dirigieron al NO, y el 11 observaron la latitud 2604! El mismo dia 22 por la tarde tuvieron un SO. que con él anduvieron al reparo con los papahigos del trinquete aquel dia y el siguiente. El 24 con viento NO. fueron al OSO., y sondaron 35 y 36 brazas, arena lim pia. El 25 en latitud 37° 40' continuaron al OSO.; estaban E. O. con arenas gordas, que las suponían á distancia de 12 leguas; despues de medio dia tuvieron calma, y por la noche hubo mucho viento S. con el cual corrieron al O. con el papahigo del trinquete. El 26 por la mañana largaron velas haciendo rumbo del O. hasta estar á dos leguas de las arenas gordas, y fondo de 10 brazas arena, donde tomaron la vuelta de la mar, y á la noche distaban 5 leguas de tierra. El 27 fueron al S. 8 leguas; á las 10 de la mañana tomaron la vuelta de tierra navegando 5 leguas al ONO.; por la tarde tuvieron mucho viento SO. y fueron al SE 8 leguas con el pas I Documento núm. 14. 2 Esta costa de arenas gordas está al S. del rio de la Plata, entre la punta de Medanos y el cabo Corrientes. Carta de las cos◄ tas de América meridional desde el paralelo de 36° 40' de latitud S. hasta el cabo de Hornos, publicada por el Depósito Hidrográfico de Madrid, en 1798. 1525. 1525. pahigo del trinquete, y despues de media noche con viento ENE. hicieron rumbo del SO.- El 28 siguieron al SO., á cuyo rumbo anduvieron 8 leguas desde la media noche anterior hasta este medio dia, y continuaron este rumbo hasta la noche en que tuvieron tanto viento SO., que no permitiendo vela corrieron con el papahigo del trinquete muy bajo en vuelta del ESE. la distancia de 10 leguas hasta cerca del dia, con cuyo temporal de viento y agua se dispersaron todas las naos'. tana y El dia 29 se reunieron cinco velas y faltaban la capila S. Gabriel. El 30 se les unió la S. Gabriel, y viendo el capitan Juan Sebastian de Elcano que no parecia el general, dijo á Martin de Valencia (capitan interino de la S. Gabriel) que á sotavento lo habian de hallar, y que fuesen á buscarlo, á lo cual se avenia Martin de Valencia; pero el piloto de aquella nao, Juan de Pelola, contestó que no queria mudar la derrota sino seguir el viage como el general lo habia mandado, y que en la misma derrota hallarian á la capitana. En vista de eso las cinco naos, metieron á sotavento á buscar al general, y se les separó la S. Gabriel perdiéndola de vista; en tres dias que emplearon en bordos á una y otra parte no lograron hallarlo, y entonces continuaron las cinco velas su derrota para el estrecho ". Llegaron al parage del rio de Santa Cruz donde el capitan Juan Sebastian de Elcano era de parecer que entrasen á esperar al capitan general y á Martin de Valencia; pero juntándose luego en su nao todos los capitanes de las otras y los oficiales de S. M. concertaron que si se detenian en Santa Cruz seria despues tarde para pasar el estrecho, y que era mejor que solo entrase el Pataje á poner una carta debajo de una cruz, en una isleta que habia en dicho rio, para que si llegase alli el general supiese que iban delante á entrar en el estrecho hasta el puerto de las Sardinas, donde aparejarian las naos, harian le 1 Documentos 9, 10, 14 y 26. ña y agua, y le esperarian para que á su llegada le ayudasen todos á hacer lo mismo; con cuyo concierto entró el Pataje en el rio, y las cuatro velas restantes siguieron para el estrecho '. El Domingo 14 de Enero de 1526 por la mañana, creyendo que entraban en el estrecho, encallaron las cuatro naos en la boca de un rio que distaba del estrecho cinco ú seis leguas, donde estuvieron para perderse todos. Juan Sebastian de Elcano envió luego su esquife con el piloto Martin Perez de Elcano, el tesorero Bustamante, el clé rigo Juan de Areizaga, el artillero Roldan, que habia sido uno de los compañeros de Magallanes, y otros cuatro hombres á reconocer si era el estrecho, con orden de que si lo fuese hiciesen tres fuegos y de lo contrario, no. Bustamante y Roldan decian que era el estrecho y que se hiciesen los fuegos á las naos; el clérigo y el piloto quisieron certificarse más; pasaron