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Tarazona, habiendo florecido hácia el año 550. Añade el mismo, que por los muchos milagros que obraba, se le trasladó al monasterio de San Victorian, colocándole al lado de su antiguo maestro y director.

Estos son los escasos datos, que nos ha trasmitido el Breviario de la diócesis, tomándo los de otros mas antiguos, entre ellos el de Santa Maria de Calatayud, que, en sus nueve brevísimas lecciones, viene á comprender lo que despues se refundió en una sola en el impreso del Cardenal Gonzaga (1). Los monumentos de donde tomaron sus noticias los Breviarios, ademas de la tradicion, fueron un pergamino que se halló sobre su cuerpo y la inscripcion sobre su sepulcro (2). Esta no tiene carácter epigráfico: parece una relacion puesta al hacer alguna de las traslaciones de aquellas reliquias. El pergamino es tambien no muy antiguo, pues habla de la invasion de los Bárbaros (los Arabes) del

(1) En el tomo siguiente se destina un capítulo para tralar acerca de los Breviarios y libros litúrgicos de la diócesis.

(2) Véanse en el Apéndice los números 1 y 2 con las lecciones del Breviario antiguo y la inscripcion del pergamino que se halló sobre su cuerpo.

abandono del monasterio y otras cosas posteriores.

Cosa rara es que los monjes abandonasen de esa manera los restos de San Gaudioso, habiendo tanta facilidad para salvarlos desde allí. Dice la relacion que murió San Gaudioso en una pequeña aldea, llamada Scurubis, y que fué enterrado en la iglesia de Santa Maria de aquel pueblo. El Breviario llama Escoron al pueblo de Scurubis, y dice que era de los padres de San Gaudioso (paterni yuris), lo cual no decian ni la inscripcion ni el epitafio. El pergamino pone su muerte á 27 de Octubre; el Breviario en 3 de Noviembre.

No se comprende bien si la traslacion de sus reliquias, de que habla el Breviario, fué poco despues de su muerte, ó por el contrario sacándolas del paraje donde las habian depositado en su iglesia los de Fossala, al ver el abandono en que habian quedado. Dicese que fueron conducidas de Fossala á San Victorian, Ꭹ de allí á un pueblo cerca de Ainsa y al castillo de Alquezar, de donde el Rey Don Sancho Ramirez las hizo traer á Montearagon, durante el sitio de Huesca.

DIDIMO.

La catedral de Tarazona tie- nuestra Iglesia en aquel tiempo. ne reliquias suyas en un magnífico busto de plata, de tamaño natural y buen gusto, que hace juego y simetria con los de San Prudencio, San Atilano y San Millan, con los cuales se adorna el altar mayor en las grandes solemnidades, á estilo de las iglesias de Aragon.

Estas son las noticias mas fidedignas, que acerca de San Gaudioso se pueden hallar, dejando á un lado las patrañas que inventó acerca de este Santo el falsario que forjó las adiciones á Marco Máximo. Tan disparatadas son, que aun el mismo Argaez no pudo pasar por

ellas.

En cambio este hizo á San Gaudioso monje Benedictino, cuando aun la regla de San Benito no habia penetrado en España; pero en el empeño de sacar adelante el gongorino epigrafe, que dió á su obra, Soledad laureada por los hijos de San Benito, no se contentó con hacer Benedictinos á todos los monjes, sino que llegó á suponer que el mismo cabildo de Tarazona seguia la regla de San Benito. Lo absurdo de esta suposicion lo conoce cualquiera que tenga medianos conocimientos de la historia y disciplina de

La noticia de este Obispo nos la da San Braulio, al escribir la vida de San Millan. Dice asi: «Didimo etiam, qui tunc Ponti»ficatus gerebat in Tyrasona mi»nisterium, insequitur hominem, »Ordini Ecclesiastico volens in»serere, eyus quippe erat in »Diœcesi.»

Se ve claramente por estas palabras, único testimonio que resta acerca de esta materia, que Didimo era Obispo propio de Tarazona, y que San Millan era del obispado de Tarazona. El P. Risco, en el tomo 33 de la España Sagrada, pág. 151, excluyó á Didimo categóricamente del catálogo de los Obispos de Calahorra, rebatiendo las gratuitas suposiciones de Padilla, Anguiano, Marieta y Tejada, que dieron tormento á su imaginacion, para oscurecer las palabras de San Braulio, que son bien claras. No puedo menos de extrañar que, despues de lo dicho por el riojano Risco, haya querido aun soste

(1) Diccionario geogr. hist. de la Rioja. V. BERCEO.

ner el señor Gobantes en su Diccionario de Rioja el obispado de Didimo en Calahorra, acudiendo á la suposicion gratuita de que quizá Didimo seria Obispo de Calahorra á título de administrador ó interventor. Pero estas administraciones en la antigua disciplina eran muy raras, excepto en los casos en que intervenian por tiempo breve y para dirigir la eleccion de Obispo sucesor, como saben todos los canonistas, y por tanto esta suposicion, sobre ser gratuita, no hace al caso.

SANTINO Ó SANCIIO.

Apócrifo.

SAN PRUDENCIO.

La vida de este Santo Prelado es una de las mas confusas que se encuentran. Asi lo reconoció ya el P. Risco (1), que á este propósito decia: «Lás ac>>tas de los Santos españoles, »>que tuvieron el nombre de >> Prudencio, se hallan tan con>>fundidas, que se necesita un >>trabajo inmenso dirigido á re

>> conocerlas y aclararlas, como, con el favor de Dios, lo haré >>en el tratado de la Iglesia Tu»riasonense, adonde pertene>>ce.» ¡Lástima grande fué que tan respetable critico no tuviera tiempo para llegar á escribir este tratado, y que se hayan perdido los apuntes que para él iria reuniendo!

