudad, que estaban en la iglesia de ella para salir con la procesion, (1) dijeron, que por cuanto aquella hora habian recibido una carta del Sr. gobernador Hernando Cortés, y de su buena llegada al puerto de San Juan Chalchicueca, y porque la venida de su merced ha dado mucho placer y reposo en estas partes, y de ello habian recibido una carta que mandaban que fucse apregonada públicamente, é por algunos capítulos que en ella vienen, mandaban y mandaron que se pusiese en este libro, la cual su traslado es este que se sigue. Apregonóse este dia por Francisco Gonzalez.

,,Nobles y muy virtuosos señores. Yo llegué á este Puerto de San Juan de Chalchicueca á veinticuatro dias de este mes de mayo, y porque todas las cosas que nuestro Redemptor viviendo en este mundo hizo, fueron hechas para nuestra instruccion é doctrina, y acordándome yo que la primera que despues de su pasion hizo, fué visitar con su resurreccion á sus amigos, que esperando su santísimo advenimiento habia muchos tiempos que estaban en la obscuridad del Limbo, en la subjecion y captiverio del diablo, enemigo de natura humana; quise en esto seguir su vesti

[1] Era la procesion del Corpus cuya festividad cayó en este día.

gio, y viendo que vosotros, señores, como mis amigos, con mi ausencia habeis estado opresos de aquesos nuevos Bersebú é Satanas, que tales se pueden llamar, pues siguieron el camino por donde estos infernales espíritus perdieron la bienaventuranza para que Dios los crió, no acordándose ni teniendo respeto á los beneficios que de S. M. recibieron en su creacion, ántes ensoberbecido este Satanás con las excelencias que el inmenso poder de Dios en él puso, quiso no solo agradecerlas, mas aun ser igual á su Hacedor; y ansí estos, ensoberbecidos del mucho caso que yo de sus personas hice, no mirando á los beneficios, honras y buenas obras que de mí recibieron, quisieron no solo igualarse á mí, mas aun no conocerme, y seguir y maltratar á mis amigos, queriendo del todo aniquilar mi nombre y memoria, escurecer mi fama y servicios, y lo que peor y mas feo es, é de lo que yo mas sentimiento tengo, poner en mi persona títulos no dignos de mis merecimientos; pareciome que pues Dios Nuestro Señor para henchir el colmo á la medida de las innumerables mercedes que siempre me ha hecho, quiso para remedio de todo esto y de la libertad de todos vosotros, señores, resuscitarme de la muerte que estos malos me habian querido dar, y traerme á este puerto, que mi primera visitacion debia ser á vosotros, señores, como á los que mas del fuego de estos habeis participado, por haberos hallado mas cerca de su incendio, y porque no pudo ser esta visitacion personal, por venir yo muy flaco y fatigado, así de mucha enfermedad que he tenido, como del traba

jo de la mar; tomé por remedio visitaros con mi carta, que tengo por cierto que segun vuestras buenas voluntades, no será de menos efecto que mi presencia, é yo me daré la mayor priesa que pueda en ir á esa ciudad, para que del todo mi deseo y el de vosotros, señores, se cumpla; donde os daré alguna parte de cuenta de mi peregrinacion é trabajos, porque darla toda, ni vosotros, señores, podríades oirla, ni yo contar. A Nuestro Señor plega recibirlo todo en su servicio, para que sea parte, aunque pequeña para descargo de mis muchas culpas y ofensas, que siempre le he hecho y hago.

Despues que llegué á esta villa, he sabido que algunas personas de las que siguieron á esos comuneros(1) están ausentados de ellos por vergüenza de su yerro de ellos, por temor de la provision del de que me ha pesado mucho, (2) porque en la verdad, segun soy informado de las cosas que han pasado, y de la rigorosa tiranía y cruel sugecion en que esos malos tenian puesta la tierra, mas es de maravillar de los que contradigeron que de los que los imitaron, por donde me parece que aunque no se les pueda quitar culpa, menos se les debe dar pena, y por eso podeis, señores, notificar á los que algo de sí estuvieren sospechosos, que pueden estar seguros é sin temor de castigo no habiendo tocado en crimine lesæ Majestatis, ni habien

[1] Este nombre habia venido á ser un apodo infamante, desde que los patriotas que lo llevaron fueron vencidos por Carlos V.

[2] Hay aquí confusion de palabras ú omision de algunas.

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