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ñados el dia 2 de Abril de 1767. Tenian casas en Tarazona y Calatayud, y tambien en Tudela. En Calatayud habia, ademas del Colegio, un magnífico Seminario de Nobles, en que á la sazon se hallaban 13 profesores jesuitas, 103 caballeros seminaristas, y 32 criados para el servicio de ellos. En el Colegio habia 26 regulares. Tenian una magnífica biblioteca, un museo de antigüedades y rico monetario, que todo desapareció en breve. Nombróse á varios canónigos y clérigos de la ciudad para sostener la enseñanza, pero no pudiendo mantenerla á la altura de los expulsos, los seminaristas se desbandaron. El señor Castellon trabajó para que las rentas, en su mayor parte, pasaran al Seminario de Tarazona, y el edificio se destinó á hospital, pues el que antes habia era lóbrego, mezquino y mal sano.

El señor La Plana era poco amigo de los Jesuitas, y la pastoral que dió á la época de su expulsion y del advenimiento de él á Tarazona, es una de las mas violentas que por entonces se escribieron contra ellos. Tambien dió su aprobacion para algunos escritos regalistas de

aquel tiempo, por lo cual se le miró como partidario de las doctrinas modernas, y aun su elogio en la sala episcopal expresa que era regalista.

Continuó las obras emprendidas por su antecesor, y sobre todo la del palacio episcopal, en el que construyó toda la parte moderna, que mira al Oriente, y lo enriqueció con una copiosa y selecta biblioteca.

En su tiempo se erigió en catedral la iglesia de Santa Maria de Tudela, el año 1785, siendo su primer Obispo el Abad de Alfaro Don Francisco Ramon de Larumbe. Con este habia tenido contestaciones el señor La Plana en 1775 y 75, por negarse à poner Vicario general en aquella ciudad, pues de Tarazona se le habia exigido que si nombraba Vicarios generales fueran de corpore capituli, como lo hizo.

Mas agrias fueron las cuestiones que tuvo con los de la Comunidad de Calatayud sobre la cuestion de vicarias parroquiales y el pago de donos y redonos, pleitos incoados desde el tiempo del señor Alcaráz. El señor La Plana quiso suprimir los beneficios patrimoniales, y al efecto acusó de apócrifo el pri

vilegio de poblacion de Calatayud, cuya autenticidad habia sido reconocida por el Consejo y por el señor Obispo Serrate, en los pleitos que hubo sobre vicarias á principios de aquel siglo (1717). Fundaba el señor La Plana sus argumentos en los dichos del P. Argaez, que calumnió al Regente Villar, suponiéndole autor de aquel fuero. El Consejo exigió la remision del original: el Ayuntamiento rehusaba enviarlo, suponiendo que en Madrid se perderia, como sucedió. Al fin hizo que lo trajera un Regidor para impedir su extravio. Pero habiéndose alargado el pleito sucedió lo que el Ayuntamiento temia, se perdió el original y no se ha vuelto á saber su paradero. A la copia original se acompañaron el trasumpto hecho en 1286 por el Rey Don Alonso, y otros varios de la córte del Justicia de Aragon de fines del siglo XV y principios del XVI, esto es, de siglos antes de nacer Villar.

A la defensa de los beneficios patrimoniales y del fuero de poblacion salió el Prior del Sepulcro Don Miguel Monterde, en 1775, á nombre de la Comunidad de Calatayud, en un

TOMO XLIX.

magnífico y erudito discurso, que aquella presentó al Consejo, y que decidió la cuestion en su favor. Era el señor Monterde uno de los hombres mas eruditos de su tiempo, excelente critico y Correspondiente muy celoso de nuestra Real Academia. No se hallaba bien quisto con el señor La Plana, el señor La Plana, pues al paso que este era desafecto á los Jesuitas, el Prior del Sepulcro pasaba lo que se decia entonces Jesuita de ropa corta, y habia estado por algun tiempo casi confinado en el pueblo de Tobet. Aprovechó pues la ocasion de desairar al Obispo con su erudicion muy superior, notándole las faltas de crítica histórica en que habia incurrido, pues hasta suponia el autor del papel, que tuvo la inadvertencia de suscribir el señor La Plana, que el latin bárbaro del fuero de Calatayud era un insulto á la buena memoria de Don Alfonso el Batallador. No es creible que el señor La Plana, sujeto muy ilustrado en su tiempo, escribiese aquel memorial, pero como teólogo y criado en la Universidad de Salamanca, algo retrasada por entonces en el estudio de las bellas letras, debió confiar el escrito á manos

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que le comprometieron. Casualmente el latin bárbaro del siglo XII es una de las pruebas de la autenticidad de aquel fuero, comparándole con los de Zaragoza, Daroca, Tudela y otros que dió al mismo tiempo Don Alfonso, y de cuya autenticidad no se puede dudar.

Ademas no era fácil de suprimir entonces una patrimonialidad que contaba con una posesion no interrumpida por espacio de mas de seiscientos años. Asi es que el Obispo no logró acabar con ella.

Para mayor motivo de divergencias, el Dean de Santa Maria Don Francisco Roy celebró de pontifical en aquella iglesia el año 1782, lo cual no se habia verificado en mas de medio siglo. Esto dió lugar á nuevas reclamaciones y agrias contestaciones. Sin duda la ereccion de la catedral de Tudela, cuyo Dean obtuvo el uso de pontificales con el de Calatayud, animó á este á que hiciese alarde de su casi olvidado privilegio.

