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Cayo Valerio Aquilo.
Manio Sulpicio Lucano.
Marco Sempronio Fronton.
Cayo Cecilio Sereno.
Marco Valerio Quadrato.
Lucio Cecilio Aquino.

En tiempo de Tiberio. . .

El anónimo Ravenate, en su geografia del siglo VII, pone tambien à Tarazona; y en el órden con que marca las ciudades, segun sus itinerarios, dice: «Item juxta suprascriptam Cæsar Augustam ponitur civitas, puæ dicitur Belsionem, item Turiasson, Augustabrica, Numaniam, Uxama, Cluniam, Turbes, Mancellus. »

El nombre de Turjasson con que se designa á Tarazona, y que está estropeado como casi todos los de aquella geografia, no es el que tenia en el siglo séptimo y entre los Visigodos, los cuales no llamaban aquella ciudad Turiasso como los Romanos, sino Tyraso ó Tyra

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Marco Celio Paludato. Marco Pontico Marso. Cayo Marco Vegeto.

Celtiberos le llamaban Triasu ó Turiasu, como se ve en sus medallas. Los Romanos suavizaron la pronunciacion, convirtiéndola en Turiaso. Con esto queda desmentida la fábula de haber sido poblada por los Tirios y los Ausonios, y haberse llamado por eso Tyrassona. Los Visigodos fueron los que introdujeron esta alteración, llamándola asi el mismo Idacio por primera vez, y habiendo seguido los Obispos llamándola Ecclesia Tyrassona en las suscriciones de los Concilios (1), compréndese fácilmente que siendo la declinacion latina Turiaso Turiasonis, del ablativo Turiasone, hicieron genitivo lla

(1) El Sr. Cortes, en su Diccionario geográfico, tomo 3.o, V. Turiaso, dice que Idacio la llamó Turiasson; pero Florez imprimió in Ecclesia Tyriasone (Tomo IV, página 365 de la 3.a edicion hecha por esta Real Academia).

mándola Turiasona Turiasonæ, y alterando despues la primera vocal dijeron Tyriassona y Ty

rasona.

Sostúvose constantemente esta pronunciación hasta el siglo XIII, durante los tiempos de las iglesias Visigoda y Mozárabe, y aun despues de la reconquista, como se verá por los documentos de aquella época. Pero á mediados del siglo citado alterose nuevamente la pronunciacion de esta palabra, pues entonces se iba formando el romance en toda aquella parte de Aragon, al paso que se desarrollaba en Castilla la Vieja. En todo el obispado de Tarazona se habla el castellano correctamente, y en los documentos de fines del siglo XII y principios del XIII, que se publicarán en los apéndices, redactados aquellos en el latin bárbaro de la época, se verá cómo se iba formando el lenguaje en aquel pais como en Castilla.

El cambio de la palabra Tyrasona en Tarazona parece que se hizo mas bien en Zaragoza, que no en el territorio de la diócesis. Concurrian à la capital de Aragon muchos Catalanes, Lemosines y montañe

ses, cuya pronunciacion mas fuerte y bronca alteraba las palabras. Ello es que aun los Obispos escribian Tyrassona, cuando ya en los documentos de la Cancelaria Real, procedentes de Zaragoza, se halla Tarassona y Tarazona. Ha pasado pues el nombre, desde su origen, por las modificaciones siguientes: Triasu, Turiasu, Turiaso, Tyriason, Tyrasone, Tyrasona, Tyrassona, Tarassona y Tarazona.

Para concluir la descripcion de Tarazona y su territorio adyacente, resta solo decir en qué concepto ha influido su topografia en las vicisitudes por donde ha pasado, segun se dijo al principio de este capítulo. À pesar de todos los favores con que la naturaleza hermoseó su rico y fértil suelo, no ha podido vencer Tarazona los inconvenientes de su posicion excéntrica.

El Moncayo y el Ebro la comprimen: aquel cierra su horizonte y sus comunicaciones por Occidente, al los paso que pucblos ribereños del otro lado le roban los beneficios de la industria.

Asi como en la época romana fué su territorio frecuente

que esta se vió casi continuamente perseguida, y las rivalidades consiguientes al antagonismo provincialesco.

teatro de las sangrientas luchas entre los Celtiberos y sus tenaces opresores, asi en la edad media fué varias veces ganada por las armas de Castilla: y en otras su territorio, como fronterizo, fué lugar de reunion para treguas, paces, bodas régias y capitulaciones, como queda dicho.

