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abundancia al pie mismo de los muros de Tarazona y sobre el Queiles, con el que no mezcla sus aguas, sino despues de haber servido para la agricultura y la industria.

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Las medallas romanas de Tarazona son tambien abundantes, y aun comunes en toda aquella parte de Aragon y Castilla, y pueden verse en la obra del P. Florez. Plinio hizo mencion de las ferrerias de Tarazoal par de las de Bilbilis (1), atribuyendo su buena calidad á las aguas del Queiles (Chalibs), cuyo nombre mismo equivale al de acero (2). Summa autem differentia in aqua est, cui subinde candens inmergitur. Hæc alibi atque alibi utilior nobilitavit locum gloria ferri, siculi Bilbilim in Hispania et Turiasonem.

Aparece tambien citada Tarazona como mansion en el caiba de Astorga á Za

mino que

(1) Plinio, lib. 34, cap 14.

(2) Masdeu negó que el Queiles se llamase Chalibs: véase sobre ello el cap. 4.°

ragoza por Benavente, Valladolid, Osma, Soria, Muro y Tarazona, y por Carabis ó Magallon á Zaragoza.

En una inscripcion, que nos trasmite Argaez, se cita un célebre hijo de Tarazona, llamado Gayo Livonio, seviro de aquela ciudad, á quien sus paisanos erigieron una estátua en el foro de Minerva, agradecidos á su buen gobierno, y que fué motivo para que el Cónsul Quinto Cecilio Metelo Macedonio le hiciera ciudadano romano y Pretor de toda la Celtiberia, la cual gobernó con gran acierto. Háblase en la inscripcion acerca de la reforma que hizo de los estatutos de aquella ciudad, poblada ya de ciudadanos antiguos ó Celtiberos estolados, y ciudadanos nuevos, que de Roma u otros puntos habian venido para avecindarse en Tarazona. Dice asi la inscripcion citada, que no se halla en la coleccion epigráfica de Masdeu, ni entre las auténticas ni entre las apócrifas.

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Esta inscripcion está ya desechada como apócrifa. No se dice dónde se encontró, ni tampoco dónde se halla. Se ve en ella la mano de una persona poco versada en la geografia y aun en el latin. Citar un solo Cónsul parece unȧ rareza. No eran los Cónsules los que nombraban gobernadores para la Celtiberia, pues no correspondia esta al Senado, sino al Emperador, como pais belicoso y mal domeñado. No se halla nombre de tal Cónsul Quinto Cecilio Metelo en los fastos consulares. El único á quien se aproxima algo es á Cecilio Metello, que fué Cónsul en el año 7.° de la venida de Cristo, y no se llamó Quinto ni Macedonio,

sino Cecilio Metello Cretico Silano: la palabra Seviratu ni se escribe de esa manera en la epigrafia, sino VIR, ni era dignidad de Tarazona, donde solamente habia Duumviros (IIVIR), como se ve por sus medallas municipales: la donacion de título de ciudadano romano era una cosa impertinente en aquella época: la Celtiberia estaba dividida en tiempo de los Romanos y no tenia ningun gobernador, ni menos hubieran nombrado los Emperadores para este cargo á un seviro (ó como si dijéramos concejal) de Tarazona, siendo este pueblo el último de la Celtiberia, colindante con los Vascones y Pelendones. Las palabras san

tissime temperare hablando de buen gobierno, son muy cristianas, pero por la misma razon agenas á la epigrafia romana. Aun son mas impertinentes las palabras institutionibus et previlegiis: la primera no es castiza; la segunda supone un absurdo, y una ignorancia supina en inventor: los privilegios entre los Romanos eran odiosos. Privilegia ne irroganto, decian las doce tablas. Pero, como los embusteros de fines del siglo XVI andaban á caza de exenciones y privilegios, creian que lo mismo sucedia en tiempo de Augusto y de los Romanos, y halagaban con estos embustes la vanidad de los pueblos, haciéndoles creer que ya en aquel tiempo eran privilegiados. No es menos extravagante el llamar juniores á los vecinos nuevos de Tarazona, en contraposicion á los Veteres: al adjetivo vetus se contrapone novus: al junior se contrapone senex ó senior (1). Finalmente, la idea de poner

(1) Es verdad que en una inscripcion de Aroche, la 998 de Masdeu (t. 6.0, pá

gina 220), se citan los Arucilanos veteres et juvenes, pero allí se alude á las dos Arucis vetus et nova, lo que no habia en Tarazona: en inscripciones sospechosas todo debe notarse.

estátua en el foro de Minerva se halla consignada en otra inscripcion apócrifa de Munebrega, aun mas disparatada que esta, cuya supercheria se demostrará en el capítulo siguiente. En aquella, como en esta, se pone estátua en el foro de Minerva, se habla de beneficios á la patria, «rem bene patriæ administrarat...» (in totam patriam benefacta, dice la de Munebrega), se habla de privilegios en Tarazona, de inmunidad en la de Munebrega. En Tarazona la ponen los vecinos antiguos y mas jóvenes, en Munebrega son los duumviros con el órden equestre y el pueblo. El pobre falsario no sabia las costumbres municipales, pues de lo contrario no hubiera dicho tal torpeza, y con poner al final D. D. (decreto Decuriorum, le hubiera dado mas visos de verdad. Como por entonces (á principios del siglo XVII) ya los Lupianes de Zapata y otros de su calaña andaban llenando de embustes los pueblos de Aragon, no será extraño que les debamos estas invenciones. Al hablar de Agreda hallaremos ocasion de advertir el obsequio que les hizo Lupian á los de aquel pue

blo con otras noticias de este jacz.

Para nada necesitaba Tarazona estas glorias postizas, teniendo tantas legitimas, y conservando aun antigüedades romanas, que apenas se hallan en ninguna otra poblacion de España. En la parte inferior de la poblacion, y á las márgenes frescas y risueñas del Queiles (ó Cailes, como lo pronuncia el vulgo, quizá mas exactamente) se halla el paseo llamado la Rudiana (rus Diana), en donde aun se conserva una estátua de Diana cazadora, aun

que destrozada y embadurnada

de cal.

En los techos y maderas de las habitaciones, hoy dia pobres, de aquella casa de campo, se conservan igualmente varias pinturas, indudablemente romanas, que parece imposibe hayan llegado hasta nuestros dias despues de tantas vicisitudes; y con todo aun esperan el lápiz de un artista.

Cuando el P. Florez estuvo en Tarazona en el mes de Junio de 1766, copió la siguiente inscripcion sepulcral á la entrada del jardin del Obispo (1).

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En tiempo de la República.. Sexto Junio Libon. Bebio Junio Sulpicio. En tiempo de Octaviano. . . Marco Cecilio Severo.

(1) Masdeu: inscripcion 2128 (tomo 19, pág. 607).

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