A su vez el nuevo, Obispo de Tudela pretendió se unieran á su naciente diócesis todos los pueblos de Navarra que correspondian al obispado de Tarazona, entre ellos Cascante, Mon

teagudo, Corella, y Cintruénigo. El señor La Plana se opuso à ello vigorosamente, y logró á duras penas se impusiera silencio.

Los últimos años de la vida del Obispo fueron acibarados por algunos disgustos, segun se dice, que le ocasionaron sus doctrinas, algun tanto desafectas á la Santa Sede.

Falleció el señor La Plana en 8 de Mayo de 1795. A su fallecimiento ya no hizo el Cabildo los nombramientos de Alcaldes de Calcena, Tórtoles Y otros que antes proveia.

DON FR. DAMIAN MARTINEZ DE GALINSOGA.

Trasladóse á este Prelado desde el obispado de la Sonora, en América, al de Tarazona, del que tomó posesion en 27 de Mayo de 1796.

Era el señor Galinsoga un fraile Francisco, natural de Lorca, donde vió la luz primera el dia 15 de Junio de 1738. Habiendo pasado á las misiones de América, fué destinado á las de la Sonora, que sostenia principalmente su órden. Pió VI habia creado allí una diócesis sufragánea de Méjico, siendo su

primer Obispo Don Fr. Joaquin José Granados, Franciscano, que lo fué desde 10 de Marzo de 1788 á 1794. En su vacante sucedió el señor Martinez Galinsoga, segundo Obispo de la Sonora, nombrado en 1795. Mas habiendo ocurrido en el mismo año el fallecimiento del señor La Plana, se pidió su traslacion á Tarazona. La posesion se tomó por Procurador, pues tardó á venir el señor Galinsoga á su nueva diócesis has ta muy entrado el año 1699, siendo entre tanto Gobernadores de ella los Doctores Don Manuel Oliver y Don José La Iglesia.

Su pontificado fué tan breve, que apenas hay noticias acerca de él, pues falleció á 10 de Agosto del año 1802.

DON FRANCISCO PORRO Y PEINADO.

Nació en Gibraltar el dia 15 de Octubre de 1739. Su padre era italiano, pero su madre española, por lo que pudo ser naturalizado para ser Obispo en los dominios de España.

Entró en el instituto de los clérigos reglares menores de San Francisco Caracciolo, y lle

gó á ser Prepósito General de su órden, y Camarero del Papa Pio VII, que le dispensó mucho aprecio. Por instancias suyas fué nombrado Obispo de la Luisiana, en 29 de Junio de 1801, y se consagró en Roma en 15 de Noviembre del mismo año; pero sin llegar á ocupar su siila fué trasladado á la de Tarazona en Mayo de 1803.

Era el señor Porro muy piadoso y de mucho celo, pero las difíciles circunstancias en que le cupo ser Prelado cupo ser Prelado apenas le dieron tiempo para hacer cosa alguna notable. Durante la guerra de la Independencia tuvo por mucho tiempo que andar fugitivo de los franceses, teniendo en alguna ocasion que refugiarse en las asperezas de Moncayo. A veces celebraba órdenes aun en medio de los pueblos mas infelices, y las concedia con gran facilidad, á fin de que no faltaran pastores, segun él decia, ya que tanto empeño tenian los extranjeros en aniquilarlos. Le afligia sobremanera la destruccion de iglesias y conventos en varios puntos de su diócesis, y sobre todo la de la iglesia y convento de Nuestra Señora de la Peña en Calatayud, que desde la supresion de la cole-.

giata habia estado servida por los clérigos reglares menores, de cuyo instituto habia sido General el señor Porro, por cuyo motivo solia hospedarse allí cuando iba á dicha ciudad. Aunque se culpó á los franceses de aquel incendio, fué público que lo mandó un general español, á pretexto de que los enemigos se habian fortificado en él, y á fin de que no pudieran encastillarse allí en otra ocasion.

Falleció el señor Porro, al terminarse aquella guerra, el dia 3 de Enero de 1814.

DON JERÓNIMO CASTELLON

Y SALAS.

Fué este señor Obispo uno de los Prelados mas notables, no solamente de la iglesia de Tarazona, sino tambien de la de España en el presente siglo. Era natural de Ponzano, diócesis de Huesca, donde nació el dia 30 de Setiembre de 1755. Siguió su carrera en la Universidad de Huesca, à la que profesó siempre singular afecto, y á cuyo frente estuvo por espacio de muchos años.

á

Durante la guerra de la Independencia trabajó briosamen

te por la causa nacional, y fué Diputado á Córtes en las de 1813, y de los llamados Persas.

Visitó por orden del Consejo la Universidad de Salamanca, y el informe que dió acerca de sus doctrinas no fué muy lisonjero, segun refieren personas que se lo oyeron al mismo.

Fué presentado para la mitra de Tarazona en Marzo de 1815, y preconizado en 10 de Julio del mismo año.

Al terminarse la guerra de la Independencia y restablecerse el Tribunal de la Inquisicion, fué nombrado Inquisidor general, titulo que sostuvo y siguió usando siempre, aunque Fernando VII se negó á restablecerla despues de su regreso de Cádiz el año 1824.

Durante los sucesos políticos del año 1820 al 24 tuvo que padecer no poco, y se vió precisado á emigrar.

Al volver el Gobierno absoluto en 1823 dió una pastoral desde Bayona, en 5 de Mayo, la cual publicó su Gobernador eclesiástico Don Manuel Castejon. Regresó en seguida á su iglesia, no muy satisfecho con el nuevo Gobierno y con la política del Monarca, por haberse negado este á sus gestiones para

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