Discurso acerca de las costumbres públicas y privadas de los españoles en el siglo XVII: fundado en el estudio de las comedias de Calderón : premiado por la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas en el concurso extraordinario abierto en 15 de Febrero de 1881

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Tipografía Guttenberg, 1881 - 173 páginas
 

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Página 143 - Al Rey la hacienda y la vida Se ha de dar ; pero el honor Es patrimonio del alma, Y el alma sólo es de Dios.
Página 60 - Yo abrasaré los campos de Nembroth, yo alteraré las gentes de Babel, yo infundiré los sueños de Behemot, yo verteré las plagas de Israel, yo teñiré la viña de Nabot y humillaré la frente a Jezabel, yo mancharé las mesas de Absalón con la. caliente púrpura de Amón; yo postraré la majestad de Acab, arrastrado en su carro de rubí ; : yo, con las torpes hijas de Moab, profanaré las tiendas de Zambrí...
Página 45 - Estos son españoles. Ahora puedo hablar, encareciendo estos soldados, y sin temor; pues sufren a pie quedo con un semblante bien o mal pagados. Nunca la sombra vil vieron del miedo, y aunque soberbios son, son reportados. Todo lo sufren en cualquier asalto, solo no sufren que les hablen alto.
Página 163 - Lo que os aconsejo es que la dejéis, no "volvella a vuestra casa, que es el mayor castigo que podréis darle. Vivid "lejos de ella y viviréis, lo que no haréis estando juntos, porque moriréis "continuo. La ley del repudio fue muy usada entre los romanos, y puesto "que sería mayor caridad perdonarla, recogerla, sufrirla y aconsejarla, es "menester tomar el pulso a la paciencia y poner en un punto extremado a "la discreción, de la cual pocos se pueden fiar en esta vida.
Página 5 - En las obras que la Academia autorice ó publique, cada autor será responsable de sus asertos y opiniones: el Cuerpo lo será únicamente de que las obras sean merecedoras de la luz pública.
Página 137 - ¡Qué de cosas hace el miedo! Alumbra aquí, y lo que trajo el frailecito veremos. Ten este azafate tú. COSME ¿Yo azafates del infierno?
Página 69 - La reverencia ha de ser / grave el rostro, airoso el cuerpo, sin que desde el medio arriba / reconozca el movimiento de la rodilla; los brazos / descuidados, como ellos naturalmente cayeren: / y siempre el oído atento al compás, señalar todas / las cadencias sin afecto.
Página 42 - Esto no sólo es en daño de los autores, por quien andan perdidos y empeñados; pero lo que es más de sentir, de los ingenios que las escriben. Porque yo he hecho diligencia para saber de uno de...
Página 129 - Y un ilia que le jugó, Teniendo basto , malilla, Punto cierto y espadilla, La tal polla remetió. Acabando de perder, Hubo voces, y el senado Mirón tuvo en que entender, Si fue bien ó mal jugado, Si pudo ó no pudo ser.
Página 163 - Así que, señor, volved en vos, y, dando lugar a la misericordia, no corráis tras la justicia. Y no os aconsejo por esto a que perdonéis a vuestra mujer para volverla a vuestra casa, que a esto no hay ley que os obligue; lo que os aconsejo es que la dejéis, que es el mayor castigo que podréis darle.

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