Imágenes de página
PDF
ePub

chardo, no ha sido despues continuado por nadie. Baste por ahora decir en general lo que se hizo para la reedificacion de la capital y los medios que para ello se emplearon.

La antigua Mégico se componia de dos ciudades reunidas que en su orígen fueron monarquías independientes; Tenochtitlan, así llamada por el nopal en que se paró el águila que demarcó el término de la peregrinacion de los megicanos, y Tlatelolco, y á la reunion de ambas se llamó Mégico, nombre derivado del dios de la guerra. Esta misma division se conservó en la ciudad nueva, destinándose la parte de Tenochtitlan á los españoles, y Tlatelolco á los indios; de donde viene que por corrupcion del primero de estos nombres en los primeros años despues de la conquista, la ciudad se llamó Temixtitan, ya con solo este nombre, ya unido al de Mégico, hasta que este únicamente quedó en uso, por su mayor celebridad, y acaso tambien por su brevedad y mas fácil pronunciacion. Para la distribucion de las calles se formó un plan, ó como entonces se decia una traza, á que se hace continua referencia en las mercedes de solares que daba el ayuntamiento, habiéndose fijado para estos una medida determinada, y la base que se adoptó fué dar uno á todo el que lo pidiese, y dos si era de los conquistadores, con la condicion de que fabricase y lo poseyese por cuatro años consecutivos, sin lo cual el solar quedaba denunciable; sin embargo, la construccion no fué tan aprisa, á lo menos en alguna parte de las calles, pues como veremos en la disertacion que

tenga por objeto la formacion y acrecentamiento de la ciudad, algunos años despues se mandó que los que tuviesen solares sin haber edificado en ellos, los cercasen aunque fuese con cañas para que quedasen demarcados y cerrados. Para comenzar á edificar se hizo que Cuautemotzin mandase á los indios que limpiasen las calles, de los cadáveres y escombros que en ellas habia, y que reparasen el acueducto de Chapultepec, que habia sido cortado al principio del sitio: este acueducto era subterráneo y se le da en los documentos y noticias de aquel tiempo el nombre de los caños de Chapultepec. El progreso de la obra, y lo que en ella se adelantaba, lo describe el mismo Cortés en su carta cuarta á Cárlos V, en los términos siguientes: "Como siempre desée que esta ciudad se reedificase por la grandeza y maravilloso asiento de ella, trabajé de recoger todos los naturales, que por muchas partes estaban ausentados desde la guerra, y aunque siempre he tenido y tengo al señor de ella preso, hice á un capitan general que en la guerra tenia, y yo conocí del tiempo de Moctezuma, que tomase cargo de la tornar á poblar, y para que mas autoridad su persona tuviese, tornele á dar el mismo cargo que en tiempo del señor tenia, que es ciguacoat, que quiere tanto decir como "lugar-teniente del Señor," y á otras personas principales, que yo tambien asimismo de ántes conocia, les encargué otros cargos de gobernacion de esta ciudad, que entre ellos se solian hacer, y á este ciguacoat y á los demas les dí señorío de tierras y gente, en que se mantuviesen, aunque no

tanto como ellos tenian, ni que pudiesen ofender con ellos en algun tiempo, y he trabajado siempre de honrarlos y favorecerlos, y ellos lo han trabajado y hecho tan bien, que hay hoy en la ciudad poblados hasta treinta mil vecinos, y se tiene en ella la órden que solia en sus mercados y contrataciones, y héles dado tantas libertades y exenciones, que de cada dia se puebla en mucha cantidad, porque viven muy á su placer, que los oficiales de artes mecánicas, que hay muchos, viven por sus jornales entre los españoles, así como carpinteros, albañiles, canteros, plateros y otros oficios; y los mercaderes tienen muy seguramente sus mercaderías y las venden, y las otras gentes viven de ellos de pescadores, que es gran trato en esta ciudad, y otros de agricultura porque hay ya muchos de ellos que tienen sus huertas, y siembran en ellas toda la hortaliza de España de que acá se ha podido haber simiente. Y certifico á vuestra cesárea Magestad, que si plantas y semillas de las de España tuviesen, y vuestra Alteza fuese servido de nos mandar proveer de ellas, como en la otra relacion lo envié á suplicar, segun los naturales de estas partes son amigos de cultivar las tierras y de traer arboledas, que en poco espacio de tiempo hubiese acá mucha abundancia." Esto decia Cortés en 15 de octubre de 1524, y la obra habia comenzado por enero de 1522, pues que en la tercera carta al emperador fecha en 15 de mayo de aquel año dice, que hacia cuatro ó cinco meses que la ciudad se iba reparando, y así es que en menos de tres años "habia, dice el mismo Cortés, mucha cantidad

