Un héroe de nuestro tiempo

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Nordica, 10 mar 2013 - 167 páginas

Crítica

Merece la pena reconciliarse con la literatura de la mano de la magnífica edición de la obra de uno de los escritores fundamentales de todos los tiempos.

ANTONIO J. UBERO

Cita del Prólogo de Vladimir Nabokov

«...quedamos verdaderamente maravillados de la inmensa fuerza del relato y del notable ritmo con que se suceden los párrafos...»

VLADIMIR NABOKOV

Sinopsis

Un héroe de nuestro tiempo, título fundamental para entender el paso del Romanticismo al Realismo en la literatura rusa, se compone de cinco relatos conectados por una estructura narrativa espiral centrada en un único protagonista, Pechorin, un joven oficial ruso desilusionado de la vida y del género humano, que describe su propia alma como medio muerta y la felicidad como la capacidad de tener poder sobre los demás.

Nabokov en su prólogo da una lección magistral de literatura rusa. En algún momento señala: «Las cinco historias van creciendo, girando, revelando y enmascarando sus contornos, alejándose y reapareciendo con una nueva perspectiva o luz como cinco cimas montañosas que acompañarán a un viajero por los meandros de un cañón del Cáucaso».

Lérmontov, al igual que otros grandes autores rusos como Pushkin (El prisionero del Cáucaso) y Tolstói (Hadyi Murat, Los cosacos) rinde homenaje literario a las irreductibles gentes de las montañas que nunca se sometieron a la dominación rusa, que protagonizaron rebelión tras rebelión y que llegaron a compartir con sus más acérrimos enemigos, los cosacos que protegían las fronteras del imperio zarista, un cierto respeto compatible con el odio.

 

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Sobre el autor (2013)

Mijaíl Y. Lérmontov (Moscú, 1814-Piatigorsk 1841).Poeta y novelista romántico, considerado como el Byron ruso. Tras cursar estudios universitarios, ingresó en la escuela militar de San Petersburgo. Influido inicialmente por Pushkin, en 1837 le dedicó la elegía La muerte del poeta, en la que culpaba a la nobleza del duelo en que este encontró la muerte, a causa de lo cual Lérmontov tuvo que exiliarse al Cáucaso. Sus obras fueron severamente censuradas por su apasionada defensa de la libertad y por sus opiniones antirreligiosas, pero también contribuyeron a suscitar el interés por el folclore del pueblo ruso. Murió en 1841 en el Cáucaso, como resultado de un duelo que le enfrentó a un compañero suyo, también oficial. A pesar de que solo contaba 26 años en el momento de morir, Lérmontov había demostrado ser un brillante escritor dotado de un enorme talento, hasta el punto de que fue aclamado como sucesor de Pushkin y depositario de la mejor tradición de la literatura rusa.

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