Antología de poetas líricos castellanos desde la formación del idioma hasta nuestros días, Volumen 4

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Marcelino Menéndez y Pelayo, José Rogerio Sánchez
Viuda de Hernando y c.a, 1893
 

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Pasajes populares

Página 182 - Por unos puertos arriba de montaña muy escura caminaba un caballero lastimado de tristura: el caballo deja muerto, y él a pie por su ventura, andando de sierra en sierra de camino no se cura. Huyendo de las florestas, huyendo de la frescura, métese de mata en mata por la mayor espesura.
Página 2 - Sus verduras y hollajes y delicados frutales, hechos son todos saluajes, convertidos en linajes de natíos de eriales. La beldad de este Jardín ya no temo que la halles, ni las ordenadas calles, ni los muros de jazmín; ni los arroyos corrientes de biuas aguas notables, ni las aluercas ni fuentes, ni las aues produzientes los cantos tan consolables.
Página 61 - VEN, muerte, tan escondida que no te sienta conmigo porque el gozo de contigo no me torne a dar la vida Ven como rayo que hiere, que hasta que ha herido no se siente su ruido. por mejor herir do quiere: así sea tu venida, si no, desde aquí me obligo que el gozo que habré contigo me dará de nuevo vida...
Página 93 - Un brial vestido blanco De damasco singular. Mongil de blanco brocado, Forrado en blanco cendal, Sembrado de lunas llenas, Señal de casta final. En la cabeza le puso Una corona real Guarnecida de castañas Cogidas del castañal.
Página xii - ... que los fechos de Don Pedro no iban de buena guisa, y determinaron partirse de él, con acuerdo de non volver más.
Página xxx - Si puede haber tres perros, un galgo et un furón, Clérigo de aldea tiene que es infanzón.
Página 363 - ... roseta no me meta en tal cuita vuestro amor. De todas las que yo veo no deseo servir otra sino a vos, bien veo que mi deseo es devaneo do no me puedo partir, pues que no puedo huir de ser vuestro servidor, no me meta sin roseta en tal cuita vuestro amor.
Página 326 - Que tus gracias y donaires Sanan la rabia muy fiera Del pecado, Con aquellos frescos aires Que corren por tu ribera Y reposan en tu vado. Lustre de las gracias todas Es el sonido jocundo De tu voz, Que contrajo tales bodas, Que te dan lugar segundo En el palacio de Dios.
Página 379 - ¡No te tardes que me muero, carcelero, no te tardes que me muero! Apresura tu venida porque no pierda la vida, que la fe no está perdida. ¡ Carcelero, no te tardes que me muero!
Página lxxii - É asi por esto como por ser tanto conocidas é esparcidas á todas partes sus obras, pasaremos á Micer Francisco Imperial al qual yo no llamaria decidor, ó trovador, mas poeta; como sea cierto que si alguno en estas partes del Ocaso mereció premio de aquesta triunfal é laurea guirlanda loando á todos los otros, este fue.

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