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otras que

de casas hechas, y otras llevan ya buenos principios, y porque hay mucho aparejo de piedra, cal y madera, y de mucho ladrillo que los naturales hacen, hacen todos tan buenas y grandes casas, que puede creer vuestra sacra Magestad que de hoy en cinco años será la mas noble y populosa ciudad que haya en lo poblado del mundo y de mejores edificios." Para esta actividad de trabajos se puso á contribucion de brazos á todos los pueblos del valle, y el anuncio de los megicanos durante el sitio se verificó plenamente; todos los que trabajaron en arruinar á Mégico antiguo, levantaron la nueva ciudad para los españoles. Fr. Toribio Motolinia en su historia manuscrita citada por el Sr. Prescott dice, "que era tanta la gente que andaba en la obra, que apenas podia hombre romper por algunas calles y calzadas, aunque son muy anchas."

La administracion civil de la ciudad se organizó desde el mismo año de 1522 con la creacion del ayuntamiento; pero este residió en Cuyoacan probablemente hasta principios de 1524. El libro de cabildo comienza con el que se celebró en 8 de marzo de este año "en las casas del magnífico señor Hernando Cortés, gobernador é capitan general de esta Nueva España, dó se hace el dicho ayuntamiento" y á este cabildo concurrieron Francisco de las Casas, alcalde mayor, el bachiller Ortega alcalde ordinario, y los regidores Bernardino Vazquez de Tapia, Gonzalo de Ocampo, Rodrigo de Paz, Juan de Hinojosa y Alonso Jaramillo: el escribano de Cabildo era Francisco

Orduña y el mayordomo Fernando Lopez. Faltan las actas de todos los cabildos anteriores que debian ser muy interesantes, pues ellas contendrian los primeros acuerdos para la formacion de la ciudad y distribucion de solares, y aunque las he buscado en el archivo de la casa del Sr. duque de Terranova y Monteleone, donde esperaba hallarlas, por celebrarse en la habitacion de Cortés las sesiones, no he conseguido encontrar nada.

El empeño de Cortés se dirigia no solo á reedificar la capital, sino á ponerla en estado de defensa para lo cual construyó una fortificacion, de cuya forma y sitio hablaré cuando se trate en otra disertacion de la topografia de la ciudad. Carecia de artillería y municiones, porque el obispo de Burgos habia impedido que se le manda sen; pero "como no hay cosa, dice el mismo, que mas los ingenios de los hombres avive que la necesidad, trabajó de buscar órden para que no se perdiese lo que con tanto trabajo y peligro se habia ganado" para lo cual habiendo hecho buscar cobre, se puso á fundir cañones bajo la direccion de un maestro que la casualidad le proporcionó; pero faltaba para ello estaño cuya mezcla con el cobre forma el bronce, el cual hizo sacar y traer de las minas de Tasco, sirviéndole de indicacion unas piezas de este metal que habia visto traidas de aquel punto donde circulaban como moneda, única prueba que tenemos de que esta fuese conocida por los megicanos. Con las piezas que fundió, las que tenia y las que se sacaron de los buques, llegó á formar un

parque de treinta y cinco piezas de bronce y hasta setenta de hierro colado.

