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sino que los destruyen las hormigas. Todas las yerbas de hortaliza que llevaron de acá se hacen muy lozanas; y tanto, que no granan las más, como son rábanos, lechugas, cebollas, perejil, berzas, zanahorias, nabos y cogombros. Lo que mucho ha multiplicodo es azúcar, que hay al pie de treinta ingenios y trapiches ricos. Plantó cañas de azúcar primero que otro ningún español, Pedro de Atienza. El primero que lo sacó fué Miguel Ballestero, catalán, y quien primero tuvo trapiche de caballos fué el bachiller Gonzalo de Velosa. También sacan bálsamo bastardo de un árbol dicho goaconar, que huele bien; arde como corazón de pino. El primero que lo sacó fué Antón de Villasanta, por industria y aviso de su mujer, que era india. Sácanlo asimesmo de otras cosas, y aunque no es cual lo de Judea, es bueno para llagas y dolores. Infinitas aves hay en esta isla que no las hay en España, y muchas como en ella, empero ni había pavos ni gallinas; aquéllos se crían poco y mal; éstas, mucho y bien, sin diferenciarse en nada de como son acá, salvo que los gallos no cantan a media noche. Las cosas que como mercaderías se traen ordinario, y en cantidad, de aquestas isla a estas partes son azúcar, brasil, bálsamo, cañafístola, cueros y azul. He puesto este capítulo para que todos conozcan cuánta diferencia y ventaja hace la tierra con mudar pobladores. Heme también alargado en contar muchas particularidades della porque la tema de la historia es tal, y porque ella fué principio y madre de haberse descubierto las Indias, tierra tan grandísima como visto y entendido habréis por nuestra hidrografía, y porque los más que a Indias van entran o tocan o miran allí.

XXXVI

Que todas las Indias han descubierto españoles.

Entendiendo cuán grandísimas tierras eran las que Cristóbal Colón descubría, fueron muchos a continuar el descubrimiento de todas, unos a su costa, otros a la del rey, y todos pensando enriquecer, ganar fama y medrar con los reyes. Pero como los más dellos no hicieron sino descubrir y gastarse, no quedó memoria de todos, que yo sepa, especialmente de los que navegaron hacia el norte, costeando los Bacallaos y tierra del Labrador, que mostraban poca riqueza. Ni aun de todos los que fueron por la otra parte de Paria, desde el año de 1495 hasta el de 1500. Porné los que supiere, sin contemplación de ninguno, certificando que todas las Indias han sido descubiertas y costeadas por españoles, salvo lo que Colón descubrió; ca luego procuraron los Reyes Católicos de las saber y señalar por suyas, tomando la posesión de todas ellas, con la gracia del Papa.

XXXVII

La tierra del Labrador.

Muchos han ido a costear la tierra del Labrador por ver adónde llegaba y por saber si había paso de mar (1) por allí para ir a las Malucas y Especiería, que caen, como en otro lugar diremos, so la línea Equinocial, creyendo acortar mucho el camino, habiéndole. Cas

(1) Primeras tentativas históricas para hallar el paso del Noroeste. (Nota D.)

tellanos lo buscaron primero, como les pertenecen aquellas islas de las Especias y por saber y conoscer la tierra por suya. Y portogueses también, por atajar navegación, si lo hubiera, y enredar el pleito que sobre ellas traían, para nunca lo acabar; y así, fué allá Gaspar Cortes Reales (1), el año de 1500, con dos carabelas. No halló el estrecho que buscaba. Dejó su nombre a las islas que están a la boca del golfo Cuadrado y en más de cincuenta grados. Tomó por esclavos hasta sesenta hombres de aquella tierra, y vino muy espantado de las muchas nieves y heladas, ca se hiela el mar por allá reciamente. Son los de allí hombres dispuestos, aunque morenos, y trabajadores. Pintanse por gala y traen cercillos de plata y cobre; visten martas y pieles de otros muchos animales, el pelo adentro de invierno y afuera de verano; apriétanse la barriga y muslos con entorchados de algodón y nervios de peces y animales; comen pescado más que otra cosa, especial salmón, aunque tienen aves y frutas. Hacen sus casas de madera, que hay mucha y buena, y cúbrenlas de cuero de peces y animales, en lugar de tejas. Dicen que hay grifos, y que los osos, con otros muchos animales y aves, son blancos. En esta tierra, pues, e isla andan y viven bretones, que conforman mucho con su tierra, y está en una mesma altura y temple. También han ido allá hombres de Noruega con el piloto Joan Scolvo, e ingleses con Sebastián Gaboto.