adelante, saltaron en tierra y dijeron que no era el estrecho. Con esta contradicion acordaron llegar á una punta que descubrian mas adentro; llegados á ella quiso Roldan pasar á otra que se veia mas arriba, y habiendo andado 3 leguas quedaron satisfechos de que no era el estrecho y se volvieron 3. Entre tanto creció la marea, flotaron las naos, salieron á la mar ancha, y viendo que tardaba el esquife, y que no hacian los tres fuegos, fueron á longo de costa dejando en tierra aquellos hombres; reconocieron el cabo de las Vírgenes, y á la tardecita surgieron dentro de este cabo el mismo dia 14 de Enero de 1526 *. Cuando aquellos individuos volvieron al sitio en que habian dejado el esquife, lo hallaron encallado, muy separado del canal del rio, y tuvieron que esperar la cre→ 1526. Enero. I Documento núm. 26. 2 Las cartas del Depósito Hidrográfico de Madrid le nombran rio Gallegos. 3 Herrera, Dec. 3.3, lib. 7.o, cap. 7, pág. 220. Y Oviedo. segund. part., lib. 20, fol. 22. 4 Documento núm. 9 y 26. (T 3 1526. ciente para El mismo dia 14 de Enero de 1526 en que las naos surgieron dentro del cabo de las Vírgenes se levantó alli á media noche tan gran tormenta de mar y viento SO. y OSO. que las cuatro naos garraron hasta estar junto á tierra; y arreciando el viento dió al traves en la costa la nao Santi Spiritus de Juan Sebastian de Elcano al salir la gente á tierra se ahogaron nueve hombres, uno de ellos Diego de Estella, contador de la nao, salvándose los restantės medio ahogados. El dia siguiente continuó esta gran tormenta, se quebró la nao, la mar echó á la playa muchas pipas de vino, mercadurías, y el pan se perdió todo. Las otras naos perdieron amarras, y echaron al artillería y lo que tenian mas á mano agua 2 Pasado este temporal entró Juan Sebastian de Elcano en la nao Anunciada de Pedro de Vera, á quien acompa ñaron Andres de Urdaneta y otros, para meter dentro del estrecho las tres naos que quedaban y eran la dicha Anunciada, Santa María del Parral y la S. Lesmes; pero an 1 Herrera, Déc. 3.a, lih. 7, cap. 7, pág. 220. segund. part., lib. 20, fol. 22. 2 Documentos núms. 9 y 26. tes de embocar la primera angosturales dió un viento SO. tan fuerte que juzgaron naufragar; á media noche perdieron las tres naos los bateles, y la Anunciada salió á la mar ancha 2. El dia siguiente abonanzó el tiempo; las naos Parral y S. Lesmes fueron á surgir á la bahía de la Victoria que está despues de pasar la primera angostura, y volviendo á entrar en el estrecho la Anunciada tambien internó mas que antes: la primera angostura es un boqueron; adentro forma grande abertura, y en la parte del NE. de aquella bahía extensa, hallaron los de la Anunciada surtas las dos carabelas de que recibieron gran placer porqne las suponian perdidas. Los individuos que habian varado el esquife en la boca del rio donde salieron á tierra, porque el tiempo contrario no les permitió andar mas, trataban de continuar el viage el dia siguiente por la mañana á tiempo que llegó á ellos Bartolomé Dominguez, vecino de la Coruña, con otros cuatro hombres enviados por Juan Sebastian de Elcano con una carta suya en que les hacia saber que por sus pecados la nao Santi Spiritus se habia perdido, que las otras naos estaban ya en el estrecho, y que vista su carta se fuesen luego hácia él; por lo que dejaron el esquife y sus pájaros, y se fueron por tierra andando veinte leguas de muy áspero camino, pues aunque el terreno no era de montañas tenia muy espesos y cerrados boscages y árboles, hasta que llegaron al sitio def. naufragio de la Santi Spiritus'. En la bahía de la Victoria los individuos de las naos La carta del estrecho de Magallanes, impresa en Madrid en 1788, le nombra Angostura de nuestra señora de la Esperanza. 2 Documentos núms. 9 y 26. 3 Documento n. 9. En la expresada carta del estrecho de Magallanes, impresa en Madrid en 1788, se nombra á la bahía de la Victoria Ensenada de las Once mil Vírgenes. 4 Documento núm. 26. 5 Herrera, Déc. 3.3, lib. 7, cap. 7, pág. 220. X. Oviedo, segund. part., lib. 20, cap. 4.o, fol. 22 vto. 1526. |