No bastaba tener artillería, sino que era necesario proveerse de pólvora para servirla, y aunque el salitre abundaba, faltaba el azufre. Para obtenerlo se dispuso sacarlo del volcan de Popocatepec, el que habia sido reconocido por Diego de Ordaz que subió á él desde Cholula, como se ha dicho en la segunda disertacion; pero no pudo llegar hasta la cumbre, ni menos reconocer el cráter. Subieron á él con este fin varios españoles, y como en aquel tiempo no solo no habia nada imposible para estos, sino que parece se complacian en desafiar los peligros, llegando á la orilla del cráter dos de ellos, Montaño y Mesa, disputaron sobre quien habia de ser el primero en bajar al interior de aquel abismo, y echándolo por suerte tocó esta á Montaño, el cual segun refiere Cortés, bajó "setenta ú ochenta brazas, atado á la boca abajo” y sacó el azufre suficiente para proveer á la presente necesidad: "ya de aquí adelante no habrá necesidad, continúa diciendo el mismo Cortés, de ponernos en este trabajo, porque es peligroso, y yo escribo siempre que nos provean de España, y vuestra Magestad ha sido servido que no haya ya obispo que nos lo impida." Cosas se hicieron en la época de la conquista y en los años inmediatos, que no se han repetido despues y que parecen fabulosas: una de ellas es esta bajada de Francisco Montaño á tanta profundidad en el cráter del Popocatepec; el baron de Humboldt no la cree, pero no puede ponerse en duda el testimonio positi

vo de Cortés que debia bien saberlo, y el de los escritores coetáneos (1). Al cabo de tres siglos en que nunca se pensó en subir al volcan, lo hizo despues de la independencia D. Guillermo Glennie, oficial de la marina inglesa, empleado en la direccion de la compañía unida de minas, y han continuado haciéndolo otros; pero nadie ha repetido la hazaña de Montaño, que permanece única en nuestra historia. Un hecho tan atrevido, y en las circunstancias en que se verificó tan necesario para sostener el dominio español todavía poco consolidado, parecia digno de un premio señalado: sin embargo, por el curioso expediente que original se halla en el archivo del Sr. duque de Terranova y Monteleone en el hospital de Jesus, y cuyo extracto se publica en el apéndice, se ve que su familia quedó en la miseria, y que su hija pudo obtener á duras penas, y despues de muchos trámites y formalidades, una pension de 200 pesos anuales para sustentarse con catorce hijos que tenia. No se prodigaban entónces los sueldos y las pensiones, no obstante haber obtenido la interesada una real cédula en que se la recomendaba, así como á todos los hijos de los conquistadores, y como estos, no obstante estas declaraciones, no obtenian la preferencia que debian en los empleos y repartimientos, de lo que ya se queja amargamente Bernal Diaz, sino que eran agraciados en ellos los españoles que venian de Europa, creo que esta fué una de las causas que desde aquellos prime

[1] El Sr. Lorenzana dice haber Cárlos V, que así la expresa. visto un privilegio del emperador

ros tiempos hicieron nacer la rivalidad entre unos y otros, que despues se corroboró por otros motivos que examinaremos á su vez, y dió lugar á los partidos de criollos y gachupines que acabaron por hacerse una guerra tan sangrienta.

Habiéndose perdido como hemos visto los tesoros que se mandaron á España con Avila y Quiñones, Cortés creyò que debia apresurarse á reponerlos, alegrándose de que hubiesen caido en manos de los encmigos, para que viendo estos el poder y riqueza del monarca español "los franceses y los otros príncipes á quienes aquellas cosas fuesen notorias, conozcan por ellas la razon que tienen de se sujetar á la imperial corona de vuestra cesárea Magestad." Y para prueba de los servicios que desde estas tan remotas partes podia hacer el menor de los vasallos del emperador, “envío, dice, con Diego de Soto criado mio, ciertas cosillas que entonces quedaron por desecho, y por no dignas de acompañar á las otras, y algunas que despues acá yo he hecho, que aunque como digo quedaron por desechadas, tienen algun parecer con ellas. Envío asimismo una culebrina de plata, que entró en la fundicion de ella veinticuatro quintales, y dos arrobas, aunque creo entró en la fundicion algo, porque se hizo dos veces, y aunque me fué asaz costosa, porque demas de lo que me costó el metal, que fueron veinticuatro mil y quinientos pesos de oro el marco, á razon de á cinco pesos de oro el marco (1),

(1) Por este precio se ve que la plata de esta culebrina estaba mez. clada con cosa de una tercera parte

de cobre. El peso de oro correspondia á nuestro peso fuerte.

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