Cuatro son los Prudencios de cuyas vidas, mas o menos ciertas, se ha formado este cúmulo de noticias, á saber: el poeta Prudencio; 2.° un Prudencio, Obispo de Tarazona, inventado por los autores de los falsos Cronicones, y á quien Argaez llamó San Prudencio primero, Obispo; 5. el verdadero San Prudencio, á quien él llamó Prudencio segundo, Obispo. Et 4. es otro San Prudencio, á quien se supone Obispo de Garray, y de quien existe una tradicion tan descabellada y apócrifa, que raya en lo estúpido. Antes de rebatir esta y las demas ficciones relativas à San Prudencio, procuremos poner en claro lo que parece mas probable y verosimil en la vida de este Santo Prelado; no sin advertir antes que entre Didimo y San Prudencio intercaló el

(1) Tomo 33 de la España Sagrada, pá- P. Argacz un Obispo fabuloso,

gina 149.

llamado Santino, y para pasarlo mejor encadenó arbitrariamente su noticia con la vida del verdadero San Prudencio, á quien él designó con el nombre de San Prudencio segundo.

Lo poco que se sabe de cierto, ó mas probable, acerca de este único y verdadero San Prudencio, lo refiere el Breviario antiguo de Tarazona, y es lo siguiente (1).

Era este Santo natural de Armentia, en la Vasconia, y oriundo de padres católicos, tan nobles como prudentes, los cuales tuvieron cuidado de hacer que se dedicase al estudio de las letras. El nombre de este Santo es romano y no visigodo, lo cual indica que correspondia su raza, no á la de los arrianos conquistadores, sino mas bien á la española ó hispano-romana, que profesaba la religion católica bajo la dominacion de aquellos; y por tanto de ella salian comunmente los Obispos católicos de los siglos V y VI.

A la edad de 15 años abandonó San Prudencio la casa de sus padres, con objeto de servir á Dios en la soledad, para lo cual fué á buscar á un Santo

(1) Véase en el Apénd. n. 3.

ermitaño, llamado Saturio, que hacia vida anacorética, á las márgenes del Duero, cerca del paraje donde hoy se halla la ciudad de Soria, aunque á la márgen opuesta de aquel rio. La tradicion, ó por mejor decir, la fábula, ha recargado este viaje y la entrevista de San Prudencio con San Saturio con una porcion de hechos ó sucesos inverosimiles y falsos, que se rebatirán luego. Allí vivió San Prudencio por espacio de siete años, hasta que perfectamente formado su espíritu para la perfeccion cristiana, marchó á Calahorra, donde por entonces habia muchos idólatras, segun dice la tradicion. En aquella ciudad estuvo por algun tiempo trabajando en su conversion y enseñanza, acompañando estas con muchas curaciones milagrosas, por lo cual, viendo el gran número de enfermos que acudian. á implorar el auxilio de sus oraciones, y el gran crédito que esto le reportaba, marchó á Tarazona huyendo de los aplausos la fama.

Suponiendo que San Prudencio viviese' en la segunda mitad del siglo V, pudiera dudarse si entonces habia idólatras en España. En el cánon XVI del Con

cilio III de Toledo se indica que apenas habia idolatras; pero el que hubiese pocos prueba que aun existian. «Quoniam per om»nem Hispaniam, sive Galliam, »idololatriæ sacrilegium inole>>vit.» Por tanto, de la existencia de idólatras en Calahorra á mediados del siglo V no debe hacerse argumento contra la verdad de la narracion, aunque no deja de ser chocante que se diga eran muchos en un punto tan principal, donde habia cátedra episcopal, y cuyo territorio habia sido regado con la sangre de mártires muy célebres, sangre que siempre fué fecunda de cristianos, y por lo comun presagio de exterminio de la idolatria.

Quizá las palabras Calagurram adiit, ubi plurimos adhuc idololatriæ deditos ad fidem convertit, signifiquen que desde el territorio de Garray, donde moraba San Saturio (en el obispado de Tarazona, y despues de Osma), pasó al de Calahorra, y que las conversiones se hicieron en algunos pueblos de la serrania de Cameros, ú otros puntos meridionales del obispado, pues sabido es que los idólatras, ya por entonces espulsados de las ciudades, se ha

bian refugiado á los pagos ó aldeas, de donde les vino el nombre de paganos.

Continúan las lecciones del Breviario diciendo, que al huir de los aplausos, que por sus curaciones y conversiones se le daban en Calahorra, se fué á Tarazona, donde vivió mucho tiempo entre los sacristanes y ministros inferiores de la Iglesia, hasta que, vista su pureza de costumbres y santa vida, fué nombrado sacristan y despues arcediano. Hizose querer y respetar de todos en el desempeño de aquel importante cargo, de modo que á la muerte del Obispo fué aclamado por sucesor suyo. La fecha de este suceso

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el nombre del Obispo no se dicen, y esto dificulta el poder llenar este vacio y fijar la cronologia.

Respecto de sus hechos, solamente expresa el Breviario que cumplió puntualmente con los deberes de buen Pastor, y principalmente procurando conservar la paz. Con este objeto, siendo asi que habia algunas discordias entre el Obispo y clero de Osma, fué elegido espontáneamente por uno y otros para dirimir aquel desacuerdo, que, segun se dice, era cosa

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