(1) En 12 de marzo de 1500 hízose a la vela Gaspar Corte Real, alcanzando «una tierra muy fría y de grandes bosques», que se cree fuera Terranova. En 1501 hizo otra expedición, de que no regresó. Alcanzó la costa N. E. de los Estados Unidos, el Labrador y S. de Groenlandia. En mayo de 1502 Miguel Corte Real equipó tres buques para buscar a su hermano, pero siguió la misma suerte de Gaspar. El rey de Portugal, por cuyo mandado habían navegado los Corte Real, envió (1503) dos carabelas en su busca, pero ni los hallaron ni se supo nunca cómo perecieron. (Nota Ď.)

XXXVIII

Por qué razón comienza por aquí el descubrimiento.

Comienzo a contar los descubrimientos de las Indias en el cabo del Labrador por seguir la orden que llevé en poner su sitio, pareciéndome que sería mejor así, y más claro de contar y aun de entender; ca fuera confusión de otra manera, aunque también llevara buena orden comenzándolos por el tiempo que se hicieron.

XXXIX

Los Bacallaos.

Es gran trecho de tierra y costa la que llaman Bacallaos, y su mayor altura es cuarenta y ocho grados y medio. Llaman los de allí bacallaos a unos grandes peces, de los cuales hay tantos, que embarazan las naos al navegar, y que los pescan y comen osos dentro la mar. Quien más noticia trajo desta tierra fué Sebastián Gaboto, veneciano; el cual armó dos navíos en Inglaterra, do trataba desde pequeño, a costa del rey Enrique VII, que deseaba contratar en la Especiería, como hacía el rey de Portugal. Otros dicen que a su costa, y que prometió al rey Enrique de ir por el norte al Catayo (1) y traer de allá especias en menos tiempo que portogueses por el sur; iba también por saber qué tierra eran las Indias para poblar. Llevó trecientos hombres, y caminó la vuelta de Islandia sobre cabo del Labrador y hasta se poner en cincuenta y ocho grados,

(1) O sea el Japón. (Nota D.)

aunque él dice mucho más; contando cómo había por el mes de julio tanto frío y pedazos de hielo que no osó pasar más adelante; y que los días eran grandísimos y cuasi sin noche, y las noches muy claras. Es cierto que a sesenta grados son los días de diez y ocho horas. Viendo, pues, Gaboto la frialdad y extrañeza de la tierra, dió la vuelta hacia poniente, y rehaciéndose en los Bacallaos, corrió la costa hasta treinta y ocho grados, y tornóse de allí a Inglaterra. Bretones y daneses han ido también a los Bacallaos, y Jaques Cartier, francés, fué dos veces con tres galeones, una el año de 34 y otra el de 35, y tanteó la tierra para poblar de cuarenta y cinco grados a cincuenta y uno. Dicen que pueblan allí o que poblarán, por ser tan buena tierra como Francia, pues a todos es común, y en especial de quien primero lo ocupa.

XL

Río de Sant Antón.

y ca

Año de 25 anduvo por esta tierra el piloto Esteban Gómez en una carabela que se armó en la Coruña a costa del emperador. Iba este piloto en demanda de un estrecho que se ofreció de hallar en tierra de Bacallaos, por donde pudiesen ir a la Especiería en más breve que por otra ninguna parte, y traer clavos nela y las otras especias y medicinas que de allá se traen. Había navegado algunas veces a las Indias Esteban Gómez, ido con Magallanes al estrecho y estado en la junta de Badajoz, que hicieron, como después se dirá, castellanos y portogueses sobre las islas de los Malucos, donde se platicó cuán bueno sería un estrecho por esta parte. Y como Cristóbal Colón, Fernando Cortés, Gil González de Avila y otros no lo habían

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