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ca en estos momentos adversos, le dió nuevas pruebas de fidelidad, no obstante las invitaciones de los megicanos para que aprovechasen la oportunidad de destruir de un golpe á los invasores. Cortés herido gravemente en la cabeza en Otumba, y que ya lo estaba de una mano en Mégico, fué atacaco de una fiebre que lo puso al borde del sepulcro, esperimentando en esta extremidad los mas eficaces ciudados de parte de Magiscatzin, uno de los cuatro señores de Tlaxcala, en cuya casa estaba.

Todo el resto del año lo aprovechó Cortés en reparar la fuerza física y moral de su egército, Los refuerzos que Velazquez mandaba á Narvaez, y otros que destinaba Garay á su establecimiento de Pánuco vinieron á incorporársele, y ademas llegaron buques con armas y municiones de venta, y tambien las mandó buscar el mismo Cortés á las islas. En diversas expediciones á Tepeaca, Guacachula y otros puntos, vengó la muerte de algunos españoles que habian perecido á manos de aquellos pueblos en su tránsito á Mégico, é hizo que se diera satisfaccion por los agra

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que habian inferido á sus amigos los tlaxcaltecas aquellas poblaciones circunvecinas. Pero el grande objeto que le ocupó fué la construccion de un número de bergantines suficiente para dominar las lagunas megicanas. Hizo para esto conducirá Tlaxcala el velámen, jarcia y herrage que habia salvado, cuando dió al traves con su armada y la de Narvaez, y bajo la direccion de Martin Lopez se dió principio á la obra, con la madera en que abundan los bospues inmediatos á Tlax

cala. Entretanto hacia estos preparativos, habia encontrado un auxiliar muy poderoso en la peste de las viruelas que debastaba la ciudad de Mégico. Una de sus víctimas fué el emperador Cuitlahuatzin, cuyo corto reinado se distinguió por la derrota de los españoles. Los electores del imperio nombraron por succesor al valiente y desgraciado Cuautemotzin, sobrino de los dos últimos soberanos, jóven de 25 años y casado con una hija de Moctezuma, llamada Tecuichpo, que bautizada despues tuvo por nombre Doña Isabél y por su casamiento con el conquistador Cano, ha sido el origen de la casa de Cano Mocte

zuma.

Concluidos los preparativos para la nueva y decisiva campaña que iba á abrirse, Cortés pasó en revista el 26 de diciembre sus tropas en Tlaxcala, las cuales ascendian á 550 infantes españoles y 40 de caballería, con nueve cañones de moderado calibre. Los historiadores varian en cuanto al número de auxiliares desde ciento diez á ciento y cincuenta mil hombres, no solo de Tlaxcala, sino tambien de Cholula, Tepeaca y demas ciudades que se habian sometido al imperio español. Para el buen órden en la marcha y operaciones succesivas, Cortés publicó una ordenanza fecha el 22 del mismo, en que prohibe con severos castigos el juego, el robo y todos los desórdenes frecuentes entre la tropa, en la que estableció una severa disciplina, y el 28 de diciembre despues de celebrada misa con solemnidad, salió el egército de Tlaxcala, con todo el aparato de la pompa militar enmedio

de los aplausos de toda la poblacion, que le deseaba volverle á ver entrar victorioso.

El camino que Cortés tomó en esta vez fué el de Tezmelucan, pasando al norte de los volcanes para salir al valle de Mégico, y por Coatepec se dirigió á Tezcuco donde habia resuelto establecer su cuartel general. Entró en aquella ciudad el último dia del año de 1520, y aprovechando las vicisitudes ocurridas en la familia real, puso sobre el trono al príncipe Ixtlilxochitl, que como vimos en su lugar se habia ofrecido á Cortés en Tlaxcala, y que despues en el bautismo se llamó D. Fernando, cuyo auxilio fué tan eficaz para poner á su patria bajo el dominio español.