A pocas millas de su término tropieza ya con Monteagudo, Cascante, Hablitas y Tudela, pueblos todos ellos de Navarra, que le cierran el acceso al Ebro; pero sobre los cuales tuvo jurisdiccion espiritual, y aun la conserva en algunos de ellos, ademas de enviarles las aguas que fertilizan sus campos, las cuales bajan todas de Tarazona, siendo esto causa de no pocos pleitos y aversiones. Por la parte de Castilla tiene los pueblos de Alfaro, Agreda y otros varios de tierra de Soria, que siempre fueron de su jurisdiccion espiritual. Pero cuando los Reyes de Aragon luchaban con los de Castilla, y lo mismo sucedia con los de Navarra, estos monarcas hallaban muy licito y sencillo promover conflicpromover conflictos de jurisdiccion entre sus vasallos y la Sede Episcopal. De aqui los frecuentes pleitos con

La concesion del territorio de Calatayud, hecha en el Concilio de Burgos, del modo anomalo que se dijo en el capítulo anterior, fué para Tarazona otro manantial de pleitos y conflictos. Quitándole sus límites naturales, se le compensó con aquel territorio lejano de la Sede y aislado de ella al otro lado del Cauno y del Vadaveron. Allí la distancia excitaba á la insubordinacion, y las distintas organizaciones eclesiástica y política producian escisiones y contínuas quejas, pues no podia haber en muchas cosas identidad de intereses ni de disciplina. El territorio de Calatayud formaba una de las tres Comunidades de Aragon, cuerpo brioso y compacto, muy adicto á los Reyes y favorecido de ellos, adverso siempre á la aristocracia, y aun al aumento de la riqueza eclesiástica. Los beneficios de sus iglesias eran todos patrimoniales, y asi eran sus habitantes sumamente adictos á la parroquia, cuyos beneficios habian de ser exclusivamente para sus hijos; pero al mismo

tiempo miraban con prevencion al Prelado y á sus cabildos catedral o colegiales, considerandolas como unas corporaciones que les eran hostiles. De aqui otro manantial de pleitos.

A su vez el cabildo de Tarazona, mirando con prevencion á los cabildos colegiales y privilegiados de Alfaro, Calatayud v Tudela, y al clero de aqueİlos territorios, proveia todas sus vacantes en hijos de Tarazona, de cuya adhesion no podia dudar; viniendo á ser sus prebendas casi patrimoniales. Nuevo manantial de aversiones y recrudescencia de provincialismo, pues á su vez todos aquellos pueblos consideraban al cabildo como adversario suyo.

Si los Obispos se ladeaban al partido de las colegiatas y sus territorios, no siempre lograban atraerlos, y suscitaban contra sí la rivalidad y prevenciones del cabildo: pero si el Obispo hacia causa comun con el

cabildo, los territorios privilegiados acudian á los Reyes de Castilla, Navarra y aun á veces de Aragon, contra el Obispo y su cabildo catedral.

Esta es, en compendio, la historia del obispado de Tarazona, por consecuencia de su posicion excéntrica en la frontera de tres reinos; esta la clave de casi todas las vicisitudes de que se dará cuenta en el presente tratado.

Resta ahora hacer la reseña de los principales pueblos de la diócesis, y sobre todo de los que ejercieron mayor influencia en aquellas vicisitudes, en su mayor parte y por fortuna ya casi. relegadas completamente al olvido, efecto de las nuevas ideas, de las modificaciones introducidas por el Concordato, y de las aflicciones de la Iglesia, que no permiten pensar en ciertos asuntos, á que daban lugar la mayor riqueza y prosperidad de otros tiempos.

CAPITULO CUARTO.

Antigüedades en los pueblos mas notables del obispado de Tarazona.

Los muchos pueblos de origen celtibero y romano que comprende el obispado de Ta

TOMO XLIX.

razona, hacen que sea de necesidad el describir sus antigüedades romanas, al paso que en

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otras pudiera ser trabajo de mera erudicion.

Cuatro municipios de esta diócesis acuñaron medallas, y y algunos en gran número: Bilbilis, Cascantum, Gracurris y Turiaso. Algunas de ellas las tienen tambien celtiberas. No hace al caso reproducir aqui las que ya publicó el P. Florez en su coleccion, adonde se pueden

ver.

Se ponen tambien los nombres de algunas ciudades, que caprichosamente colocaron varios escritores dentro del obispado, haciendo reducciones arbitrarias, en las que fué desgraciado el Regente Villar, en su Patronato de las iglesias de Calatayud: tambien Argaez hizo algunas con poca exactitud. Conviene deshacer estas equivocaciones, porque a veces alucinan á personas poco instruidas, y fomentan preocupaciones insostenibles.

á

AGREDA.

Por mucho tiempo se quiso suponer que estaba situado en este pueblo el municipio de Gracurris. Posteriormente se creyó que estuviese en Grávalos. Hoy dia se cree mas bien

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que fuera poblacion de origen celtibero, y que deban reducirse á ella las inscripciones que se hallan en las monedas con los nombres de Arecradz, que parecen decir Aregrados, ó Aregrada, segun el sistema del señor Delgado. Cortés, en su Diccionario (1), cree que Complega, poblacion inmediata á Carabi (que se supone cerca de Magallon), es sinónima de Comphloenta, y que deben una y otra reducirse á la villa de Agreda. Pero no creo muy aceptable esta conjetura, pues Comphloenta era pueblo arevaco, v el primero de ellos que cita Ptolemeo.

El P. Argacz de buscó origen en un templo que supuso habia alli dedicado á la Emperatriz Agripina, y al efecto trae una inscripcion impertinente, añadiendo que luego allí se puso una Virgen llamada de Agripina y Agripeña, que es la actual efigie de la Virgen de la Peña. Cuentos y delirios son estos que ni aun merecen refutacion.

ALFARO.

Su nombre mismo está indi

(1) Diccionario geográf. V. COMPLEGA.

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