de casas hechas, y otras que llevan ya buenos principios, y porque hay mucho aparejo de piedra, cal y madera, y de mucho ladrillo que los naturales hacen, hacen todos tan buenas y grandes casas, que puede creer vuestra sacra Magestad que de hoy en cinco. años será la mas noble y populosa ciudad que haya en lo poblado del mundo y de mejores edificios." Para esta actividad de trabajos se puso á contribucion de brazos á todos los pueblos del valle, y el anuncio de los megicanos durante el sitio se verificó plenamente; todos los que trabajaron en arruinar á Mégico antiguo, levantaron la nueva ciudad para los españoles. Fr. Toribio Motolinia en su historia manuscrita citada por el Sr. Prescott dice, “que era tanta la gente que andaba en la obra, que apenas podia hombre romper por algunas calles y calzadas, aunque son muy anchas."

La administracion civil de la ciudad se organizó desde el mismo año de 1522 con la creacion del ayuntamiento; pero este residió en Cuyoacan probablemente hasta principios de 1524. El libro de cabildo comienza con el que se celebró en 8 de marzo de este año "en las casas del magnífico señor Hernando Cortés, gobernador é capitan general de esta Nueva España, dó se hace el dicho ayuntamiento" y á este cabildo concurrieron Francisco de las Casas, alcalde mayor, el bachiller Ortega alcalde ordinario, y los regidores Bernardino Vazquez de Tapia, Gonzalo de Ocampo, Rodrigo de Paz, Juan de Hinojosa y Alonso Jaramillo: el escribano de Cabildo era Francisco

Orduña y el mayordomo Fernando Lopez. Faltan las actas de todos los cabildos anteriores que debian ser muy interesantes, pues ellas contendrian los primeros acuerdos para la formacion de la ciudad y distribucion de solares, y aunque las he buscado en el archivo de la casa del Sr. duque de Terranova y Monteleone, donde esperaba hallarlas, por celebrarse en la habitacion de Cortés las sesiones, no he conseguido encontrar nada.

El empeño de Cortés se dirigia no solo á reedificar la capital, sino á ponerla en estado de defensa para lo cual construyó una fortificacion, de cuya forma y sitio hablaré cuando se trate en otra disertacion de la topografia de la ciudad. Carecia de artillería y municiones, porque el obispo de Burgos habia impedido que se le manda sen; pero "como no hay cosa, dice el mismo, que mas los ingenios de los hombres avive que la necesidad, trabajó de buscar órden para que no se perdiese lo que con tanto trabajo y peligro se habia ganado" para lo cual habiendo hecho buscar cobre, se puso á fundir cañones bajo la direccion de un maestro que la casualidad le proporcionó; pero faltaba para ello estaño cuya mezcla con el cobre forma el bronce, el cual hizo sacar y traer de las minas de Tasco, sirviéndole de indicacion unas piezas de este metal que habia visto traidas de aquel punto donde circulaban como moneda, única prueba que tenemos de que esta fuese conocida por los megicanos. Con las piezas que fundió, las que tenia que se sacaron de los buques, llegó á formar un

y

las

« AnteriorContinuar »