Antes de emprender nada contra la capital, y mientras acababan de expeditarse los bergantines que condujo á Tezcuco en piezas Gonzalo de Sandoval con gran número de tlaxcaltecas, Cortés emprendió hacer diversos reconocimientos, y someter todas las poblaciones del valle y de sus inmediaciones, marchando á ellos él mismo, 6 mandando á algunos de sus principales capitanes. El primero de estos reconocimientos que por sí mismo dirigió fué á Iztapalapa, en donde tuvo que sostener un recio combate, y se vió en mucho peligro, habiendo roto los megicanos les diques con lo que se anegó la poblacion. El segundo tuvo por objeto el rumbo opuesto, comenzando por Jaltocan á cuyos habitantes queria escarmentar, y por Cuautitlan llegó á Tacuba, de donde volvió á Tezcuco por el mismo camino, y el tercero y mas extenso, que es el que se demarca en el mapa que

acompaña á esta disertacion, se verificó en abril de 1521, emprendiendo la marcha por Chalco, y por Tenango y Huaxtepec llegó á Cuernavaca, combatiendo todos los dias y en especial en la última de estas poblaciones, en la que tuvo que vencer una fuerte resistencia. Bajó de alli otra vez al valle para hacer enteramente el circuito de los lagos y fijar sus puntos de ataque, y en Jochimilco corrió el mayor riesgo á que hasta entonces habia estado expuesto. Habiéndose quedado con pocos soldados á la entrada del pueblo, se vió repentinamente envuelto por un gran número de megicanos, y caido del caballo recibió un fuerte golpe en la cabeza que le puso en manos de los enemigos que lo hubieran muerto sin duda, sino lo hubiera, salvado el empeño de los megicanos en hacer prisioneros para sacrificarlos á los ídolos, empeño á que muchas veces debieron la vida los españoles: un valiente tlaxcalteca viendo á su general en tan gran peligro, se echó con resolucion sobre los que le tenian cogido, lo que dió lugar á que llegasen dos criados de Cortés, con cuyo auxilio volvió á montar á caballo y pudo hacer uso de sus armas, y como al otro dia se buscó con empeño al tlaxcalteca, no habiéndosele encontrado ni vivo ni muerto, Cortés por la devocion que tenia á San Pedro, creyó que este santo habia tomado la forma de aquel, para salvarle milagrosamente. Despues de un nuevo y vigoroso ataque de los megicanos en aquel punto, hizo pegar fuego á la poblacion y llegó á Tacuba, habiendo perdido en el camino dos de sus criados que fueron cogidos y sa

crificados por los megicanos; pérdida que le causó mucha pena y volvió á su cuartel general donde en contró los bergantines prontos á echarse al agua.

La satisfaccion que esto le causó fué turbada porel descubrimiento de una conspiracion tramada contra su vida y la de los principales gefes por algunos soldados de Narvaez, á cuya cabeza estaba Antonio Villafaña que fue castigado con la pena capital, fingiendo Cortés que ignoraba quienes fuesen los demas comprometidos en la trama para escusar la necesidad de castigarlos, pero desde entonces se estableció con este motivo una guardia que defendiese la persona general cuyo mando se dió á Antonio de Quiñones.

del

La importancia de los bergantines era tal que Cortés creyó necesario celebrar con la mayor solemnidad el acto de echarlos al agua. Al efecto el dia 28 de Abril las tropas se pusieron sobre las armas; toda la poblacion de Tezcuco, entonces muy numerosa, ocupaba las riveras del lago y delante de este concurso el P. Olmedo cantó misa y bendijo con las ceremonias de la iglesia aquellos bajeles, que iban á enseñorearse de los lagos megicanos. A una señal de Cortés los bergantines bajan por un canal practicado á este objeto, saludándolos las salvas de artillería, la música militar y el festiva aplauso de toda la concurrencia, y un solemne Te Deum termina esta funcion, única por su objeto en la historia americana. En los dias siguientes comenzaron á llegar las tropas aliadas llamadas por Cortés para dar principio al sitio de la capital. Tlaxcala mandó cincuenta mil guer

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